La cama se hundió haciéndole saber que se habían sentado en esta. No tenía ánimos ni fuerzas para voltear a ver.

"Alex..." llamó gentilmente Alejandro para acariciar el cabello de su esposo. "Hice la cena, ¿quieres que suba la comida?"

"No tengo hambre."

"Debes comer, ayer no cenaste." Insistió para acariciar su rostro sin recibir respuesta alguna, esto le hizo suspirar. "Alexis, han pasado nueve meses, no puedes seguir así. Ella no lo hubiese querido." Soltó dejando se acariciarle. "Tus hijas te necesitan presente... Yo te necesito."

Alexis sintió una culpa enorme caer sobre sus hombros. Desde la muerte de su mejor amiga no había podido volver a si mismo, se la pasaba bajoneado y sin apetito, tampoco tenía ganas de compartir con nadie aunque se esforzaba para cuidar de las niñas cuando Alejandro se iba a trabajar. De todas formas, no dejaba de sentirse decaído.

"¿Podrías hacer un esfuerzo?" Le pedía el menor con suavidad. "Por mí y por las niñas, Alexis, por favor."

Toda su fuerza fue utilizada para sentarse, se debía decir que no tenía ni un poco de fuerza así que fue difícil hacerlo. Al poder ver a su esposo de frente no pudo no suspirar, terminó aceptando bajar a cenar con su pequeña familia.

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