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━━━━━━━━ Capítulo uno ━━━━━━━━

========== :Curiosidad: ==========

Las calles de Konoha estaban tranquilas y concurridas, como solían estarlo siempre. Kiochi corría tratando de esquivar a los aldeanos que se cruzaban en su camino. Se supone que debía llevarle los informes de la policía militar al séptimo Hokage, pero se distrajo jugando videojuegos y terminó con una hora de retraso.

¡Oye niño, cuida lo que-...―el vendedor que se estaba quejando paró de hablar al ver como el niño lo pasó de largo luego de chocar contra él.

¡Lo siento!―exclamó sin voltearse, para luego saltar sobre una de las tiendas y empezar a correr por encima de los edificios.

Estos niños de ahora, no respetan a los mayores...―refunfuñó el hombre, recogiendo la canasta de frutas que había caído al suelo luego de su desafortunado encuentro con el menor.

El chico saltaba ágilmente por los techos de los edificios, disfrutando del suave viento que golpeaba su rostro y despeinaba su extravagante cabello bicolor.

En un descuido, una de las hojas de la carpeta que traía se desprendió de la misma. El viento se encargó de llevarla lejos del joven Uchiha, él cual se había quedado pasmado sin saber que hacer.

Tch, hoy no es mi dia de suerte ―masculló, saltando del edificio para seguir torpemente la hoja de papel―. ¡Mas te vale que vuelvas conmigo o tendremos un serio problema!―exclamó enojado, extendiendo su mano mientras corría, con la patética esperanza de alcanzar el papel.

Pero este ya se encontraba muy lejos de su alcancé, y por más rápido y ágil que fuera el chico, se le haría complicado recuperarla. Ensanchó los ojos alarmado al ver como el viento cambiaba de dirección y guiaba la hoja hasta una fuente de la plaza principal.

¡No!, ¡por favor no!―prácticamente lloriqueó el joven, observando como lentamente la hoja caía al agua.

Cerró abruptamente los ojos, sin soportar ver aquella horrorosa escena. Pero a los pocos segundos se vio en la obligación de abrirlos nuevamente, pues sentía la presencia de alguien frente a él.

¡Mitsuki!―exclamó, sorprendido. Él albino sonrió levemente, levantado su mano izquierda. Kiochi ensanchó los ojos sorprendió al ver como sostenía la hoja que momentos antes había dado por perdida― ¡La recuperaste!, ¡eres el mejor amigo del universo!

La sonrisa de Mitsuki se agrando notoriamente al escuchar aquellas palabras salir de la boca de uno de sus mejores amigos. Le tendió la hoja sin borrar su sonrisa, observando como este la guardaba rápidamente en la carpeta.

Te veo agitado, ¿a donde vas?―pregunta con genuina curiosidad, ladeando la cabeza.

El Uchiha suspiró pesadamente, señalando con su pulgar la torre del Hokage detrás de su espalda.―Mamá me encargó esto hace rato, pero... pasaron algunas cosas importantes y me retrase un poco.―miente torpemente, desviando la mirada.

Con cosas importantes te refieres a jugar videojuegos, ¿no?―cuestiona, y al recibir otro suspiro como respuesta, volvió a sonreír ―. Tú y Boruto son muy parecidos en ese aspecto.

Kiochi hizo una mueca al escuchar aquello. Le agradaba el Uzumaki, de hecho era uno de sus dos mejores amigos, luego de Mitsuki, pero aun así no toleraba cuando alguien lo comparaba con el rubio. Ya tenia mucho con que su mamá lo hiciera todo el tiempo.

Ignoraré ese comentario solo porque voy tarde, pero para la próxima no te salvas.―advierte, señalándolo con su dedo índice mientras empezaba a caminar de espaldas.

¿Puedo acompañarte?, no tengo nada que hacer hoy.―pide el muchacho, empezando a caminar para seguir a su amigo.

Si quieres escuchar como me regañan, eres bienvenido.―rueda los ojos, saltando hacía otro techo para retomar su carrera hacía la torre.

A los pocos minutos llegaron a su objetivo, sin ninguna clase de inconveniente. Kiochi solía pensar que Mitsuki era su amuleto de la suerte, ya que cada vez que estaba a su lado todo le salía bien y sin problemas. Todo lo contrario a cuando se encontraba solo.

Por más inteligente y astuto que fuera el Uchiha, solía ser bastante torpe y descuidado para sus labores cotidianos. Su madre solía culparse por eso contantemente, diciendo que nunca debió dejarlo al cuidado de Naruto mientras ella salía de misiones, pues especulaba que él le había pegado la torpeza a su hijo.

Mitsuki tocó la puerta de la oficina del Hokage, y luego de recibir la autorización para entrar, ambos no tardaron en hacerlo. El séptimo Hokage, mejor conocido como Uzumaki Naruto, les sonrió débilmente como saludo. Una intensa expresión de cansancio, junto a un enorme par de ojeras era lo que cubría el rostro del hombre frente a ellos, el cual parecía que estaba apunto de desmayarse en cualquier momento.

Buenas tardes, séptimo.―saludaron ambos jóvenes ninjas al unísono, haciendo una leve reverencia.

¿Que los trae por aquí?―pregunta el Uzumaki, suspirando con cansancio.

Kiochi dio un paso hacia adelante, tendiéndole la carpeta a su tío. Este la tomó con cierta confusión, para luego abrirla y ojear el contenido rápidamente.

Son los reportes de esta semana de la cede principal de la policía.―informa el Uchiha, ganándose una queja de Naruto.

No, más papeles no.―murmuro deprimido, apoyando su cabeza sobre una enorme fila de documentos en su escritorio.

El Uchiha le mandó una mirada comprensiva al hombre. No le costaba imaginar el enorme esfuerzo y trabajo que conllevaba mantener una aldea tan grande como Konoha, y eso hacía que su admiración hacía Naruto aumentara considerablemente.

No entendía como Boruto podía odiar a su padre. Ya quisiera él tener uno así, o por lo menos tener uno.

¿Necesita ayuda?, estamos libres hoy.―se ofrece Kiochi, frunciendo levemente las cejas.

Naruto levanto abruptamente su cabeza, negando rápidamente con las manos mientras sonreía apenado.―No, no, esta bien. Este es mi trabajo, ya estoy acostumbrado.

―Se ve muy cansado, no le vendría mal un poco de descanso.―comenta Mitsuki de forma amable, dando un paso al frente para colocarse junto a su compañero.

¡No se preocupen'ttebayo!, ¡puedo hacer clones de sombra!―exclama el rubio, colocando el sello de manos a la altura de su pecho.

El característico sonido que aparecía cada que se activaba el jutsu sonó, acompañado por una tenue cortina de humo. Cuando esta se disperso, dejó a la vista a un Naruto delgado con apariencia demacrada. Y tan rápido como apareció, desapareció casi al instante.

Naruto soltó un quejido avergonzado por realizar aquella patética copia de si mismo. Se encontraba tan cansado que no podía hacer correctamente ni un mísero clon de sombras.

Kiochi tuvo que disimular su risa tosiendo cortamente, a la vez que levantaba una de sus manos para cubrir un poco su boca y que no se notara la sonrisa divertida en su rostro.―¿Sigue sin aceptar nuestra ayuda?, dudo mucho que aquel zombie le sirva para algo. Aunque podemos usarlo para que devore el inexistente cerebro de Boruto, sin ofender.

Él Hokage hizo un mohín desviando la mirada. No pensaba aceptar la ayuda de un par de mocosos, aún le quedaba algo de dignidad.

Si tantas ganas tienen de ayudarme, vayan a mi casa y avísenle a Hinata que no llegaré para la cena ―suspira, volviendo a prestar atención a su trabajo―. Y deja de burlarte de mi hijo, o iré a decirle a Sasuke que llegaste una hora tarde y de paso casi pierdes parte de los informes.

El rostro del Uchiha se desencajó totalmente, mientras el temor empezaba a impregnar sus expresiones. Naruto sonrió maliciosamente al ver que su amenaza había hecho efecto. Molestar a ese niño era casi como molestar a Sasuke, y eso lo hacia sentir bastante satisfecho y orgulloso de si mismo.

E-Era un chiste... pero de esos que no son ciertos ni graciosos, parecidos a los que hace usted siempre ―sonríe nervioso, y al ver la expresión ofendida de Naruto, rápidamente tomo a Mitsuki por la camisa para arrastrarlo fuera de la oficina―. ¡Con permiso, nos retiramos!

Cerró la puerta detrás de si, suspirando aliviado.―¡Mis chistes si son graciosos'ttebayo!―escuchó la replica del Uzumaki detrás de la puerta, haciéndolo sonreír un poco.

Emprendió su camino hasta la salida de la torre, siendo acompañado en todo momento por su mejor amigo.―¿Iremos a visitar a Boruto?―pregunta el albino, observándolo de reojo.

