˗ˏˋ 025 ˎˊ˗
━━━━━ Capítulo veinticinco ━━━━━━
======= :Tiempo juntos: =======
—¿Y a dónde vamos?—preguntó Kiochi emocionado, asomando su cabeza por la ventana del auto.
Shōto le mandó una mirada de reojo, observando con algo de preocupación como el muchacho seguía sacando su cabeza por la ventana sin tomar en cuenta la posibilidad de un accidente. Retiró una de sus manos del volante para jalar la camisa del muchacho lo suficientemente fuerte como para sentarlo en su asiento, haciendo que este lo observará confundido.
—El cinturón.—señala con los ojos, indicándole indirectamente que debía colocarselo. El chico alzó una ceja confundido, desviando la mirada para observar la cinta también.
—Pues... ahí está, ¿por?—cuestiona extrañado, ganándose un suspiro de su parte.
—¿Podrías colocartelo?—pide, sin despegar sus ojos del camino. El Uchiha alzó las cejas, asintiendo repetidas veces.
Tomó la cinta con algo de torpeza, sin saber en donde debía colocarla. Metió su brazo en el espacio libre mientras jugaba con el borde distraídamente, ganándose la atención del héroe.
—¿Pasa algo?—cuestiona, observándolo de reojo. El muchacho torció los labios, negando con la cabeza—¿No sabes ponerlo?
Kiochi frunció los labios avergonzado, negando nuevamente. El bicolor volvió a suspirar mientras se desviaba un poco del camino para estacionarse momentaneamente.
El Uchiha ensanchó los ojos nervioso al analizar las acciones del hombre, tragando duro mientras lo observaba«¿A-Acaso me va a echar de su auto solo porque no se amarrar esta cosa?»pensó preocupado, frunciendo levemente las cejas.
Shoto desabrochó su propio cinturón para moverse más cómodamente, y con delicadeza tomó la cinta del chico para desenredar el desastre que había hecho anteriormente. Kiochi observaba con curiosidad como el hombre colocaba correctamente la cinta sobre su cuerpo, enganchandola al final para que quedara bien ajustada—Listo, ya podemos seguir.—susurró el héroe, mandándole una corta mirada al muchacho antes de volver a su posición original.
—G-Gracias...—murmuró el chico avergonzado, jalando un poco el cinturón—. Entonces, ¿a dónde iremos?—vuelve a preguntar, recuperando el ánimo que tenía anteriormente.
Shoto repicó su dedo índice contra el volante, mientras mantenía toda su atención en la carretera—A mi departamento, debemos buscar a alguien que nos ayudará.
Kiochi observaba con curiosidad la recepción del edificio, siguiendo de cerca a su padre. Este último se acercó a la recepcionista para anunciar su llegada, recibiendo con eso las llaves de su departamento. Guió al muchacho hacía el elevador, presionando el botón antes de girarse a verlo.
—Todo es muy bonito —comenta el chico, terminando de darle un vistazo fugaz a todo—¿Paga mucho por esto?
Todoroki negó lentamente con la cabeza. Este no era un edificio de primera clase ni nada por el estilo, simplemente era cómodo y seguro. A diferencia de muchos de sus compañeros de trabajo, el no le veía el sentido a comprar una casa enorme cuando vivíria él solo, y de paso, solo llegaba a la hora de dormir.
Claro, cuando algún día formara una familia, se vería en la obligación de comprar una casa para que todos estuviesen cómodos. Pero eso seguía viéndose muy lejano para él.
—Me salió barato, lo compré un año después de graduarme.—le responde al joven, quien simplemente asintió repetidas veces.
—¿Trabajó mucho para eso?—cuestiona interesado, desviando la mirada al escuchar como el elevador se abría. Shoto entró al cubículo siendo seguido por él, para luego presionar el número de su piso.
—Si, fue algo difícil conseguir el dinero. A los novatos no suelen darles muchos trabajos, pero gané algo de fama en la academia y con eso logré levantarme un tiempo —responde, llevándose ambas manos al pantalón para introducirlas dentro de sus bolsillos—. Si te esfuerzas, puede que también lo logres.
