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⠀🧸 𓈃⠀ Capítulo 07 𓎆 ⭒ ꐑꐑ

Cuando llegue mi momento
Olvida el mal que he hecho
Ayúdame a dejar algunas
Razones para ser extrañado
Y no me guardes rencor
Cuando te sientas vacío
Mantenme en tu memoria
Deja fuera todo el resto
Deja fuera todo el resto

Jisung y Minho llevaban aproximadamente media hora fuera de la habitación de su hijo queriendo hablar con él, pero el adolescente simplemente no cedió. No creyeron correcta la manera en la que el joven se enteró, sin embargo, en algún momento de su corta vida tendría que hacerlo, pues el amor que sus padres sentían valía mucho la pena.

El adolescente estuvo  en su cuarto pensando en todo lo que podría salir mal en ese momento, sobre todo de parte de Minho. El no lo conocía totalmente y no se iba a arriesgar a que un cualquiera viniera y le rompiera el corazón tanto a él como a su padre. Jisung siempre sería la prioridad del chiquillo porque no quería verlo mal, por ese motivo siempre insistió  en que debía estar soltero y Min se sentía muy contento de esa manera, solo le bastaba su compañía para ser feliz, pues él nunca lo dejaría.

Trató de pensar en lo que sería mejor para ambos y cuando todo apuntó  a que Minho se quedaría  con con ellos se enfurecía. Ellos no necesitaban a nadie más, ni siquiera a Minho.

—¿Podrías abrirnos? —No quiso, no lo haría.

Al ver que el menor simplemente no cedió  decidieron bajar y simplemente esperar. Se sentaron en el comedor y Jisung preparó una taza de té, él era más de café, pero su cuerpo le pidió  té de Manzanilla y eso hizo , además, necesitaba calmar sus nervios.

—¿Crees que salga hoy? —preguntó Minho.

—Realmente espero que eso pase. Nunca tuvo  un arranque así, bueno, al menos desde "eso".

—Hablé con el maestro Wooyoung. Él cree que Min necesita más terapia, dice que debe aprender a manejar el rechazo y ya no ser prioridad siempre. Jisung, digamos que yo no reapareciera  en tu vida, ¿te quedarías  soltero hasta que Min quisiera?

—Bueno… No sé.

—Es lo que probablemente harías. Es magnífico y estupendo incluso para mí que te mantuvieras soltero, pero en algún momento tendrías que reconstruirte como hombre, ¿sí me entiendes? —Jisung miró a Minho como si tuviera un bicho en la cara.

—Nunca pensé en volver a salir con alguien.

—Porque tal vez no era el momento, pero algún día pasaría  y si Min te manipula  para que no salgas  con quién sea, así será  y dejarás  tu felicidad irse. — Minho tomó su mano—. No es malo ser egoísta de vez en cuando.

—Desde Jungki nunca pensé en volver a tener algo. Además, me sentía completo con mi hijo.

—Los años pasarán Sung y tal vez Min se casará. ¿Planeabas pasar tu vejez completamente solo?

—Me asustas un poco.

—Jisung tiene que hacer feliz a Jisung.

Fue como un balde de agua fría.

Amaba a su hijo con toda su alma, pero nunca se puso  a pensar en las cosas que extrañaba hacer y cuáles no. De verdad, desde Jungki y hasta que apareció Minho jamás tuvo  una cita y cuando lo invitaban a comer o algo parecido mágicamente su hijo se enfermaba. Fue manipulado todo ese  tiempo por su propio hijo y jamás se dio  cuenta o tal vez, simplemente, no quiso hacerlo. El silencio reinó  mientras tomaban su té y cuando terminaron se sentaron en el sillón esperando que su hijo bajara, pero el sueño les ganó.

Hasta que ya no aguantó el hambre fue que bajó. Los adultos se durmieron, pero, para su mala suerte, el sueño les ganó en el sillón e ignoró esa horrible imagen. Subió a su alcoba con un panecillo y una banana milk. Después de comer se cambió el pijama, le dio de comer a Wilson y se fue a dormir, esperó no tener que lidiar con sus padres mañana.

