Después de la conversación que su Yuni y el tuvieron, Sunghoon se propuso ser el mejor padre y esposo del año. En las siguientes semanas estuvo como papá Noel en víspera de navidad trabajo todas las noches, gasto tanto dinero que Jaeyun se asustó demasiado pero siendo sinceros el dinero que despilfarro no le hizo ni un pellizco a la cuenta de banco que se cargaba el gran heredero Park.

Alivio y orgullo sintió cuando recibió las notificaciones de la matrícula del pequeño Hoyeon sobre su escritorio, ya habia pagado todo el año escolar. Aunque pensaba más adelante cambiarlo a una escuela mucho mejor.

Quería que hoyeon estuviera en natación, volleyball, inglés, francés, artes, literatura, aleman hasta en ballet si es que Hoyeonie así lo deseaba, el sinceramente quería consentir los caprichos del corazón de sus pequeños solesitos. Pero tenía que preguntar por consentimiento primero.

Sin embargo, aunque Sunghoon trataba de lo mejor a sus dos pequeños Hoyeon aún era un poco tímido con el, sentía que le quería robar a su Yuni, pero no era así Sunghoon quería amar con todo su corazón al pequeño que ya había pasado por tanto, solo quería que Hoyeon reciba amor y de eso quedó claro poco a poco cuando los iba a visitar todos los días con grandes detalles para sus bebés.

Pago todas las cuentas que Jaeyun tenía atrasadas como los uniformes de Hoyeon, las cuentas del departamento, recibos de servicios básicos y préstamos de gastos médicos que Jaeyun había utilizado para Hoyeon.

Estaba seguro que de dinero ya no tendrían que preocuparse.

—Me retiro, que tengan un buen día.

Salió de su oficina con una pequeña sonrisa que no fue pasada desapercibida por los trabajadores de la misma.

—OMG, el jefe es mucho más amable.

—Tal ves solamente era tímido.

—Gritarnos que no sabemos nada y que somos unos incompetentes no es ser tímido.

—Ya se, que malvado.

—Su aura se ve más suave.

Así se pasó la tarde,harían cualquier cosa por no trabajar, susurros de admiración por el gran cambio de personalidad de su jefe hasta que fueron regañados por Heeseung que pasaba por allí.

Estando en la comodidad de su hogar y la compañía de su Hoonie y Hoyeonie quienes se encontraban horneando galletas Jaeyun, los observaba desde el marco de la puerta reír como locos porque las galletas de forma de estrella que habían sacado del horno parecían mas una luna llena.

—Espero que al menos sepan bien.

—Claro que si, ustedes las cocinaron.

Jaeyun los consuela.

—Pues la intención es la que cuenta.

—Si me dan un abrazo de oso les perdono las estrellas desfiguradas.

Ambos rápidamente abrazaron a Jaeyun que tenía sus brazos extendidos.
Se sentía tan bien, el olor de pan recién horneando y lo cálido que se sentía ese abrazo.

—Vamos a ver una película, tenemos que esperar que esos círculos se enfríen.

Jaeyun bromea recibiendo pucheros de parte de los dos cocineros.

—Hoyeonie, ¿cuál quieres ver?

—¡Spider man!

Sunghoon y Jaeyun ríen ante la emoción de Hoyeon.

Después de preparar los bocadillos se dirigieron a ver la película. Cuando Sunghoon se enteró que Hoyeon amaba a Spider man lleno todo su cuarto, le compro pijamas y trajes además de la colección de todas las películas y cómics de Spider man.

Eso hizo que Hoyeon automáticamente quisiera a Sunghoon y lo quisiera tener cerca.

Enterrados en el pequeños sillón, Hoyeon entre medio de los adultos lleno de emoción viendo su película cubierto por Sunghoon con mantas calientitas cuando se emocionaba demasiado y se le caían y siendo limpiado por Jaeyun cuando se ensuciaba con los bocadillos.

Después de la película, limpiaron un poco, como Hoyeon todavía tenía mucha energía decidieron hornear algunos brownies con ayuda de Jaeyun y además de tener un pequeño momento familiar entre juegos de mesa.

Pero en cambio se encontraron en un dilema ya que Jaeyun era muy tramposo.

—Yuni eso es trampa, eso no es justo.

—Papá tiene razón, papi es un tramposo.

Hoyeon se tapó la boca con ambas manos al darse cuenta de cómo había llamado a Sunghoon.

Jaeyun dejó todas las cartas que escondía en su suéter para poder abrazar a Hoyeon y a Sunghoon.

—¿No están enojados?

—Por supuesto que no amor, estamos muy felices.

Jaeyun le contesta mientras Sunghoon asiente revolviendo su cabello.

—Al contrario nosotros somos los que te deberíamos de preguntar. Hoyeon haremos las cosas como tú decidas, ¿si?
Solo tienes que decirnos lo que quieras hacer.

Hoyeon tomo un pequeño respiro y hablo con la mirada baja jugando con sus deditos.

—Fue un poco incómodo al principio, Sunghoon entró de repente a nuestras vidas pero el quiere a papi Yuni y creo que me quiere a mi también.

—Oh pequeño, claro que te quiero a ti tambien. Se que fue muy repentino, pero yo de verdad quiero que los dos sean las personas más felices de este planeta junto a mi lado, ¿si quisieras que yo fuera tu otro papito?

—¡SI! ¡Si quiero!— grita emocionado.

Jaeyun lloraba con una sonrisa enorme en su rostro observando a Hoyeon y Sunghoon abrazarse mientras daban vueltas por la sala.

—Hey, yo también quiero abrazos.

Jaeyun les hacía gestos con los brazos extendidas abriendo y cerrando las palmas de sus manos como un pequeño bebé que quería los brazos de su madre con un puchero.

—Papi que caprichoso eres.

Hoyeon con aura de madures tomó la mano de su papá Sunghoon y lo llevo a darle junto a él abrazos y besitos a su papi Jaeyun.

Acurrucados los tres, Sunghoon sostenía a Jaeyun por la cintura mientras que le daba besitos a Hoyeon en la frente y Jaeyun que tenía a Hoyeon en los brazos dejándose acariciar por las manos de Sunghoon.

Los tres empezaron a oler algo quemado.

—LOS BROWNIES.