«Uy no, mejor espero a que el tío Naruto me regale una casa» hizo una mueca el muchacho, agitando la cabeza antes de asentir—¡Me esforzaré entonces!
El elevador paró en el piso marcado, abriendo sus puertas para que padre e hijo pudiesen salir. Shoto caminó tranquilamente hacía la puerta de su hogar, introduciendo la llave en la cerradura para abrirla. Kiochi ingresó al departamento después de él, cerrando la puerta detrás de si mientras observaba el interior con emoción.
No tenía nada de especial o extravagante, la decoración era simple e incluso algo aburrida desde su punto de vista. Seguramente el hombre había dejado todo tal y como se lo vendieron, ya que los muebles y el televisor era lo único moderno que podía distinguir entre todas las cosas. No le tomó mucha importancia a eso y se dedicó exclusivamente a seguir a su progenitor por todos lados.
—¿Y dónde está la persona que buscamos?—pregunta curioso, desviando la mirada en diferentes direcciones. Seguramente era otro héroe profesional con un asombroso y misterioso quirk, el cual los ayudaría a localizar a Dabi con mayor rapidez.
Shoto torció los labios, revisando debajo de la mesa para confirmar la ausencia del misterioso individuo. Se llevó dos dedos a la boca antes de soplar un poco para generar un silbido, el cual fue correspondido con el sonido de pisadas acercandose.
Kiochi alzó una ceja desconcertado al ver cómo un pequeño perro ingresaba alegremente a la cocina, correteando a su padre con genuina emoción—N-No sabía que tenía un perro...
El héroe de agachó para acariciar al peludo animal, haciendo que este se detuviera para disfrutar de su tacto—Si, su nombre es Sai junior.
—Sai juni-... ¿¡Sai!?—exclama sorprendido, bajando la mirada para observar con curiosidad al canino.
«¿Por qué demonios se llama como el tío Sai? Eso es bastante... ¡Diablos! No me había dado cuenta de que mi gato se llama igual que mi papá»gruñó el joven, golpeando fuertemente su frente con la palma de su mano.
—¿Por qué haces eso?—pregunta el bicolor confundido, observando al chico con el ceño fruncido.
Kiochi retiró la mano de su frente, embozando una tímida sonrisa mientras desviaba la mirada—Una mosca se paró en mi frente, pero como sea —aclaró su garganta—, ¿dónde está la persona que nos ayudará?
—Es Sai —responde simplemente, dejándolo aún más confundido—. Está entrenado para rastreo, nos será de mucha ayuda para localizar a Dabi.
El chico frunció las cejas, ladeando levemente la cabeza—Huh, no sé si está será una pregunta estúpida, pero... ¿eso no debería hacerlo un policía o algo así,?
—La policía no está involucrada en esta misión, yo tomé toda la responsabilidad.
Kiochi alzó las cejas sorprendido, embozando una enorme sonrisa «Cada vez que abre la boca es para decir algo genial. Lo amo»
—¿Y de dónde sacaremos una referencia del olor de Dabi?
Shoto frunció los labios, aguantandose las ganas de emitir algún comentario despectivo para el hombre—Tenemos la ropa que usaba en prisión. Y sino, podemos usar el olor a basura como referencia.
—Jeje, si que debe caerle mal para que diga algo como eso.—murmuró Kiochi, rascando su nuca con cierta incomodidad.
—Huh, no. Lo digo literal, huele a basura —suspira, bajando momentaneamente la mirada hacía el canino—. Pero eso es bueno, mientras más fuerte sea su olor, será más fácil encontrarlo.
Kiochi simplemente asintió, introduciendo ambas manos en sus bolsillos—¿Y usted vive aquí solo?—cambia el tema, dándole otra mirada fugaz a su entorno.
—Si, pero cuando estoy libre paso la mayor parte de mi tiempo en el departamento de mi novia.
«Auch, mejor no hubiera preguntado nada» pensó el chico incómodo, curvando una pequeña mueca—¿Y quién es ella? Si se puede saber, claro.
—Se llama Aiko... no recuerdo su apellido.—susurra lo último, frunciendo levemente las cejas mientras trataba de recordar.
—¿Es una heroína? —cuestiona, a lo que él negó—. ¿Y a qué se dedica?