[...]

Si bien Minho se tuvo que ir a trabajar, Jisung se quedó esperando que su hijo bajara para poder hablar con él. No quería que estuvieran enojados y deseó que pudiera entender la relación que tenía con su padre. La espera no fue mucha, pues sabía que tenía que bajar por comida de Wilson y cuando lo vio bajar suspiró.

—¿Podemos hablar? —preguntó Sung, quien, fue ignorado—. Hijo, por favor.

—No quiero hablar contigo. Respeta eso.

—Solo quiero que me escuches.

—Es que no quiero escucharte, no quiero tus excusas.

—¿Está mal haberme enamorado?

—Solo me necesitas a mí. —El niño siguió sin mirarlo.

—Min, no es que no te necesite o que no seas suficiente. A veces los adultos también queremos que nos abracen y nos digan que todo estará bien, que, cuando tenemos ganas de llorar, nos consuelen y todo lo que conlleva tener una pareja.

—La mamá de Suni no lo necesita.

—Pero yo no soy la mamá de Suni. Soy Jisung, tu papá.

—No, claramente eres el novio de Minho. —Pasó al lado de él y subió de nuevo con su mascota.

Jisung se sintió  tan mal y no supo qué decir.

En la tarde Minho regresó y le pidió a Sung que lo dejara hablar con Min y le dijo que sí, así que le dio las llaves de su cuarto y entró prácticamente a la fuerza.

—Tenemos que hablar, hijo.

—Primero, no te di permiso de entrar a mi cuarto y segundo, deja de llamarme "hijo"; por algo no te llamo papá. —Minho sintió su corazón romperse.

—No seas injusto con nosotros.

—¿Injusto?

—Yo sé que tú padre te educó  con mucho amor, que te consciente en todo lo que quieras, pero necesitas límites. Además, soy tu mayor y me debes respeto.

—No te conozco.

—Min, no seas así. Por favor, reacciona. Tu padre también merece ser feliz.

—Era feliz antes de que aparecieras.

—¿No te das cuenta de lo feliz que se volvió  estos días? Es porque pude sumar esa felicidad.

—Mira, Minho. Tengo 13 años, pero viví  lo suficiente como para saber que los hombres como tú son malos.

—Tú mismo has  dicho que no me conoces.

—Te inventaste un novio para hacer sentir mal a mi papá. ¿O ya se te olvidó  eso? —Eso fue un golpe bajo para Minho y no pudo contestar—. Si tanto lo quieres, ¿por qué no paraste tus coqueteos con el profesor Jung? —Silencio—. No soy tonto, Minho. En algún momento encontrarás a otra persona y te irás. Lo bueno es que no me encariñé  contigo, lamento que tú lo hicieras conmigo.

—Tus palabras son crueles, no deberías hablarme así. Soy tu padre y te amo.

—¿Hace cuánto tiempo? Según sé, nos conocemos desde hace tres meses. Antes no sabías de mí.

—Sabes que no fue mi elección.

—Pues mi elección de ahora es no verte.

El niño se encerró en su armario y le gritó a Minho que lo dejara solo. Sin más, el hombre salió de habitación con un nudo en la garganta y una frustración tremenda. Se acercó hasta donde estaba un Jisung nervioso.

—Escuché todo.

—No podemos ceder Sung, él tiene que acostumbrarse a lo nuestro.

—¿Qué solución propones?

—Hablé con el profesor Jung. —Jisung levantó las cejas—. No es momento de ponerte celoso. Él dice que tiene que afrontar abruptamente la realidad, así que me quedaré unos días. No en tu habitación, claro, pero al menos en el sofá.

—¿Crees que es lo mejor?

—Tenemos que intentarlo, solo, no te rindas por favor.

—No lo haré.

—Gracias. —Lo abrazó y acarició su espalda—. Vamos a lograrlo juntos, mi amor. Te lo juro.

[...]

Pasaron cinco días en donde Minho durmió incómodo en el sofá, como una pareja con discusiones. No era así, al contrario, eran una pareja cariñosa y muy feliz, lo que molestóba de sobre manera al niño que a veces no bajaba ni a comer con ellos.

El profesor Jung, quien estaba al tanto de la situación, quiso hablar con él varias veces, pero el menor se negó, pidiendo que lo dejaran en paz. Incluso su amiga, Suni, quiso contribuir, pero Minsung no quiso escuchar a nadie.

El sexto día, cuando Jisung se despertó y fue al cuarto de su hijo para buscar la ropa sucia, empezó el verdadero problema.

—¡Minho!

El nombrado subió lo más rápido que pudo y vio a Sung leyendo una nota. Se la quitó de la manos y la leyó—. Márcale a Félix. No pudo irse lejos.

En la nota dijo  que no regresaría a casa hasta que esa relación terminara y que Minho no volviera a su casa nunca más.

Jisung empezó a marcarle a todos sus conocidos y nadie sabía de su hijo. Empezó a ponerse histérico.

—¿Qué haremos?

—Hablemos a la policía.

Eso planearon hacer hasta que la puerta sonó. Al abrir pudieron ver a Suni, quien, después de alzar la mano en señal de saludo, dijo—: Hola, señores. Vengo a decirles que el "gordi" está en mi casa.

—Pero, Suni, dijiste que no estaba ahí cuando te hablé.

—Estaba a mi lado y él  me lo pidió. Ahora dije que tenía que llevar unas cosas con una amiga y vine a verlos, también le comenté a mi madre que vendría y me pidió que les mencionara que no se preocuparan  por él.

—Iré por él —dijo Jisung.

—Señor, tráigalo de las orejas.

—No, espera. Yo iré —fue Minho quien dijo aquello.

—Tráigalo a casa, por favor.

La niña se subió al auto y le mostró dónde vivía. Entró a la casa y vio a Min sentado en la sala. La mamá de Suni y ella salieron  de la habitación, dejando a padre e hijo solos.

—Así que la traidora fue con el chisme.

—Me agrada. Ella es el ejemplo de una buena amiga. Es muy lista.

—¿Te irás de mi casa?

—Min, yo amo en serio a tu papá. Jisung es mi...

—¡No es tuyo! Es mi papá, no es nada tuyo. —Minho sintió  que en serio ya no podía., Esos días sufrió  con las palabras de su hijo—. ¿Me quieres?

—¿Qué pregunta es esa?

—¿Sí o no?

—Eres mi hijo, claro que te quiero.

—Entonces vete, Minho. Si te vas, prometo que todo será como antes, podremos vernos y ser papá e hijo.

—Min.

—Vete, simplemente vete. Yo no regresaré a mi casa si no te vas.

—Tu papá está preocupado.

—Pues que siga preocupándose.

Se sintió entre la espada y la pared porque no quería seguir viendo como Sung sufría, pero tampoco quería que siguiera sufriendo y dejarlo solo. Su corazón estaba tan mal.

—¿No cederás? —preguntó Minho, sintiendo como su corazón se rompía. Se paró y vio al adolescente para después decir—: Ve por tus cosas. Tú ganas, Min.

—¿En serio?

—Sí, mañana mismo me voy y dejaré en paz a tu papá. —Sintió como sus lágrimas saldrían —. Te espero en el auto.

Min sonrió y subió a la habitación de huéspedes, empezó a recoger sus cosas sin darse cuenta que su amiga entró.

—Gordi, ¿sabes por qué eres el número dos?

—No.

—Porque te obligas a que todo salga como tú quieres y te estresas. No dejas las cosas fluir.

—¿Eso qué tiene que ver?

—Tienes que dejar que las cosas fluyan para que salgan bien. Lo que hiciste está mal, no dejas que tu papá sea feliz. Algún día te vas a arrepentir.

—No lo creo.

—En fin, espero que tú sí sea feliz, solo con tu papá porque yo ya no quiero ser tu amiga.

