Templo
Advertencias: Ninguna.
~•~
-Domingo por la tarde-
-Abue- el menor de los Suzuki bajo la pequeña caja que cargaba -¿Dónde la pongo?.
-Cerca de aquella- señaló una pila de cosas que pertenecían a los menores.
La castaña movía la maleta dónde guardó la ropa de su hermanito.
-Tu casa es muy bonita- el de ojos verdes expresó mientras bebía agua -Y tienes un templo como a veinte minutos.
-Es una ubicación linda- sonrió tocando sus mejillas -A ti te quedará un poco más lejos la escuela, pero a ella no tanto.
-Mamá seguirá pagando el transporte- dejo el vaso en manos de su abuela -Ahora que vivo aquí te ayudaré a todo.
-¿De verdad?- la anciana sonreía por la inocencia del más bajo.
-Y así Amanda podrá descansar- hizo una pausa -Oye abue, ¿Mamá podrá visitarnos aquí?.
-Ella no sabe la razón por la que se mudaron conmigo, pero siempre será bienvenida al igual que tu padre.
-Deja de molestar a la abuela- apareció Amanda en la cocina -Lavate las manos, vamos a cenar.
-¿No irán al festival?- la mayor arqueó las cejas.
-Mañana tengo escuela- el único varón suspiró resignado.
-Son muy jóvenes para quedarse encerrados- agitó el cabello de su nieto.
Después de eso su cena fué tranquila, Amanda de alguna manera estaba aliviada.
-Ya acabé- el niño se levantó de la mesa.
-Tú lavas los platos, Amanda y yo ya hicimos la cena- la viejita lo apunto divertida.
Hizo un puchero pero aún así lo termino haciendo de buena gana, claro con ayuda de la mayor.
-Hija tu ve a descansar- la sacó de la cosina arrastras -No descansas bien.
Antes de decir otra cosa Daiki hablo nuevamente -Si prefieren ir al festival puedo darles dinero, yo no quiero salir.
La de ojos chocolate lo pensó unos segundos, pero si revelación se vió interrumpida por su hermano.
-Yo si quiero ir- el ojiverde agitó las manos salpicando a su hermana.
.
.
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~Amanda~
-Amanda, compra un poco- Kenji apunto un puesto de takoyaki.
Estaba tirando fuertemente de mi manga y con la otra mano sostenía un dulce, era increíble lo mucho que podía comer después de cenar.
-Espera aquí- solté su mano para encaminarme hasta el puesto.
En un fugaz momento que me distrajé sentí como impactaba con una muchacha.
Solté un quejido, rápidamente retrocedí unos pasos sobando mi nariz.
-Perdón- tenía una voz muy dulce.
-Lo siento mucho- me incline torpemente.
A unos pasos visualice a una muchacho de cabellos rubios.
-¿Estás bien?- se acercó a mi mientras yo asentía.
-No te preocupes, gracias- hice un ademán.
Dios deseaba desaparecer con todas mis fuerzas.
-¿Estás bien Emma?- aquel hombre alto gritó pero sin detener su paso.
-¡Si!, Disculpa- la niña se inclinó para después seguirlo.
Al final conseguí el encargo de Kenji, cuando llegue con el estaba sentados en una banca, teníamos pensado caminar otro rato entre los puestos, pero lo descartamos cuando la lluvia hizo acto de presencia.
Corriendo bajo la lluvia llegamos a casa de la abuela quien ya estaba dormida.
Hice que Kenji tomará un baño, a veces puede ser alguien muy sucio, en especial si está cansado.
Seque mi cabello, mañana en la mañana me bañaría, me puse la pijama y cubrí mi cuerpo con las mantas.
Inevitablemente pensé en lo solo que debía sentirse papá, cosas así pueden comerme la mente durante horas, sobre pienso todo, pero gracias al ruido de las gotas impactando contra el suelo me arrullo lo suficiente para bostezar.
~Fué un buen fin de semana~
Holaaaaa, pues como se puede ver se hace lo que se puede.
Amanda no es mi oc favorita pero de alguna manera me agrada porque pues todos tenemos problemas familiares y así, creo que es una buena forma de plasmarlos.
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