𝗖𝗮𝗽í𝘁𝘂𝗹𝗼 𝗰𝗶𝗻𝗰𝘂𝗲𝗻𝘁𝗮 𝘆 𝘀𝗲𝗶𝘀.
❝Porque nada podria nunca podría reemplazarte. Nada podrá hacerme sentir como tú lo haces, si.
Sabes que no hay nadie con quien me pueda identificar y sabemos que ya no encontraremos un amor tan verdadero.
No hay nada como nosotros, nada como tú y yo, juntos a través de la tormenta❞
━Nothing Like Us - JungKook (BTS)
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Un mes después
—Estoy emocionada por viajar omma, ¿tú lo estás?
Hye-min se removió en su lugar asintiendo y sonriéndole a su hija mientras acomodaba sus colitas a los costados de su cabeza.
—Si, mi cielo, estoy emocionada.
El auto cesaba la marcha al acercarse a la pista de aterrizaje dónde un avión privado las estaba esperando.
Desde esa noche dónde habían hablado siendo sinceros, las cosas entre Hye-min y JungKook se habían relajado, era como una tregua simbólica dónde la amistad, el apoyo mutuo y la gratitud gobernaba la relación haciendo que todo fuera más tranquilo y ameno.
Cuando descendieron del vehículo, Young-nam corrió hasta el pie de la escalera del avión donde se encontraba su padre, este la rodeó entre sus brazos llenándola de besos mientras ella se reconfortaba en silencio —últimamente se había puesto algo silenciosa.
Hye-min se acercó acomodando el bolso en su hombro y la mochila de la niña en su mano. Sería un viaje de tres días.
—Bienvenidas —saludó JungKook, teniendo a su hija en brazos— suban y pónganse cómodas en lo que termino aquí.
La rubia subió detrás de su hija adentrándose al avión, observó el interior lujoso y espacioso. Acomodó el bolso en uno de los asientos de cuero sumamente confortables a la vista junto con la mochila de la menor. Beomgyu salió de la nada tomándoles por sorpresa, saludó a ambas con un abrazo y se llevó a la pequeña hacia unos asientos dónde tenían pantallas.
—¿Desea algo señorita? —preguntó en tono amable la azafata, Hye-min negó agradeciéndole justo cuando JungKook entraba— desea algo señor Jeon —preguntó lo mismo, pero con un tono que a ella se le antojo atrevido. Y su mente no pudo evitar preguntarse si esa mujer y el pelinegro…
—No, gracias —respondió, sin siquiera mirar a la mujer porque toda su atención se encontraba en Hye-min, solamente en ella— Será un vuelo cortó —hablo muy cerca de su rostro— estamos muy sobre la hora.
Ella asintió con una tenue sonrisa en sus labios y tomó asiento, observó subir por último a Sejin y no pudo evitar saludarlo con un abrazo lleno de alegría, hacía años que no lo veía.
El avión comenzó a moverse por la pista mientras todos se encontraban en sus respectivos asientos con el cinturón puesto. JungKook había tomado asiento al lado de su hija quien miraba con aire melancólico la ventanilla.
Dedicó una mirada interrogatoria a Hye-min sentada frente a él, ella se encogió de hombros y con solo mover sus labios pronunciando el nombre de NamJoon supo lo que ocurría. Tomó la manito de la pequeña repartiendo caricias en sus nudillos, se inclinó un poco besando la coronilla de esta llamando su atención.
—¿Conoces el mar, princesa? —la niña sonrió tenue ante la pregunta y asintió.
—Si, hace un año atrás mi appa me llevó a conocer la playa en Los Ángeles por mi cumpleaños —de repente su rostro cambió a uno triste y JungKook suspiró prometiendo hacer todo lo posible por no volver a ver a su pequeña así.
—Sabés, me gustaría que me cuentes cosas que te ha enseñado tu appa Nam, cosas que te hicieron feliz y te recuerden a él.
Young-nam parpadeó, con sus ojos fijo en algún punto con su mente llena de recuerdos y momentos junto al moreno. Se encogió en su asiento evitando que las lágrimas le ganarán y fue sincera con su padre.
—Pero no quiero llorar.
—No tienes que hacerlo, princesa —dijo sujetando la barbilla de la menor para que lo mirará— a veces recordar los buenos momentos con esas personas es mejor, nos hacen reír y sentirnos más cerca de ellos —alentó a la menor— anda cuéntame de tu appa Nam.
Young-nam sonrió mucho más animada, miró a su madre quien sonreía conteniendo las lágrimas, la niña comenzó a contar todo lo que su cabecita le recordaba, cada detalle.
Hye-min los observó a ambos, padre e hija. Embobada por la escena, cautivada y asombrada por lo buen padre que JungKook resultaba ser.
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Cuando aterrizaron una camioneta los esperaba para trasladarlos al hotel. Al llegar, quedaron encantados ante el lugar imponente de gran magnitud, JungKook no podía dejar de sonreír divertido por el rostro de sus tres acompañantes, sus reacciones era una de las esperadas.
Sus habitaciones se encontraban en uno de los pisos superiores, Hye-min compartiría con Young-nam mientras la suite de enfrente era de JungKook y Beomgyu. Si por fuera era imponente por dentro no se quedaba atrás, el interior tenía gran espacio, contaba con un mini comedor junto al living, la habitación tenía una enorme cama matrimonial, un closet aparte y un lujoso baño inmaculado de blanco. El detalle que más les gustó Hye era que todo tenía vista al mar.
Y por si no fuera poco, otro de los detalles que la dejó encantada fue que todos los rincones estaban decorados con jarrones transparentes llenas de rosas amarillas y blancas. Sus favoritas.
Una vez acomodados, se dirigieron a la terraza en lo más alto del edificio, dónde una mesa larga llena de comida los esperaba y la presencia de SeokJin a quien saludó con mucha amabilidad, hacia años que no lo veía y a pesar que solo fue una vez que lo vio, sentía que le debía mucho por haber estado al lado de JungKook cuidándolo.
También se encontró con la presencia de Min Yoongi y su esposa. Hye-min agradecía tener a su amiga SolHyun a su lado, a pesar de que la mujer casi estaba a punto de reventar, ella había sido esencial en aquel momento donde su esposo falleció, la había apoyado a pesar de las contrariedades que la rubia tenía.
—Yoongi no quiso venir puesto que tenemos fecha para dentro de una semana —contó, SolHyun, sobando su enorme barriga— pero como me siento bien y además serán solo dos días para nosotros no le veo lo malo, aprovecharé —murmuró pícara, guiñándole un ojo y haciéndole reír.
—Hye —llamó, JungKook— ven, alguien más llegó y quiere verte —Hye-min jadeó bajito al sentir el tacto masculino cálido y fuerte sobre su mano algo fría. Pero toda su atención pasó a un hombre de porte elegante y casual.
Chilló y abrazó con entusiasmo al ver a TaeHyung allí, pensó que él se encontraba en Francia y que no podría asistir al evento como días antes le había comentado cuando hablaron por teléfono.
—Que alegría verte.
—Lo mismo digo, pequeña —se separaron apenas para mirarse— al fin estamos juntos otra vez —ella asintió, sabiendo a lo que se refería— me alegro que Kook y tú hayan podido arreglar las cosas —Hye-min sonrió melancólica.
JungKook no pudo evitar observar por un momento a su pequeño círculo, faltaban algunos, pero sabía que estaban de corazón. Sonrió al ver a los niños hablando sonrientes hacia una SolHyun recibiendo halagos por su embarazo, la sonrisa de Hye-min por escucharlos, SeokJin, Yoongi y TaeHyung hablando tan entretenidos como si fueran amigos de toda una vida y los últimos dos apenas hacia minutos se habían conocido, estaba feliz por ellos y por él mismo.
Su teléfono celular lo sacó de sus cómodos y felices pensamientos, una llamada de un número privado. Se alejó llegando a la orilla con la vista del mar a lo lejos y atendió.
—Hola.
—Hijo mío, espero estés teniendo un día muy ameno junto a tu nueva familia —la voz del hombre sonaba con sarcasmo y JungKook no evitó bufar, su humor cayó en picada por culpa de su padre.
—¿Qué quieres?
—Siempre siendo un impertinente.
—Si llamaste para destilar veneno, no tengo tiempo, que esté bien, abeoji —con la intención de cortar se detuvo al escuchar la voz de su padre de nuevo.
—¡JungKook! Ni siquiera tienes la decencia de invitar a tu padre, ni siquiera por respeto, haz invitado a tu madrastra, pero no a tu padre —YangMi lo iba acompañar, pero a último momento tuvo que desistir del viaje y no le dijo a él el motivo— preferiste irte con desconocidos que con tu familia.
—Estos desconocidos como tú dices son mi verdadera familia —siseó entre dientes— no eres bienvenido en nada que tenga que ver conmigo, deberías ponerte a pensar en la mierda que hiciste para merecer mi desprecio —su respiración cada vez parecía ser dificultosa— te exijo que me dejes en paz, no te necesito tengo a mis amigos, mi mujer e hijos conmigo y es todo lo que quiero. Gracias por llamar.
Sino fuera porque había gente a su alrededor hubiera estrolado el aparato en el piso. Volteó abriendo sus ojos de más al caer en cuenta de sus últimas palabras no pudiendo evitar mirar a Hye-min sonriendo entre medio de una conversación. No iba permitir que aquel hombre le arrebatará la poca felicidad que tenía, no se dejaría llevar por su veneno. Claro que no.
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Para cuándo llegó la noche, el salón magno dónde se haría el evento se había llenado con los importantes invitados, todos fascinados ante el nuevo proyecto que parecía ser todo un éxito.
Hye-min bajó junto a su hija y Beomgyu, los niños iban bien vestidos. Young-nam llevaba un hermoso vestido color celeste en corte princesa con sus zapatos del mismo color y su cabello con una pequeña diadema de flores. Beomgyu vestía pantalones de vestir negros, zapatos del mismo color y camisa blanca. Ella había optado por un vestido de satén color lila en corte sirena, mangas largas y escote cuadrado mientras sus pies llevaban sandalias del mismo color. Su cabello rubio iba suelto en ondas con un pasador a un costado.
—Espero les guste Begin, JungKook ha trabajado mucho por él —comentó, SeokJin viendo a los niños en silencio.
—Nos ha gustado, él se ha encargado de que tengamos todo lo necesario y más —comentó Hye-min, cayendo en cuenta de que Young-nam miraba embobada al hombre frente suyo— mi cielo —llamó la atención de la niña quien de repente tuvo sus mejillas sonrojadas— quiero presentarte al socio de tu padre y un gran amigo. Él es Kim SeokJin.
—Llámame Jin —se inclinó un poco, extendiendo su mano para que la niña la tomé. Young-nam dudó un momento, sonrió y depositó su manito sobre la del castaño perdiéndose en él.
—Soy Young-nam o Nami —dijo con su vocecita tierna y tímida, Hye-min sonreía divertida apretando los hombros de Beomgyu al contener, este, su risa por ver a su menor toda tímida mientras Jin solo moría de la ternura.
—Encantado de conocerte, linda.
La rubia golpeó levemente el hombro del chico cuando se rió en voz alta por la cara roja de la niña y su nariz arrugándose haciéndole ver muy tierna. JungKook se acercó al haber visto la escena desde lejos, enarcó una ceja observando a SeokJin luego de haber besado la cabecita de su niña.
—Enamorando a mi princesa —murmuró y SeokJin no pudo evitar sonreír divertido.
—No es culpa mía tener esta belleza, Jeon.
Rieron un poco y JungKook observó por primera vez en la noche a Hye-min a su lado, su corazón retumbó en su pecho frenéticamente por la belleza de esta, estaba bellísima de pies a cabeza, era como una representación de la perfección reconfirmando que la maternidad le había sentado tan bien que no evitó pensar en quererle hacer…
—Buenas noches —saludó, un hombre de notable aspecto buen mozo y amable sonrisa. Todos volteando a verle.
—Ah, EunWoo, que bueno verte, te presentó, ella es Park Hye-min —los ojos del azabache miraron con interés a la rubia, lo cual no pasó desapercibido por JungKook— Hye, él es nuestro arquitecto estrella, Cha EunWoo.
—Encantado de conocerla, señorita Park —hizo una amable reverencia y miró a los niños, sonriéndoles.
—Ellos son Beomgyu y Young-nam, los hijos de JungKook.
—Un gusto, EunWoo —saludó amable a los pequeños, ambos correspondiendo de la misma manera— espero que disfruten de la velada y de Begin, hemos trabajado muy duro para ustedes.
—Muchas gracias, realmente estamos encantados —contestó la rubia con lo que al pelinegro se le hizo demasiado amable.
La noche apenas había empezado y no sabía porqué ya se sentía demasiado estresado. No solo no podría estar cerca de ellos, sino que debía recorrer el salón hablando con todos sus invitados o por lo menos saludarlos. Algo así como ser el anfitrión, había olvidado lo que todo eso representaba.
—Podrías cambiar tu cara —murmuró Yoongi, llevando la copa a sus labios, bebiendo un sorbo de la campaña.
—Cualquiera diría que estás muerto de los celos —agregó TaeHyung, sonriendo ladinamente, mirando la escena.
JungKook bufó sin apartar su mirada de Hye-min y el arquitecto, hablaban cómodamente en compañía de SolHyun y SeokJin. <<Debí despedirlo cuando pude>>, pensó, algo molesto. Desde un principio, habían tenido sus diferencias al ser los dos tan exigentes con sus trabajos, pero al pelinegro le gustaba el entusiasmo de Cha y que acatará lo que quería por eso no lo había echado.
Pero ahora que el azabache parecía encantado con Hye-min se estaba debatiendo sobre si haberlo invitado fue lo correcto.
La voz de una mujer conocida llamó la atención de todos al llamar al pelinegro al frente. Era la hora de un discurso y descargo. Frente a los aplausos de todos JungKook se dirigió hasta donde se encontraba el micrófono, le agradeció a la morocha y suspiró teniendo en su mente algo diferente de su discurso anterior.
—Gracias a todos por haber venido. Cuando empecé este proyecto tenía en mente una ambición algo fuera de límite, algo que la gente nunca haya visto —sus ojos se detuvieron un momento en dos personas en particular— luego, pasaron ciertos acontecimientos que cambiaron mi forma de ver la vida —frunció sus labios, mirando el suelo— Begin es un proyecto destinado a qué más personas vean la belleza de esta isla y conjuntamente del país, que lo disfruten en familia, en pareja, con amigos o en soledad. Begin significa muchas cosas, pero también significa nuevos comienzos —sus ojos negros recayeron en los almendrados de la Hye-min— empezar de cero puede traer grandes decepciones, pero también grandes alegrías y muchas enseñanzas. Vivir el día a día con pasión. Hacer que cada minuto valga la pena. Disfrutar junto a lo que más amas —dijo, no pudiendo evitar sonreírle a Hye-min — ojalá disfruten de los resultados al igual que yo —aplausos— agradecer a cada uno y sobre todo el apoyo y amor de mi familia, sin ellos no estaría aquí hoy. Gracias.
Agradeció a cada uno que lo felicitaba común caminaba, solo minutos dándoles su atención, abrazó a su hija besando la mejilla regordeta de esta y chocó puños con Beomgyu mientras seguía oyendo la felicitación de sus más cercanos invitados queriendo hacer algo desde hace rato, estrechó a Hye-min entre sus brazos por un corto tiempo, sentir la calidez de su cuerpo con el suyo le daba tranquilidad, se miraron a los ojos sonriendo.
—JungKook —la voz de JiEun, les llamó la atención— me gustó mucho su discurso, no esperaba menos de ti.
La rubia vio la sonrisa tan coqueta y relajada de él trayéndole el recuerdo del JungKook de veinticuatro años. La mujer frente a ellos era muy hermosa, su piel de porcelana y cabello lacio negro como la noche contrastaban a la perfección con aquel vestido rojo fuego en su cuerpo pequeño y esbelto. Ella le sonrió con amabilidad cuando sus miradas se cruzaron y no evitó alejarse un poco para dejarlos charlar.
—¿Sabes quién es? —preguntó SolHyun, sobando su vientre. Hye-min volteó su rostro a ella negando.
—Ella es JiEun —comentó Beomgyu mirando a Nami, haciendo que las mujeres prestarán atención.
—¿JiEun? —inquirió la morocha con el ceño fruncido.
—Si, es la mujer bonita con la que appa estuvo hablando mucho por teléfono —respondió Young-nam.
Las dos se miraron, Hye-min evitando las posibles advertencias que su amiga le daba con los ojos, la tal JiEun era muy bonita y parecía buena persona, no entendía que había de malo en que JungKook pudiera relacionarse con alguien como ella.
La velada cada vez tomaba más relevancia para todos los invitados quienes se divertían bailando o hablando en pequeños grupos, disfrutando de las vistas del mar a través de los enormes ventanales.
Hye-min estaba pendiente de los niños, no habían parado de comer cosas dulces. Sabía que habría dos opciones, o qué les dolería el estómago o qué no dormirían al encontrarse los dos muy contentos y efusivos. Negó al sentir un líquido caer al suelo mirando con algo de reproche a su hija.
—Cielo, te dije que tengas más cuidado, tiraste el agua al piso.
—Yo no fui, omma. —se defendió la menor mirando al piso de parquet.
—Fui yo —dijo SolHyun, con un rostro neutro y su mano en su vientre alertando a todos. El rostro de Yoongi pasó de uno tranquilo a uno de pánico cuando se dio cuenta de lo que significaba.
Con suma rapidez, pero euforia comenzaron a moverse, Hye-min y Beomgyu ayudaron a la morocha a caminar con tranquilidad —aun no sentía dolor, pero estaba en shock— mientras Yoongi era arrastrado por un TaeHyung más que ansioso y entusiasmado al ser este su primer acontecimiento, JungKook repartiendo órdenes mientras pedía que se prepararán los autos.
—Hye-min irá con SolHyun atrás mientras yo manejo y hyung con nosotros —volteó hacia SeokJin— encárgate de todo por favor en lo que la fiesta termina. Te avisaré.
Ni siquiera terminó de hablar que ya se metió a la camioneta dirigiéndose al hospital que se encontraba a solo veinte minutos mientras intentaban mantener la calma. JungKook sentía algo de ansiedad y una ligera emoción golpeando su pecho, como si él mismo fuera a recibir a su bebé.
Observó a su lado a su hyung, más pálido de lo que ya era, pero pendiente de su mujer mientras ella reía nerviosa rígida en su lugar y Hye-min hablándole con calma ayudándole a respirar. Era un acontecimiento muy excitante para todos.
Al llegar les atendieron rápidamente, colocaron a SolHyun en una silla de ruedas llevándola a una sala para prepararla, ya casi estaba lista para dar a luz. De repente, Yoongi se detuvo a medio camino dejando extrañados a sus dongsaeng, este volteó con su rostro algo desfigurado.
—No puedo entrar —dijo con voz rota, JungKook bufó mientras Hye-min jadeó de la sorpresa.
—Hyung, entra allí, no puedes perderte algo como esto.
—Te arrepentirás si no lo haces, además Sol te necesita con ella.
—Eso, noona, se sentirá más tranquila si tiene tu apoyo —el pálido miraba aterrado a los dos, quería hacerlo pero estaba tan nervioso que sus pies no respondían— ¡Hyung!
—Min Yoongi, te exijo que muevas ese trasero y entres con tu esposa adentro, ¡Ya! ¡Entra!
El pálido asintió ante el intento de regaño de la rubia e ingresó corriendo a apoyar a su esposa en el nacimiento de su hija.
JungKook miró con asombro a Hye-min, siempre regañando a los demás cuando era lo necesario, ella solo se encogió de hombros haciéndole reír y no evitó abrazarla lleno de emoción como niño pequeño.
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Dos horas y media después, SolHyun se encontraba descansando en una habitación normal, había sido un parto muy rápido pero doloroso, el apoyo de su esposo ayudó mucho, la rapidez y cuidado de los médicos también.
Hye-min y JungKook esperaron hasta tener noticias, en el medio la llegada de los niños junto a TaeHyung quien no se pudo contener por la emoción, en realidad ninguno de los tres se pudo contener así que llegaron al hospital sorpresivamente con ganas de saber más.
Rato más tarde, JungKook en compañía de Hye-min entraron a visitarlos. Habían comprado globos y un oso con algo de apuro, ambos decidieron que le obsequiarían algo mejor a la nueva integrante con tiempo y dedicación.
SolHyun se encontraba muy cansada pero feliz, su rostro sin maquillaje tenía ojeras aunque poco le importaba, Yoongi se veía muy feliz y más relajado, realmente se estaba muriendo del terror al principio. La pequeña bebé dormía en los brazos de su madre, llevaba un pequeño body blanco con un gorrito rosa, estaba envuelta en una manta blanca con estampas de shooky de BT21.
Lo habían comprado todo también a último momento puesto que los flamantes padres no habían traído absolutamente nada de lo preparado. La pequeña Min llegó antes de tiempo.
Hye-min sostuvo a la pequeña bebé en sus brazos rememorando cuando lo hizo con su bebita la primera vez, la nostalgia arrullándola con ganas de hacerla llorar.
—Hola bonita, bienvenida Hyungi —susurró, meciéndose con la infante.
—Esta muy linda, hyung —murmuró JungKook en voz baja detrás de Hye-min casi pecho con espalda. Ambos embelesados por el pequeño bebé.
Yoongi admiró la imagen de sus dongsaeng ocurriéndosele algo, sacó su celular de su bolsillo tecleando la pantalla y capturando aquel momento. Hye-min con el bebé en brazos y JungKook detrás acariciando el pequeño bracito de esta. Una imagen que hubiera querido ver de ellos dos junto a su hija recién nacida y que, no sabía porque, sentía que en el futuro ocurriria.
—Bueno —dijo SolHyun llamando la atención de los adultos— ya que están aquí —miró a su esposo al lado y este le asintió a proseguir— estuvimos hablando mucho con Yoongi sobre esto… y queríamos que ustedes dos sean los padrinos de nuestra bebé.
Los rostros de ambos era de sorpresa y alegría, con sumo cuidado para no asustar ni despertar a la bebé festejaron aceptando la propuesta. JungKook no evitó besar la mejilla de Hye-min abrazándola por detrás mientras mantenía a la pequeña en brazos.
•••
—La bebé es muy bonita —dijo sonriendo la pequeña Jeon.
Se encontraban en la suite dónde ellas se hospedaban. Tanto Beomgyu como Young-nam pudieron ver a la bebé a través de una ventanilla, los dos estaban contentos de tener una primita a la cual cuidar y enseñar. Tampoco se quedaron con las ganas de pedirles a los adultos comprarle algo de parte de ellos.
—Si, es toda chiquitita —respondió Hye-min mirando embobada a su hija con su barbilla apoyada en la palma de su mano.
—Así como yo cuando bebé, ¿verdad?
—Si, así como tú cuando eras solo pequeñita.
—Yo debí ser pequeñito también —meditó el chico en voz baja.
—Todos lo hemos sido, BeomBe —dijo el pelinegro agarrando el vaso de agua sobre la mesa para darle un trago.
—¿Cómo se harán los bebés? —preguntó Young-nam y JungKook no pudo evitar escupir el agua a un costado comenzando a toser.
Beomgyu y Hye-min rieron, esta última le tendió una servilleta de papel que él acepto con ganas.
—Hyung, ¿estás bien?
—Si, si.
—Anda Kook, dile a los niños como es que se traen al mundo los bebés —bromeó, cruzando sus manos colocándolas debajo de su barbilla.
JungKook la miró escandalizado, pudiendo ver la diversión en los ojos almendrados. Se recompuso en su lugar y carraspeó tomando una postura más relajada.
—¿Estas segura de decirle a Nami cómo la hicimos?
La mirada fija y penetrante del pelinegro no la inmutó, solo le causaba más diversión.
—Algún día tendré bebés. Conoceré a mi esposo y me casaré y seré tan bonita como omma —acotó Young-nam, llamando la atención de los adultos y haciendo reír de la ternura a Beomgyu.
—¡No! Tú no —refunfuñó JungKook, alzando a la menor entre sus brazos para colocarla en su regazo— tú serás la princesa de appa, eres la princesa de appa —recalcó, apoyando su mejilla sobre la de su hija— no puedes estar pensando en novios a esta edad, eres muy pequeña y solo debes pensar en lo mucho que appa te ama, ¿oíste? —ella rió y dejó que su appa le hiciera cariños.
—Que tonto eres, appa lindo.
—Tu tonto.
—¿Puedo ser su princeso, noona? —se burló Beomgyu viendo a los otros dos encariñados.
—Tú eres un príncipe desde que naciste —besó la frente del chico adoptando una voz más aniñada y acaramelada— eres mi principito hermoso y azulado.
Era la primera vez en tanto tiempo que se sentían en paz.
¿No son lindos?🤭 Ustedes qué creen que pase de ahora en adelante. Pienso. 🤔
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