Kim caminó a pasos rápidos hacia el príncipe Hwang y lo miró de arriba abajo, tras asegurarse de que no había sufrido alguna herida o similar, sonrió abiertamente y exclamó—: ¡Lamentamos haberle fallado, príncipe Hwang!

Al parecer, también debo lamentarlo porque Kim me ha mirado con frialdad tras percatarse de que no he hecho la reverencia, al igual que el resto de los guardianes, rápidamente, hice la reverencia y evité soltar una risita.

—¿En dónde está mi padre?

—Lo hemos estado buscando por todo el bosque e inclusive, le he pedido ayuda a...

—Lo he encontrado— anunció un hombre de voz gruesa; todos nos giramos hacia él y en lo personal, me que quedado boquiabierta al encontrarme con una obra de arte con pies y hanbok caminando hacia nosotros con pasos seguros tras bajarse elegantemente de un caballo, detrás de él, se encuentra un carruaje cubierto de oro.

Kim, al igual que el resto de los guardianes del emperador, hicieron una reverencia e inmediatamente los imité para evitar avergonzarme frente al Dios de la belleza que tengo frente a mí; sin embargo, no pude ignorar la mirada en blanco y el chasquido de lengua por parte de Hyunjin al escuchar el anuncio del atractivo chico.

—Gun[1], es un placer verle de nuevo— dijo el chico tras posar su mirada brillante en Hyunjin.

—Lo mismo digo— respondió sin entusiasmo.

—Su Majestad se encuentra en mi carruaje— anunció el chico —¿Debería acompañarlo a su Palacio Real, príncipe?

Miré hacia Kim en un intento en vano de pedirle una explicación de lo que está sucediendo en estos momentos, sin embargo, Kim también se encuentra profundamente perdido en la brillante mirada del desconocido; regresé la mirada hacia el atractivo chico e intenté no suspirar.

—Duque, en nombre del príncipe, le agradecemos profundamente que haya encontrado al emperador— habló Kim en un intento de romper la tensa atmosfera.

—No hay nada que agradecer— sonrió nuevamente —. Considéralo como un regalo, príncipe Hyunjin— regresó su mirada hacia el príncipe y me sentí perdido, otra vez.

—Será mejor que vuelva al Palacio Real, príncipe— habló Kim —. Nosotros nos aseguraremos de encontrar a lo vándalos que los han hecho...

El príncipe asintió y caminó hacia el carruaje, dejando atrás al Duque que sonrió de lado y caminó detrás de Hyunjin.

—Desde pequeños han sido rivales— habló Kim tan pronto vio el carruaje desaparecer entre el bosque.

—¿Por qué?

—Nunca se ha sabido el motivo— Kim se encogió de hombros. —Vamos, debemos encontrar al menos a un bastardo.

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Al volver al Palacio Real, caminé a paso rápido hacia mi habitación, sin embargo, me detuve en seco tras presenciar algo que no debí de haber visto; tras regresar en sí, retomé mi camino hacia la habitación e intenté olvidar aquella escena que seguramente, quedará muy grabada no solamente en mi corazón, también en mi mente.

—Hyung, ¿qué sucedió? ¿viste un fantasma?

—Ha sido un día muy cansado— mentí. —¿Por qué no estás dormido?

—Yo... no podía dormir porque me sentía solo.

—Yang Jeongin, no me mientas.

—¡Estaba jugando con una vaca!

—¿Jugando con una vaca?

—Sí, es muy linda.

—Mañana hablaremos sobre ello, por ahora, ve a dormir.

—¡Sí!

Definitivamente no cometí un error al traerlo de regreso a la vida, ¿cierto?

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Gun, 군 [1]: Se traduce como "príncipe".