𝒙𝒙𝒊𝒊. 𝑹𝒆𝒔𝒊𝒍𝒊𝒆𝒏𝒄𝒊𝒂.
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CAPÍTULO VEINTIDOS
POSEIDÓN
EN HOGWARTS
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LA PELLIROJA ESTABA RECOSTADA EN UNA MULLIDA CAMILLA, su ropa aún seguía siendo el uniforme de Hogwarts con su característico escudo de Gryffindor. Ella no estaba consciente en ese momento, pero estaba acomodada de forma que su cuerpo parecía encogido hacía la derecha y su brazo cumplia la función de almohada. No había despertado, aunque si se había acomodado de esa manera en ese estado que rondaba entre los sueños y la inconsciencia.
Un hombre del que nadie sabía estaba sentado a un lado de la muchacha de ojos plata y cabello de fuego.
El era fuerte como ningún otro y vestía simplemente una camisa hawaiana y unos pantalones de pescador. Admiraba a la muchacha dormida viendola fijamente preguntándose cuanto tiempo había pasado desde la última vez que la vio. El hombre no era nadie más que Nethuns. Con sus ojos mar turbulentos y cabello negro revuelto.
En su mente recreaba lo parecída que se veía a Aretha, una mujer que había amado tanto que se preguntaba hasta el día de hoy donde estaba. Sabía que no había muerto, su hermano le hubiera avisado. Él también la conocia. Solo que el sentimiento humano de amor romántico que sintió por esa mujer había excedido las expectativas. Desde la primera vez que la vio había caído enamorado y su corazón de dios había vuelto a latir como solo ella pudo hacer que suceda.
La noche había caído y con ella la posibilidad de que Nethuns visitará a su única hija, por eso había regresado por única vez al mundo mágico británico y la escuela de magia y hechicería más reconocida: Hogwarts.
La puerta de la enfermeria se abrió con un rechinido que sonó en toda la habitación. El pelinegro de ojos mar dio vuelta su cabeza lentamente, ya sospechaba de quien se trataba. Bueno, después de todo era difícil que no se diera cuenta.
Un hombre con larga barba blanca y rasgos de vejez lo miro atraves de sus cristalinos anteojos de media luna. Vestia una túnica clara que le quedaba bastante bien.
El anciano lo miro y dijo:
—Es extraño volver a verte Joven Nethuns.—acto seguido se acercó hacia Nethuns, quien tenía en mente que esto podría llegar a suceder.
—Si ha pasado bastante tiempo.—contesto recordando que no había visitado a nadie desde su partida, ni siquiera a su buen amigo Remus.
—Si, pero aún así regresó donde dijo que jamás lo haría— el hombre se pauso para afirmar— regresó a Hogwarts Señor Nethuns. Lo hizo.
Nethuns sabía de lo que hablaba.
—Usted sabe que las circunstancias pueden llegar a llevarlo a donde menos espera.—dijo tratando de aclarar el asunto.
El se había ido por que lo necesitaban y tiempo después cuando supo que Aretha había huido hacia Francia por una disputa con su entonces pareja, fue con ella y prometió jamas volver a pisar el mundo mágico y en ese no volver a pisarlo, entraba Hogwarts. Lo que le había sucedido a Aretha la había lastimado tanto que aún recordaba sus ojos inundados de lágrimas.
—No, no son las circunstancias. Sino el amor.—Albus Dumbledore sabía todo y nada se le escapaba. Todo menos Aretha cabe aclarar. Esa mujer era difícil de ubicar.
—No voy a negar eso, solo una mujer más pudo lograr lo que ella pudo.—menciono pensando en aquella mujer humana de New York.
—Oh, claro, claro. Se a lo que se refiere, pues aunque sea una anciano, aún se distinguir a personas comunes de dioses.—Albus lo miro con más atención— ¿No, señor Poseidon?
El hombre no se sorprendió.
—Si, o quizás es que tiene aún la voluntad de un jovencito. Y yo verdaderamente lamento corregirlo, yo tampoco soy joven, después de todo superó su edad con eones.
El anciano se había acercado más al hombre de gran musculatura y bronceado por la cantidad de rayos ultravioleta que recibía en sus escapadas. Estaba a solo dos pasos.
Dumbledore miro a la niña.
—Su hija, ¿le recuerda a Aretha, no?—pregunto con parsimonia.
—Si lo hace, es igual a ella a su edad. Solo que tiene mi carácter.—respondió.
—Algo pasó hoy, sabe. Ella recordó algo referido a su mundo, si no me equivoco y no es que sea egocéntrico, eso pocas veces sucede.—declaro el hombre algo preocupado.
—Ella no debe recordar nada. Es por su seguridad—dijo Nethuns.
—Si sabe que uno no puede controlar lo que uno es ¿no?—dijo haciendo una pregunta retórica—Celine no podrá evitar su naturaleza.
Nethuns lo sabía.
—No, no podrá. Pero ese collar que lleva mantiene todo en su lugar y aquella pulsera con sus dos funciones también. Mientras estén a salvo, ella también lo estará. Me culparía de lo contrario.—dijo el.
El hombre mayor asintió.
—¿Usted se preocupa por ella, no?—pregunto, sabía que era un Dios y que no todos eran atentos con sus hijos.
—Claro que sí, a pesar de todo la amo justo como a su madre.—respondió.
—Ella deberá ir con los suyos en algún momento. Lizza tendría que prepararse.—aseguro con seriedad.
—No, ella ya lo está. Solo que no lo recuerda. En el momento que sea preciso, ella tendrá todo nuevamente.
—¿Cuándo?
—No lo sé, pero según parece la profecía hablo de un cambio que llegaría de ella misma.—contesto.
Poseidón se acerco a su abrigo, reviso uno de los bolsillos y de él saco un sobre desgastado. Se dio la vuelta y aproximó el sobre a Albus Dumbledore.
—¿Qué es esto?—pregunto tomando el sobre desgastado de color amarillento.
—Eso, es algo que debera ser entregado a Luc Millefeuil a final del año.—aclaro.
Nethuns agarro el abrigo de cuero y se puso la chamarra. Acerco la silla al lugar correcto y se dirigió sin ningún tipo de saludo hacía la salida.
Pero de pronto frenó, había recordado algo.
—Me olvidé de mi última pregunta ¿Cómo supo que era yo?—eso le generaba intriga.
Albus Dumbledore sonrió con aquel misterio que siempre lo seguía y soltó.
—Por su nombre nada disimulado.—aclaro para luego acomodar sus gafas y proseguir—Se distinguir la palabra Nethuns como él que le dieron una de las primeras poblaciones que lo siguieron como el Dios que es.
—Oh con que fue aquello. La próxima vez seré más cuidadoso.—dijo Poseidón sonriendo mientras volteaba la cabeza hacia el director, para acto seguido abrir la puerta y cerrarla.
Ya en el pasillo desierto, el hombre de ojos mar desapareció en un luminoso y extraño esplendor dorado.
Buenos, vengo a dejar tres avisitos.
¹ Llegamos a las doce estrellitas, aunque se que decía que debíamos excedernos, pero, no puedo con la espera y quería subir el prox cap. Este tiene que si o si pasar los doce.
² preguntitas importantes ¿Qué piensan que sucedió entre Sirius y Aretha? y ¿Qué dirá la carta? dejen sus dudas.
³ Esto no tiene que ver con esta historia al menos, pero, si en algún momento tienen ganas de leer algo de mafias en mi perfil hay una que trata sobre ello. Esta en proceso, pero probablemente si la siga.
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