—Ni idea, pero ella no importa —agitó levemente su cabeza, caminando en dirección a la salida de la cocina—. Sígueme, te enseñaré el resto del departamento.
Kiochi asintió torpemente, acelerando el paso para colocarse a su lado—¿No deberíamos irnos a buscar a Dabi ahora?
—Ah, olvidé mencionarlo; nuestro patrullaje será nocturno. Dabi no sale de día —anuncia, subiendo las escaleras que daban al segundo piso—. Así que deberás cambiar tus horarios de sueño por un tiempo.
El muchacho suspiró, sintiéndose algo aliviado al no tener que levantarse a altas horas de la madrugada para trabajar—Me parece bien, me gusta más la noche.
—A mi igual, es más silenciosa —susurra, caminando por el pasillo hasta llegar frente a una puerta blanca—. Esta será tu habitación. Está algo desordenada, no tuve tiempo de acomodarla.
Kiochi asomó un poco la cabeza para ver el interior del cuarto, levantando una ceja desconcertado al encontrarla perfectamente acomodada y sin rastros de polvo por ningún lado—Y-Yo no la veo desordenada.
Shoto también ladeó la cabeza confundido, examinando el interior de la habitación—Que raro, la señora de limpieza debió pasar a acomodarla entonces —susurra extrañado, para finalmente encogerse de hombros y dejar atrás aquel tema—. Puedes dejar tus cos... ah, no traes nada —tuerce los labios, observando de reojo al chico—. Bueno, descansa un rato. A las nueve estamos saliendo —anuncia, a lo que él asintió repetidas veces—. Más tarde haré el almuerzo, te llamaré para que bajes a comer.
El hombre salió de la habitación, cerrando la puerta detrás de si. Kiochi suspiró pesadamente para relajarse, sentándose en la orilla de la que sería su nueva cama temporal.
«Hmm, me pregunto que estarán haciendo Mitsuki y Boruto ahora» pensó, observando distraídamente el techo de la habitación. Una mueca de miedo se formó en su rostro, mientras su cuerpo se estremecía «Más importante, ¿que estará haciendo mi mamá? Espero que no esté muy enojada, aunque eso sería pedir un milagro»
—¿Si lograste hablar con Kiochi-kun?—cuestiona Fuyumi, llegando a la sala con una bandeja de té para los ninjas.
Sasuke frunció el ceño enojada, recibiendo de mala gana su taza—Si, pero el muy idiota aprovechó la presencia de Shoto para escaparse.—gruñó, rechinando sus dientes.
—¡Já! Tu hijo te troleó.—rió Natsuo, haciendo que las miradas de todos se posaran sobre él.
—¿No te habías ido?—masculló Sasuke, a lo que él simplemente de encogió de hombros.
—Puedo volver cuando mi intervención sea necesaria.—responde, acercándose a uno de los sofás para tomar asiento.
—¡Cuidado!—bramó Fuyumi, empujándolo bruscamente para que cayera en otro asiento—. Casi aplastas a mi hijo.
Natsuo frunció el ceño confundido, bajando la mirada para observar como el pequeño castaño jugaba tranquilamente con sus juguetes «Este niño tiene el quirk de la invisibilidad»
—¿En serio ha estado aquí todo este tiempo? No lo había visto'ttebayo —le susurró Naruto a su amiga, quien simplemente soltó un bufido mientras asentía—. Sería un buen ninja, nadie nota su presencia.
Ella torció los labios, analizando al infante con la mirada—Si, nos lo llevamos.
—Huh, si van a planear el secuestro de mi hijo... deberían hacerlo en voz baja —habló Fuyumi, riendo cortamente—. Y no, mi hijo no está a la venta.
—No recuerdo haberte ofrecido dinero —rueda los ojos la Uchiha, soltando un corto suspiro—. Pero quédatelo, si llevo a otro niño con quirk, Kiochi dejará de ser especial.
—Que linda madre —soltó Naruto de forma irónica, llevándose ambas manos a la nuca—. Pero mejor no critico mucho...