—¿Qué?

—No me gusta la gente egoísta, así que no vuelvas a hablarme.

Minsung no era muy bueno manejando el rechazo y el hecho de que su única amiga le hablara de esa manera rompió su corazón, sin embargo, bajó, salió de la casa y se subió al auto de su papá con una sonrisa. El adulto estaba serio y cuando llegaron a la casa de Jisung suspiró, como si estuviera agarrando valor para lo que sucedería. Min entró corriendo sin saludar a su papá y después bajó a hurtadillas para escuchar lo que Minho le diría a su papá Sung.

—Sabes que tengo palabra. ¿Me das tu teléfono? —pidió el más alto.

—Pero… —Vio como Minho tecleó y después se lo entregó.

—Borré mi número. Sé que no te lo sabes, ni siquiera te sabes el tuyo. No quiero alejarte de él, después de todo siempre en estos trece años fueron Sunggie y Min contra el mundo.

—Ho… Por favor, no.

—No puedo verte sufrir más por mi culpa. Si no te dejé de amar antes, no lo haré ahora, mañana mismo me voy. No quiero perderlo a él tampoco y si tengo que perderte a ti para que los tres estemos bien, así será.

—Minho...

—Te amo, con cada latido de mi corazón y si te esperé trece años, te esperaré otros trece más.

Vio como se dieron un beso para después Minho irse por la puerta principal. Jisung se quedó llorando y aunque sí sintió un poco mal, sabía que su papá Sung pronto se recuperaría y sería el mismo de siempre.

[...]

A la mañana siguiente, Min bajó y vio a su papá hacer el desayuno casi sin ánimos. Sirvió la comida y cuando se sentó le dio un beso en la mejilla a su padre.

—Esto huele increíble, pa. —Jisung sonrió de medio lado y asintió—. ¿Te sientes bien? Te ves pálido

—Solo tengo un poco  de ganas de vomitar. Estoy bien. Come tu desayuno.

Jisung se paró y empezó a limpiar su cocina. El ruido de la puerta lo distrajo y corrió con la esperanza de que fuera su gigante, pero al abrir la puerta se dio cuenta que no era así.

—Lix. —Jisung miró hacia abajo notando aquel objeto—. ¿Y esa maleta?

—Me voy a Seúl con Hoseok, hemos decidido vivir juntos.

—¿Tan pronto? —Felix asintió—. ¿Vienes a despedirte?

—Y a darle esto a Min. —Extendió una carta donde reconoció la caligrafía de Minho en el sobre—. Lo siento tanto, Sung.

—Estaré bien.

Se dieron un fuerte abrazo y vio como el auto de Hoseok lo esperaba, les deseaba toda la felicidad del mundo. Dejó la carta al lado del plato de su hijo y subió a su habitación. No se sentía nada bien.

Min abrió la carta y la leyó en silencio

"Querido hijo,

Tenía la esperanza de que cuando me fuera pudiera escuchar un "papá" de tu boca, creo que me adelanté muchísimo, Jisung me lleva mucha ventaja.

Quiero que sepas que desde el momento en que te vi te amé y deseé estar contigo desde el primer llanto. Tu papá fue egoísta y te robó todo este tiempo para él solo. Ahora siento envidia de solo pensar en eso. 

¿Sabes? Cuando éramos jóvenes solía decirle "Minho y Sung contra el mundo" Éramos algo especiales, por eso solíamos decirlo. Me alegra saber que un pedacito de mí siempre estuvo contigo.

Te adjunto esta tarjeta con la que podrás comprar las cosas que gustes, me aseguraré de depositarte mensual para que estés bien. Además, te dejo mi dirección para que, cuando vayas a Seúl, puedas encontrarme.

Nunca fue mi intención hacerte daño, mucho menos a tu papá. A él lo amo con todas mis fuerzas, pero nuestro tiempo ya pasó y respetaré eso. Por otra parte, el nuestro apenas comienza, hijo.

Te ama, Minho".


¿Por qué ahora se sentía tan mal?

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