♔ 80 ♔
Caminé al lado del chiquillo pelinegro quién se mantuvo en completo silencio, al parecer, no es un experto en hacer amistades y eso, me hace saborear la victoria que está más cerca de lo que había creído. De vez en cuando, miraba al resto de los chicos que se burlaban del pelinegro y este simplemente bajaba la mirada e intentaba huir de mí, sin embargo, me acercaba más a él para dejarle en claro que no le será fácil deshacerse de mi ahora que lo he encontrado.
—Es aquí— murmuró.
—Gracias, eres muy amable.
—No es nada...
—¿No irás a clases? — le pregunté al percatarme de que no se iba.
—Yo... tengo clases aquí también.
"El mundo es tan pequeño".
—Eso es genial, ven— lo tomé de la muñeca y prácticamente lo arrastré hacia una de las mesas desocupadas. —Nos sentaremos juntos.
—...
—¡Oye! Ese lugar es mío— dijo un chico no muy agraciado después de plantarse frente a nosotros. —¿Qué esperas? ¿Por qué no levantas tu grasiento culo de mi silla y te vas?
El pelinegro se dispuso a levantarse, sin embargo, lo impedí. Me levanté de la silla y miré con autentico desprecio al brabucón.
—No veo tu nombre por aquí— dije tras mirar la mesa y la silla.
El chico entrecerró los ojos. —¿Qué has dicho, pedazo de mierda?
—No veo tu nombre por aquí— repetí. —¿Qué? ¿Vas a llorar porque he tomado tu supuesto lugar?
—No te aconsejo que me tengas de enemigo— advirtió el chico tras cruzarse de brazos en un intento en vano de parecer mucho más "rudo".
—¿Crees que te tengo miedo? — me burlé —¿Por qué no te vas antes de que tu rostro quede desfigurado por completo?
—Oye... será mejor que cambiemos de lugar— murmuró el pelinegro.
—Es correcto, deberías de ceder ante la petición de tu amiguito.
—Este es nuestro lugar ahora y si no te gusta, me vale mierda— tomé asiento nuevamente y le dije adiós con la mano al chico que se ha quedado boquiabierta, de pronto, elevó su puño y se dispuso a golpearme, sin embargo, una mano se posó sobre la muñeca del estúpido y lo detuvo a tiempo.
—¿Qué demonios...? — el chico se giró hacia el pelirrubio y su mirada se cubrió de temor puro. —Lo siento— murmuró.
—¿Qué esperas? ¡Vete!
El chico acató la orden de Hyunjin y se fue a sentar al otro extremo del aula.
—¿Desde cuando te convertiste en mi héroe? — pregunté con tono burlón mientras le daba un ligero golpecito al pelinegro.
—¿Por qué me golpeas? — se quejó el chiquillo.
—Espera, los adultos estamos hablando— le reprendí.
—Soy el héroe de todos los débiles que no pueden defenderse— Hyunjin se encogió de hombros. —No sabía que estuvieras en esta universidad.
"Genial. Dos pájaros de un tiro", pensé.
—He sido transferido.
—¿Por qué? ¿Se burlaban de ti en la universidad anterior?
—No. Me mudé a un nuevo lugar, ya sabes, el anterior ya no era seguro.
—Mm, no está mal— murmuró, después se giró hacia el chiquillo pelinegro y le preguntó con voz seria—: ¿Qué te he dicho sobre defenderte?
—Yo...
—No quiero escuchar escusas estúpidas— habló Hyunjin —¿Entiendes que deberías de ser más valiente?
—Sí— murmuró el chico en voz baja.
En estos momentos, me siento como si fuese la tercera rueda que no es necesaria, pero sigue aquí. "¿Qué clase de relación habrá entre ambos chicos, dado que parecen sumamente cercanos, pero a la vez totalmente distintitos?", me pregunté en silencio mientras observaba la escena que se presentaba ante mis ojos.
—La próxima vez, no intervendré— le advirtió —, tendrás que defenderte a como dé lugar y no quiero que seas vencido por ese bastardo, ¿entendido?
—Lo entiendo— aseguró.
—Y, recuerda que no importa lo que tengas que hacer para ganar.
"¿Será correcto preguntar acerca de su relación? ¿O simplemente finjo que no he estado presente en este momento tan extraño? ¡Es tan malditamente difícil para mí ser discreto porque soy todo lo contrario a eso!".
—Por cierto, ¿estás en esta clase también? — pregunté en un intento estúpido de alejarme de la anterior conversación entre ambos chicos.
Hyunjin dirigió su fría y penetrante mirada hacia a mí y sentí como si hubiera cometido un gran y terrible error al haber hecho aquella pregunta. Ese bastardo me hace sentir muy nervioso y tenso, ¿por qué demonios me mira con tanto odio, como si hubiese asesinado a su gato o algo así?
Posiblemente, él tenga idea de que se ha convertido en mi objetivo desde que nos conocimos, de lo contrario, no veo otra razón que lo haga odiarme demasiado; si el idiota sabe sobre mi plan, todo está arruinado y será en vano continuar porque estará a la defensiva todo el tiempo.
—¿Algún problema con eso?
—Come popó— solté son pensarlo.
—¿Qué? — frunció el ceño.
—Come popó— repetí tras rodar los ojos. —Estaba intentando tener una conversación "normal" y no dudaste en tratarme mal. ¿Qué hay de malo conmigo? ¿Qué te hice como para que me hables y me mires así?
—¿Cómo se supone que te estoy mirando?
—Pues así...
—¿Así? ¿Cómo?
—¡Me miras con mucho odio! — solté sin medir mi volumen, los estudiantes se giraron rápidamente tras escuchar mi grito y me sentí un completo imbécil.
Lee Minho, haciendo el ridículo desde tiempos inmemorables.
—No te estoy mirando con odio— se burló tras encogerse de hombros. —Eres un completo estúpido, Lee. ¿Cómo podría mirarte con odio, si ni siquiera me importas? No eres digno de merecer algún sentimiento positivo o negativo por mi parte.
Sentí como si un balde de agua helada me hubiera caído encima. ¿Por qué se siente tan terrible ser considerado como una mierda por ese atractivo chico que me hace perder los estribos cada vez que lo veo? Debería sentir odio hacia él, pero no es así; al contrario, me siento desilusionado y triste al escuchar esas palabras que considero como un cuchillo atravesándome la piel.
—¡Me vale mierda! — me levanté del asiento, tomé mi mochila y salí del aula a paso rápido.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro