꙳✧ 𝟎𝟐⌇totally evil.
capítulo dos. totalmente malvada.
DOS CHICAS SE ENCONTRABAN charlando en un dormitorio. Este tenía una suave luz amarilla que brillaba incandesentemente desde una lámpara encima de un escritorio antiguo. Se distinguian dos figuras de féminas sentadas en un edredón que resaltaba por su suave terciopelo azul. Era una charla que comentaba la sucesión de hechos del día problematico que una pelirroja había tenido y nadie negaba lo horrible de aquel.
—Ella es una perra y es totalmente malvada, ¿quién se mete con el novio de su prima? —solté enojada hablando acerca de Fleur en mi dormitorio luego de la tarde problemática de ese día fatídico —y lo peor es que es dos años mayor ¡Dios! por qué no se mete con los de primero también —dije chasqueando la lengua con disgusto.
—Sí, es cierto; ella es una perra —confirmó su amiga rotundamente —todas pensábamos que no era para ti... —se detuvo considerando lo siguente e decir —pero de ahí a hacerce el tierno contigo solo para dejarte mal en un baile, al que no ibas a ir, es bueno algo estúpido.
—De hecho tenían razón, no se como confié en una persona así o no lo vi antes, me siento estúpida.
—No te culpes, Antoine fue el primero que realmente te intereso. Puede pasarle a cualquiera y considera que ya sabíamos que era un mujeriego. Pero, el problema es que él te había demostrado algo diferente y esa fue su intención, no es tu culpa.
—Es que creo que el realmente me gustaba. Cuando me miraba con sus ojos ámbar y notaba que me quería, sentía algo justo aquí —dije señalando mi pecho, aunque él no lo hacía.
Yo enserió sentía el corazón retumbar de felicidad cuando me tomaba la mano, salíamos, nos abrazabamos...
—Celine, tranquila, ya todo va estar mejor. Y mañana vas a salir con la frente bien en alto a demostrarles quién es Lizza Celine Griffin.
—Lo único que quiero es no verlos más y sí es posible hasta siempre. Tampoco quiero bajar mañana y ver la cara de felicidad de Fleur cuando me expulsen. Así que no —dije negando —no bajaré. —negué cabizbaja.
Se me vinieron a la mente todo el tiempo que pasamos juntos. Desde su timidez al invitarme a salir hasta nuestro primer beso. Todo había sido mentira. Nada había sido verdad.
El me mintió descaradamente y el hecho de que ambos estábamos nerviosos en nuestro primer beso tampoco fue real. Solo había una persona nerviosa y no había sido Antoine. Me decía que nunca había experimentado algo así, que me quería.
«Patrañas».
Perdí mi primer beso en una ficción y lo acepto, me arrepiento. Yo sé que no a todas les importa algo tan simple y que que es un detalle. Pero quería que mi primera vez haya sido con alguien a quien yo sintiera correcto, que se preocupe al menos por mi o que sintiera lo que decía, es decir que no fuera un idiota. En el pasado quería que fuera un buen recuerdo. Ahora lo único que era es una decepción que provocaba un irrevocable dolor en mi pecho como tmbien un sabor a traicionar desagradable. Iba a ser un recuerdo agrio y que no quisiera recordar. Era tan reciente que dolía, dolía tanto que es imposible de negar las ganas de dejar de contener mis lagrimas. No pude contener el llanto y las lágrimas cristalinas se dispararon fuera de mis ojos.
—No, no tranquila. —dijo acercándose para acto seguido abrazarme.
Ella me abrazaba y tocaba mi cabello para intentar contenerme. No era una tarea fácil. Yo lo sabía pero ella no se iba a dar por vencida así. Letti me demostraba su cariño soportandome siempre en las buenas y las malas, aunque sea peor que una patada en la espinilla. En fin, el punto es que me alegraba aunque sea un poco tener a alguien en quien confiar.
—Es-es que duele. El me traicionó de una forma muy ruin, baja —murmure contra su uniforme celeste de una seda suave y reconfortante.
—Sí, sí; lo sé Lizza, pero nunca te mereció y ella tampoco. —dijo refiriéndose a mi prima —Llora todo lo que necesites... yo estoy aquí... y no me iré —mencionó acariciando mi espalda.
—Te quiero Letti. —le contesté en un susurro inentendible debido al llanto incontrolable que sufría.
Luego de unos minutos cuando pude tranquilizarme y no explotar en llanto o por ganas de tomar venganza contra Fleur y Antoine, Leticia me explico:
—Ahora averiguamos que tu prima quería orquestar todo este plan sólo por que tu provablemente serías una fuerte oponente. Todos los chicos tienen un fuerte enamoramiento contigo y todas las chicas por una u otra razón te admiran. —creo que todo eso no entraba en mi cabeza, pero traté de procesarlo diciendo eso como un mantra y aún así no podía pensarlo —mi florecita ibas a ser propuesta como la nueva reina de beauxbâtons —dijo orgullosamente, pero al ver que no sabía de que hablaba rodo los ojos y me siguió explicando. «En mi defensa nunca prestaba atención a cosas». —No puede ser que no te hallas enterado. Vives en una nube. ¡En fin!. Retomando es una costumbre elegir cada diez años una representante de todo el colegio para eventos futuros y que sería considerada la mejor a nivel académico, en estándares de belleza y de valores que jemplificarian a todo Beauxbâtons.
—¿Y, de que serviría eso? —pregunté algo confundida.
—¡Como que de que! Si viajamos a otro colegio tu estarías al lado de Madam Maxime para ayudarle y dejar en buena posición a nuestra academia. Ese sería una muestra de lo importante que es, aunque no solo eso —dijo haciéndome recordar a un vendedor —También tendrías otros beneficios —dijo enumerando con sus dedos. —Uno es el premio, el de quinientos galeones. Otro, una habitación separada solo para la ganadora y el último, el simple hecho de ser considerada un ejemplo en toda Francia.
Me miró esperando una respuesta totalmente emocionada. Creo que estaba más entusiasmada que yo cuando podía comer una torta de chocolate, o chocolate, o caramelos. Ah dios tenía algo de hambre.
—Ajam no, eso no va a pasar. —anunció negando.
—Pero, ¿por queeé?—dijo quejándose como una niña pequeña haciendo un tierno puchero que para ella quedabatango raro.
—Yo ahora quiero alejarme de todos y no quiero salir jamás. —dije apenada.
—Tu no has echo nada malo para sentirte apenada, Fleur si tiene que. Tranquila tienes nuestro apoyo en todo momento.
—Gracias. —mencioné sin fuerza alguna.
—Por algo somos amigas —dijo la rubia con una sonrisa.
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