La casa olía deliciosa. Aquel chico de cabello largo se estaba haciendo el desayuno con calma. La noche anterior su novio llegó ebrio y con el cerebro entre las piernas. Estaba tan empalagoso que siempre cuando tomaba y no le molestaba a Alexis pero sí le molestaba cuando sucedía a las once de la noche.

Estuvo largo rato tratando de ayudarlo a ducharse y luego haciendo que se acostara. El chico de ojos claros insistía mucho en querer lamer cada rincón del cuerpo del mayor pero este no tenía ánimos para nada, solo quería dormir.

Alejandro bajaba las escaleras bostezando y siguiendo el aroma de la comida hasta llegar a la cocina. Vió a su novio de espaldas cocinando. vestía con un pantalón de pijama de hilo delgado y una camisa de tirantes gris. Se veía hermosísimo ante sus ojos y más con su largo cabello cayendo por sus hombros.

Se acercó a él y le tomó de las caderas sin acercar tanto su cuerpo, todo con tal de lograr mirar hacía abajo al trasero de su novio.

"Buenos días." Le dijo Alexis tranquilamente sin moverse tanto mientras cocinaba. "¿Te duele la cabeza? ¿Quieres algo para el dolor?"

"No.." murmuró lentamente acercando su pelvis a la ajena.

Claro que el otro chico podía notar que su novio estaba frotándose suavemente contra la parte trasera de su pantalón. Pero si era honesto, no le molestaba. La noche anterior llegó queriendo clavar el diente y era normal levantarse con una erección, parecía que se le juntó eso más las ganas que le tenía luego de no verse por unos días.

"¿No necesitas nada?" Preguntó una vez más bajándole el fuego a la estufa sintiendo como los roces se hacían más firmes. Lo podían sentir a la perfección.

"No.." repitió.

Alejandro estaba completamente erecto bajo sus pantalones de baloncesto. Debía admitirlo, era fanático de las frotaciones y el ser tentado, no era la primera vez que hacía esto.

El chico bajó sus pantalones un poco sacando su miembro para frotarlo directamente contra los glúteos de su novio. Jadeaba suavemente por la sensación y le encantaba. Colocó sus dos manos abiertas en sus glúteos y con sus pulgares se mantuvo presionado su hombría para que se mantuviera allí en medio. Se comenzó a mover ahora utilizándole para masturbarse lentamente sintiéndose muy excitado por la fricción en el proceso.

"Bebé.." gimió Lejandro cerrando sus ojos sin dejar de moverse.

"Disfrutando,¿mm?" Sonrió Alexis colocando sus manos a los bordes de la estufa sin quemarse pues había apagado las hornillas hace ya mucho. Se mantuvo así mirándolo de reojo divertido.

El de ojos claros no respondió. En cambio, tomó su miembro con una mano y le bajó los pantalones al de greñas junto a sus bóxers. Una vez esto fuera mantuvo agarrada la tela que había removido para darle espacio y vista a los blancos y abultados glúteos ajenos.

"Joder." Gimió entre dientes entrecerrando sus ojos sin dejar de masturbarse con rapidez.

Cuando terminó se aseguró de terminar sobre la piel de Alexis mordiéndose los labios con fuerza por la oleada de excitación. Al terminar jadeó dándole leves toquecitos con su punta a los glúteos de su novio. Estaba satisfecho y se le notaba en sus mejillas rojizas.

Alejandro se acercó a la mejilla de Alexis desde atrás y le dejó un suave beso en esta con amor pero sin dejar sus lentos movimientos sobre su entrepierna. Le gustaba sentir las últimas sensaciones de estímulos luego de su orgasmo.

"Buenos días." Le susurró el menor al otro respondiéndole a cuando hace largos minutos le había dicho lo mismo.

"¿Vas a comer?" Preguntó Alexis dejando que Alex le limpiara con toallas húmedas que tenían en uno de los cajones de la cocina.

"Por favor." Pidió tirando lo que usó y volviendo a él para abrazarlo apapachándolo sacándole una sonrisa en el proceso. Notaba que seguía algo dormido luego de su escenita de viejo verde.

No podía quejarse, Alexis sabía que él hacía lo mismo aveces. Era algo muy de ellos usar al otro como juguete sexual cuando estaba ocupado y realmente no podía prestarle tanta atención. Claro, siempre y cuando el otro no se negara. Ellos se entendían.

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