˗ˏˋ026ˎˊ˗
━━━━━ Capítulo veintiséis ━━━━━━
======= :Parecido: =======
Kiochi torció los labios, mientras jugaba distraídamente con sus dedos. Se sentía algo fastidiado por la repentina interrupción en el momento padre e hijo que compartía con el Todoroki, pero no pudo hacer más que sonreír falsamente mientras veía como su padre salía del departamento para recibir a su novia.
—Vieja bruja.—bufó, dando un respingo casi al instante al escuchar el sonido de la puerta abriéndose.
Desvió la mirada hacía otro lado a la vez que relajaba un poco su tensa postura. Sus ojos terminaron posandose sobre el reloj digital pegado en la pared, el cual marcaba un cuarto para las cinco de la tarde.
—Ya volví.—la voz de su padre captó su atención, haciendo que soltara un silencioso suspiro antes de levantarse del sofá.
Caminó de mala gana hacía el recibidor, en el cual se encontraba su padre junto a una mujer que, supuso, era su novia actual. Analizó rápidamente a la fémina con la mirada, chasqueando la lengua al confirmar que, desgraciadamente, era muy bonita.
Los ojos café de la mujer chocaron con los suyos, y al ver como está fruncia el ceño, inmediatamente desvío la mirada hacía su padre—Hola...—murmuró, dando algunos pasos más para acercarse a ellos.
—Él es mi compañero, Kiochi —lo presenta, levanto levemente su mano hacía él—. Ella es Aiko.
—Llamame Yamagawa-san.—corrige, sonriendo levemente.
«Yama... mejor le digo señora» pensó en chico, negando cortamente con la cabeza antes de levantar su mano—Kiochi Uch... Kiochi nada más.—se cortó a si mismo, embozando una temblorosa sonrisa.
La castaña aceptó su saludo algo desconcertada, desviando la mirada hacía su novio—¿Son primos?—cuestiona, a lo que él inmediatamente negó.
—Compañeros.—corrige, haciendo que ella frunciera el ceño.
Confundida, volvió a posar su mirada en el joven, el cual se estaba empezando a sentir algo incómodo por el largo apretón de manos que compartían—Me estás diciendo que este niño, increíblemente parecido a ti, ¿no es parte de tu familia?—cuestiona desencajada, haciendo que ambos alzaran las cejas.
Shoto también posó su mirada sobre el muchacho a su cargo, analizando más minuciosamente su rostro. Frunció los labios confundido al encontrar algunas facciones similares entre ambos, y decidió apartar la mirada para no seguir atormentandose con eso—Ha de ser una coincidencia.—responde, encogiéndose de hombros.
«Dios mío, que idiota» pensaron los otros dos presentes a la vez, observando con fastidio al héroe.
—¿Una coincidencia?—repitió desconcertada, a lo que él asintió tranquilamente—¿Cómo demonios podría ser esto una... coincidencia?
—Ese es el punto de las coincidencias, nadie lo sabe —contesta, suspirando pesadamente mientras se llevaba una mano a la nuca—. Además, ¿qué importa si se parece a mí o no? Hay billones de personas en el mundo, te aseguro que no soy el único con esta cara.
La mujer apartó la mirada de él, ignorandolo completamente. Shoto podía ser idiota, pero ella no lo era—Niño, ¿cuál es tu apellido?
—Huérfano —contesta, frunciendo el ceño poco después a la vez que negaba con una de sus manos—. O sea, mi apellido no es Huérfano, trato de decir que lo so-...
—Si si, te entendí —lo interrumpe, rodando disimuladamente los ojos—. Así que eres huérfano —repite, a lo que él asintió nervioso—. Que conveniente, ¿no lo crees, Shoto?
—Que coincidencia querrás decir —corrige, ganándose una mala mirada de su parte—. Como sea, Kiochi y yo debemos comer para ir a trabajar, así que creo que ya es hora de que-...
—Yo los acompaño.—sonrie ella, posando una de sus manos en el hombro del muchacho.
Este curvó una mueca de asco, levantando la mirada para observar el techo del departamento «Parece que hoy será el gran día»
—Esto sabe muy bien... ¿tú lo terminaste de cocinar?—comenta Shoto, observando a Kiochi con curiosidad.
El jóven asintió simplemente, jugando con la comida en su plato. Se sentía increíblemente incómodo por culpa de la mujer frente a él, la cual no paraba de observarlo como si fuese una especie de criminal. Sabía, desde el momento en que ambos chocaron miradas, que ya sospechaba un poco sobre él. Parecía ser bastante inteligente y astuta, lo cual podría traerle muchos problemas.
Claro, si ella se daba cuenta y le decía a su padre, él se ahorraría aquella difícil conversación con el hombre. Pero esa no era la idea de todo esto, Kiochi quería que Shoto se diera cuenta por si solo, sin la ayuda de ningún tercero.
Eso sonaba como algo bastante difícil, pero tenía fe en él.
—Si, sabe muy bien. ¿Quién te enseñó a cocinar si no tienes padres?—cuestiona la mujer, apoyando su mejilla en su mano mientras agudizaba su mirada en el menor.
«Que mala. Si en realidad fuera huérfano, eso habría dolido» pensó el Uchiha, frunciendo el ceño—Tomé un curso de cocina, obviamente.
—¿Y quién lo pagó? Que yo sepa, no son tan generosos en los orfanatos de aquí.—vuelve a preguntar, haciendo que él rechinara los dientes.
—Ese era gratis.—masculla, ganándose una risa irónica de su parte.
—¿Y quién lo impartió, Gordon Ramsay?
Kiochi frunció el ceño confundido, asintiendo lentamente—Pues... ¿si?
Shoto siguió comiendo tranquilamente su almuerzo, observando de vez en cuando a sus dos acompañantes. No entendía cuál era el afán de su novia con interrogar al pobre estudiante en su mesa, pero ya estaba empezando a sentirse algo irritado por eso—Aiko —la llama, haciendo que esta girara la cabeza para observarlo—. Estás incomodando a Kiochi, déjalo en paz.
El aludido sonrió con suficiencia al ver como la mujer fruncia el ceño irritada e inmediatamente dejaba de parlotear. Se dedicó a terminar de ingerir su comida con más calma, mientras la mesa permanecía en un incómodo pero, para él, reconfortante silencio.
—¿Y cómo te va en el trabajo?—rompe el silencio la mujer, observando a Shoto con curiosidad.
—Bien.
Kiochi y Aiko se quedaron viendo al héroe, esperando a que comentara algo más respecto al tema, pero este no parecía tener ganas de mantener una conversación ahora. La castaña resopló enojada, haciendo reír a Kiochi.
—¿Y tú de qué te ríes, niño?—masculla enojada, mandándole una mirada de pocos amigos al chico.
Este siguió riendo en voz baja, negando con la cabeza—No me estoy riendo, señora.
—Es curioso que digas eso mientras te ríes, mocoso —replica, haciendo que este parara de reír para fruncir el ceño—. Y dime, ¿en dónde estudias?
—En la A.U.—contesta, a lo que ambos adultos fruncieron el ceño.
—Querrás decir la U.A,—corrige Shoto, haciéndolo tensar.
Una torpe sonrisa se formó en el rostro del chico, acompañada por una corta risa nerviosa—Si, bueno... soy disléxico.—susurra, observando un punto perdido en la mesa.
Shoto frunció los labios, asintiendo cortamente «¿Por eso nadie lo ha adoptado hasta ahora? Que mala suerte tiene» pensó con lastima, bajo la atenta mirada de su novia.
«¿En serio se creyó eso? Dios santo, creo que puedo conseguir algo mejor» bufó, posando sus ojos en el chico.
—¿Quirk?—cuestiona, a lo que él asintió.
—Si, tengo uno.
Aiko frunció el ceño, pellizcando la carne con su tenedor «Este niño definitivamente es familiar de Shoto»—Y dime, ¿en qué consiste tu quirk?
—Hielo, puedo congelar y crear cosas de... pues de hielo.—responde, rodando los ojos para si mismo.
La mujer abrió la boca anonadada, girando la cabeza para observar al bicolor—¿Si escuchaste eso, no?—masculla, señalando al muchacho con su dedo indice—. ¡Tiene un quirk de hielo, igual que tú!
—Si, que coincidencia.
Un tic nervioso se hizo presente en uno de los ojos de la mujer, producto de su latente irritación hacía el hombre. Ya bastante cansada de todo esto, se levantó bruscamente de la mesa, llamando así la atención de los otros dos presentes—¿Estás jugando conmigo, no es así?
Todoroki titubeó un poco, observandola con las cejas fruncidas—¿A qué te refieres?
—¡Desapareciste durante dos meses! ¡No respondías mis llamadas, mensajes y siempre ponías excusas para no verme!—bramó furiosa, apretando sus puños. El hombre permaneció inexpresivo ante sus quejas, haciendo que la mirada de ella se desviara hacía el menor presente—¡Y luego apareces con este niño que, si no te has dado cuenta, es tu hermano o, peor aún, tu maldito hijo!
Shoto frunció el ceño confundido, levantándose también de su asiento—No metas a Kiochi en esto, llevas todo el rato molestando sin razón —masculla, a lo que el joven se encogió en su asiento incomodo—¿Cuál es tu problema con él?
«Ay Dios, mejor me hubiera quedado en mi casa jugando con Mitsuki» se lamentó, sintiéndose ahogado por la tensión en el ambiente.
—¿Cuál es mi problema con él?—repite ella, perdiendo la poca paciencia que tenía—¡Mi problema no es con él, es contigo por ser un maldito idiota!
—No digas groserías, hay un niño presente —frunce el ceño, cruzándose de brazos—. Y si tu problema es conmigo, ¿por qué lo andas mencionando a cada rato?
—¡Porque nunca me contaste que tenías un hijo! ¡Llevamos casi cinco meses juntos, tengo derecho a saberlo!
Shoto levantó una ceja confundido, sin entender a qué se refería con eso—Yo no tengo hijos, Aiko. Como ya te dije, Kiochi solo es mi compañero de equipo.
—El cual es idéntico a ti, con un quirk parecido al tuyo y, oh, sin padres que puedan negarme todo esto.—replicó, gruñendo al finalizar.
—Si tuviera un hijo, creo que lo sabría desde hace tiempo. Además, Kiochi tiene casi quince años, ¿acaso lo tuve a los diecisiete? Por Dios. —bufó, haciendo suspirar al menor.
«Esto es tan incómodo y extraño. Pero si no lo descubre aquí, por lo menos empezará a sospechar»
—Bien, si estás tan seguro de eso...—murmuró, observandolos momentaneamente a ambos— háganse una prueba de ADN, así estaremos más seguros.
«Que intensa es esta tipa, desde ahora no me gustan las mujeres» pensó Kiochi, rodando los ojos con fastidio.
—No lo forzaré a eso solo porque te gusta hacer berrinches.—replicó el héroe, a lo que el chico aclaró su garganta.
—Por mi no hay problema, puedo hacerlo.—intervino, llamando la atención de ambos.
Shoto frunció el ceño desconcertado, mientras una enorme sonrisa se plantaba en el rostro de la mujer—Perfecto, hoy les agendaré una cita para mañana. ¿Y saben qué es lo mejor? ¡Entregan los resultados a las dos horas!—exclamó, tomando su bolso sobre la mesa antes de acercarse al hombre—Cariño, te recomiendo que vayas acondicionando la habitación de arriba, no necesito ninguna prueba de ADN para saber que ese niño es tu hijo.
—Que locas están las mujeres, ¿no?—rie Kiochi, una vez el hombre ingresó nuevamente al departamento luego de despedir a su novia.
Shoto asintió cortamente, pasándolo de largo para entrar a la sala—Sigueme, creo que debemos hablar sobre todo esto.
El Uchiha tragó saliva antes de asentir torpemente. Tal vez la inocencia de su padre por fin había llegado a su límite, y gracias a todas las acusaciones de Aiko, había logrado descubrir la verdad por su cuenta.
«Ay no, esto es demasiado pronto. ¡No estoy listo!» pensó alarmado, tomando asiento en uno de los sofás de la sala.
Shoto ocupó el sofá frente a él, apoyando sus codos en las rodillas y la mejilla en su mano. Le dió un último análisis al rostro del muchacho, suspirando pesadamente antes de hablar—Kiochi, voy a preguntarte una sola cosa, y no quiero que me mientas ¿okey?
El muchacho asintió nervioso, apretando sus manos que reposaban sobre sus rodillas—C-Claro, no lo haré.
—Perfecto —susurró, frunciendo las cejas—. Creo que ya es un hecho para ambos que compartimos varias... similitudes —comenta, a lo que él musitó un sonido afirmativo—. Cuando nos conocimos te comenté que tu rostro me resultaba algo familiar, y luego de escuchar todo lo que dijo Aiko... tengo la teoría de que eres parte de mi familia.
Kiochi frunció las cejas, curvando una temblorosa sonrisa—¿U-Usted cree?
—Si, y tú también lo crees, ¿no?—cuestiona, pero no obtuvo respuesta de su parte—. A esto quería llegar, te haré una pregunta, y debes responderme con la verdad.
«¡Por Dios, si se dió cuenta de que soy su hijo!» pensó emocionado, tratando de disimular la sonrisa que empezaba a formarse en su rostro—Lo escucho.
Shoto se llevó ambas manos al rostro, restregando sus ojos antes de suspirar pesadamente y observarlo—Tú... ¿eres hijo de Natsuo?
Kiochi pestañeó repetidas veces, desconcertado—¿Cómo... cómo dice?—cuestiona, frunciendo las cejas—. ¿Cree que soy hijo de su hermano?
—Natsuo fue muy irresponsable en su época de universitario, no me sorprendería que haya embarazado a alguna chica en ese entonces. Tal vez ocultó todo para evitar conmoción en mi familia, o para protegerte del psicópata de Touya.—teoriza, dejándolo aún más perplejo.
Negó lentamente con la cabeza, riendo en silencio ante aquella curiosa ocurrencia de su padre—Le aseguro que no soy hijo de Natsuo-san.
Todoroki chasqueó la lengua, creyéndole al muchacho «Hmm, es imposible que sea hijo de Fuyumi, me habría dado cuenta si quedaba embarazada. Su rostro y quirk solo son compatibles con los genes de mi madre, así que puedo descartar la posibilidad de que el viejo tuviera un amorío por ahí. Y si no es hijo de Natsuo, entonces...»
—Acaso... ¿eres hijo de Touya?—pregunta con cierto temor, a lo que él negó inmediatamente. Relajó un poco su semblante al recibir una negativa de su parte, ensanchando los ojos al recordar lo que deberían estar haciendo ahora— Maldición, debemos ir a patrullar. Luego seguiremos con esta conversación.—lo apunta, levantándose apresurado del sofá.
Kiochi suspiró para relajarse una vez su padre abandonó la sala para buscar sus cosas. Por lo menos ya sospechaba que ambos compartían lazos sanguíneos, así que no debía faltar mucho para que descubriera la verdad.
—¡Demonios, mañana es esa estúpida prueba de ADN!—maldijo, llevándose una mano a la cabeza con frustración—. No debí aceptar sin estar seguro de que lo descubriría hoy.
—Puaj, ¿por qué huele a rata podrida aquí?—masculló Kiochi, cubriendo su nariz con una de sus manos.
Ya se encontraban en un callejón cercano al departamento del héroe, dándole referencias de olor a Sai para que pudiese rastrear a Dabi con mayor rapidez—Esta es la ropa que usaba Touya en prisión.
—¿Y esa prisión está en las alcantarillas o qué?—murmura, sintiendo algo de empatía por el pobre animal que debería oler eso—. Creo que yo mismo podré sentir el aroma de Dabi si lo tengo cerca.
Shoto sonrió levemente, retirando las prendas del hocico de su mascota para guardarlas en su bolso. Ajustó la correa del animal en su mano antes de mandarle una mirada al chico para que lo siguiera.
El pequeño animal mantenía su nariz pegada al suelo, mientras los tres transitaban las oscuras calles de Musutafu como si fueran simples civiles. Las otras personas no parecían notar su presencia, ya que todos estaban sumergidos en sus propios asuntos personales. Kiochi observaba atentamente todo a su alrededor, tratando de localizar alguna pista que pudiese ayudarlos.
—¿Y si está en otra ciudad?—cuestiona el chico luego de un rato, a lo que el héroe negó.
—Está aquí, estoy completamente seguro —susurra, bajando la mirada al sentir como Sai tiraba de su correa—. Parece que encontró algo, camina rápido.
Ambos empezaron a trotar a paso lento para darle chance al perro para que pudiese correr libremente. Las personas les mandaban miradas de reojo al ver la extraña actitud que mantenían, volviendo a sus asuntos poco después.
Shoto frunció el ceño extrañado al ver como se dirigían hacía un bar de mala muerte. Jaló un poco la correa del perro para evitar que siguiera avanzando, ganándose algunos ladridos y saltos de su parte—Esperame aquí, entraré yo solo.—le habla al muchacho, quien inmediatamente negó con la cabeza.
—No, no ,no. Yo iré con usted.—replica, recibiendo el mismo gesto como respuesta.
—Eres menor de edad, no te dejarán pasar. Además, necesito que cuides a Sai —responde, sin darle chance de opinar—. Mantente alerta y si pasa algo, grita, yo vendré a ayudarte enseguida.
Kiochi asintió de mala gana, recibiendo la correa del animal. Se quedó parado observando como la silueta de su padre se alejaba para ingresar en el descuidado local, dejándolo completamente solo en aquella acera.
—Preparate Sai, en estos escenarios siempre le pasa algo malo al protagonista —le habla al canino, el cual simplemente agitó su cola como respuesta—. O al padre del protagonista, quien sabe.
El ambiente se sentía bastante tenso y frío, pero hasta el momento no había logrado sentir la presencia de alguien a su alrededor. Bufó aburrido al confirmar que todo estaba en orden por la cuadra, bajando la mirada para observar como el perro se había quedado dormido en sus pies.
—Bueno, el protagonista está a salvo por ahora...—murmura, entrecerrando sus ojos al captar la figura de su progenitor a lo lejos—. Y el padre también, que aburrido es todo esto eh.
Zarandeó un poco la correa del canino para que se levantara, dando algunos pasos para arrastrarlo consigo. Sai se activó instintivamente al ver a Shoto, corriendo hacía él para saltar a su alrededor.
—¿Consiguió algo?—pregunta el chico aburrido, llevándose una mano a la nuca.
Shoto asintió inmediatamente, sacando un trozo de papel de su bolsillo trasero—Dabi estuvo aquí, parece que trató de sobornar al dueño para usar el local como guarida, pero él se negó.
Kiochi asintió cortamente, posando su vista en el trozo de papel—¿Y eso?—pregunta, señalando su mano con el dedo índice.
El hombre le pasó el papel, en el cual estaba escrito lo que parecía ser una dirección bastante detallada. Kiochi levantó la mirada en busca de una explicación, recibiendo una leve sonrisa de su parte—No le vendió su local, pero si le recomendó otro cerca de aquí. Por lo que me dijo, parece que si concretó la compra y ...—musita, recibiendo el papel devuelta— esto, es la dirección de ese local.
—¿Está diciendo que ya sabemos dónde está la guarida de Dabi?—cuestiona perplejo, a lo que él asintió—, ¿así de rápido?
Shoto frunció el ceño, negando con la cabeza—Tal vez tú tengas dos días aquí, pero yo llevo casi tres meses tratando de conseguir esto.—masculla, ganándose una tímida sonrisa de su parte.
—Perdón...—murmura, jugando con sus dedos— entonces, ¿debemos avisarle a los demás?
Shoto negó con la cabeza, dejándolo confundido—Primero debemos confirmar que Dabi está allí, luego de eso, si podemos comunicarselo al resto.—contesta, a lo que él asintió repetidas veces.
—¿Vamos mañana?
—No, ahora mismo. No tenemos tiempo que perder.
Espero que les haya gustado el cap uwu
Aquí les dejo un dibujito feo de Kiochi mientras aprendo a dibujar decente 👍🏻
💟 No olviden votaaaaaar
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro