Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

|CAPÍTULO 30|

"Ella brilla por si sola, mi rayo resplandeciente en la noche"
Golden hour - JVKE.
•••

SunTae durmiendo es lo más precioso que he visto. No puedo evitar admirar sus delicados rasgos, ciertos detalles en su rostro que llaman mi atención. Cómo la tersura de su blanquecina piel en la cual se esconden un par de diminutos lunares. Su pequeña nariz de punta redonda. Sus labios, carnosos y rosados entreabiertos exhalando un bajo resuello. Sus largas pestañas arqueadas. Los lunares que posee en su cuello. Posee uno en particular que me recuerda al que tengo en el lado izquierdo. Ella es preciosa. Su cabello lacio cubriendo parte de su espalda desnuda es brillante, como si alborotar toda la habitación anoche durante horas no le hubiera traído consecuencias. Yo me siento exhausto, embelesado desde que desperté con la imagen de su compañía a mi lado en la cama.

Ah, mi corazón late demasiado, me siento un idiota irremediable. Me siento extraño.

Más de una vez mis dedos picaron por tocarla, por acariciarla, por quitar ese mechón de cabello que cubre uno de sus hombros. Besar su piel, despertarla y volver hacerla mía como las anteriores. Descubriendo así lo que la excitaba, hacia estremecer o gemir. Pero eso significaba que, tal vez, me rechazaría y me he dado cuenta que aún le cuesta aceptar muestras de cariño, y no quiero que se vaya de mi lado todavía.

Carajo. Si la sensación revoloteando en la boca de mi estómago y lo anterior no es suficiente no sé que más hará para hacerme aceptar que estoy…

—¿Qué hora es? —su voz ronca y suave hace que gire sobre mi espalda poniendo distancia. Por el ventanal puedo ver el amanecer.

—Cinco de la mañana más o menos.

Se levanta ocasionando que las sábanas se deslicen por su cuerpo desnudo. Trago saliva rememorando sus curvas moverse debajo de mí, la luz de la luna siendo lo único que iluminaba la habitación, a su cuerpo bañado en sudor mientras la embestía una y otra vez…

—¡JungKook!

—¿Ah?

—¿Estás bien? —tiene la pijama puesta, mientras yo, procuro que mi respiración que en algún momento se agitó vuelva a la normalidad. Asiento rápidamente, sentándome en la cama con las sábanas cubriéndome de la cintura para abajo— Te veo en el desayuno, entonces.

Se va, sin beso o un abrazo. Sin una sonrisa que me permitiera aferrarme a esto que siento y, al fin, aceptarlo. ¿Por qué es tan difícil? ¿Por qué me tocó justamente fijarme en una persona como Kim SunTae? Tan fría y complicada como apasionada y arrasadora. ¿Será algún tipo de karma? El hecho de que ella fue a buscarme cuando éramos niños y yo dejé que otra niña me robara mi primer beso. ¿Qué disparate estoy pensando? Ni que fuéramos a estar destinados o ese tipo de mierdas. Argh, solo estoy pensando tonterías, desvariando.

Un largo respiro y un merecido baño sonsacaron parte del malestar que vengo notando desde hace días. Que no es malestar, sino la negación a una verdad que no quiero validar, pero ahí está. Visible, palpable. En cómo me hace sentir verla sonreír con total naturalidad hacia los demás, o la gracia de sus movimientos cuando toma asiento al lado de Rosé con su plato lleno de fruta. La manera en que lleva su cabello atado; es un simple rodete bajo que deja su rostro maquillado en tonos rosas, expuesto. Aja, SunTae es preciosa con cualquier cosa que se ponga, ella irradia belleza, luz. Como ese brillo resplandeciente en medio de la oscuridad. Claro, no olvidemos su ácido sarcasmo a la orden del día.

Ah, JungKook, estás más que jodido. Súper jodido.

—¿No vas a comer? —inquiere Mingyu al ver que dejé parte de mi plato medio lleno. Niego. Cómo explicarle que, disimuladamente, toda mi atención estaba en nuestra amiga sentada frente a nosotros y que el hambre pasó a un segundo plano— ¿Te sientes bien? Tus orejas están rojas, amigo. —que bien disimulas, eh.

—No es nada. Me levanté con el estómago revuelto.

Como decirle, también, que ese revoltijo no son más que un cúmulo de sentimientos y sensaciones erigidos por una sola persona.

—Deberías comer un poco más, con la actividad que haremos no podrás.

—Lo intentaré. —le sonrío. No contento me ofrece un poco de tostada con un mix de salados. Delicioso. Mejor sería probar el sabor del lipstick que SunTae coloca en sus labios. Creo que es el de sabor cereza que tanto me gusta.

Obtengo su atención al estar mirándola fijamente. Me mira, preguntándome algo con ciertos gestos. No tengo idea de que sea, estoy concentrado en como la blusa negra de tirantes que tiene puesta es lo suficientemente corta como para dejar parte de su abdomen a la vista. Parpadeo, sabiendo que aquella mirada de ojos entrecerrados entiende el tipo de pensamiento que cruza por mi cabeza. O al menos es lo que deduzco. Pues lo siento, flaquita, no puedo evitarlo, anoche descubrí lo mucho que te gusta los besos recorriendo a lo largo de tu cuerpo.

Debería calmarme. Parezco un maldito pervertido. Es que… ¡Diablos! hace años no tenía este contundente efecto de fijación hacia alguien. De manera tan intensa en que cada detalle es sumamente importante. Por más estúpido fuere. SunTae es como una joya en descubrimiento. Cada arista de su cuerpo tiene encanto. Me hipnotiza y genera hallar todo de ella. Ir en profundidad y conocer que hay en su interior, en su alma, en su corazón. Sus anhelos, sus miedos, sus dudas, sus deseos más oscuros y ser yo quien los cumpla o los cure.

No me olvidé de aquella lista de deseos, claro que no.

¿Me pregunto si EunWoo tenía idea de eso? Tan perfectos como se rumoreaba no eran.

Al menos estoy entretenido, disfrutando de las actividades acuáticas en el rio Ping. Hemos hecho kayak, esquí acuático, entre otros deportes acuáticos interesantes que sacó la competitividad en más de uno. Quien pensaría que Yugyeom tiene muy buen control de su cuerpo en el agua volviéndose un digno oponente, y que yo estoy usando esto para mantener mi cabeza ocupada de ciertos especímenes masculinos indeseables que andan pululando a quienes no debieran. Y no solamente se trata de SunTae, sino de casi todo nuestro grupo de compañeras. Claaaaro, ellas se ven espléndidamente amables y proactivas con esos extranjeros. Lo que me faltaba.

Tener que alejar a un rubio de casi dos metros lejos de mi mujer. Este día no puede empeorar, ¿o sí? Aaah, pero si Eunbi o cualquier fémina se me acerca, soy yo quien está en serios problemas. Se supone que hay un contrato de exclusividad, no podemos ver o hablar con otras personas, según ella. Ahora me preguntó: ¿Aplica para ambos o solo para mí? La audacia.

Mientras tanto la adrenalina me ayuda a descargar, pero quién me ayuda a comprender el amargo revoltijo en la boca del estómago. El calor tampoco colabora con mi mal humor en aumento. Así que vuelvo a la habitación con alguna tonta excusa que no recuerdo luego del almuerzo. No faltaba mucho para asistir al festival ese de luces del cual todos hablaban entusiasmados. El propio hotel dispuso de transportes para llevarnos y traernos sin problema alguno. No iré. Sí, definitivamente me quedaré a dormir. Pasaré los días restantes del viaje encerrado. Efectivamente, eso haré.

Suelto una profunda bocanada de aire. Mi teléfono vibra sobre el colchón de la cama a mi costado. Lo ignoro, no me apetece ver quien es. Sin embargo, el tintineo seguido de mensajes entrantes me está volviendo loco y con ganas de estrolar el aparato contra la pared. Ah, mierda.

Los bellacos del 97’

Gyu
@Koo
@Koo
@Koo
@Koo
13:47

Qué 🙄
13:47


Gyu
¿Dónde tas?
Dijiste que irías al baño.
13:47

Yugy
Suenas a novia tóxica.
13:47

Gyu
Tienes que volver @Koo
Unos ingleses quieren
competir en las motos
de agua.
¡VUELVE!
13:48

Jae
¿Estás bien @Koo?
13:49

Yugy
¿Por qué no lo estaría?
13:49

No volveré. Menos aún, pues curioseando por historias de Instagram halle a un colibrí divirtiéndose muy a gusto entre amigas. Cómo si yo no estuviera con la cabeza a mil en idioteces. En inseguridades repentinas plantadas por escenarios ficticios salidos de mi cabeza por el simple hecho de…

No iré, no me siento bien.
Tengo migraña.
13:52


Espero con eso no sigan insistiendo. No saldré he dicho. El teléfono vuelve a vibrar, está vez con una llamada que no me molestó ni siquiera en revisar. De hecho, comienzo a sentir la pesadez del cansancio. Tal vez tomar un baño y dormir me relajen. Aunque, tampoco quiero moverme de mi sitio abrazando cómodamente una almohada boca abajo. Si mi madre o Ara me vieran lo más seguro es que, primero me llamarían sucio y segundo, me obligarían a ducharme. Bueeeno, no están aquí, así que puedo ser un poco descuidado mientras mi cuerpo se va relajando aún más y mis ojos se van cerrando.

Hasta que el timbre de la habitación suena, insistente, ocasionando que el ruido taladre mi cabeza. ¿Quién es ahora?

—¿Por qué no contestas el teléfono? —por qué no me sorprende— Los chicos dijeron que te sentías mal, ¿qué tienes? —me empuja al interior con la derecha sobre mi abdomen haciéndome estremecer, cierra la puerta detrás y con la izquierda enredando nuestros dedos hasta la cama donde me hace tomar asiento con ella parada enfrente— ¿Por qué no contestas? Fiebre no tienes. JungKook.

La interrumpo, tirando bruscamente su cuerpo contra el mío y adueñándome de su boca en el intento. Jadea ante mi acción, sorprendida al cambiar las ternas y colocarla debajo de mi cuerpo haciéndome lugar entre sus piernas que naturalmente se abren a mí. Sigue confundida, con sus manos quietas sobre mis hombros pero eventualmente cede a mis labios, a mi lengua que golpea la suya y manos que suben ansiosas por su cuerpo. ¿Es normal sentirme tan encabronado por nada?

—Kook. —gimotea entre el beso, su poca fuerza de voluntad para alejarme no es suficiente. Tampoco para aplacar lo que siento— Espera.

—¿No quieres? —inquiero apenas me separo. Sus labios rojizos se ven apetitosos, me tientan a morderselos. Respira con dificultad, más confusa. Alborotada. Ah, que linda se ve así. Aturdida logra recomponerse y se aleja lo suficiente colocando entre ambos buena distancia.

—¿Mentiste? Jaehyun dijo que tenías migraña. ¿Acaso fue una excusa?

Sus labios son lo único que contemplo. Mi única intención es lanzarme de nuevo a ellos. Rápidamente se levanta dando un manotazo a mis manos cuando intento la misma maniobra de empujarla de nuevo a mí. Suspiro dejándome caer atrás con mis brazos cubriendo parte de mi rostro. Ahora sí me dolerá la cabeza.

—Solo quise un poco de silencio. Estoy cansado.

Sigue parada con expresión de incredulidad. Se tarda unos segundos en dejar caer sus hombros y respirar.

—Bien, te dejare descansar. Saldremos a las cuatro y media hacia el festival.

—No iré. —declaro, con la esperanza que me gruña, ruede sus ojos y me diga con su más desdeñosa voz: haz lo que quieras. Tal vez, agregue un insulto y se fuera azotando la puerta. No sucedió eso, el silencio de su voz lo fue y el ruido de cosas moviéndose. No sé. Al descubrirme la veo removiendo en el closet, ¿Qué se supone hace entre mis cosas?— SunTae.

—Todos acordamos ir de blanco o plateado. —me ignora, sacando un par de camisas y complementos que mira con atención— Me gusta esta combinación.

—¿A Cha también le preparabas los atuendos?

—No, a decir verdad, Nunu tiene muy buen gusto para vestir. Elegante y sumamente atractivo como solo él es.

Qué le parece mejor, si me retuerce directamente las bolas de forma violenta.

—Ya dije que no iré. —sentencie.

—¡Si irás! —me encojo de hombros. La escucho moverse y tiempo después el colchón a un lado hundirse— ¿Kook? —ay no. Por qué pone ese puchero tan bonito con esos ojitos brillantes llenos de súplica— Sea lo sea que te suceda, sabes que puedes decírmelo. ¿Solo quieres descansar? Puedo traerte comida si lo necesitas. O ¿Algo te molesta? —sí, pero no lo diré. Eso implicaría admitir cierto dilema y el orgullo me está ahorcando junto a la dignidad— Si presione para que vinieras fue porque creí podría gustarte está ciudad, la magia que hay en ella y pudieras disfrutar de un viaje junto a tus amigos antes que todos comencemos a distanciarnos por nuestras responsabilidades.

Es verdad. Al llegar a Corea tendremos la graduación de la carrera, luego serán las fiestas navideñas. Un nuevo año inicia y con ello cada uno tomará un camino distinto. No había ahondado en el tema, probablemente porque el presunto amorío que tenemos con SunTae llegue a su fin. No tengo idea de lo que haré. Tampoco procuro en pensarlo. Desde un principio iría a trabajar con Yoongi en el proyecto conjunto que tenemos planeado desde hace mucho. JiEun con su oferta. Y luego... Florencia.

Uf, que difícil.

—¿Qué tienes pensado hacer tú? —pregunto— Nunca me hablaste sobre eso. —y no sé si fue sorpresivo para ella, pero pude notarla... ¿nerviosa? En cómo su cuerpo se tenso tan de repente que hasta evitó mi mirada.

—Aun no lo sé. Mi madre quiere que trabaje en su fundación, mi tío quiere que vaya a Seúl. —resopla una risita— Ahora que recuerdo, si acepto trabajar con omma, lo haré con tu ex novia a la par. ¿No es irónico? —se cruza de brazos, siendo mordaz y adoptando una expresión de hastío. Cualquiera que no supiera la verdad de nuestro trato diría que Kim SunTae está celosa. Ja, eso podría responder a su errático comportamiento la vez pasada que... Esperen, ¿acaso ella...— ¿En serio te sientes mal? —si me cuestiona con esa preocupación no puedo. Se ve tan bonita que quiero apretarla entre mis brazos y no soltarla. ¡Argh! Su presencia inesperada irrumpiendo en mi habitación, que le haya robado un beso que me correspondió y sea terca me hicieron negar— ¿Quieres ir al festival? —ninguno aparta la mirada del otro. Ya que, asiento despacio— Descansa entonces. Ponte eso y cuando sea la hora sino te veo a mi lado enviaré a los chicos a buscarte, ¿entendido?

De dulce y comprensiva a mandona y dramática. Sip, súper jodido. ¿Tengo alguna opción negándome? Obviamente, no.

No descanse, me quedé hablando con Yoongi a través de mensajes. Leyendo y escuchando en audios de largos minutos mis inquietudes. Lo que SunTae en poco tiempo ha causado poniendo patas arriba mi mundo. No es muy de mí dejarla hacer a su antojo. No suelo ser de esos que acceden al más mínimo capricho. Al contrario, no me gustan las mujeres caprichosas o quisquillosas, me dan... cierto repelús. Sin embargo, Kim es un asunto serio. Tremendamente serio. Verla simplemente ser me hace replantearme todo. Y me temo que no haya nadie que se comparé a ella.

Y ¡joder!, no es alguien que pasé desapercibida ante los ojos curiosos de los demás. Su sola presencia hace voltear a más de uno.

¿Debería sentirme halagado por ser el hombre que experimenta el mas intenso placer junto a ella o al único que se le acerca obteniendo su total atención?

Ya no reniego, permito que me guíe con nuestros dedos entrelazados a donde le apetezca entre el tumulto de gente local y extranjeros que se mueve alrededor. El clima es festivo, con auténtica comida local en distintos puestos, diversas actividades para divertirse, otras para enseñar la cultura y exhibiciones de baile, de luces, artesanías y más. En la entrada nos obsequiaron dos linternas de materiales biodegradables por cada cuatro personas. Se supone que también podemos soltar ofrendas florales a la laguna. Veo a todos entusiasmados, la mayoría parece que se puso de acuerdo vistiendo de blanco.

SunTae de mi mano, a mi lado no se oculta, es la imagen de la alegría en persona enseñándome todo lo que cree me gustará. En partes parece curiosa del porqué parezco perdido en pensamientos y yo, obligado, le respondo que más que perdido solo estoy admirando en silencio. Ah, como manifestarle lo que tengo atorado en medio del pecho pero no puedo expresar en palabras ya que no sé si es así realmente. Y si lo fuera, un temor inaudito se alinea por otro consiguiente temor.

¿Y si solamente quién siente soy yo y nada más que yo?

La euforia aumenta en tanto inician los fuegos artificiales y las linternas listas están a la espera de ser lanzadas al cielo de luna llena con peticiones de dejar ir lo que no nos sirve, lo negativo y darle la bienvenida a nuevas oportunidades, un camino a nuevos comienzos. Mi corazón late, esperando algún indicio, algo que me diga qué hacer con toda esta intensidad que hace mi estómago doler. ¿Qué tan jodido estaré si lo admito, eh?

La emoción colectiva entre gritos y chillidos de jubiló con abrazos y besos mezclados se presenta cuando el conteo llega a cero y la linternas encendidas ascienden llenando el cielo nocturno. Un hermoso espectáculo imposible de no admirar. Excepto que mi atención se encuentra estrictamente en la felicidad de alguien más.

Y es entonces que, en el brillar de sus ojos al borde de las lágrimas mirándome y en la enmarcada sonrisa de sus nacarados dientes dedicándome mientras se acerca para aferrar en un abrazo su cuerpo contra el mío, es que me doy cuenta que sí, definitivamente, estoy enamorado.

Completa, irrevocable y enloquecidamente enamorado de Kim SunTae.


To see you SHIIIIIIIIINEEEEE. IT'S YOUR GOLDEN HOUUUUUUUUUUR !!!!!!!

💜💜💜

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro