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𝒙𝒙𝒗𝒊𝒊. 𝑺𝒂𝒅, 𝒔𝒂𝒅 𝒓𝒆𝒂𝒍𝒊𝒕𝒚.

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CAPÍTULO VEINTISIETE
CORAZÓN ROTO
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EL CHICO DE CABELLOS REVUELTOS ESTABA EN SU CAMA, pensando en su horrible existencia. Es decir su tercer año estaba siendo un fiasco, aunque amaba después de todo alejarse de su familia materna. El chico odiaba con toda su alma a su familia o de eso se quería convencer, en el fondo aún seguía siendo un niño en busca de aquello que nunca vivió «irónico» pensó, pues justamente se le decía "el niño que vivió". Pésimo nombre que le recordaba que había vívido solo él de su familia. Sus padres James Potter y Lily Potter habían fallecido cuando el mago tenebroso más temido había ingresado en su búsqueda. Odiaba que lo recuerden por eso y odiaba esa cicatriz, aunque cuando no lo sabía la quería, ya que era algo que lo hacía sentir diferente. Al menos así fue en su más tierna niñez.

¿Qué hacía en la madrugada despierto cuando sus compañeros dormían? Pues no lo sabía, lo que sí sabía era sólo que probabablente el hecho de que él fugitivo más buscado estaba tratando de darle caza lo preocupara ¿Por qué tenía tan mala suerte? ¿Por qué? Lo peor era que no solo a él, no. Si no a esa pelliroja que le robaba el sueño. No exageraba realmente lo hacía, ella era una de las razones por las que estaba despierto en ese momento.

«Harry desde cuando tan idiota» pensó tratando de sacarse esos sentimientos extraños de donde sea que estaban. Sabia que su corazón arraigaba sentimientos tos vulnerables que no quería y lo hacían sentir celos en algunas ocasiones.

Esa tarde habían estudiado todos juntos antes de la cena. Lizza venía del corredor había llegado agitada y por mera curiosidad le preguntó que le había sucedido, realmente fue una genuina curiosidad, quería saber como llego ese tono rosado a sus mejillas.

Bueno a parte de que a Lizza prácticamente la siguieran siempre con la miraba y él pelinegro estaba asustado de la cantidad de hombres que ella atraía. Es decir ¿Qué oportunidad tenía el contra alguien como Cedric Diggory? Ninguna. Si, se enteró de mano de Fred y George, le habían advertido por que no querían que alguien tan mayor como él tuviera algo con la pelliroja.

En fin salio de esos pensamientos algo depresivos y recordó que ella mencionó algo de una situación cómica y se río adorablemente.

Ah que linda sonrisa.

Sacó esa probable sonrisa bobalicona y penso como todo había cobrado sentido cuando Hermione les explicó que su familia materna eran los Delacour, una familia con raíces veela.

Harry entendió por que aveces no podía evitar desprenderse de sus manías, específicamente de mirar algunos pequeños gestos, como cuando Lizza le llevaba la contraria y enmarcaba el ceño, cuando acomodaba sus mechones pellirojos, cuando se mordía los labios pensando o cuando arrugaba su nariz cuando algo le desagradaba. Se sentía bien como su amigo, pero había algo, algo que faltaba, sentía que una pieza del puzzle faltaba y no sabía que era. Harry era un poco inocente pero en sus pensamientos tenía sus tintes blancos y negros.

Esa chica era un rosa para él, tan hermosa y bella, además de peligrosa obviamente sus espinas podrian llegar a hacerte sangrar. Lo sabía.

Algo de ella lo llamaba, no sólo lo hermosa que era, aunque no sabía si le gustaba aún. Tenía claro que la sonrisa que expresaba era lo que quería ver en ella siempre, trataría de que perdurará. El de ojos verdes en su interior sabía que ella algo ocultaba, Hermione en pequeñas declaraciones le contó sus sospechas. Lizza se reunía con alguien.

El problema era saber ¿Quién era?

Por alguna razón Harry se revolvía en la cama de una lado a otro. En la oscuridad divisó de reojo la cama de su amigo, Ron, quien estaba más que por el séptimo sueño. Decidió levantarse y así lo hizo. Saco ambas piernas de la cama y se desprendió de aquel edredón rojo con pesadez.

Suspiró.

¿Qué demonios hacía?

Y bueno de esa manera Harry había decidido ir a dar un pequeño paseo nocturno por Hogwarts. Esperaba que sus preocupaciones cedan algo, un poco por lo menos. Sobretodo porque quería dejar de sentir que esa pelliroja suspiraba por alguien que no era él.

Shuuu, Harry todavía no lo acepta, pero ella era la razón de su desvelo.

En un lento caminar se dirigió a la salida de aquella habitacion tan oscura, las velas con su brillo algo anacarado habían sido apagadas. Todos en la habitación coincidían en que se descansaba mejor así y por ello la oscuridad estaba en casi todo su esplendor, casi porque la luz de la luna filtraba aquella penumbra. Revisó nuevamente y sí efectivamente todos dormían profundamente, hasta escuchaba el ronquido de uno de sus compañeros. Abrió la puerta y salió por ella. En rápidos pasos se encontró en las escaleras, bajo por ella y se encontró en la sala común. No había nadie. Se fue de allí, despertando a la dama gorda que descansaba en aquel cuadro.

—Hmm ¿Dónde te diriges niño? —pregunto bostezando cansadamente. Su vestido estaba revuelto y sus rizos sostenidos descuidadamente. se notaba visiblemente que Harry la despertó.

—Por ahí —respondió el de ojos verdes profundos no sabiendo exactamente el recorrido planeado. Es decir solo quería descansar de su mente. Despejarla.

Entre pasillos, bifurcaciones y pasos lentos recorriendo Hogwarts, admiró las columnas perfectamente diagramadas y los tonos oscuros que tomaban por la poca luz. Pronto se encontró en un lugar en específico, uno en el que oía voces venir de allí. Una de ellas se le hacía una voz conocida, le llamó inmediatamente la atención.

Se sintió mal por él mismo, pues había salido sin su práctica capa de invisibilidad. En estas situaciones era donde era necesaria.

Harry en ese momento estaba intrigado y la capa era una buena solución.

Quería saber quien era aquella chica con voz algo aterciopelada. Por lo cual espió desde detrás de una gran columna para saber que decían. Se abstuvo de mirar o de lo contrario lo descubrirían. Solo escuchó. Estaba en la torre de astronomía con las estrellas observando aquella singular situación.

—¿Te arrepientes? —escucho decir a una vos varonil que se le hacía muy conocida con un tono casi serpenteante tal como un susurro arrastrado.

—No, no, sólo que me hubiera gustado terminar lo que empezamos. Creo que me arrepentí de ello —el pelinegro pensó en lo directa que era la muchacha desconocida.

—Oh —sonaba sorprendido por la declaración, se aclaró la voz, pero aún así continuó —, bueno ¿Quieres terminarlo pelliroja? —Harry abrió los ojos como platos, nunca había estado frente a una situación de esa manera.

«Que atrevido» pensó.

Cuando Harry había supuesto que ya estaban besándose. Escucho:

—No, no puedo —negó la voz varonil —Lo siento —todo había sido casi susurrando. Se le hacía muy extraño que niegue aquello de esa forma. ¿Por qué?

—¿Por qué? ¿no sientes los mismo que yo? —la voz sonaba afligida, casi parecía estar llorando. —Entiendo si no lo haces —escucho murmurar.

—No es eso, y-o, yo Lizza tengo una novia. No quiero hacer esto así —declaró.

El pelinegro casi se atraganta con su saliva ¡¿Qué?! ¡¿Lizza?! ¡No podía ser! ¡No! ¡¿Por qué?!

Harry sintió una punzada, le dolió. No sabía por qué, el suponía que era por que Lizza no confiaba en él como amigo. Eso era. Aunque aquello se había sentido aplastante, asfixiante y decepcionante.

Decidió en ese momento intentar observarlos, después de todo era Lizza de quien hablábamos. No cualquiera.

Al ver en la penumbra divisó al chico desde detrás. Era alto y sorprendentemente vestía una túnica de Slytherin. Su cabello parecía claro, y lo deducio por que en la oscuridad aún se podía notar un color casi rubio o blanquecino.

Lo que pensó no le agradó. Espero estar terriblemente equivocado.

Estaban uno al frente del otro.

—¡¿Qué?! ¡y no lo dices hasta hora! —casi gritó ella y luego golpeó su pecho con su dedo en cada una de las sílabas siguientes: —E-res un i-di-o-ta.

—¡Y, sí no lo dije por que no quería que esto pasará! —exclamó la voz varonil parando su dedo. Bueno o eso pensó divisar.

—¡Sueltame! solo sueltame, pensé que me apreciabas sabes, al menos como para decirme las cosas de frente. Me equivoqué de nuevo —respondió la pelliroja. Ya llendose de su lado y acercándose hacia donde estaba él. Se escondió.

En ese momento comprendió que Lizza estaba llorando, sus gemidos se escucharon.

—¡No, no es así! ¡Podemos ser amigos!—exclamó la otra voz.

—Creo que voy a necesitar un poco de tiempo, solo algo para poder superarlo.

—Lizza no lo comprendes, no puedo estar contigo.

—No, si lo hago. Quieres a tu novia, pero no a mi. Draco por favor déjame —respondió casi sin llegar a hacerse escuchar.

—Lizza lo hago por nuestro bien, creo que no puedo con esta situación —respondió él.

Volvió a mirar nuevamente. El chico abrazaba a Lizza sin querer dejarla ir. Casi con miedo de soltarla, como si se fuera a esfumar.

—¡No me abraces! ¡Por favor! —casi gritó ella.

—De acuerdo, no lo volveré a hacer— esa seca respuesta fue emitida por el chico de Slytherin.

Luego los pasos resonaron al irse del lugar. Y escuchó en una baja declaración: "No debí hacerle caso a Theo".

Harry se escondió por detrás de las escaleras. El chico que pasó a pasos rápidos tenía cabellos rubios. Y en ese preciso momento supo que se trataba de Draco Malfoy y que no era producto de su imaginación el haber escuchado su nombre.

Detesto que esa persona justamente, aquella que trataba mal a sus amigos ahora tenga de víctima a su amiga. Ese chico idiota. ¿Por qué con ella? El realmente solo quería lo mejor para ella. Solo lo mejor.

Lizza rompió a llorar y él, bueno sintió que se le partía un poco más el alma.

















DIOS DRAMA. Ahr lo amo. En otro tema, gracias por el apoyo y todo♡ lo único malo de esta situación no se cuando estara el otro cap. Se me vienen los parciales y ay voy a morir. Dios, ¿Por que? horrible, es mi primer año y bueno, se me viene la suicidacion.

Na más.

Besos
y plis comenten que me encanta.

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