Enji soltó un suspiro antes de prender la TV y reproducir la misma presentación que le mostró a Kiochi y sus amigos anteriormente. Ambos ninjas observaban con aburrimiento la ficha de villano de Dabi, junto a los vídeos referenciales de su quirk y el que supuestamente era su nuevo grupo criminal.
—Apuesto esta casa a que lo encuentro, arresto y asesino en diez minutos.—comentó Sasuke, ganándose un bufido del Hokage.
—Yo lo hago en cinco'ttebayo.
Endeavor frunció levemente las cejas, observando a los ninjas con interes—¿Pueden hacerlo? Sería de mucha ayuda, de esa forma Kiochi y los demás no estarán en peligro.
Sasuke entreabrió los labios, analizando con atención las palabras del hombre. Sería una buena experiencia para su hijo capturar por su propia cuenta a un villano fugitivo, ya que en Konoha esa clase de cosas ya no eran tan comunes como antes. No le preocupaba mucho su seguridad, ya que estaba completamente segura de él era igual o más fuerte que ese tipo. Sumándole a eso que estaría acompañado por Shoto y, discretamente, por ella también.
—Dejémosle eso a Kiochi —habla al fin, dejándolos desconcertados—. Él lo hará en menos de una semana.
—Boruto lo hace en tres días.—rie Naruto, levantando tres dedos con arrogancia. Su amiga rodó los ojos antes de mandarle una mala mirada.
—No lo vería ni aunque lo tuviera parado enfrente —bufa, y antes de que pudiera replicar, prosiguió—. Como sea, aún así quiero vigilarlo para ver que tal se desenvuelve. En resumen, ya nos vamos.
Kiochi observó con aburrimiento el programa que estaban transmitiendo en algún canal aleatorio. Llevaba ya media hora en la habitación que su padre le asignó, pero por más caricaturas que trató de ver, no logró entretenerse en absoluto. Tampoco tenía mucho sueño como para acostarse a dormir, y le acreditó eso a su latente emoción.
No podía dormirse mientras tenía a su padre en el piso de abajo. Quería convivir y hablar de forma más calmada con él, ya que no tendrían oportunidad de hacerlo mientras estuvieran trabajando.
Ya bastante decidido, se levantó de la cama para salir de la habitación. Silbó distraídamente mientras cruzaba el pasillo para bajar las escaleras, siguiendo el camino que recordaba hacía la cocina.
Shoto desvío la mirada al escuchar el sonido de la puerta abrirse, observando con curiosidad como el menor se acercaba a paso calmado—¿Pasó algo? Aún no termino el almuerzo.
—N-No es nada, solo... —balbuceó nervioso, tragando saliva— quería conocerlo mejor.
Shoto paró de picar los vegetales para girarse a verlo completamente. Tal vez había sido muy desconciderado con el chico al no pasar más tiempo a su lado. Sabía, porque el mismo se lo había dicho, que era su héroe favorito. Eso le hizo recordar un poco su infancia, ya que él también se emocionó mucho la primera vez que vió a All Might, y podía suponer que el chico se sentía de la misma forma ahora mismo.
—Bien, hmm... ¿me ayudas a cocinar?—cuestiona, señalando con la mirada los utensilios de cocina.
Kiochi sonrió ampliamente, asintiendo repetidas veces con emoción—¿Qué quiere que haga?—cuestiona, acercándose al fregadero para lavar sus manos.
—Termina de picar los vegetales, yo me encargaré de la carne.
El muchacho asintió simplemente antes de sacudir sus manos y tomar el puesto que ocupaba el héroe anteriormente. Tomó el cuchillo para empezar a picar la verdura con una impresionante velocidad y precisión, lo cual no pasó desapercibido por el bicolor.
—Eres bueno en eso, ¿te gusta la cocina?—pregunta, sin despegar sus ojos de las acciones del chico. Este negó con la cabeza, concentrado en su tarea.
—Soy bueno con las armas.—musita, dejando los trozos de verdura en el tazón antes de tomar otra para empezar desde cero.
Shoto ladeó la cabeza, musitando un sonido pensativo—¿Quién te entrenó?
—Mi mami —responde inconscientemente, arrepintiendose segundos después. Shoto frunció las cejas confundido, ya que hasta donde tenía entendido, el chico era huerfano—. A-Asi le digo a la señora del orfanato.
El bicolor relajó su semblante, asintiendo como respuesta «Pobre niño, me parece muy extraño que nadie lo haya adoptado hasta ahora. Es muy dulce» pensó, suspirando tristemente.
—Y... huh, ¿usted no ha pensado en tener hijos?—pregunta tímidamente Kiochi, aclarando un poco su garganta.
—Quisiera, pero... no me veo muy capaz de hacerlo. Todas mis relaciones terminan mal en algún momento, y no quiero que mi hijo crezca en una familia disfuncional.—responde, frunciendo nuevamente el ceño cuando los amargos recuerdos empezaron a cruzar su mente.
Kiochi alzó levemente las cejas, tratando de disimular un poco las ganas que tenía de seguir preguntando sobre el tema—P-Pero usted dijo que tenía novia, acaso ella...
—No creo que eso dure mucho, ya llevo dos meses sin hablar con ella.—lo corta, dejándolo confundido.
—¿Por qué?
—Porque no atiendo sus llamadas —responde simplemente, haciendo que el muchacho alzara una ceja desconcertado—. Mis parejas suelen olvidar que soy un héroe con mucho trabajo, y que no tengo mucho tiempo para prestarles atención.
—¿Y por qué no lo hace ahora? Digo... tiene tiempo hasta la noche.—sugiere incómodo, haciendo una pequeña mueca.
Shoto frunció el ceño, sin saber que otra excusa dar para quedar bien con el chico. Finalmente optó por ser sincero, soltando un corto suspiro antes de hablar—Porque no quiero.
—¿Huh?—soltó el chico perplejo, pestañeando repetidas veces—. No está siendo un poco... ¿cruel? Con ella —cuestiona, llevándose una mano a la nuca—. Tengo entendido que las mujeres son un poco más sensibles con esas cosas, tal vez debería tratarla un poco mejor.
—Tranquilo, yo no las fuerzo a nada. Cuando me reclaman algo, siempre me aseguro de decirles "Si no te gusta, déjame y ya" de esa forma ellas podrán tomar la mejor decisión.—contesta, asintiendo cortamente con la cabeza.
—¿Y qué dicen ellas?—pregunta curioso, a lo que él musitó un sonido pensativo.
—Terminamos, te odio, eres un imbécil... entre otros insultos más —suspira, bajando tristemente los hombros—. No las entiendo, y a los hombres mucho menos.
Kiochi hizo un puchero, compadeciendose por el hombre—No debería lamentarse tanto, seguro algún día encontrará a alguien —sonrie, a lo que él ladeó la cabeza poco convencido—. Todo lo bueno llega en algún momento.
Shoto asintió simplemente, devolviéndole el gesto—Que dulce eres —halaga, para luego entrecerrar los ojos—. Eres homosexual, ¿no?
La sonrisa del muchacho se desvaneció al instante, siendo sustituida por una mueca de incomodidad—No, solo soy dulce.—masculla, apretando fuertemente el mango del cuchillo.
—¿Seguro?—insiste, a lo que él asintió inmediatamente—. Bueno, aún eres joven. Te darás cuenta después.
El muchacho estaba por replicar hasta que el tono de llamada del hombre empezó a sonar. Shoto limpió sus manos con un trapo antes de sacar su teléfono, soltando un suspiro pesado para seguidamente atender la llamada—¿Hola?, Si... si... estoy ocupado... como quieras... okey, ya bajo.—bufó, despegando el artefacto de su oído para colgar.
—¿Pasó algo?—pregunta tímidamente Kiochi, observando la expresión de fastidio en el rostro de su padre.
—No, bueno, si... mi novia está abajo, vino a visitar —masculla, saliendo de su área de trabajo para caminar hacía la puerta—. Espérame aquí, ya vuelvo.
Espero que les haya gustado el cap y FELIZ NAVIDAD UWU
Lo siento, pero cambié de celular y no tengo memes aquí. Les dejo esta foto de Deku chikito en el suelo:
Conseguí eso mientras buscaba la imagen de Deku jahskajdhq q suerte tienen
💟 No olviden votaaar
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro