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˗ˏˋ029ˎˊ˗

━━━━━ Capítulo veintinueve ━━━━━━

======== :Hijo: =========

Mitsuki, tengo una pregunta —le dice Boruto al albino, quien inmediatamente se giró para prestarle atención—. ¿Qué tan estúpido hay que ser como para olvidar desactivar el Sharingan?

Kiochi frunció el ceño, encogiéndose en su asiento con vergüenza.

Mucho —responde Shinso, llevándose una mano al rostro para ocultar su sonrisa burlona—. Pero yo tengo otra pregunta; ¿Qué tan estúpido hay que ser como para no darse cuenta de que llevas el día entero conviviendo con tu hijo?

Shoto soltó un silencioso bufido al escuchar aquello, desviando la mirada hacía la ventana del auto.

Aún no había aclarado correctamente las cosas con Kiochi, ya que el chico le aplicó la ley del hielo para evadir todas sus preguntas. No pensaba presionarlo o insistirle con el tema por ahora, ya que de una forma u otra, terminaría averiguandolo por su cuenta.

«Debo llamar a Aiko para confirmar la cita de mañana. Ahora sí necesito esa prueba de ADN» refunfuñó mentalmente, tratando de ignorar todo el ruido que provenía de la parte trasera del auto.

¿Se imaginan que de un día para otro llegue un niño idéntico a ti, con un quirk similar al tuyo y que comparte rasgos similares con tu ex? Uy, no me gusta ni pensarlo —murmura el pelivioleta, ahogando la risa con una de sus manos—. Y lo peor de todo es que está por cumplir quince años, o sea, deberá pagar toda la fiesta.

«No había pensado en eso. Si se lo digo a mamá, seguro me deja llevarlo a casa...» pensó el Uchiha, sobando su mentón mientras analizaba aquella brillante idea.

No tuvo el valor de confesarle todo al hombre cuando este le preguntó sobre su doujutsu, ya que no encontraba las palabras correctas para explicarle la situación sin agobiarlo tanto. Sabía que la mente del bicolor era un completo caos justo ahora, ya que para nadie sería sencillo asimilar una noticia como esa así de la nada. No obstante, tampoco podía quedarse callado y esperar a que el dedujera todo por su cuenta.

Debía hablar claramente con él, y lo haría esta misma noche a como diera lugar.

«Que nervios, no quiero que le explote la cabeza» pensó, suspirando mientras relajaba su cuerpo en el asiento. Su mejor amigo lo imitó, haciendo que desviara la mirada para observarlo.

Oh, Mitsuki, ¿todo bien?

El albino asintió con la cabeza, frunciendo las cejas antes de hablar—Si, ¿tú estás bien? Te ves bastante pálido.

Así son los Uchiha's, Mitsuki. Pálidos, egocéntricos y estúpidos. Lo último solo aplica en Kiochi —interviene Boruto, observando de reojo a los adultos para verificar que no lo estuvieran escuchando-—. Pero aún así, te ves más pálido de lo normal, ¿seguro que te sientes bien?

El Uchiha torció los labios antes de asentir. Se sentía algo cansado y su temperatura estaba más baja de lo normal, pero le adjudicó eso a todo el caos que causó hace una hora—Si, estoy bien. No se preocupen.

Todoroki suspiró silenciosamente, introduciendo la llave de su departamento dentro de la cerradura para abrir la puerta. Kiochi se encontraba detrás de él, observando todos sus movimientos con suma atención.

Entra.—murmuró el hombre, haciéndose aún lado para dejarlo pasar primero.

Kiochi lo observó fugazmente antes de caminar hacía el interior del departamento. Ninguno de los dos se había dirigido la palabra hasta el momento, y ahora que se encontraban completamente solos los dos, todo era mucho más incómodo.

«¿Por qué debían irse Mitsuki y Boruto?» se lamentó el muchacho, frunciendo sus labios mientras caminaba directamente hacía la sala.

Desgraciadamente, sus amigos debían volver a las respectivas casas de sus compañeros a pasar la noche, ya que no todos cabían en el pequeño departamento del Todoroki. No tenía forma alguna de comunicarse con ellos, ya que apenas cruzaron el portal hacia este mundo, sus celulares se habían desconectado por completo, y ahora solo eran una carga en sus bolsillos.

Son las tres de la mañana...murmuró Kiochi, observando con desgano el reloj digital que adornaba la pared.

El dueño del departamento ingresó también a la sala, frunciendo las cejas con incomodidad al encontrarse con el muchacho parado en medio del lugar. Debía, y quería, hacerle cientos de preguntas justo ahora, pero no encontraba una forma correcta de iniciar aquella difícil conversación que tenían pendiente.

«Bueno, creo que ya es algo obvio que si es mi hijo... pero solo para confirmar, debería preguntarselo directamente» pensó el bicolor, titubeando un poco antes de dar algunos pasos para acercarse al muchacho.

Este se sobresaltó al sentir su presencia, y con una temblorosa sonrisa se giró para observarlo—Ah, huh...balbuceó, caminando hacía atrás para alejarse de él—. ¿C-Cómo está?

Todoroki suspiró cansado, llevándose una mano a la nuca antes de desviar la vista hacía el sofá—Sientate, debo hablar contigo.

El menor frunció los labios, asintiendo cortamente. Ya no encontraba más excusas para seguir aplazando aquella conversación, y si él ya estaba preparado para escucharlo; hablaría.

Se llevó una mano a la frente para limpiar el sudor que resbalaba por la misma, el ambiente y su cuerpo estaban bastante helados, pero por alguna razón su cuerpo había empezado a transpirar desde hace un buen rato. No se había sobrepasado en absoluto con el uso de su quirk durante el escape, así que no le encontraba justificación a su estado actual.

«Tal vez estoy nervioso, incluso me tiemblan las manos» pensó, suspirando antes de cerrar los puños para disimular aquello.

Shoto tomó asiento frente a él, frunciendo el ceño al percibir algo raro en su persona. Cualquier rastro de color había abandonado el rostro del muchacho, e incluso se atrevería a decir que parecía estar algo enfermo—¿Te sientes bien? Estás algo pali-...

Si, si, yo soy pálido. No es nada lo cortó, exhalando pesadamente antes de continuar—. Puede empezar, supongo que tiene muchas preguntas. Esta vez prometo decirle la verdad, sin mentiras.

Él lo observó durante algunos segundos, dejando de lado el tema de su aspecto para concentrarse únicamente en ordenar sus preguntas. No sabía por dónde empezar, así que decidió hacerlo con algo simple—¿Cómo te llamas?

Kiochi, no mentí en eso.

Hmm, lo sé. Me refiero a... tú nombre completo.explica, haciendo que él alzara las cejas.

Ah, es Kiochi Obito Uchiha. El segundo nombre lo escogió mi padrino, era ese o Rin.—rió un poco, tratando de aligerar el ambiente.

El hombre tragó saliva. Se esperaba exactamente aquella respuesta, excluyendo lo del segundo nombre, claro; pero escucharlo directamente de él era completamente diferente—¿Uchiha? Te refieres a... ¿esos Uchiha?

Kiochi torció los labios confundido, asintiendo cortamente con la cabeza—Pues... no sé si habrán otros aquí, pero creo que estamos hablando de los mismos; así que sí.

Entonces eres hijo de-...

Sasuke Uchiha, si asiente, aliviado por quitarse aquel peso de encima—. Y suyo también, por si aún le quedan dudas.

La respuesta del muchacho le cayó encima como un balde de agua fría. Ya se esperaba algo como eso, es más, tal vez lo sabía desde el principio pero se negaba a considerar aquella posibilidad. Actualmente, su vida como héroe era relativamente tranquila, excluyendo casos especiales como el de Dabi o algunos villanos que sobresalían entre el resto; no tenía que preocuparse por nada más que mantener su trabajo en orden, y de vez en cuando se tomaba el lujo de salir con alguna mujer para llenar el vacío emocional en su vida. Sabía que sus relaciones jamás serían lo suficientemente estables como para mantener una familia, y se negaba rotundamente a crear un hogar disfuncional; así que desde hace mucho tiempo había desechado la posibilidad de tener esposa y, por consecuencia, tampoco planeaba tener hijos.

Pero desde hace casi quince años que tiene uno, y no sabe nada de él más allá de su nombre.

Mentiría si dijera que alguna vez fantaseó con tener un hijo. Jamás se imaginó asimismo comprando pañales, decorando una habitación o enseñándole a jugar deportes al infante. Le adjudicaba eso al trauma que le generó vivir en un hogar disfuncional toda su infancia, ya que temía que por azares de la vida, terminara cometiendo los mismos errores que su padre. No se sentía capaz de mantener una familia, y mucho menos de educar a un chico de quince años que prácticamente no conocía.

En resumen, no sabía que hacer ahora.

¿Cómo fue que... pasó eso?balbucea al fin, aliviando al chico que, llevaba un buen rato esperando que dijera algo.

Usted debería saberlo, no me pregunte a mi refunfuña, desviando la mirada con cierta incomodidad—. Todo lo que sé es que mi madre ya estaba embarazada cuando volvió a Konoha.

El hombre alzó las cejas al escuchar aquello, inclinandose con brusquedad hacía delante—¿Dónde está ella?, ¿vino contigo?

Huh...balbuceó, sin saber como responder a eso—, más o menos, no.

Todoroki frunció las cejas confundido, sentándose correctamente en su asiento—¿Que significa eso?cuestiona, y al ver como el chico titubeaba, prosiguió—. No mientas.

Ella... está aquí, pero no sé dónde murmuró—. Vino para llevarme devuelta a casa porque me escapé mientras no estaba. Supongo que se siente mal por haberme ocultado tu existencia durante años, así que está dejando que pase tiempo con-...

¿Ocultar mi existencia?, ¿a qué te refieres con eso?lo interrumpe, y al ver la expresión en su rostro, inmediatamente añadió:— y no mientas.

El Uchiha curvó una pequeña mueca, bajando los hombros para relajar su cuerpo. El malestar que sentía hace rato no había desaparecido, es más, cada vez se sentía más cansado y débil; pero trataba de disimularlo para continuar con la conversación—No me ocultó tu existencia, solo.., no me habló nunca de ti.

El hombre pestañeó, perplejo. No podía creer que, aparte de ocultarle el nacimiento de su hijo, también haya mantenido su identidad en secreto. No entendía el porqué de su actitud, ¿acaso lo odiaba? Porque si ese era el caso, lo demostraba muy bien

¿Y cómo llegaste hasta acá si no sabías nada de mi?

Kiochi sonrió, apoyando el codo en su rodilla para reposar la mejilla en su mano—Es una laaarga historia.

No entiendo niega el hombre, ganandose una exhalación del muchacho—. ¿Mitsuki es hijo de ese horrible Orochimaru que tu madre tanto odia?cuestiona, a lo que él asintió cortamente—. ¿Y deja que seas su amigo?, ¿no le da miedo que te haga algo?

No, no. Mitsuki es...—titubeó, tratando de encontrar algún adjetivo correcto para describir al chico—, es muy dulce. Hay más probabilidades de que el imbécil de Boruto me haga algo.

Shoto asintió, tomando la taza de té entre sus manos para soplar el contenido—¿Y cómo se lleva Naruto con su hijo?

Horrible, como para sacarle una historia aparte a esos dos bufa, rodando los ojos en el proceso—. El séptimo se la pasa todo el día trabajando y pocas veces llega a su casa. Mamá y yo apostamos para ver cuánto tiempo tardaba Hinata-san en engañarlo con otro tipo.

Hmm murmuró el bicolor. Le costaba mucho imaginar a Naruto como un hombre obsesionado con su trabajo, pero tal parece que él no fue el único en madurar estos últimos años—. ¿Y tú?

¿Yo qué?, ¿cómo me llevo con mamá?cuestiona, a lo que él asintió simplemente—. ¡Super bien! Tal vez suene muy patético, pero... es mi mejor amiga.

Mi madre también es mi mejor amiga.susurra, haciéndolo sonreír.

¡Deberíamos presentarlas!

El hombre sonrió levemente mientras negaba con la cabeza. Llevaba alrededor de dos horas conversando con el muchacho sobre... su vida; todo lo que ha experimentado desde que tiene uso de razón. Le sorprendía mucho lo extrovertido y alegre que resultó ser el menor, sumándole a eso lo maduro que se veía a pesar de su corta edad. Le agradaba, pero... seguía sin verlo como a un hijo.

Eso último lo asustaba un poco. ¿Qué tal si nunca llegaba a sentir ese afecto paternal que instintivamente debería tener?, ¿cómo se sentirá Kiochi con eso?, ¿le guardará rencor como el mismo hizo con su padre años atrás? No quería eso, si era cierto que hasta el momento no sentía lazos con el muchacho, pero tampoco quería seguir ignorando su responsabilidad como padre; desde ahora formaría parte de su vida, y tal vez con el tiempo, llegase a quererlo correctamente.

O eso esperaba, claro.

Kiochi, yo... lo siento mucho —murmura, haciendo que este dejara de hablar para prestarle atención—. No soy muy bueno expresando mis sentimientos, y seguramente no resulté ser tan interesante como esperabas, pero... si me importas, ¿entiendes? Puede que no de la manera que quieres, pero aún así... daré lo mejor de mi en esto; estoy seguro de que con algo de tiempo lograré hacer que me veas como a un verdadero padre y-...

—Oh, pero... yo ya te veo de esa manera —lo interrumpe, haciendo un corto ademán con su mano—. Tú eres mi padre, el señor Enji es mi abuelo, la señora Rei es mi abuela, Natsuo-san y Fuyumi-chan son mis tíos, el niño ese que... no recuerdo ahora como se llama; es mi primo y mi mamá es... mi mamá, obvio —termina de nombrar, sonriendo levemente—. En fin, todos somos familia. Así que no te mortifiques o esfuerces mucho, yo te quiero desde antes de conocerte.

El héroe entreabrió los labios, sin saber como responder a todo lo que acababa de escuchar. Su mente se había quedado completamente en blanco ante aquellas sinceras palabras; y solo podía pensar en lo estúpido que era al no corresponder aquellos sentimientos como era debido.

Huh...—balbuceó, tratando de desviar el tema de conversación—, pensé que los ninjas tenían mejor resistencia, pero tú te ves bastante cansado ahora murmura, observando como el chico apenas podía mantener los ojos abiertos—. Ya es algo tarde, vayamos a dormir.

Kiochi quería replicar, pero si acaso y le quedaban fuerzas para subir las escaleras. Deseaba seguir conversando con su padre durante más tiempo, todo el día si era posible; pero se sentía tan cansado que seguramente no lograría mantenerse despierto durante más tiempo.

Shoto los guió hasta el piso superior, ayudándolo a subir las escaleras para evitar que tropezara por accidente. Frunció el ceño al notar lo helado que estaba el cuerpo del jóven, parando a mitad del pasillo para inspeccionarlo.

¿Seguro que te sientes bien?cuestiona preocupado, alzando la mano para colocarla sobre su frente y sentir la temperatura—. ¿Por qué tienes la frente caliente y el resto del cuerpo frío?

—¿Quien sabe? Tal vez estoy despertando la otra mitad de mi quirk...murmuró, exhalando fuertemente para reincorporarse—. Estoy bien, en serio.

Shoto frunció las cejas, inseguro. Decidió hacerle caso y no tomarle mucha importancia; tal vez simplemente estaba agotado por todo lo que hizo estos últimos días. Solo debía dormir correctamente y estaría bien—Está bien, pero dormirás conmigo en mi habitación. Debo asegurarme de que no te de fiebre o algo por el estilo.

Como ordene accede, curvando una pequeña sonrisa—, veo que ya se está tomando en serio su rol como padre.

El hombre pestañeó varias veces antes de pasar el brazo del muchacho sobre sus hombros para ayudarlo a caminar hacía la habitación—Eso intento.

Shoto frunció el entrecejo al sentir como la luz que se filtraba por la ventana lo golpeaba directamente en el rostro. Soltó un bufido bajo antes de subir las manos para sobar sus ojos; se levantó luego de unos segundos, sobresaltandose al encontrar a Kiochi profundamente dormido a su lado.

«Agh, pensé que había sido un sueño todo eso» masculló mentalmente, peinando su cabello hacía atrás para enfocar mejor su vista.

Estiró una de sus manos hacía la frente del menor, retirándola casi al instante al sentir lo caliente que estaba la misma. A los pocos segundos volvió a verificar su temperatura, chasqueando la lengua al deducir que, efectivamente, estaba hirviendo en fiebre.

Kiochi, Kiochi lo llamó, zarandeandolo con delicadeza por uno de sus hombros. El chico entreabrió los ojos, murmurando un sonido para que continuara—. ¿C-Como te sientes?

No siento la mitad inferior de mi cuerpo responde, tosiendo un poco para aclarar su garganta—. Me duele la cabeza también. Traté de aplicarme ninjutsu médico, pero...

¿Pero qué?

No se usar ninjutsu médico.masculla, cerrando abruptamente los ojos al sentir otra punzada en su sien.

El hombre ensanchó los ojos alarmado, tragando saliva al no saber que hacer—¿Seguro que te sientes mal? Te veo bastante tranquilo.

Soy un Shinobi, no me voy a poner a llorar solo porque tengo fiebre murmura, torciendo los labios—. Además, estoy deshidratado; no podría llorar aunque quisiera.

Todoroki se llevó una mano al cabello, levantándose rápidamente de la cama para buscar su ropa en el armario—Te llevaré al hospital, no creo que eso sea una simple fiebre.habló, colocándose una camiseta limpia antes de buscar sus zapatos.

A los pocos minutos terminó de acomodar todo, y se vió en la obligación de cargar al muchacho para llevarlo hasta su automóvil. Sabía que solo trataba de hacerse el fuerte por fuera para no preocuparlo, y era un hecho que no se encontraba para nada bien.

«Pasó un solo día conmigo y se enfermó. Soy el peor padre del mundo» se reprochó internamente el hombre, apretando con fuerza el volante entre sus manos.

Condujo a toda la velocidad permitida por la ley, tratando de tomar todos los atajos posibles para llegar cuanto antes a las instalaciones del hospital. Estaba nervioso, muy nervioso; jamás en su vida había pasado por una situación como esta, lo más parecido fueron algunas veces que tuvo que llevar a Sai al veterinario, de resto, nada.

Suspiró aliviado al cruzar el estacionamiento del hospital, bajando la velocidad para estacionarse frente a la entrada. Algunos enfermeros que iban saliendo se quedaron pasmados al ver la figura del héroe número dos, y de inmediato se acercaron para ayudarlo con el chico.

¿Que tiene? Se ve muy mal.preguntó uno de los doctores, observando de lejos como la enfermera se llevaba a Kiochi en una silla de ruedas.

E-Eh... no lo sé, anoche estaba bastante pálido y hoy empezó a arder en fiebre balbucea, tratando de recordar cualquier detalle importante—. Tal vez se intoxicó con la comida o algo parecido.

El doctor asintió, guiandolo hacía la recepción para que llenara el formulario del chico. La recepcionista sacó la plantilla de registro, levantando la mirada para observar al hombre—Nombre del paciente.

Kiochi, huh... Uchiha. Kiochi Uchiha.responde ansioso, a lo que ella inmediatamente anotó lo dicho.

¿Es menor de edad?él asintió rápidamente—. Entonces necesitamos autorización de uno de sus padres para-...

¿La mía sirve?la interrumpe, haciendo que frunciera el ceño confundida—. Es mi hijo.

No actualizaba desde el año pasado jahskahsa... Melanie comedia 😔🔫

Espero que les haya gustado el cap y el dibujito que hice de Kiochi para el separador uwu

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