❝𝚂𝚘𝚖𝚘𝚜 𝚞𝚗𝚊 𝚌𝚊𝚜𝚞𝚊𝚕𝚒𝚍𝚊𝚍 𝚕𝚕𝚎𝚗𝚊 𝚍𝚎 𝚒𝚗𝚝𝚎𝚗𝚌𝚒𝚘́𝚗❞. 𝑴, 𝑩𝒆𝒏𝒆𝒅𝒆𝒕𝒕𝒊.

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CAPÍTULO CATORCE
¿QUIÉN ES NETHUNS?
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DRACO SE QUEJABA EN BRAZOS DE HAGRID, SU RESPIRACION BAJABA Y SUBIA precipitadamente, aquello no era una actuación, le dolía. Su camisa se encontraba desgarrada con pedazos desarmados extendiéndose por el como flores marchitas caídas. El solo respiraba agitado con sudor perlado en su frente pálida. Su tez blanquecina estaba aún con mayor palidez, salía de la normalidad. Si bien ellos no tenían una buena relación, aquel muchacho ahora adolorido nunca le había hecho nada ofensivo. El se removía inquieto ante la expectación de que iba a suceder, listo para un Avada. Ella sintió un nudo crecer en su estómago. La preocupación llenaba su mente borrando cualquier pensamiento sobre que debía hacer a continuación. Es decir nunca había visto en vivo una lesión, estaba asustada en cierta parte sus uñas se encajaban en la piel de su mano. Apretaba su mano en un puño.

Observo preocupada como el hombre iba en pasos rápidos hacia una sala en específico.

La enfermería.

Esta con grandes muros de piedra se alzaba en grandes pilares sincelada en marrones claros y beiges formados por la resolana del sol oculto entre nubes grisáceas.

Draco, gemía y se quejaba, sangre se observaba en su brazo.

Gracias a Morgana y Merlin, la puerta nos recibió rápidamente y Hagrid me miró pidiendo por ayuda. Estaba asustado.

—Ahí voy... —mencione apurada por cumplir la tarea, tenía una impresión en mi mente acerca de la sangre y aquello asustaba como nunca. Miedo de que el rubio oji plata se desangre en brazos de Hagrid, aunque por ahí no era tan serio.

El de huesos grandes se introdujo por la puerta angustiado, por su alumno, lo llevaba consigo en brazos y notaba en la cara del pálido Dragón que eso no era una situación normal, era inédita para él.

—Madam Pomfrey, ¡ayuda! ¡Por favor!—gritó.

Una mujer apareció entre las camillas, tenía el cabello recogido, un uniforme oscuro junto a un cinturón de cuero en su cintura. Ella debía ser la enfermera encargada.

—Oh por merlin, déjenlo en esa camilla—dijo señalando una a su lado con preocupación en su rostro—¿Qué sucedió? ¿Qué animal le hizo esto?

Hagrid tocó su barba nervioso.

—Un hipogrifo.

—¿En la primera clase? ¿No es demasiado? no es que dude de ti Hagrid, pero aveces es peligroso solo por el hecho de que la juventud considera divertido romper las intrucciones pensando en ello sin las consecuencias que causarían.—todo fue dicho rápido, Hermione actuaria sin duda con aquel tono, la mujer miró al rubio postrado en la camilla—Jovencito, ¿Cómo se encuentra?

Draco gimio en respuesta—Me duele...—murmuró— ...y mi padre se enterara de lo sucedido.—lo último lo dijo bajo casi en un susurro.

—De acuerdo, Hagrid, yo me encargo puedes irte.—menciono, luego se dirigió hacia mi, precipitada—y tu niña quédate, así lo ayudaré con más rápidez. La poción fue utilizada en gran  cantidad y por alguna razón no fue producida nuevamente. Vamos.

Asenti contemplativa.

Mis ojos se centraron en draco que se encontraba con su brazo ensangrentado y cara contraída con disgusto y dolor. Un estremecimiento nació desde su nuca, sabia que le dolía más ahora.

—Draco, tranquilo.—trate de calmarlo en su susurro. Su expresión decía que verdaderamente jamás algo de esa magnitud le pasó en su vida.

Di la media vuelta luego de aquello y seguí a Pomfrey hacía una mesada de roble con hierbas apoyadas en su superficie, en ella distintos papeles se mostraban. Debían ser informes y registros. En un mueble de oscuro cercano a su posición había múltiples pociones y elementos para su formación. Mire atónita la cantidad, era una enfermería muy bien equipada. Eso sí era recaudo.

—Bien, pásame aquello—dijo seria señalando un recipiente cristalino con unas hierbas verdes en el.

Se la pasé, rápido. La mujer tomó varios ingredientes más y los mezclo a todos en un cuenco de piedra blanca. Saco su varita y en un susurro mencionó un hechizo que desconocía.

—El vaso.—apunto a donde se encontraban.

Lo divisé en un extremo de la mesada, junto a vasos de diferentes tamaños y unas hierbas extrañas con diferentes matices extrañas. De reojo pude ver nombres anotados, llevaban un registro de estudiantes ingresados.

—¿Este?—pregunte.

—Si.—acto seguido sirvió toda aquella mezcla que había logrado un resultado extraño. Una poción con un líquido que se veía extraño, aunque probablemente diera el resultado esperado, la mujer era segura y directa en sus acciones. No dudaba ni un segundo.

—Listo.—afirmo.

Ambas nos acercamos rápidamente al Draco quien lastimado nos observo con atención. La mujer le ofreció aquel líquido, pero él se negaba, alegando que aquello lo intoxicaría si daba un sorbo únicamente.

Contení mi frustración ante aquello.

—Madam, déjeme probar algo.—anuncie lista para tomar cartas por el asunto.

—De acuerdo.—dijo la mujer cansada del teatro quejoso del ojigris adolorido.

A continuación me acerqué con cautela, parecía que me acercaba a un lobo herido y a continuación pellizque el brazo sano del Malfoy menor.

El abrio la boca para gemir nuevamente y en ese momento oportuno tome su mandíbula sincelada y con cuidado le di de tomar aquel liquidido dudoso para el. Obviamente sin que él lo espere de mi parte.

El rubio sin opción alguna tomo el viscoso contenido del vaso con cara agria. Me fulminó con la mirada y le sonreí, sin importarme su enojo sin justificar.

—Bien hecho niña.—me felicito con una sonrisa cansada.—¿Cuál es tu nombre?

—Me llamo Lizza Celine Griffin, puedes llamarme Lizza o Celine o como gustes.—me presente ante Pomfrey haciendo un reverencia graciosa.

La mujer sonrió al contemplarme con mayor atención y río suave.

—Me haces acordar a un estudiante de hace unos años atrás, era justo como tu, aunque sus ojos eran verde mar, Oh bueno, también tenía una nariz idéntica a la tuya... —declaro con nostálgia.

—¿Cómo era su nombre?—pregunte intrigada.

—Nethuns, si no recuerdo mal...

... continuará.