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13. Chismes.

Feliz 2025.

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Capítulo Trece
"Chismes..."

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[...]

Fue justo en ese momento en que Sonic entendió que se le había ido la lengua demás.

La chica que comúnmente siempre estaba de mal humor ahora parecía como si un tsunami le hubiese pasado por encima.

Así que lo único que restaba hacer en estos casos era emprender una huida elegante y correr lejos de lo que se venía a continuación.

—¡Mira la hora...! Yo creo que mejor me vo...—habría sido muy sencillo si ella le dejaba irse como si nada.

Admitía que pensó que sería más rápido que ella, su error.

Blaze por otro lado aún lo miraba sin entender que rayos acababa de insinuar.

¿Silver enamorado?

No negaba el hecho de que la idea le pasó por la mente —para muestra, su estancia en la biblioteca—.

Sin embargo, era muy distinto que ella solo hiciese conjeturas y conceptos meramente mentales a que viniese ese idiota y le confirmara lo que ella pensó.

Era tan irreal que se sentía asqueada de solo pensarlo.

Es decir, ¿Qué tanta probabilidad había de que fuese precisamente Sonic quien le confirmase algo como eso cuando no había pasado ni dos horas de que lo había pensado?

Las casualidades no existen, se dijo; así que debía ser real.

El tipo frente a ella solo le miraba de forma incómoda mientras ella le sostenía del cuello de la camisa sin dejarlo ir.

—¿Qué sabes sobre eso?—le dijo al fin y lo soltó de mala gana—¿Quién es la chica?—.

No fue consciente del tono tan rudo con el que formuló esas preguntas, de haberlo hecho habría notado que sonó como una novia celosa frente a un idiota.

Lo cual solo generó el efecto contrario al que ella deseaba.

Darle más armas para burlarse de ella y no tomarla en serio.

—Detecto molestia en tu voz—Sonic le dedicó una leve mirada circunspecta—¿A caso estás celosa, querida Blazy?—.

Bajo otras circunstancias se hubiese alejado sin problemas, tristemente estaba demasiado alterada como para evitar caer en su juego tonto.

—¿Y a ti que te importa?—.

Eso lo hizo reír.

—Tranquila, dulzura... No hay necesidad de ponernos agresivos—de nuevo se rió—Me parece curioso que no lo sepas, después de todo eres su mejor amiga...—Estaba jugando con fuego, pero era divertido fastidiarla un poco.

Además, para nadie en la fraternidad era un secreto que esta chica se aprovechaba del Cannabis, así que no le vendría mal si la fastidiaba un poco.

Aunque no le correspondiera hacerlo genuinamente se alegraba por Silver y el hecho de que ella reaccionara de ese modo le indicaba que el albino al fin se estaba liberando de esa absurda obsesión por ella.

Lo cual ya era una ganancia, tantos años persiguiendo a una chica con la que no tienes el mínimo de esperanza se estaba volviendo patético.

Y ninguno de su fraternidad cargaría con una reputación como esa, mucho menos teniendo un líder tan buen samaritano como él.

Aunque eso era otro asunto y el silencio que Blaze mantuvo luego de esto le indicó que sus sospechas eran reales.

El Cannabis no le había dicho nada sobre eso y solo podía significar una cosa:

No quería que ella lo supiera, tan simple y sencillo que le pareció francamente gracioso ese cambio de actitud.

Sin embargo, nos estamos desviando del tema central: ahora lo importante era irse antes de que las cosas escalasen y terminara diciendo algo que no debía.

—De acuerdo...—se tronó los dedos y le sonrió—Yo... Creo que mejor me voy... Nos vemos—A punto de huir otra vez, ella le detuvo, de nuevo su error.

—¿Cómo se llama?—.

—¿Eh?—

—He dicho, ¿Cómo se llama?—.

Sonic seguía sin entender.

—Silver—Respondió tontamente y Blaze tuvo ganas de abofetearle en ese instante—¿Qué tiene que ver eso con que yo quiera irme?—.

Le estaba dando kilos de paciencia que comúnmente no tendría, ese idiota era eso, un idiota sin remedio aunque tenía información que ella necesitaba.

—No Silver, estúpido—rodó los ojos en señal de molestia—Esa chica...¿Cómo se llama?—.

Aclarado ese punto, Sonic le sonrió como si hubiese descubierto el crimen del siglo.

—Ni idea...—

La simpleza de sus palabras fue suficiente para acabar con la poca tranquilidad que le quedaba y en efecto, lo golpeó.

No tanto como habría deseado —ni como se lo merecía— pero si lo suficiente para desestabilizarlo.

—Ay—se quejó sobándose la nuca—¿Estás loca o que comiste?—tenía la mano pesada—No maltrates lo que no te vas a comer—era más una analogía, pero a ella no le hizo nada de gracia.

—Ni en tus sueños, ganapán—la mueca de asco en su rostro se ensanchó—Ahora, si no me vas a decir como se llama esa chica, me voy...—

Dejando de lado ese insulto tan anticuado y ridículo Sonic genuinamente se sintió aliviado de que Silver al fin hubiese dejado atrás a una loca como esa.

—¿Y cómo esperas que lo sepa?—era sincero aunque ella no lo creyese—Silver apenas y habla...—eso era real—¿Crees que iría por ahí hablando de sus sentimientos y precisamente conmigo?—Él tenía un punto y tenía que concedérselo.

Estando así de alterada no conseguiría nada de Sonic, así que debía tratar de hablar su idioma.

Aunque el no mentía esta vez; no tenía idea de con quien salía pero fuese quien fuese se alegraba por el.

El tipo merecía alguien que lo apreciara y cualquiera que se ganase su interés —obvio que lejos de la loca que tenía frente a él— seguramente valía la pena.

No necesitaba conocer el nombre o el rostro de esa chica, era mas que obvio que era alguien interesante si el Cannabis salía con ella.

Aunque esa solo era su perspectiva y no la compartía con la chica frente a él.

—Carajo...—No estaba obteniendo respuestas y sus dudas crecían considerablemente con algo tan simple como lo que Sonic dijo.

Era una realidad, aunque su bendita curiosidad le obligaba a querer saberlo todo.

—Yo me voy...—lo detuvo una tercera vez y esto si lo molestó—Me lleva... ¿Tienes idea de lo costosas que son estás camisas?—se soltó de su agarre para acomodar el cuello jaloneado—Loca...—.

Mientra Sonic se arreglaba la camisa, ella le daba un repaso mental a la poca información que poseía para ese momento.

Silver era alguien asocial y retraído que difícilmente iría por ahí conociendo a alguien —ya sea en plan amistoso o no—.

Lo conocía, tenía un círculo social casi tan escaso como el suyo y la posibilidad de que alguna de las féminas de su carrera lo estuviese pretendiendo era muy poco probable.

Lo mismo para chicas que estuviesen en otras facultades.

Así que, ¿Quién podría haberse acercado lo suficiente a Silver y que este lo aceptase en tan poco tiempo a tal grado de que todos infirieran que ya estaba enamorado?

Repasó mentalmente los últimos acontecimientos en un intento de encontrar alguna anomalía a situación que se saliese de la normativa del albino y fue ahí cuando la respuesta llegó de golpe para su sorpresa y molestia.

—Miserable...—Comprender que le había mentido le hacía enfurecer.

—¿Eh...? ¿Y ahora que hice?—.

—No tu, idiota... ¡Silver!—estaba tan molesta ante la traición que su rostro se enrojeció debido a la ira contenida—Ese infeliz, mentiroso y manipulador—vociferaba entre maldiciones—¿Cómo carajos se atreve a mentirme?....— Su ira iba en aumento—Sabía que esa animadora sería un problema, se lo dije, se lo dije carajo—.

Entre tanta palabrería la mención de una animadora captó su atención: si Blaze decía que Silver salía con una animadora significaba que si o si el debía conocerla.

Y aunque le sorprendía un poco el hecho de que una de ellas le prestase atención, se alegraba por el.

Todas eran guapas y tenían una bonita figura.

—¿Una animadora...?—tentaba a la suerte, lo sabía—Al parecer el Cannabis tiene buen gusto...—.

Lo que para el era gracioso, no hizo sino aumentar la ira que burbujeaba en su interior.

Ese idiota mentiroso...

—Mentiroso, idiota—continuaba insultando—Oh Blaze, soy su tutor y mi deber es ayudarla—su tono imitando lo que ella creía era la voz de Silver lo hizo reír—Tutorias mi trasero—refunfuñó—Sabía que esa tal Amy solo traería problemas—.

Hubo un momento de silencio del que no fue consciente hasta que lo observó: Sonic se había quedado repentinamente callado y muy serio.

—¿Has dicho, Amy?—

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—Entonces, ¿Cuáles son tus flores favoritas?—ella seguía hablando de botánica y colorimetría.

Se lo pensó por un momento, la verdad era una pregunta sencilla de responder.

—Girasoles—Fue simple, pero directo.

Ella asintió.

—Vaya, no lo habría imaginado—.

—Los girasoles me recuerdan a mamá—a su madre también le encantaban, tenía cientos de girasoles en su jardín.

Su madre adoraba la jardinería, aunque no fue un pasatiempo que ambos compartieran.

—Los girasoles son lindos...—hizo una pausa como si recordase algo gracioso—¿Sabías que en el lenguaje de las flores el girasol simboliza el amor y la admiración?—.

Negó suavemente, la verdad ese tipo de cosas no era algo a lo que le prestase atención por voluntad propia.

Aunque si ella quería explicarle lo haría de todas formas y la escucharía atentamente.

—Algunos lo utilizan para declarar sus sentimientos de forma sutil...—sus ojos brillaron con romanticismo—Pienso que es una forma muy romántica para decirle a alguien que te gusta...—no podía negar que era chica cursi.

Silver por su lado le dedico una mirada de incredulidad. La verdad es que él no solía ponerle mucha atención a ese tipo de cosas, pero al final de todo pensó que estaba bien si a ella le gustaba.

—Supongo que si...—igual no podía criticarla, él ni siquiera sabía expresar sus sentimientos, con o sin flores.

De cualquier forma eso no era relevante en este momento.

Sus sentimientos no venían al caso, no ahora. No quería pensar en Blaze en este momento porque honestamente no sabía como abordarla.

Le había dedicado una pequeña mentira y el hecho de que estos últimos días le haya estado evitando de una u otra forma solo aumentaba su culpabilidad.

Debía arreglar ese asunto, pero no ahora.

Por el momento solo disfrutaría esa conversación con Amy y ya se encargaría de hablar con Blaze después.

—¿Y qué hay de ti, Silv?—habló de nuevo y sus ojos verdes se clavaron en él—¿Le has obsequiado flores a una chica?—.

—No...—no mentía—Bueno, solo a mi mamá—admitió.

Tenía sentido; a ella tampoco le habían obsequiado flores ni nada remotamente similar. Su vida amorosa se resumía a cosas muy concretas, como lo eran salidas ocasionales y el posterior coito/amoroso que Sonic solía brindarle de cuando en cuando. 

Ella tampoco tenía mucha experiencia en ese tipo de cosas, pero sus lecturas le ayudaban a hacerse una idea sobre todo lo que quería en su próxima relación, entre ellas el hecho de que su próxima pareja le diera flores de vez en cuando. 

Igual no era algo que fuese a suceder próximamente así que solo suspiró y se deshizo de esos pensamientos.

—Oh cielos...—Silver miró la hora en su celular y se alarmó—El tiempo a pasado volando...—Dos horas le parecieron nada de un momento a otro—Ya es tarde, te he entretenido demasiado y necesitas descansar—.

Amy parpadeó sorprendida al escuchar a Silver y también miró su reloj; la plática le había resultado extrañamente agradable.

—No te preocupes, Silv—le resto importancia—Necesitaba distraerme un poco... este día ha sido  pesado...—

Silver se levantó ajustando la correa de su mochila mientras mantenía su típica expresión nerviosa. Era nervioso por naturaleza y esto le provocaba un poco de ternura de verlo.

—Aun así, creo que deberías descansar—tomó los vasos vacíos y los colocó en la basura—No sé controlar el tiempo cuando hablo demasiado...—bromeó tontamente.

Ella negó con la cabeza.

Si Silver hablaba demasiado, ella debía ser un barril sin fondo de palabras inagotables. Ella hablaba y hablaba y hablaba y no tenía un principio o un fin.

—No lo digas así, me gusta hablar contigo...—admitió.

El simple comentario hizo que Silver se ruborizara ligeramente, rascándose la nuca con torpeza sin saber cómo responder.

—Bueno, eh... me alegra escucharlo—dijo al fin.

Al ponerse de pie, recogió sus cosas con cuidado 

—Si necesitas algo... no dudes en llamarme, ¿sí?—se ofreció el albino al salir de la cafetería—Quizá mañana podamos ponernos al día con los estudios... avísame si estás en condiciones—

—Lo haré—le guiñó un ojo y sonrió—¿Te parece mañana por la tarde en la biblioteca?—

—Claro—No lo pensó mucho, solo aceptó.

Con un último intercambio de sonrisas, ambos tomaron caminos distintos.

A solas y en silencio Silver sintió que el clima era fresco y agradable.

Después de haber hablado por horas se sentía tranquilo.

Amy era muy agradable, no tenía duda de ello.

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Notó la seriedad en la expresión de Sonic y esto captó poderosamente su atención; algo en su rostro había cambiado y el brillo extraño en sus ojos indicaba que no debía pasarlo por alto.

Eso solo podía significar una cosa: la conocía. 

—Sí—reiteró—La conoces—Afirmó—¿No es así?—.

Sonic permaneció en silencio unos segundos, bajando la vista como si intentara procesar lo que acababa de escuchar. 

Era evidente que no quería hablar sobre ese asunto, más que nada porque no sabía como abordarlo, mucho menos con alguien como Blaze que siempre tenía una manera tan crítica y prejuiciosa de ver al mundo. 

—Digamos que tuvimos historia...—respondió escuetamente.

Blaze levantó una ceja sorprendida por su respuesta. De repente, el desagrado que sentía hacia la chica aumentó considerablemente.

—¿Historia?—Quiso asegurarse de estar entendiendo lo que Sonic decía.

Luego de pensarlo unos segundos, asintió. No era buena idea hablar sobre Amy considerando el como terminaron las cosas. 

Sin embargo, no podía negar el hecho de que Blaze no pararía hasta sonsacarle la verdad. 

—Sí... historia...—repitió—Estuvimos juntos hace un tiempo...—divagó.

Blaze cruzó los brazos sintiendo una mezcla de incredulidad y desagrado por lo que Sonic acababa de pronunciar.

—¿Y se supone que eso no era algo importante para mencionar antes?—inquirió con frialdad.

—No tenía por qué...—replicó intentando parecer completamente desinteresado sin ir más allá de lo debido.

Para ella la cosa estaba más que clara y ahora toda sospecha y sentimiento intrusivo que nació a raíz de esa tutoría cobraba sentido. 

Esa tipa quería aprovecharse de Silver...

Siempre lo supo, su sexto sentido clamaba porque le alejara de esa tipa y Silver siendo el inocente —crédulo— que era, no pareció darse cuenta de una verdad tan evidente. 

La tipa esta solo quería usarlo para darle celos a Sonic; era tan obvio que parecía hasta ridículo de mencionar a estas alturas, pero era así.

Y la confirmación de ese idiota azul no hizo sino aumentar su descontento. 

—Esta tipa—Abrió la boca pero la cerró inmediatamente después, conteniendo su ira—¡Lo sabía! Joder, lo sabía—Hablaba más para ella que para sostener una conversación con Sonic, pero el era igualmente testigo de todo lo que decía—Sabía que esa estúpida tutoría solo era un pretexto absurdo...—bufó—¿Pero ese tonto me escucha alguna vez? Nooo—Seguía refunfuñando y al cobalto le dio la impresión de que era mejor marcharse.

Al darse media vuelta ella le detuvo, para su infortunio. 

—Escucha, yo no quiero involucrarme, ¿de acuerdo?—No era su asunto, incluso si Silver estaba en su misma fraternidad—No es mi asunto, no quiero...—.

—¿No te importa lo que esa tipa pueda hacerle a Silver?—Inmediatamente replicó—¿No se supone que lo aprecias y que eres su mentor?—Ironizó—Es más que evidente que esa tipa Amy... solo quiere aprovecharse de él—.

Conocía a Amy, ella no era la clase de chica que haría esas cosas; su mente inmediatamente deseó replicar en pro de la rosada, sin embargo había algo que lo inquietaba y era ese factor. 

¿Por qué, de todos los chicos en la fraternidad tenía que ser Silver su objeto de  aparente interés? Era cuanto menos sospechoso, eso, aunado a ciertos rumores que había escuchado dejaban en su interior una sensación difícil de definir.

—Aún así...—titubeó—No quiero involucrarme—De nuevo reiteró. 

Le debía al menos mantenerse lejos de su vida lo más posible, incluso si había chismes —habladurías— que clamaban haber visto a la rosada besar a su gemelo.

Cosa que aunque el de verde había negado hasta el hartazgo —y llegaron a los golpes de paso— seguía dándole vueltas en lo más profundo de su mente. 

La Amy que el conocía jamás haría esa clase de cosas, lo sabía bien. 

—Genial—Habló de nuevo y lo observó—Mientras tanto el pobre Silver sufrirá las consecuencias de tus idioteces...—.

—¿¡Mis idioteces!?—

Cruzada de brazos, la joven lo observó de arriba a abajo negando con la cabeza. 

No necesitaba tener mucho contexto para imaginar que pudo haber hecho para que alguna mujer lo odiase e intentara hacerle daño de una forma tan ruín como esa. 

—¿Pretendes que crea que no le hiciste nada a esa tipa que ameritara eso?—

Era una observación inteligente, típico de Blaze. Aunque no por ello iba a hablar con ella sobre eso.

—Es suficiente, me voy—De nuevo se dio la vuelta y comenzó a caminar.

No iba a justificarse, no frente a ella. Aunque la duda estaba sembrada en lo mas profundo de su mente.

Al verlo alejarse, ella suspiró. 

No tenía caso seguir presionando en ese momento, ya estaba negado y sabía que hiciese lo que hiciese no conseguiría resultados positivos, no cuando ese idiota se sentía acorralado.

Ahora, con esa nueva información en sus manos necesitaba idear un plan para alejar a esa aprovechada de su mejor amigo.

¿Por dónde debía comenzar?

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Después de despedirse de Silver llegó a su dormitorio donde para su infortunio,  Rouge le esperaba.

—Ya era hora...—Había tomado por costumbre entrar a su habitación y usurpar su cama como si fuese la propia—¿Qué tal tu día, pequeña?—. 

—Cansado—Dejó sus cosas sobre su escritorio y se estiró perezosamente—Con mucha comezón... pero al fin terminó—. 

Recostada como una reina en la cama, una sonrisa traviesa surcó sus labios; Amy era como un libro abierto algunas veces y era muy sencillo de interpretar. 

—Parece que te tocó un día difícil, querida...—comenzó—Aunque estás más animada que de costumbre—Ella lo notó y Amy solo se tensó ante esto—¿Acaso cierta compañía albina tuvo algo que ver?—El tono burlón hizo rabiar a la rosada.

—¿Qué insinúas?—Quiso fingir demencia, aunque esto era casi imposible. 

—Nada en particular...—respondió con fingida inocencia—Pero parece que ese "tutor"—hizo unas comillas con las manos para indicar su ironía—Tuyo te está cayendo bastante bien. ¿No crees?—Obvió.

Fastidiada ante los comentarios de su mejor amiga la rosada entornó los ojos de forma cansina.

—No empieces con tus ideas raras...—Acotó—Es un chico agradable, ¿de acuerdo?—No iba a negar algo tan obvio como que la pasaba bien con el, pero de ahí a implicar que quería algo más allá de él, no venía al caso—Deja de insinuar tonterías...—

—¿Mis ideas raras?—Se sentó en la cama apoyándose en sus manos mientras ladeaba la cabeza—Por favor Pinky—se rió—Normalmente te gustan los problemáticos y malvibrosos—Amy frunció el ceño, aunque ni siquiera se inmutó—Debo admitir que me sorprendió un poco este cambio tan repentino, pero no está nada mal...—

—¡No estoy interesada en él de esa manera!—protestó rápidamente—Es mi amigo, nada más—

Rouge la miró con una sonrisa que mostraba claramente que no le creía.

—Amigo, claro...—canturreó levantándose de la cama con gracia y acercándose—Debo confesar que me siento orgullosa, te he instruido bien—le guiñó un ojo coqueta y la abrazó—Un tipo inteligente y que encima tiene dinero de sobra, todo un espécimen que vale la pena—.

Arqueó una ceja visiblemente sorprendida y consternada ante lo que Rouge acababa de mencionarle. ¿Qué rayos estaba insinuando?

—¿A qué viene todo esto, Rouge?—preguntó con tono cansado—No sé porque dices estas cosas...—

Al verse de nuevo, la albina se encogió de hombros como era su costumbre.

A veces olvidaba lo inocente e ingenua que Pinky podía llegar a ser.

Y a juzgar por la forma en que le observaba podía entender que la rosada no estaba al tanto de muchas de las particularidades de su tutor. 

—Olvídalo Pinky...—suspiró—Si solo es tu amigo, te creo—

Amy bufó y se dirigió al baño para cambiarse; odiaba cuando la muy ladina se ponía sus moños y fingía demencia.

No tardó mucho en salir vistiendo su cómoda pijama lista para irse a dormir. Al notar que Rouge seguía ahí negó con la cabeza resignada. 

A Rouge no había que entenderla, solo limitarse a quererla y ya...

—¿No tienes otra cama donde recostarte?—Tomó el cepillo y se acomodó el cabello.

Sin moverse ni un centímetro tan solo se encogió de hombros restándole todo tipo de importancia a su pregunta. 

—Nopi—

Sabiendo que discutir con Rouge sería inútil se sentó en la silla de su escritorio para revisar algunas notas que había dejado allí.

Estaba cansada y solo debía ignorarla el tiempo suficiente para que se aburriera y la dejase dormir. 

—Oh vamos Pinky, ¿de verdad esperas que crea que no te beneficias de ese chico?—.

—¿Beneficiar?—

Era lenta, sí.

—Olvídalo Pinky...—de pie soltó un suspiro de cansancio y se encaminó a la puerta—Ya lo sabrás por ti misma, cariñito—Y salió de la habitación dejando confundida a la rosada. 

Dejó caer la cabeza sobre el escritorio, suspirando profundamente; esa ladina de Rouge de algún modo encontraba la forma de torcer las cosas a su favor. 

"Beneficiarse de Silver" ¿A qué se refería? Si bien era real que aquel acuerdo podía ser bastante fructífero, específicamente para ella, la realidad era que no pensaba que esto molestara a Silver de algún modo. 

Decidió no darle más vueltas en ese momento; no tenía sentido intentar descifrar los juegos de Rouge cuando estaba tan cansada.

Seguramente solo serían chismes como todo el tiempo.

Abrió una de sus libretas para revisar las tareas que tenía pendientes esperando distraerse.

Sin embargo, su mente se negaba a cooperar. Los pensamientos volvieron a girar en torno a Silver.

"Es solo un amigo", se recordó, intentando convencerse de que no había nada más. Silver solo había sido amable con ella, atento, incluso torpe a veces, pero nunca había dado señales de tener un interés romántico.

¿O sí?

Amy se detuvo, mordiéndose el labio inferior. Recordó los pequeños gestos, como el café que le había traído esa tarde, o la manera en que siempre parecía estar pendiente de ella sin ser invasivo.

Eran cosas pequeñas, pero ahora, bajo la lupa de las palabras de Rouge, parecían significar algo más.

—No tiene sentido...—murmuró para sí misma, cerrando la libreta con frustración.

Se levantó y se dejó caer en la cama, mirando el techo. Su mente seguía enredada, pero el agotamiento poco a poco empezó a ganar la batalla.

Antes de quedarse dormida, un último pensamiento cruzó su mente, uno que le hizo sentir una mezcla extraña de calidez y nerviosismo:

¿Y si Rouge tiene razón?

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Mientras escribía en su computador la notificación emergente en su teléfono de un nuevo mensaje apareció.

El nombre de Blaze se hacia presente, seguido de un bombardeo de mensajes en cadena que no hicieron sino captar su atención.

Lo que comúnmente no pasaría de un mensaje breve y conciso que no pasaría de dos o tres palabras sueltas le daba paso a un sin fin de emojis y frases que denotaban una molestia evidente.

Seguido de la impetuosa necesidad de verlo en ese momento.

Ni siquiera le dio tiempo de teclear alguna respuesta, la puerta de su habitación se abrió de golpe y la fémina en cuestión entró sin ser invitada.

Sería ridículo a estas alturas suponer que su molestia estaba mal encaminada, se dijo.

Tampoco es que haya pensado mucho en ello, sinceramente.

—Tú—sus pasos amenzantes llegaron hasta el pie de la cama y su mirada afilada se clavó en el joven—Miserable mentiroso...—.

Culplable, sí.

No obstante, no le dio tiempo de disculparse.

No entendería de razones, ni aunque se esforzara.

—¿¡Cómo te atreves a mentirme!?—por segunda vez gritó.

Algunos curiosos se asomaban por la puerta intentando captar todo el contexto de semejate alboroto.

—Blaze...—su voz hizo un amago de respuesta, pero cayó inmediatamente sin remedio.

—¿Cómo rayos se te ocurrió pensar que esa maldita animadora podría querer tener algo contigo solo porque sí?—solo soltaba veneno en ese momento, sin pensar realmente lo que decía.

Estaba tan molesta luego de esa conversación con Sonic que no pudo guardar su temperamento para mas tarde.

Silver por su parte no dijo nada en ese momento.

Escuchar a la mujer que amaba acusarlo de un sin fin de tonterías no fue realmente el problema.

Verla refunfuñar y maldecir en un idioma distinto dejó de significar nada en realidad.

Ser su saco de boxeo era el pan de cada día, básicamente desde que se conocieron.

Ella llegaba hasta el, hablaba y hablaba y decía todo lo que su corazón albergaba y a el solo el correspondía escuchar.

Incluso si eso simbolizaba joderse el también.

—Y todo por una maldita buscona a la que jamás le vas a gustar—gritó tan fuerte que algunos de los presentes dejaron de reír.

Silver era el tipo mas tranquilo de la fraternidad, demasiado sumiso y encimismado en sus propios asuntos como para imaginarlo en lío del faldas como el que ella le estaba acusando.

Los cuchicheos desde fuera de la habitación solo le dieron cabida a que todo ese control que su madre le había enseñado.

—Basta—

De pie, su tono se hizo mucho mas fuerte y eso la hizo retroceder levemente.

—¿Vas a negarlo en todo caso?—hablaba fuerte, pero ya no gritaba.

Ambas miradas amieladas no dejaron de conectarse.

—No sé de que me estás hablando—.

Blaze solo bufó.

—Que conveniente...—

Los chismosos desde fuera seguían pendientes del próximo movimiento, algo que a Silver no le gustó.

Lo último que le parecía prudente era lidiar con la muchedumbre y las vistas de todos los que nada tenían que ver con su vida personal.

A nadie debía importarle lo que estaba haciendo, pensaba.

Sin embargo Blaze insistía en alzar la voz y dejarse ganar por su estado mas viceral.

—Me mentiste—perdió la cuenta de las veces en que repitió esas dos simples palabras.

Paciencia, bendita paciencia...

—Hablaré contigo cuando estés mas calmada, regresa a tu edificio—llamaba a la prudencia, aunque ella no lo veía así.

—¿Escuchas si quiera lo que dices?—vociferó—

—¿Te estas escuchando tú?—No tenía idea de donde estaba sacando tanta valía y tranquilidad, pero a todos, él incluido parecía sorprenderle.

—Eso no es lo que...—

—Lo que estoy diciendo es que no voy a hablar contigo mientras estes en ese estado—aclaró—No sé que quieres escuchar de mí, pero no será hoy...—

Se negó rotundamente a seguir con todo ese drama innecesario por esa vez. Estaba muy cansado y sus planeaciones no debían esperar.

Ahora bien, el mero hecho de que muchos chismosos estuviesen observando dicha escena agrababa su molestia.

—Hablaremos mañana por la mañana—.

—Yo no—.

Acercándose a la puerta le hizo una seña con la mano para indicarle que debía salir. Ni bien miró a la veintena de hombres que seguían el chisme atentamente, Silver negó.

—Te pedí que salgas, Blaze—.

La frialdad con la que estaba hablando la conflictuó.

¿Cómo podía actuar de forma tan serena y calmada después de todo?

Primero mentía y omitía información y ahora pretendía que nada de lo que ella le decía tenía relevancia.

¿Cómo rayos se atrevía?

Después de todos esos años en los que veló por su seguridad el muy ladino se comportaba como si no le importase lo que ella pensaba.

Maldito...

—Ahora entiendo...—su tono bajo captó la atención del albino—Ni siquiera te importa lo que siento...—

Sonaba tan ridículo cuando lo decía de ese modo...

Demasiado drama para un solo día, pensó. Irónicamente, le importaba demasiado como para dejar que las cosas escalasen de nivel.

Entre suspiros fue su turno de hablar.

—Solo digo que hablemos mañana, ¿De acuerdo?—fiel a su instinto sereno, continuó—No sé que es lo que piensas que hice o que fue lo que dije para ofenderte de ese modo, pero no hablaremos hasta mañana—.

Era claro y directo; podía darse a una idea de que era lo que ella reclamaba, pero no tenía sentido que lo pensara en ese momento.

Las cosas habían escalado de 0 a 10 en un segundo y ni siquiera había logrado asimilarlo del todo.

Blaze irrumpió en un arrebato emocional demasiado antinatural viniendo de ella.

Estaba fuera de sí...

—Mentiste Silver, después de todos estos años y advertencias ¿crees que no iba a enterarme que saliste con esa jodida animadora?—

¿Cómo es que ella lo supo?

Abrió la boca para responder, aunque guardo silencio en señal de culpa.

—Tienes razón—Admitió—Lo lamento—.

—¿Qué...?—

—Hablemos de esto mañana—tomó con delicadeza su hombro y la escoltó fuera de la habitación para estupor de todos quienes lo observaban—¿Quieres la verdad? De acuerdo, mañana responderé todas tus dudas, ahora ve a dormir—.

Y sin darle tiempo a replicar o lograr hacer mas escándalo, cerró la puerta de su habitación con seguro.

No había mas que decir, no por ese día al menos.

En el pasillo los cuchicheos y muchedumbre se disiparon dejándole a solas y en silencio.

Frente a la habitación del albino, Blaze resopló.

¿Cómo había sucedido esto?

Silver no era la clase de chico que dejaba que las cosas se quedasen a medias, siempre buscaba la manera de solucionar hasta el último cabo suelto de todos sus conflictos con tal de hacerla sentir mejor.

Y ahora...

—Vaya show acabas de dar...—Scourge se abrió paso desde su habitación mientras comía hoscamente de una bolsa de frituras.

Al verlo de reojo la chica solo se dio la media vuelta dispuesta a irse.

Tenía mucho en que pensar...

—Vaya loca...—

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Después de esa conversación tan particular lo único que podría animarlo era un par de chilidogs jumbo y una soda de naranja.

Quería estar tranquilo, serenarse y pensar las cosas con calma y prudencia.

No es que se caracterizara por ello, pero al menos lo iba a intentar.

Lo último que necesitaba era causar un drama aún peor luego de todo el fiasco con Amy. Le debía al menos el beneficio de la duda, ella lo merecía.

Incluso si lo que dijo Blaze le hacía dudar de lo que estaba escuchando y conocía sobre ella.

Le dio un sorbo a los restos de su soda y entró al recibidor de la fraternidad. Ahí un puñado de chicos hablan y reían con naturalidad.

Al pasar por su lado uno de ellos le detuvo y le hizo señas para que se acercase hasta ellos.

—Hey Blue—Le saludó con los puños y el correspondió—Vaya show te has perdido...—.

¿Show?

Su instinto chismoso se activó de immediato.

—¿Qué ha pasado?—.

—Esa tipa de la facultad de derecho...—inició uno de los sujetos—La tal Blaze...—parecía tener problemas para recordar el nombre—Le hizo una escenita al Cannabis—Se burló—Al parecer después de todo si salían y el cabrón le puso el cuerno con una animadora—.

No tenían el contexto, aunque ellos solos podían inferirlo.

A nadie le resultaría descabellado pensar que saliesen en secreto y que no quisieran que nadie lo supiera, esa mujer era extraña.

Aunque Sonic supiese que lo que decían no era del todo verdad tan solo asintió.

—¿Y qué hizo el Cannabis?—preguntó fingiendo entusiasmarse.

—No lo negó—contestó otro genuinamente emocionado—Parece que nuestro Cannabis al fin a despertado—.

Todos lucían emocionados ante la "posibilidad" de que Silver se volviese normal.

Sonic en cambio solo guardo silencio retirandose del lugar.

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Continuará...
Muchas gracias por llegar hasta aquí... dispensen, no doy para más...
Cariños, Gri... ✨

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