¿Eh?, claro que no. Solo pasaremos por su casa para darle el recado a Hinata-san, tal vez almorcemos ahí y luego nos quedemos a jugar un rato con Himawari ―contesta, haciendo una ademán con su mano―. Pero si de casualidad Boruto esta ahí, puede que, solo tal vez, juguemos juntos con su consola nueva.

―Mmm, eso me suena a una visita.―musita Mitsuki, sonriendo.

Eso es porque aún eres un inadaptado social, pero tranquilo, estoy para enseñarte.―responde, colocando una mano sobre su pecho y sonriendo ampliamente.

Kiochi-kun, Mitsuki-kun.―sonríe Hinata luego de abrir la puerta de su casa.

Ambos niños realizaron una corta reverencia. Aunque Kiochi conocía de toda la vida a la Hyuga, no quería que su compañero se sintiera incomodo por ser el único que se comportaba de esa manera tan formal.

La ex-kunoichi se hizo a un lado, invitandolos a pasar a su hogar. Ambos se retiraron los zapatos para dejarlos junto a la puerta, siguiendo a la mujer hasta la cocina.

¿Vinieron a visitar a Boruto?―pregunta dulcemente, sirviendo jugo en dos vasos para ofrecérselo a los chicos.

Si/no.―respondieron ambos al unísono, haciéndola reír.

En realidad, estamos aquí para darle un mensaje de parte del Hokage ―informa Kiochi, mandándole una mala mirada de reojo a su amigo―. Dice que no podrá llegar a tiempo para la cena esta noche, parece que tiene mucho trabajo.

Hinata suspiró tristemente, bajando la mirada. Esta no era la primera vez que eso sucedía, de hecho, ya era algo común en la casa Uzumaki. Eran muy pocas las veces que su esposo lograba llegar temprano a casa, e incluso habían dias en los que ni siquiera se aparecía por allí. No se enojaba por eso, entendía muy bien que ese era el sueño de Naruto, y lo apoyaba con todo su corazon.

El problema yacía en sus hijos, específicamente en el mayor. Boruto no toleraba en absoluto que su padre le diera prioridad a su trabajo antes que a su familia, y más de una vez solía discutir con él a raíz de eso. El niño se sentía ignorado, no importaba cuanto se esforzara, su padre no lo reconocía y seguía tratandolo como si fuera un bebé.

Eso llevó al joven a crear una especie de obsesión con superar a su padre en todos los sentidos, y cuando se decidió seriamente a hacerlo, buscó a la persona perfecta para que lo ayudara en eso.

Y para desgracia de Kiochi, esa persona era su madre.

Sorpresivamente, Sasuke aceptó a Boruto como su alumno, incorporándolo a las sesiones de entrenamiento que solía tener con su único hijo. El pequeño Uzumaki admiraba profundamente a la Uchiha, y hacía todo lo posible para ganarse su atención durante el corto tiempo que pasaba con ella.

Eso hacía enojar a Kiochi, no le gustaba que le arrebataran la poca atención que recibía por parte de su madre. Ella solía trabajar mucho, pero aun así logró sacar algo de tiempo para entrenarlo personalmente, y un dia simplemente llegó Boruto a acaparar toda su atención.

No odiaba a Boruto, todo lo contrario, era su amigo. Pero aún así no podia evitar sentirse celoso, y eso era lo que generaba aquella absurda rivalidad entre ambos.

¡Kiochi-nii san!―una voz infantil llamó su atención.

Se giró para observar a la niña que corría hacía él con una enorme sonrisa y un peluche en su mano derecha. El Uchiha extendió sus brazos para recibir a la menor con un enorme abrazo, levantándola del suelo para empezar a dar vueltas con ella en brazos.

¡Himawari-chan!―saludó el niño, sonriéndole con cariño.

La pequeña soltó una corta risa contenta, para luego dirigir su vista al otro amigo de su hermano, agitando su mano en forma de saludo.

¿Vinieron a visitarme?―pregunta emocionada, a lo que Kiochi asintió.

Y a almorzar también ―añade, para luego observar con timidez a la señora Uzumaki―. Por favor, tengo hambre y mamá esta trabajando.

Hinata hizo un ademán con su mano, a la vez que sonreía dulcemente. Kiochi era parte de su familia, y Mitsuki el mejor amigo de su hijo, estaba más que encantada con invitarlos a comer.

¿Y donde esta Boruto?―pregunta el albino, observando los alrededores de la cocina con curiosidad.

Esta descansando en su habitación, pueden subir mientras yo termino de preparar la comida.―responde la mujer, girándose para empezar con su labor.

¡Yo quiero ayudar!―exclama Himawari, bajándose de los brazos del Uchiha para acercarse a su madre.

Ambos jóvenes ninjas subieron las escaleras que daban a la segunda planta de casa. No era la primera vez que estaban aquí, así que ya se sabían el camino de memoria hasta la habitación del rubio.

Mitsuki dio unos suaves toques a la puerta de su amigo, recibiendo rápidamente una invitación para entrar. Al abrir la puerta lo primero que escucharon fue el fuerte sonido que emanaba la consola de videojuegos del Uzumaki, el cual se encontraba acostado en su cama sin prestarle atención a lo que ocurría a su alrededor

Hola, Boruto.―saludo el albino, adentrándose más al cuarto junto a su amigo.

El rubio les mandó una corta mirada a ambos, para luego devolver la vista a su juego.―Chicos, ¿que hacen aquí?―murmura, apretando fuertemente los botones de su consola.

Ni creas que vinimos a visitarte o algo así ―bufa el Uchiha, metiendo ambas manos dentro de los bolsillos de su pantalón―. Vinimos a darle un recado a tu madre de parte del séptimo.

―También a almorzar y jugar con Himawari, y en el caso de que tu estuvieras aquí, jugar contigo también.―añade el albino, sonriendo. Kiochi hizo un mohín, observando de reojo.

Boruto rodó los ojos con fastidio, para luego apagar su juego y sentarse correctamente en la cama.―Déjenme adivinar... mi padre no vendrá a cenar esta noche, ¿cierto?―bufa, frunciendo el ceño y cruzándose de brazos.

Hmp, veo que eres más inteligente de lo que pareces ―murmura el Uchiha, sentándose junto a él en su cama―. Fuimos hasta su oficina a verlo, esta hasta el tope de trabajo.

―Siempre es así, no me interesa sinceramente, pero a Himawari le gusta cenar con él ―refunfuña, para luego observar a su amigo―. Dentro de dos dias es mi cumpleaños, y te apuesto lo que sea a que tampoco viene, o seguramente manda uno de sus estupidos clones como siempre.

Kiochi frunció el ceño al escucharlo quejarse de esa manera, no le parecía correcto que hablara de esa forma tan grosera de su padre.―Mi padre tampoco ha ido a ninguno de mis cumpleaños, es más, ni siquiera estuvo cuando nací.

―El mio si, es bastante cariñoso.―interviene Mitsuki, ganándose malas miradas por parte de sus compañeros.

No compares tu situación con la mia, es completamente diferente ―gruñe Boruto, desviando la mirada―. Tú padre nunca estuvo, ni siquiera sabes quien es o si esta vivo. En cambio al mio lo tengo desde siempre y es como si nunca estuviera.

El Uchiha apretó fuertemente sus puños, sintiéndose profundamente enojado. Sabía que Boruto tenía razón, no podía extrañar a alguien que no conocía y que nunca ha estado con él. Por más que tratara de no pensar mucho en la identidad de su progenitor, no podia evitar sentir curiosidad todo el tiempo.

Hablando de eso... ¿no tienes idea de quien podría ser? Dudo mucho que Sasuke-sensei haya elegido a un tipo cualquier, seguramente debe ser genial.―sonríe el rubio, haciendo que Kiochi se relajara considerablemente.

En eso tienes razón, además, ha de ser muy fuerte. De él heredaste ese Kekkei Genkai de hielo, ¿no?―comenta Mitsuki, observando las manos de su amigo.

Este hizo lo mismo, levantando una de ellas levemente. Un poco de vaho empezó a salir de su mano, mientras el tono de su piel se tornaba aún más pálido de lo usual.

Eso es genial... yo ni siquiera he podido despertar el Byakugan. ¡Incluso Himawari lo hizo cuando era más pequeña!―se queja el rubio, apretando los dientes con furia.

Yo lo desperté cuando tenia cinco años. Recuerdo que mamá se asustó mucho ese dia e inmediatamente me llevó con el séptimo para que me viera. El también se veía bastante sorprendido, incluso dijo algo raro que aún no logro entender...

―¿Que fue lo que dijo?―pregunta Mitsuki con curiosidad, mientras Boruto lo observaba de igual manera.

"Nuestro padre se enfadaría mucho al ver que no heredó su lado de fuego"―murmuró, frunciendo las cejas. Boruto ensanchó los ojos sorprendido, abriendo la boca de igual manera.

¿Padre?, ¿mi abuelo sigue vivo?... ¿¡Sasuke-sensei es hermana de mi papá!?, ¿¡tu y yo somos primos en serio!?―cuestiona el rubio alarmado, tomando al Uchiha por los hombros para zarandearlo.

¿Eh?, no lo creo. Eso es imposible ―niega, colocando su mano sobre el rostro del Uzumaki para alejarlo de él―. Por eso dije que aún no logro entender a que se refería con eso.

―¿Les has preguntado a tu madre?―pregunta Mitsuki, a lo que Kiochi hizo una mueca.

Claro que lo he hecho, pero siempre me da un toquesito en la frente y me dice que luego hablaremos de eso ―bufa, apoyando su mejilla en su mano―. Tal vez ese tipo la dejó y no quiere recordarlo, por eso trato de no insistirle mucho en el tema, no quiero hacerla sentir triste.

―¿Y no te gustaría averiguarlo?―pregunta Boruto, sonriendo con malicia.

Kiochi lo observó de reojo, extrañado por su actitud, para luego asentir levemente.―Claro, pero si eso implica que debo molestar a mi madre, paso.―bufa, a lo que Boruto ensanchó su sonrisa.

No molestaremos a tu madre, pero si a mi padre, ¿que dices?―propone, alzando una de sus manos para estrecharla con la de su amigo.

¿Por que tanto interés, Boruto?―pregunta Mitsuki con curiosidad―. Es normal que Kiochi quiera averiguarlo, ¿pero tu por qué quieres hacerlo?

El Uchiha se giro a ver al rubio esperando una respuesta de su parte, pues el tenia exactamente la misma duda.

Me gustaría ver que clase de hombre logró enamorar a Sasuke-sensei, además, desde que Konohamaru-nii san tomó sus vacaciones no hemos tenido misiones importantes ―bufa, colocando sus manos detras de su nuca―. Estoy aburrido, y buscar al padre de Kiochi suena muy interesante.

―¿Y que haremos con las misiones básicas que nos encargue el Hokage? Si en realidad queremos encontrar al padre de Kiochi, nos llevara mucho tiempo y esfuerzo.―cuestiona Mitsuki, a lo que Boruto hizo un ademán con su mano.

Para algo existe el jutsu clones de sombra ―responde con obviedad, para luego girarse a ver a Kiochi―. Entonces... ¿esta decidido?

―¿En serio quieres encontrar a tu padre?, no sabemos que clase de persona sea, ni porque tu madre ha guardado el secreto todo este tiempo ―habla Mitsuki, observando fijamente a su amigo―. Creo que lo mejor será que no te apresures, piénsalo con calma, nosotros estaremos aquí para ayudarte en lo que necesites.

Kiochi se quedó en silencio, reflexionando las palabras de su amigo. Claro que quería encontrar a su padre, ¿que niño no quisiera algo como eso? Pero al mismo tiempo tenia miedo, le aterraba que resultara ser un mal sujeto que simplemente jugó con su madre y la abandonó al enterarse de su embarazo. Aunque aquella teoría le parecía un poco estúpida, ningún hombre con tres dedos de frente abandonaría a un mujer tan maravillosa como su madre, tal vez fue al revés.

También le picaba mucho la curiosidad el origen de ese supuesto Kekkei genkai que poseía. Años atrás se tomó la tarea de investigar más sobre aquel poder, y durante un tiempo pensó que su padre era un miembro del clan Yuki, los cuales tienen la habilidad de combinar el elemento de viento y el de agua para crear un Kekkei genkai llamado Hielo. El cual a simple vista era muy similar a su poder.

Su teoría agarro más base cuando se enteró de que su madre tuvo un encuentro con el ultimo miembro vivo de aquel clan, Haku. Pero luego de preguntarle a Naruto, se percato de que aquello era imposible, pues en ese entonces su madre rondaba los trece años, y tal parece que el chico murió en aquella batalla.

Ahora mismo no sabía que hacer. Tal vez lo mejor sería conversar una vez más con su madre antes de tomar una decisión.

AQUI TIENEN EL PRIMER CAP UWU.

Porfa díganme su opinion. ¿Que tal les cayó Kiochi?, ¿les gusta el rumbo que va tomando la historia? cuénteme 💗

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