La señora HaNeul revisó su casa y las cosas de YoonGi a petición de los señores Kim y mía, eso con el fin de confirmar mis sospechas del posible lugar donde YoonGi podría estar, aunque por supuesto aún no les había dicho nada de lo que me imaginaba. Ni TaeHyung ni yo pudimos entrar a la casa y mucho menos acompañarlos pero no me importó esperar pacientemente en casa de los Kim mientras lo hacían, mucho menos cuando NamJoon, JiMin y JungKook aparecieron esperando también noticias.

No me quedaron dudas cuando en efecto, la madre de TaeHyung llamó para decirnos que la señora HaNeul había descubierto que faltaba ropa y para sorpresa de todos una suma bastante considerable de dinero en los ahorros "secretos" de la señora Min. Eso era. Tenía que serlo, no había que darle tantas vueltas al asunto.

Me seguí reservando lo que sabía (o que creía saber) y decidí actuar rápidamente, debía salir de casa de TaeHyung tan pronto como fuera posible. No dije nada solo salí y me apresure a subir a mi auto, aunque eso no funcionó mucho pues todos me detuvieron.

—¿A dónde se supone que vas? —preguntó TaeHyung, confundido con una expresión molesta.

—Por YoonGi, creo saber dónde está. —respondí intentado sin suerte safarme de todos ellos.

—En ese caso deberíamos llamar a la policía. —me dijo el castaño.

—Tae —dije suspirando—. Ya lo dejaron muy claro, no van a hacerlo, no hasta después de tres días sin contacto, yo no voy a esperar tres días.

—Entonces iremos contigo. —intercedió JiMin.

—Tu no vas a ir a ningún lado. —dijo TaeHyung, apartandolo suavemente cuando ya iba a paso decidido hacia el auto— Ni siquiera me has dicho que te paso en la cara, no dejaré que te suceda otra cosa.

JiMin suspiro antes de que ellos dos empezaran a discutir quién me acompañaría, sin importarles lo que yo tenía que decir al respecto. Para el punto en que todo se estaba tornando desesperante fue que NamJoon los calló, le agradecí por su apoyo pero para mi sorpresa también fui reprendido.

—¿Para empezar a dónde piensas ir? —me pregunto NamJoon con su entrecejo hundido formando una pequeña v.

— Busan. —respondí de mala gana.

— ¿Y alguna vez has ido en auto por tu cuenta hasta allá? ¿Al menos conoces bien el camino?

Le recordé que para eso existían los letreros y el GPS. NamJoon no estuvo nada conforme con esa respuesta, en realidad nadie, lo supe con la mirada de reproche que todos ellos me dieron. Entonces hubo un pequeño debate en el cual NamJoon se impuso y terminó decidiendo que él iría conmigo a buscar a YoonGi. TaeHyung intento insistir en animarse pero lo persuadí al decirle que si él iba tendríamos que llevar a JiMin, cosa que seguro no estaría bien para ninguno ya que por su aspecto nuestro rubio amigo no parecía estar en condiciones de un viaje tan largo, además agregue que debía cuidar de HoSeok, aun cuando JungKook estuviese haciéndole compañía. Eso pareció convencer lo suficiente a TaeHyung y a JiMin para quedarse.

Así pues nos escapamos de casa de TaeHyung antes que los señores Kim y Min volvieran. Lo que menos quería era tener encima a la señora HaNeul mientras intentaba arreglar los problemas con YoonGi, claro, si es que tenía razón y lo llegaba a encontrar de pura suerte.

Fue un viaje a Busan más largo de lo que recordaba aunque no fue difícil el camino gracias a la guía de NamJoon, que de no ser por él me habría desviado por mínimo unas tres veces, retrasando más mi búsqueda. El primer lugar al que llegamos apenas estar en la ciudad fue el Hotel en el que nos hospedamos durante nuestro viaje escolar meses atrás, no obstante no lo encontramos allí ni en las cercanías. A NamJoon se le ocurrió ir a los parques y a los museos pero me negué a escucharlo, de algún modo estaba seguro que YoonGi estaría en la playa y en ningún otro lado.

Sin embargo había un gran problema con eso y es que ¿Saben cuántas playas públicas y privadas hay en Busan? Cientos. Todas igual de enormes como la mismísima ciudad. El sol se puso dando pie a la noche. Fue una búsqueda larga y para cuando llegó la medianoche no habíamos recorrido ni una quinta parte de todos los lugares posibles. Habíamos estado buscando a pie en cada playa por horas, pero después de tan pobres resultados habíamos optado por buscar desde el auto en movimiento por las carreteras, aunque realmente dudaba que pudiésemos dar con él de esa forma.

—Deberíamos intentar en los parques. —me repitió NamJoon en algún momento pero yo negué.

Él no dijo nada pero se que NamJoon se preguntaba por mi absurda insistencia. Supongo que ambos sabíamos que de los dos yo era quien mejor conocía a YoonGi y que mis corazonadas tenían más sentido que la propia lógica.

A pesar de ello empecé a dudar de encontrar a YoonGi aquella noche, considerando que tal vez me había equivocado y que debía seguir esperando a que él simplemente regresara a casa. Para alivio mío sucedió lo más grandioso de todo.

—¿No es YoonGi ese de allí? —preguntó NamJoon mientras señalaba hacía la lejanía.

Detuve el auto y miré en la dirección por la cual su dedo apuntaba. Incluso de espaldas supe que era él. Dimos vuelta por la carretera hasta una de las entradas a la playa. Le pedí a NamJoon que esperara en el auto y fui directo a YoonGi.

Él estaba sentado en la arena con el rostro de frente al oscuro mar, con su mochila a lado mientras abrazaba sus piernas. Me acerqué lentamente, con pisadas suaves sobre la arena sin embargo el más mínimo ruido era suficiente para alertar a YoonGi. Este se tenso apenas notar que había alguien cerca. Trague fuerte la espesa saliva de mi boca y me aclaré la garganta antes de hablar.

—Soy yo. —anuncié más él no respondió.

No me dijo nada, ni un pequeño "hola". No, el solo giro su rostro hacia el lado contrario de la playa y me ignoro. Espere un rato corto sin que pasara absolutamente nada. Exhale cansado intentando ser paciente.

—No puedes volver a hacer esto.

YoonGi río sarcástico con eso, alzó su cara y esta vez se giró hacía mi.

—¿Por qué? ¿Por qué soy ciego e indefenso? —dijo con reclamo—¿O por qué simplemente quieren controlar todo lo que hago?

Negué con un poco de molestia.

—Porque nos preocupaste a todos, YoonGi —aclare con tanta paciencia como fui capaz —. Todos estuvieron buscándote, tu madre, TaeHyung, incluso JiMin y NamJoon, yo por supuesto. Tu madre hasta llamó a la policía de lo preocupada que estaba, no tienes idea cuanto.

YoonGi rió.

—Claro, extremadamente mortificada porque no puedo cuidarme solo, ¿no es eso?

YoonGi podía ser todo en la vida, hermoso, tierno e inteligente, pero si se lo proponia también un estúpido terco, y en ese instante, cuando toda la mierda finalmente me supero y sus palabras colmaron el vaso de mi paciencia, explote dejando salir todo mi sentir.

—No Yoongi, no es por eso, maldita sea. Mi familia, en especial mi madre estaría moviendo mar y cielo para encontrarme si justo ahora el desaparecido de la nada fuese yo y no tu, y mira que puedo cuidarme perfectamente solo, sin estar ciego, sordo o imposibilitado de alguna puta forma. Porque eso es lo que hacen las personas que te aman, se preocupan de tu bienestar e integridad física independientemente de si estas o no discapacitado —me detuve un segundo sólo para verlo inhalar molesto—.  YoonGi, este alboroto no se trata de que estés ciego, se trata que de buenas a primeras decidiste que era una buena idea largarte solo, en secreto y sin decir a donde. ¿Es que no te haces una mínima idea de lo preocupados que estuvieron todos por ti? Tu madre está con los nervios de punta, HoSeok extremadamente ansioso y la mitad de la gente que te conoce buscandote. Solo imagina todo el puto estrés que generaste con tu estúpido berrinche de niño inmaduro.

La última oración fue suficiente provocación para que YoonGi se levantara y quedará de pie frente a mí, apretando sus puños y mandíbula.

—No soy inmaduro y mucho menos un niño. —reclamó rojo de la ira.

Mi garganta reverbero una risilla.

—Sabes, YoonGi, hace unas horas estaba defendiendo esa postura pero ahora lo veo, eres un maldito niño, uno que se la pasa autocompadeciendose todo el puto tiempo, dices que quieres ser independiente, hacer cosas por tu cuenta, ser un adulto. ¿Pretendes tú que después de esto alguien tendrá un mínimo de confianza para dejarte solo? —La cara de YoonGi pasó a tener una expresión rota—. Si, yoongi, eres ciego pero no un inútil, siempre lo he dejado en claro, lo sabes perfectamente, que no tengo dudas de tus capacidades incluyendo el cuidarte por ti mismo igual que las demás personas. Tu madre es la que duda e insiste en sobreprotegerte. Sé que han pasado muchas cosas, la pelea con tu madre, tu orientación sexual, el acoso que recién ayer has tenido que soportar, se que todo te ha sobre pasado, lo entiendo, créeme que lo hago. Pero hoy has canalizado todo eso que sentías en una estupidez cuando bien podías haber empleado todo tu ingenio y energía en demostrarle a tu madre y a todos que eres un adulto que puede valerse por sí mismo y que mereces respeto hacia su persona sin importar absolutamente nada.

No hubo nada más que decir, al menos no de mi parte y tampoco hubo una respuesta de YoonGi, pues de sus ojos comenzaron a brotar lágrimas, un llanto que en verdad fue abundante. Él se dio la vuelta, dejando bastón y mochila detrás suyo, y camino con torpeza entre las pequeñas ondas arenosas de la playa, con las olas abrazando sus pies hasta hacerlo caer. Mi primer instinto fue correr hacía él y ayudarlo más no me atreví, en cambio me quedé mirándolo llorar mientras el corazón se estrujaba dentro de mí y él era bañado hasta sus cabellos por el agua salada.

YoonGi lloró como nunca le había visto hacerlo y fue horrible.

Cuando todo se calmó un poco tome las cosas de YoonGi, lo único en lo que me dejó ayudarle. Él caminó detrás de mí por la playa hasta llegar a mi auto, de donde NamJoon salió apenas vernos.

—Ahí estás. —dijo NamJoon a YoonGi en un intento burdo de saludo.

Cosa que fue una pésima idea, más con el estado de YoonGi en aquel instante. La respuesta de YoonGi no fue la más esperada pero sí la más obvia si se estudiaba con detenimiento toda su situación.

—¿Qué hace él aquí? —preguntó claramente a la defensiva.

—Me ayudó a buscarte. —respondí queriendo ayudar un poco.

Pero a NamJoon nadie le puede ayudar siendo como es él.

—Vaya que hiciste un drama eh, YoonGi.

Un completo estúpido.

—Que se largue. —dijo YoonGi con decisión.

NamJoon parpadeó estupefacto, tan sacado de lugar como yo. Así no era YoonGi, nunca. El moreno se sonrió nervioso y siguió hablando con él.

—¿Si ubicas qué vine en el auto con tu novio? —dijo NamJoon a YoonGi.

—¿Sabes lo qué es un autobús, imbécil?

Los dos callados y YoonGi increíblemente molesto, la tensión era casi palpable entre nosotros tres.

—Te pagaré el boleto. —dije con prisa intentando que las cosas se relajaran por lo que fuera un poco.

Sin embargo, NamJoon sonrió de nuevo, tranquilo y pateando un poco de arena.

—No hace falta, tengo la tarjeta —me dijo él, empezando a caminar hacía la calle—. Nos vemos luego, arreglen lo suyo, tal vez si cogen un poco…

Y se fue dejando eso al aire. NamJoon siendo solo NamJoon.

Después de eso pensé en llevar a YoonGi de vuelta a Seúl pero dado lo avanzado de la noche considere que lo más sensato era hospedarnos en algún lugar para manejar con mayor seguridad por la mañana. Tristemente me di cuenta que no tenía el dinero suficiente para pagar una habitación básica de un hotel decente. Se me pasó por la cabeza pedirle dinero a mis padres pero no tenía cara para eso y tampoco quería molestar a nadie más.

Fue de ese modo que termine alquilando una habitación de motel, en específico un paquete de ocho horas que considere sería suficiente para descansar y para lo unico que me alcanzó en realidad. El lugar no era demasiado. Solo una cama matrimonial, un sofá de una plaza y un pequeño baño. Deje que YoonGi fuera quien tomara una ducha primero, pues su cabello y ropa estaban llenos de arena. Tampoco hubó palabras en ese momento, simplemente tomo su mochila y se metió al baño. Yo esperé un minuto para después salir al pasillo y llamar a la señora Min.

Fue muy rápido lo que le dije. En resumen le avise que YoonGi ya estaba conmigo y aunque ella me pidió llevarlo de inmediato la persuadí de esperar unas horas más, explicándole que YoonGi aún no estaba listo para volver, que estaba molesto y que quería que se tranquilizara antes de regresar a Seúl. Ella insistió mucho pero tampoco pudo hacer nada pues nunca le dije el lugar donde lo había encontrado. Así, después de cinco minutos de intensa charla al teléfono, me fui por una bebida a la máquina expendedora, gastando mis últimas monedas.

Al volver YoonGi ya estaba vestido con ropa limpia y su cabello mojado, mientras guardaba algunas cosas en su mochila. Con reserva me acerqué a él y me senté en la cama. YoonGi se alejó y se recargo en la pared frente mío, con los brazos cruzados y la cabeza gacha. Estuvimos un rato en silencio, un muy largo rato de hecho. Y me quedé allí hasta que me cansé del absoluto silencio de la habitación.

Después de notar que estaba siendo ignorado me decidí a lavarme el rostro antes de dormir un poco, entonces eso hice. Ya refrescado me recosté cerrando los ojos esperando caer dormido lo más pronto posible. Pero eso no pudo ser pues YoonGi finalmente se sentó a mi lado, jugando nervioso con la sábana y mordiendo uno de sus labios. Lo mire con atención.

Me incorporé en la cama para acercarme a él pero fue YoonGi quien en realidad me tomo entre sus manos. Deje de ser rechazado siendo recibido por sus besos. Hacía tanto que nuestras bocas no se encontraban. Su olor y su suavidad, todo me golpeó y mi corazón vibró de felicidad. Aunque no pude saber si YoonGi se sintió igual, pues no tuve tiempo de preguntar porque tan pronto me separé de él sus manos tiraron de mis mejillas una vez más besándome de nuevo, con más fuerza durante un tiempo prolongado.

YoonGi me empujo lentamente hasta tenerme preso entre su cuerpo y la cama, y cuando él atrapó mi labio roto entre sus dientes me fue arrebatado un quejido grave, separandonos un instante.

—¿Estás bien? —murmuró sobre mi piel sin dejar de atenderme con sus besos y caricias.

Yo sonreí.

—Sí, solo un poco magullado de la cara.

—¿Por qué? —preguntó serio frotando su boca contra mi mandíbula con un poco de nerviosismo.

—Bueno, veras, no podía quedarme contento con lo que te hicieron ayer —dije, medio suspirando y medio riendo cuando sus manos se ciñeron a mi cintura—. Así que le di una lección a TaeYong y me llevé algunos golpes en el proceso.

YoonGi se quedó callado, separandose con una expresión de culpa.

—¿Cómo supiste?

—No fue difícil. ¿Quién más podría haber sido sino era él?

Sus ojos temblaron y los apretó con fuerza para después besarme con mucho más cuidado. No sabía que estaba sucediendo, solo unos minutos atrás habíamos discutido (si es que se podía decir así) para después en ese momento estar a punto de hacerlo. Sus manos buscaron abrirse camino entre mi ropa y no me negué a nada, jamás podría resistirme a YoonGi, nunca por mucho que lo quisiera.

Lo desnude al tiempo que YoonGi me despojaba de mis prendas. Su piel como siempre fría abrazandose a mi calor y su glorioso aliento colandose por mi garganta. Fue su sexo despierto frotandose contra el mio lo que me hizo perder la cabeza por él. Me domino y sucumbi con facilidad antes sus besos necesitados.

No había ningún condón ni tampoco una sola gota de lubricante que pudiésemos usar, en cambio YoonGi recurrió a su saliva para prepararme. Sus dedos antecedieron a su carne dura, masajeando mi placer mientras me devoraba a besos. Cuando al fin él entró a mi fue un golpe de placer mezclado con sumo dolor, más no me quejé una sola vez. Permití que se descargara en mi tanto como lo necesitara y que se deshiciera de todos sus pesares con cada una de las embestidas sobre mi. No me importó la fuerza con la que lo hizo o el poco cuidado que tuvo, porque lo único que yo anhelaba era sentirlo conmigo.

Que él fuera mío y yo fuera suyo. Que me perdonara y me amara. Eso era todo lo que yo necesitaba para que mi placer explotara con su nombre en mi boca.

Y así sucedió.

Pensé que este capítulo ya lo habia subido  jeje 😂.  Y estaba editando el siguiente.

Así que tienen capítulo doble !!!

Créditos correspondientes.
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