𝐎𝟓𝟔┃El juego del balón prisionero
𓂃⊹ ִֶָ CHAPTER O56 (💿)GREED ISLAND.
✩。⋆ ⛓▞▞▞▞ (𝐇𝐔𝐍𝐓𝐄𝐑) 💗✿˖°!❛ Un simple sueño y un juego...
AHORA ERAN DIEZ EN TOTAL, pero Killua no estaba dispuesto a dejarlos entrar al grupo sin antes ver su Ren. Luego de un fuerte grito y de llenar sus pies de aura, Tsezguerra salió volando de un salto, y con sus brazos cruzados escuchaba los comentarios fascinados de los menores.
― Mi récord es de 16 metros- ― En apenas unos segundos los tres jóvenes habían pasado su récord sin haber practicado antes. Jisoo había ganado por su mayor ligereza, el albino quedó de segundas y de últimas el peliverde. ― Impresionante, aunque aún están algo por debajo de mi altura máxima.
― ¡Intentémoslo de nuevo!
― ¡Ni hablar! No pararás hasta que ganes.
― ¡Una vez! ¡Solo una vez más!
― ¡Entonces pregúntale a Jisoo, ella ganó! ― Killua guardó las manos en sus bolsillos, y alejando su mirada de Gon le prestó su atención a Tsezguerra, quien los miraba con una gota de sudor. ― Ah, prueba superada. Buen salto.
Una vena se marcó en su frente, escuchando como los niños seguían discutiendo sin volver a prestarle atención. La pelinegra mantenía la mano sobre su frente con una mirada cansada, mientras ambos jóvenes discutían a su lado.
― Son solo niños, no te lo tomes a mal. ― Mientras el grupo hacía su nuevo plan de juego, el equipo de Genthru avanzaba sin detenerse, ahora solo le faltaban dos cartas. Pronto anocheció, todos necesitaban descansar bien para empezar a entrenar algunos de los posibles deportes que encontrarían.
Jisoo permanencia en silencio, recostada contra un árbol, dándole la espalda al grupo reunido en la fogata. Su cabeza se tambaleaba, sus mejillas estaban enrojecidas, y bajos suspiros salían de sus labios. Los efectos de la noche empezaban a recaer sobre ella, y tal vez con más intensidad que la anterior vez.
Su cabeza daba vueltas y su vista se nublaba, estaba casi a punto de dormir, y una imagen se proyectaba en su cabeza. Por alguna razón, la imagen de Hisoka llegó a su cabeza. El arlequín parecía más joven, su pelo estaba desordenado y una sonrisa traviesa decoraba sus labios, estaba sentado en el suelo frente a ella, con un pincel y dos pinturas en su mano.
Una risa involuntaria salió de su boca, y el recuerdo de Hisoka mostrándole con un dibujar una estrella en su mejilla apareció con claridad en su mente. Negando con brusquedad, sus ojos se abrieron.
― Estoy empezando a enloquecer...
― ¿No vas a comer? ― La voz de Killua la logró asustar. Apoyado a un lado del árbol, sostenía un plato hondo con una comida caliente. Con curiosidad, el albino se inclinó hacia adelante, examinando a su amiga, quien permanecía sentada.
― ¿Uhm? No tengo hambre.
Aunque estuvieran en la oscuridad, podía ver su rostro cansado. Sus brazos temblaban levemente, y abrazando sus piernas contra su pecho intentaba cubrirse. La marca en su ojo parecía encogerse, pero no había desaparecido. Con cuidado se sentó a un lado de ella, y dejó la sopa que Bisky le había mandado a llevar sobre sus piernas.
― No has comido nada desde hace rato, es imposible. ― Afirmó, apoyando sus brazos en sus rodillas cruzadas. Su maestra le había pedido llevarle la comida, pero una vez que estaba con Jisoo ahora no quería irse de su escondite.
― No tengo apetito. ― Susurro la ojirosa, escondiendo su cabeza entre sus piernas. Killua la observó en silencio, escuchando la suave y adormilada voz de la joven. ― Me duelen los ojos...
Su mirada se levantó unos cuantos centímetros, buscando a Killua, cuando de repente una mano se posó sobre su frente, evitando que pudiera volver a esconder su cara. Jisoo se quejó en voz baja, frunciendo su ceño. Killua se acercó, y un pequeño sonrojo decoró sus mejillas, notando la cercanía.
― Tienes fiebre, con más razón deberías comer lo que Bisky preparó.
― ¡Pero no tengo hambre!
― ¡Pero estás enferma! ¿Acaso quieres que te dé la comida como un bebe?
― ¿Umh? Si quieres.
― ¡Tonta, come de una vez! ― Killua se acercó más a ella, y le arrimo el plato. Jisoo lo agarró, y con una mueca examinó la comida servida. Con cautela observó al albino de reojo, quien esperaba que diera el primer bocado.
Cerrando sus ojos, metió una cucharada a su boca, y luego de unos segundos lo trago con disgusto. Señalando al ojiazul, negó de un lado a otro. Realmente Jisoo no sentía nada de hambre, solo un insoportable dolor de cabeza.
― Ya comí, ¿ves lo que hago por ti? ― Dijo la pelinegra luego de otras cucharadas, y dejó el plato a un lado de ella, lejos del albino, evitando que pudiera ver como aún quedaba la mitad. Killua arqueo una de sus cejas de repente, había dejado de escuchar la voz de su amiga. Al buscarla con la mirada, una gota de sudor bajó por su frente.
― ¿Qué haces acostada en el suelo de esa forma?
― Estoy cansada, déjame dormir... ― Susurro, acostada boca abajo en el suelo, con sus brazos extendidos y su largo pelo cubriendo su espalda. Una sonrisa divertida apareció en sus labios y levantó su cabeza ligeramente. ― ¿Puedo recostarme sobre tu hombro?
― Tonta, para eso primero levántate del suelo. ― Dijo con brusquedad, y su cabeza giró hacia un lado con sus mejillas encendidas, escuchando la exclamación asombrada de la pelinegra. Jisoo se levantó automáticamente.
― ¿Seguro que tú no eres el enfermo?
― ¡Ah! Me estoy arrepintiendo de aceptar.
― ¿¡Eh!? ¡Espera!
Jisoo acomodó su mejilla sobre el hombro del albino, y no puedo evitar reír en voz baja. Killua acercó sus piernas a su pecho, y apoyó su codo sobre una de sus rodillas. Sus pálidas mejillas ahora eran rosas, y una pequeña sonrisa decoraba su cara camuflada con una mirada de desinterés.
Más alejada, Bisky los observaba en silencio mientras terminaba su comida, y una sonrisa algo melancólica apareció en su semblante.
A la mañana siguiente, Jisoo amaneció con mucha energía, y durante las siguientes semanas esto se repitió. Solo había una diferencia, aparte de sus pesadillas y algunos delirios que cada vez empeoraban, ahora Hisoka participaba en ellas, y eso al arlequín parecía divertirle, como sucedía en aquel momento.
Gon observaba la escena con curiosidad, mientras Killua mantenía su ceño fruncido. Ambos jóvenes estaban muy atentos a cualquier movimiento extraño del payaso.
― ¿Y esta carta? ― Susurro Jisoo, levantando la carta y observarla con detenimiento. Hisoka apareció detrás de ella, y agarró la carta con cuidado.
― Uh, pensé que sería de ayuda... ― Admitió, y con una ligera mueca ladeo la cabeza, con una mano en su cintura. De repente, observo a la menor, quien se dio la vuelta con una expresión de confusión, mirándolo de frente. Agachándose, su mano agarró los cachetes de Jisoo, y frunció su ceño, revisando con cuidado los ojos rosas de la niña. ― Ya veo, aún es muy pronto. Pequeña mariposa~ apúrate.
― ¡Hisoka, aleja tus sucias manos de ella! ― La fuerte exclamación de Killua le sacó una risa divertida, y con una expresión traviesa alejó su agarre.
El día de los enfrentamientos llegó. Estaba atardeciendo, y todos estaban frente a la guarida de los piratas. Ahora estaban acompañados de cinco personas comunes, era necesario un grupo de quince personas, pero los únicos que participaron serían los diez Cazadores dispuestos a conseguir la carta.
Fácilmente, consiguieron ganar tres puntos, los subordinados de Tsezguerra demostraron habilidades en los deportes, mientras que el resto parecía muy bueno en combate. Eso al jefe de los piratas le pareció interesante, ahora podía empezar a tomarlos en serio.
― Chicos, pueden olvidarse de sus partidos. Yo me encargo desde aquí. ― Dijo el hombre, y los demás piratas asintieron con obediencia, todos excepto uno.
― Estoy harto de seguir tus órdenes. ― El mismo sujeto que Killua incendió apareció. ― A partir de ahora haré las cosas a mi manera. ― Con fuerza arrojó el sombrero de bufón al suelo, y observó al albino. ― Oye mocoso, vamos afuera.
― ¿Fuera? ¿Crees que esto es un ring de sumo?
― Estoy harto de tus juegos. ¿Quieres que te mate aquí mismo?
― Esa es una violación de nuestro acuerdo. ¿Es que quieres volver a la cárcel? ― El jefe frotó su barbilla, con un semblante bastante calmado.
― ¡Me da lo mismo! ¡Estoy harto de este juego! ¿Hay alguien de acuerdo? ¡Si nos unimos, podemos acabar con ese bastardo! ¡Luego podríamos usar un barco para salir de esta isla!
Una pelota roja se estampó con fuerza contra su cara y su cabeza explotó sin dejar rastros, finalmente, su cuerpo cayó al suelo sin vida. El jefe de los piratas aún mantenía su rostro calmado. ― Serán castigados por romper el tabú. ¿No les avise?
― S-sí, sí lo hizo.
― ¿Ese idiota pensaba que no lo mataría? ― Los piratas estaban igual de tensos que los cinco sujetos que acompañaban al grupo. El líder de los piratas parecía dispuesto a ganar. ― Bien, es mi turno.
― No podemos luchar contra esos tipos... ― Susurró uno de los sujetos que los acompañaban. Estaba temblando, estaba asustado por salir de ese lugar. Tsezguerra afirmó que los dejaría ir en determinado momento, así que los cinco hombres se calmaron. Ahora tenían cuatro victorias con el hombre muerto del concurso de sumo.
Sería un partido de ocho contra ocho, de balón prisionero. El Jefe de los piratas mostró su aura, y siete personas de Nen aparecieron a su lado, todos con un número marcado en su frente.
Tendrían que ganar un punto por persona, era como jugar quemados, pero contra Razor y los catorce demonios, el jefe de los piratas y su habilidad de Nen.
Al escuchar eso, las cinco personas que los acompañaban no dudaron en querer irse, pero el equipo quedaría incompleto. Necesitaban ocho personas y sólo tenían siete dispuestas.
La situación empezaba a complicarse. Greed Island se encuentra en algún punto del mundo real, y revelar esa información a un jugador que cree que está en el juego es prohibido, por esa razón Razor había matado aquel pirata, y así evito una revuelta. Tsezguerra les explicaba esto, y le dio información valiosa a Gon.
Razor, un Game Master, un humano real y una de las personas que creó el juego estaba frente a ellos. Su grupo es conformado por criminales amenazados de condena de muerte, se trataba del mundo real. Sin darle mucha importancia, el hombre rebotó la pelota.
― Bueno, eso no es importante. Este lugar sigue estando aislada del resto del mundo.
― ¡Un momento! Si este mundo es real... ¿Ging está en Greed Island? ― El semblante del hombre cambió, sus cejas se fruncieron levemente, con sorpresa.
― Así que tú debes ser Gon. Tu padre me dijo que cuando aparecieras no me contuviera contigo. ― Su aura se volvió morada y más intensa, rodeado de un ambiente algo hostil. Gon asomo una sonrisa, emocionado.
― Ya estoy harto de esto. ¡No quiero morir! ― Esta palabra fue suficiente para que los cinco sujetos salieran corriendo por la puerta. Aun así, no había problema, pues el chico de sonrisa amable contaría por dos jugadores con su habilidad Nen. Un gorila de color blanco apareció, ahora sería un juego justo de ocho contra ocho.
Las reglas eran simples. El juego empezaría con siete jugadores dentro y uno fuera, el primer equipo en quedarse sin jugadores dentro, pierde. Si la pelota lanzada por el oponente golpeaba al jugador, este tenía que salir del campo. Sin embargo, se puede meter solo a un jugador con la palabra "Vuelve". Si la pelota toca una zona fuera del campo, el equipo rival se queda con la pelota.
Luego de explicar esto, el juego comenzó con el árbitro, el número cero de la habilidad de Razor.
Apenas empezaron, habían podido eliminar a dos del equipo de Razor, pero el jefe pirata no parecía preocupado, y con una sonrisa aseguró estar listo para ganar. Con un contraataque directo, la cabeza del gorila blanco explotó, y no tardó en desintegrarse.
Goreinu, el chico de sonrisa amable, había cambiado de lugar con su habilidad, pero ahora estaba fuera del campo, tendrían que utilizar volver para devolverlo al campo. Goreinu estaba temblando, la imagen de su habilidad destrozada y la fuerza de la pelota estarían grabadas en su cabeza durante todo el juego, no podría jugar más.
― ¡Continuemos! ― Razor empezó a pasar la pelota con sus compañeros fuera de la cancha, dejando totalmente acorralado al grupo. Killua atrajo a Jisoo, evitando que una de las pelotas pasará cerca de ella. La pelota era tan rápida que Tsezguerra no podía seguirla
De repente, la pelota golpeó directamente la espalda de Tsezguerra, tirándolo al suelo, dejándolo inmóvil. Luego de que la pelota rebotara, Killua la agarró, pero esta ahora se encontraba más pesada, como una bola de bolos.
Jisoo se arrodilló en el suelo, examinando al hombre junto a Gon y Bisky. Tsezguerra había concentrado el aura en su espalda para evitar daños, aun así, el dolor parecía insoportable.
― Oigan, revísenlo. ― Razor llamó a los demás piratas, quienes se acercaron, pero Tsezguerra rechazó la ayuda y se levantó solo. No podía moverse bien ni jugar correctamente, estaba completamente eliminado.
Esta vez, Hisoka agarró la pelota. Con su Goma Bungee tenía la posibilidad de recuperar la pelota después de golpear. Ahora tenían tres puntos.
― Vamos, intenta detenerme. Está claro que esto no es todo lo que puedes hacer.― Dijo el arlequín, jugando con la pelota que colgaba con el líquido color rosa viscoso. Sus ojos estaban fijos en Razor, quien se limitaba a asomar una sonrisa.
― ¡Una pregunta para el árbitro! ¿Puede el último jugador en el campo usar Volver en el mismo momento que le dan? ― Pregunto Killua.
― No, eso está prohibido. Habría cero jugadores en la pista por un momento, con lo que su equipo perdería. Pero alguien por fuera de la pista podría usar volver al mismo tiempo en el que el jugador es golpeado.
― Muy bien. Hisoka.
― Entiendo, lo dejaremos para el final... ― Asintió el pelirrojo. Razor sería el último en ser eliminado, se encargaron solo de sus compañeros por ahora.
El golpe iba directo al número siete, el golpe era tan fuerte que indudablemente lo eliminaría, pero para su sorpresa, el número siete y el seis se fusionaron, volviéndose el número trece. Con facilidad detuvo la pelota, y Hisoka prefirió quitar su goma al ver lo fuerte que era el agarre.
Mientras el número de jugadores no se superará, fusionarse estaba permitido. Ahora era turno de Razor, el jugador más fuerte. Recuperar la pelota no sería un trabajo fácil.
Todos los jugadores retrocedieron, esperando el golpe. Los más jóvenes cubrieron sus cuerpos de Ken, logrando hacer que el jefe pirata riera. Su Nen era muy suave y precioso, señal de un gran entrenamiento.
― Veo que usan Ken, significa que no morirán. Eso será si no les doy en el lugar equivocado. ― Su mirada se fijó primero en Killua, luego se paseó a la de Jisoo, y finalmente se decidió por el peliverde. ― ¡Gon!
Se cubrió con sus brazos, concentrando todo su Nen en aquel lugar, pero la pelota era tan poderosa que salió volando y sus zapatos cayeron al suelo. La pelota atravesó el techo, mientras el menor se estrelló contra la pared.
Jisoo y Killua no tardaron en salir corriendo directo a él, Bisky también se acercó, pero antes de que el trío preocupado dijera algo, el peliverde levanto su mirada, dejando ver su frente ensangrentada y una mueca en sus labios.
― ¡Estoy bien! Utilicé Ko para endurecer mis brazos y cabeza, pero mis piernas no soportaron el impacto. ¡Pero la próxima vez la atraparé! ― Sus ojos brillaban de motivación, estaba perfectamente bien, ahora con más energía que antes.
Jisoo dejó escapar un suspiro, y negó suavemente. Su amigo volvería a entrar con Volver en otro momento, pero por ahora estaba eliminado. La pelota ahora era del equipo, así que estaban haciendo pequeños pases entre ellos.
― ¡Recupérate, Gon! ― Exclamó Killua, y el chico asintió. Ahora tenía una venda que detenía el sangrado de su cabeza, pero no paraba de insistir en que estaba bien.
Goreinu lanzó la pelota directo a su gorila, y cambió de posición a Razor con su habilidad, golpeando al jefe pirata. Aunque hubiera eliminado a Razor, él tenía la posibilidad de volver si su equipo agarraba la pelota antes de rebotar.
Así fue, y el hombre de sonrisa amable terminó siendo eliminado, y cayó al suelo inconsciente. Su gorila también desapareció, y no volvería hasta que el hombre recuperara la conciencia. Si los jugadores se reducían a cero antes de que Goreinu despierte, el juego terminaría.
Ahora eran cuatro contra tres.
― Muy bien... ¡Ahora a quien le toca! ― Razor impulsó su pelota con fuerza directo a Killua, pero antes de que pudiera esquivar pasó cerca de Bisky y Hisoka, quienes también la esquivaron. Todo indicaba que Jisoo sería la elegida.
Sus pupilas se rasgaron, y cubrió su rostro con sus brazos, mostrando sus garras. A lo lejos escucho como Killua la llamaba, indicándole que la esquivara, pero no podía, estaba muy cerca. Su Ken cubrió sus brazos, y un aura parte empezó a aparecer.
Similar al examen de Cazador, cuando Illumi la había encontrado y arrancado su collar, o como en el coliseo del cielo, un aura diferente hacía presencia. Razor frunció su ceño al notar esto, y la pelota nuevamente se desvió a una nueva dirección, directo a la cara de Hisoka.
El arlequín la agarró con su goma, y fue arrastrado hacia atrás con la fuerza de la pelota. Su pelo ahora estaba desordenado, su frente tenía una pequeña herida y un hilo de sangre caía por su labio inferior. Con una risita relamió sus labios.
Jisoo cayó al suelo seguido de esto, tan solo el aura de la pelota que había rosado su nariz era fuerte. Su respiración era agitada, y una extraña sensación de adrenalina recorría sus venas.
― ¡Bisky eliminada! Que pase a la zona exterior. ― Esas palabras la despertaron por completo. ¿Su maestra no lo había esquivado?
― Qué mal. ― Susurro la rubia, con su ceño fruncido. Su vestido tenía un gran rasguño. ― Significa que la ropa también cuenta, como una parte del cuerpo, ¿verdad?
Ahora solo quedaban tres, no podían fallar por ningún motivo. Killua se acercó a la ojirosa, quien se levantaba lentamente del suelo, limpiando su ropa.
― ¿Estás bien? ― Preguntó, y agarró los hombros de Jisoo, examinándola con atención. Ella asomó una sonrisa, y sus colmillos se notaron, como había sucedido en su encuentro con Mist en el Coliseo del Cielo.
― Sí, todo está bien. Aunque, creo que lastimé mi muñeca, pero no debe ser grave. ― Respondió, escondiendo las manos detrás de su espalda. El albino alejó su agarre y asintió, igualmente estaría pendiente de ella y los cambios que empezaba a presentar.
― ¡Volver! ― Gon se acercó a la cancha, con una ardiente mirada. Aunque solo fuera un niño, fue el único en intentar agarrar la pelota de Razor.
― He descubierto algo. Si la pelota sale de la pista, se vuelve mucho menos peligrosa. ― Dijo Hisoka. Levantando su mano, permitiéndoles ver dos dedos malheridos. ― Sin usar Ko, solo me hizo daño en dos dedos.
― Hisoka, déjame ver. ― Susurro Jisoo, acercándose al mayor, quien extendió la mano sin quejarse. Una idea iluminó su cabeza, y quitando el lazo rosa de su cabello, rodeo los dedos del arlequín con cuidado.
― Entonces, si podemos esquivar los lanzamientos de Razor, podremos esquivar daños graves. ― Asintió Killua, con las manos en sus bolsillos.
― Eso no sería una victoria. ― La voz de Gon provocó que el ceño de Killua se frunciera.
― No seas idiota. No podemos ganar, ¡hagamos lo que hagamos, esto es inútil! ¡Más te vale que te calmes, idiota!
― Gon, escucha por un momento... Es peligroso, no podemos arriesgarnos de esa forma solo por conseguir una victoria perfecta. ― Intervino Jisoo, posando su mano sobre el hombro de su amigo, intentando obtener su atención.
― ¿No están enfadados? ― Dijo, y ambos dejaron escapar una exclamación de sorpresa y molestia por su terquedad. ― Si Killua hubiera esquivado el ataque a la izquierda, podría haber muerto, y si Jisoo no hubiera reaccionado temprano, también estaría muerta... ¿Verdad?
Sí, era cierto. Killua había hecho la misma predicción, Razor tenía todo planeado, y todos pudieron haber muerto. Gon apretó su puño con fuerza, y su mirada brillaba de seguridad.
― Estoy muy enfadado. No pienso conformarme con una victoria por los pelos. ¡Voy a destruirlo por completo! ― Afirmó. Hisoka le lanzó la pelota a Killua, quien la agarró aun sin quitar su mirada del peliverde.
― Parece que tienes un plan en mente. ― Susurro el arlequín, con sus ojos en Gon. Jisoo bajó su mirada por un momento, y asintió convencida. Sentía la misma adrenalina que en su encuentro con Mist, no podía frenar el descontrol que empezaba a tener, y podría usarlo sabiamente en el enfrentamiento.
― Killua, Jisoo, pónganse ahí. ― Dijo, y ambos jóvenes se dirigieron al lugar sin decir nada. Estaban en sel centro, justo como su amigo pedía. ― Jisoo, sujeta bien la pelota y aguanta. Killua, sostén a Jisoo y también aguanta.
― Hagámoslo. ― Dijo la pelinegra, y agarró la pelota. Detrás de ella el albino la sostuvo con cuidado de la cintura, como si la abrazara. Gon preparaba su habilidad, confiando plenamente en sus amigos.
― ¿Preparada? Cambiemos de posiciones a la próxima. ― Susurro Killua, y lo rodeo con firmeza, mientras buscaba una posición con sus pies para buscar equilibrio. Jisoo asintió, y levantó la pelota.
― ¡Primero la piedra! Papel... ¡Y tijera! ― Su aura se disparó, y con un poderoso puño golpeó la pelota que salió disparado como un rayo cubierto de fuego. Jisoo retrocedió, y Killua la sostuvo contra su pecho. El número trece no pudo detenerla, y rodó por el suelo hasta salir de la zona.
― ¡El número trece está eliminado! Agarrar la pelota mientras se toca zona exterior es ilegal y no cuenta. ¡Retomaremos el juego con la pelota en el lado de Gon!
Los jugadores que se encontraban fuera de la cancha celebraron. Killua se asomó a un lado de su amiga, observándola detrás de su espalda. Por un momento quitó su agarre y se acercó a un lado de ella, quien la observó de reojo y luego alejó su mirada, escondiendo sus manos en sus bolsillos.
― ¿Tus manos se encuentran bien? ― Pregunto, y Jisoo asintió como si nada ocurriera, recibiendo una mirada molesta. La voz de Gon llamó su atención.
― ¡No fue lo suficientemente bueno! ¡Necesito más poder! ― Exclamó.
― Cambiemos, ahora es mi turno de sostener la pelota. ― Jisoo negó suavemente.
― Tus manos se destrozarán, yo puedo regenerarme, ¿podemos continuar así? ― Insistió, pero no funcionó. Aunque tenía razón, Killua decidió que era su turno, pues a diferencia de la ojirosa él podría soportar el dolor.
― ¡Hagámoslo otra vez! ¡Dale bien a Razor! ― Dijo Killua, asomando una gran sonrisa.
― ¡Vamos, Gon! ¡Derrúyelo por completo! ― Jisoo se acomodó detrás del ojiazul, esta vez el golpe sería más fuerte, ahora necesitaba funcionar como un soporte para Killua.
Gon relajo su cuerpo por un momento y respiró profundamente, y liberando su Ren mostró su inmensa aura. Había concentrado toda su aura refinada en solo su puño.
― ¡Primero la piedra! ― El lugar tembló levemente, y las luces parpadeaban. El puño de Gon brillaba rebosando de un increíble poder. Hisoka sonrió complacido, mientras los menores se preparaban para el golpe. ― ¡Toma esto, Razor! ¡Tijera! ¡Papel! ¡Y piedra!
Ahora la pelota ardía como el sol, y volaba hasta Razor con una increíble velocidad. Killua retrocedió por el impulso, y Jisoo estuvo detrás para evitar que cayera al suelo. Era imposible que el pirata agarrara eso, y aunque intentó agarrarla, retrocedió, y la pelota rebotó contra el techo. Razor pudo detenerla.
― Es increíble... ― Susurró Gon, y lentamente una sonrisa apareció en sus labios.
― Se puede hacer algo más aparte de esquivar o agarrar la pelota, pero dudo que este consejo te ayude... ― La pelota empezó a devolver hacia él, pero antes de que llegara a sus manos se devolvió hacia Hisoka.
― Es una lástima. Al fin y al cabo tienes que agarrar la pelota...
― Tal y como las normas dictan, Razor está eliminado. Que salga al exterior. ― Exclamó el árbitro, pero el pirata solo sonrió.
― Volver.
― ¡Razor ha usado volver, sigue en el interior!
Parecían ir ganando, pero realmente era todo lo contrario. Hisoka no podía lanzar ni agarrar con la mano derecha. Gon empezaba a sentir el cansancio de agotar su aura. Jisoo tenía una de sus muñecas malheridas, y Killua era el más lastimado con ese último y potente golpe.
― ¿Cambiamos? ― Pregunto Jisoo frente al albino, quien negó rotundamente, aun escondiendo sus manos.
― ¿Uhm? Claro que no. ― Respondió. Sus manos dolían, pero él podía soportar el dolor. Jisoo insistió, pero nuevamente recibió una respuesta negativa. ― De ninguna manera, ¡No insistas! ¡Estoy bien!
― Pero, tus manos... ― Susurro, y una mueca triste apareció en su semblante. La voz de Tsezguerra los interrumpió, pidiéndoles salir de la zona. Era una especie de reunión de equipo.
― Gon, si sales al exterior puedo sujetar la pelota. Las manos de Killua deben estar destrozadas, Jisoo probablemente tenga una muñeca rota, dudo que estén en condiciones para sujetar la pelota. Yo podría sostener la pelota, conozco una técnica para no recibir daño. ― Pero no podían hacer eso, sería como hacer trampa. El hombre empezó a toser, sin poder continuar su explicación.
― No te excedas, viejo. No estoy tan herido como dices.
― Entonces enséñame tus manos. ―Dijo, y Bisky agarró el brazo de Killua, obligándolo a sacar las manos de sus bolsillos. Killua resistió, pero finalmente no pudo ganarle a su maestra. Sus manos parecían quemadas, totalmente lastimadas.
Jisoo tapó sus labios, sintiendo como un balde de agua fría la bañaba en culpa. Mientras sus manos estaban casi intactas, las manos del ojiazul estaban completamente destrozadas. Killua bajo su mirada, sin decir nada.
― ¡Mira! ¡No puedes sentir nada más que dolor! ― El mayor aún insistía.
― ¡Puedo hacerlo! ¡Puedo soportar una pelota más! ― Dijo Killua convencido, observando a Jisoo, pero sus ojos rosas parecían estar cristalinos. La joven intentó negar, pero fue interrumpida. ― ¡Puedo hacerlo!
El ojiazul no podía rendirse, sus ojos brillaban con tanta fuerza que era difícil para ella quejarse. Aquella culpa que sentía aún persistía, pero por esa misma razón ahora no podía rendirse.
― Si él puede, yo también, ¡Una muñeca rota no es nada! ― Dijo la ojirosa, ignorando la mirada asombrada de Killua. ― No podemos rendirnos ahora que estamos tan cerca.
― ¡No puedes! ― Tsezguerra intervino, acercándose a su rostro con el ceño fruncido. ― ¡Gon, diles tú también!
― Ya lo sabía. Ya sabía que las manos de Killua estaban destrozadas y que la muñeca de Jisoo está fracturada. ― Admitió, y sus amigos lo observaron en silencio. ― Tsezguerra-san, lo siento, pero no saldré al exterior. Necesito que Jisoo y Killua sujeten la pelota. ¡Son los únicos que pueden hacerlo! Con ellos puedo usar toda mi fuerza, puedo concentrarme solo porque Killua sostiene la pelota y Jisoo lo sostiene.
El albino bajo su mirada, y asomó una pequeña sonrisa. ― ¿Ahora lo entiendes mejor, viejo? Ve y descansa un poco.
― De acuerdo, cuento con ustedes.
Jisoo golpeó sus mejillas y frunció su ceño. Era una situación complicada, sus amigos heridos, un juego por ganar, y una carta para conseguir. Killua pasó a un lado de ella, golpeando su mejilla en busca de su atención, y aunque sí encontró su mirada, Jisoo le dirigió un semblante molesto.
― Tonto. Cuando esto termine yo te vendaré las manos. ― Dijo, cruzando sus brazos. El ojiazul dejó escapar una risa, y levantó sus hombros. No estaba arrepentido de su decisión, las manos de Jisoo estaban bien y eso le alegraba.
Bisky lanzó el balón, eliminando al número dos. Ahora solo quedaba Razor, uno de los Game Master de Greed Island. Gon tenía un plan, y Hisoka estaba emocionado por intentarlo. Jisoo y Killua no pudieron evitar reír al escuchar la idea.
El partido volvía a empezar. Todos los sujetos hechos con el Nen de Razor desaparecieron, usaría toda su fuerza en el siguiente ataque. Lanzando la pelota hacia arriba, dio un gran salto, como un remate en voleibol. Pero, por otro lado, Gon, Jisoo, Killua y Hisoka estaban listos para recibirlos. Estaban combinados.
― ¡Esto definirá al ganador! ― La pelota llegó directo a las manos de Gon. Hisoka suavizó el golpe, Killua hacía de apoyo, y Jisoo de puntal. El grupo se mantenía firme a pesar de moverse ligeramente hacia atrás. Jisoo y Killua concentraron el aura en sus piernas, y con fuerza intentaron frenar.
Los ojos de Jisoo parecían los de un gato, y las venas se marcaron en su frente. Sostener a Gon y evitar que Hisoka cayera al suelo no era nada fácil para ella, a diferencia de Killua, que pudo hacerlo rápido. Su cabeza empezó a nublarse, y un bajo gruñido se escapó de sus labios por el esfuerzo. Entre la niebla que formaron, la imagen de Gon con la pelota en sus manos se aclaró.
Lo habían logrado.
La clave del éxito fue el apoyo de Killua y Jisoo. Estaban entre los dos, sosteniendo la formación. Su aura fue equilibrada, y aunque a Jisoo se le dificultó hacerlo, lo consiguió, y su fusión no se rompió. Una hazaña increíble para dos jóvenes que apenas practicaban esas técnicas. Soportar los cambios en su cuerpo y lograr ingeniarse una técnica que nunca había practicado había agotado las energías de Jisoo.
Nuevamente, Killua sostuvo la pelota, mientras Jisoo lo sostenía con sus últimas fuerzas. El aura de Gon explotó por completo, era tan brillante que podía segar a los demás jugadores. Es como un monstruo, pensó Razor. No había duda de que era hijo de Ging.
― Killua, Jisoo... Usaré toda mi fuerza.
― ¡Más te vale! ¡Como no lo hagas, te mato!
― ¡Tijera! ¡Papel! ¡Piedra! ― Con una energía brillante golpeó la pelota con todas sus fuerzas, y Killua esta vez se impulsó hacia atrás con fuerza, aterrizando sobre los brazos de Jisoo, quien también alcanzó a retroceder.
Razor detuvo la pelota por un momento, pero el impulso era tan fuerte que salió rebota directo a la cara de Gon. El pequeño no podría esquivarla, pero para su fortuna sus ojos se cerraron, cayendo al suelo inconsciente, y la pelota no lo alcanzó. La pelota siguió derecho, y Hisoka preparo su Goma con una sonrisa.
― Gon quiere vencer por completo, ¿verdad? ― Con su goma la pelota siguió derecho para luego devolverse con la misma fuerza de Razor. Como un intercambio de pelotas, o eso pensó el pirata, pero la habilidad de Hisoka seguía impregnada en el balón, lo que hacía que el objeto no se separará de Razor.
Fue tanta la fuerza que salió de la pista, y finalmente perdió. Gon permaneció en el suelo, mientras Jisoo aún sostenía a Killua con cuidado. Las palabras del árbitro resonaron en el silencio que se formó en toda la sala de juego.
― ¡Como Razor atrapó la pelota mientras pisaba la zona exterior del campo, rompió las normas! ¡Está eliminado! ¡Lo que hace que el equipo de Gon sea el ganador de este partido!
Mientras Gon recuperaba la conciencia, Jisoo palmeó los hombros de Killua y se tiró al suelo, totalmente agotada, cerrando sus ojos. Sus compañeros gritaban entusiasmados, haciendo barras, y en medio de todo ese silencio la ojirosa consiguió algo de sueño.
― Al final Hisoka agarró la pelota. ― Dijo Gon, y una sonrisa apareció en su cara.
― Se llevó toda la gloria. ― Se lamentó Killua.
― Solo ha sido posible gracias a su ayuda. Esto es una victoria para todo el equipo.
― No te pega nada decir esas cosas. ― Dijo Gon, y Killua dejó escapar una gran carcajada al notar como el semblante de Hisoka cambiaba de repente.
― Me han derrotado. Como prometí, me iré de la ciudad. Pero antes, tengo que decirte algo sobre Ging, Gon. ― Mientras el peliverde se alejaba para hablar con el pirata, Killua ahora sufría el dolor que antes había aguantado.
― ¡Me duele!
― ¡En serio que eres imprudente! ― Regaño Bisky antes de levantarse, y acercarse a Tsezguerra. Jisoo vendaba las manos de Killua sentada en el suelo, ignorando sus quejas. Jisoo mantenía su mirada seria, era un poco aterrador para el albino, quien no encontraba ninguna sonrisa o alguna mueca.
― ¡Oye, más despacio! ― Exclamó, tomando por sorpresa a Jisoo, quien finalmente levantó su mirada, callando por completo al albino. La joven no estaba jugando, sus ojos brillaban de preocupación.
― Deja de quejarte, me duele la cabeza.
― ¿¡Eh!?
― Tienes que cuidar tu cuerpo, no puedes curarte tan rápido como yo. ― Dijo, enseñándole sus manos totalmente sanas, para luego acercarse y golpear su frente. ― Eres muy imprudente, yo también podía hacerlo, ¡También soy fuerte! ¿Acaso me subestimaste? ¿O querías protegerme?
― ¡Pues sí, te protegí! Sé que puedes hacerlo perfectamente. Idiota, ¡¿Acaso tú puedes soportar un dolor como este?! ― Exclamó de vuelta. ― ¡Deja de pelear! ¿Por qué estás molesta? ¡Pensé que dirías algo vergonzoso porque lo hice por protegerte!
― ¡Solo estoy preocupada, pelo de trapero!
― ¡Pues deja de estarlo!
― ¡No puedo! ¿Ya viste tus manos?
― ¡Si las vi, por eso no me arrepiento de nada! ¡No quería que tus manos quedaran de esa forma aunque pudieras curarte más rápido! ― Las palabras de la joven se esfumaron, sus ojos brillaron y un sonrojo decoró su rostro. De repente, Jisoo se lanzó para abrazarlo, sin importarle que cayeran al suelo. Sus labios temblaron, y de sus ojos empezaron a caer pequeñas gotas de agua. ― ¡O-oye! ¡Ahora no llores!
Pero no respondió, ella aún seguía abrazándolo, escondiendo su mirada en su cuello. Totalmente rendido, Killua posó sus manos vendadas en la espalda de Jisoo, y así ambos se fundieron en un inocente abrazo.
Perdón por los errores de ortografía y gracias por leer!
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