Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

༊ Quince ༊

NamJoon me jodió tantas veces como se lo pedí, haciendo que me corriera un par de veces. Un polvo que me dejó exhausto y satisfecho, pero tan pronto como me recuperé empecé a arrepentirme. 

Estando los dos recostados pude notar como NamJoon me observaba, tan divertido. Yo le había dicho que no volvería a tener nada con él y ahí estaba yo, desnudo en su habitación, en la cama donde tantas veces lo habíamos hecho ya en el pasado. Mi credibilidad se había ido a la mierda. 

Después de un rato decidí tomar mi ropa, quería largarme de inmediato. NamJoon siguió observando como me vestía. 

—Creí que te gustaba el tal YoonGi. —dijo de pronto, en un tono tranquilo pero a su vez algo extraño. 

—Me gusta, sí. —respondí de mala gana. 

—¿Y no sales con él? 

—No. 

—¿Por qué no? 

Rodé los ojos. 

—No creo que sea buena idea. 

—¿Por qué está ciego? 

Me giré con fastidio, intentando asesinarlo con la mirada. 

—¿Ya ves? —se rió de mí—. Si de verdad te gusta tanto como parece no veo cual es el problema. 

—Juro que no te entiendo —bufé exasperado—. Se supone que no me querías con él. 

—Fue hace tiempo —se alzó de hombros, cínicamente—. Tal vez era sólo un capricho mío. 

Dios, tan molesto. 

—Estúpido. 

Lo último de mi ropa estaba en la entrada, junto a mis zapatos. Iba yo para las escaleras cuando NamJoon dijo una última cosa. 

—Hay una chica —me volví hacia él, extrañado, él se rascó la nuca—. Me gusta mucho y la voy a invitar a salir.

Alce una ceja, sorprendido. No me esperaba ese cambio en NamJoon, no en tan poco tiempo. Pero estaba bien. 

—Un consejo —sonreí—. No seas un imbécil con ella. 

El se rió conmigo. 

—Invita al ciego a salir. 

—¿En serio? —lo miré de no creer. 

—¿Qué? —su rostro sin arrepentimiento, recostándose de nuevo para mirar al techo—. Sigue sin agradarme. 

Sí, era NamJoon siendo NamJoon. 

Los días de enero pasaron inadvertidos para mi. Mi rutina iba de la escuela a casa y de casa a la escuela, sin el taller mis tardes estaban libres. Pero aún iba y venía con YoonGi. Me mantuve tal como siempre había sido con él, sin importar lo demás yo realmente disfrutaba pasar mi tiempo con él. Platicabamos, escuchábamos música, hacíamos chistes y nos reíamos juntos. Adoraba estar a su lado, él como fuera era irrelevante. Estar es estar. 

Pero YoonGi, él que de verdad estaba atento a los detalles, no tardó en percibir algo. Una cosa que ni yo había percibido. Mi voz. 

—¿Sucede algo? —me había preguntado una mañana antes de entrar a sus clases. 

—¿A qué te refieres? —pregunté tan tranquilo como pude. 

—Te escuchas diferente —me dijo mordiéndose el labio—. Tu voz es diferente desde hace días. 

No podía decirle nada así que sólo me inventé una excusa creíble. El final de semestre, los exámenes y los proyectos. YoonGi pareció creerme así que no siguió más con eso, solo me deseo buena suerte y sonrió. Esa gran sonrisa. 

Durante ese día no pude concentrarme en nada. Mi cabeza daba vueltas una y otra vez, pensando en la confesión de YoonGi, en lo que me había dicho NamJoon y en la presencia que todos adoraban de TaeHyung. ¿Por qué con YoonGi habría de ser diferente? Era un tipo que enamoraba a la primera. JiMin fue el principal testigo de eso. 

Quise convencerme que sólo estaba pensando tonterías pero no había forma en que dejara de hacerlo. Me sentía desanimado y muy nervioso, y como no parecía mejorar decidí dejar botadas mis clases a media mañana. Pensaba ir por un café o algo cuando en el pasillo, a lo lejos, la figura de JiMin en compañía de TaeHyung apareció. Ambos sonriendo, caminando más juntos de lo usual. 

JiMin me vio y alzó la mano, llamándome Sunbae. Los saludé y me acerqué. Le estaba mostrando la universidad, un recorrido breve. 

—La SNU es muy bonita —fue lo que dijo TaeHyung cuando le pregunté si le gustaba—. Aunque Yonsei también es genial. 

Asentí tranquilamente. Ellos me invitaron para acompañarlos. Lo pensé un momento pero me negué. No demoraron en preguntar si me encontraba bien y les dije que sí, pero mientras pronunciaba esa mentira se disparó mi necesidad de hacer algo. 

—JiMin… ¿Crees que podrías dejarme hablar con TaeHyung un momento? —dije así nada más—. A solas. 

Los dos me miraron extrañados pero accedieron. TaeHyung me siguió hasta el jardín trasero del edificio, con sus ojos miel llenos de intriga. 

—¿Qué sucede? —me pregunto después de un rato en silencio— ¿Tienes algún problema con YoonGi? 

—No exactamente. —respondí, sintiéndome algo inseguro. 

—¿Qué es? 

Espere un momento, pensando en las palabras. Yo necesitaba aclarar las cosas de mi cabeza, aclarar las cosas sobre YoonGi. 

—YoonGi y tu. —dije. 

Él frunció el ceño al mirarme, sin entender. No dije otra cosa y espere. Entonces sus ojos se abrieron lentamente, transformando su rostro al comprender. 

—YoonGi me contó sobre el beso. 

Su respiración más profunda y sus gestos nerviosos. 

—¿Qué hay con eso? —me atino a decir—. Fue hace mucho. 

Si, eso había dicho YoonGi y yo no me entendía a mi mismo. 

—Tu y él… —su rostro otra vez confundido—¿Estuvieron juntos? ¿Están juntos? 

—Por dios, no —TaeHyung negó riendo nerviosamente—. Solo fue un beso, un único beso y no más, somos amigos. 

—Pero te gusta. 

—No —negó de inmediato y con firmeza—. Acepto que sentí algo por él, puedo decir que incluso fue mi primer amor y si, mi primer beso pero no sucedió nada más… —Hizo una pausa, suspirando—. No me acosté con él si es lo que te preocupa. 

Fue entonces que TaeHyung me hizo avergonzar, sintiéndome estúpido conmigo mismo. 

—Lo siento. —me disculpe con la cabeza gacha. 

TaeHyung exhalo en silencio, mirándome. 

—¿Te hizo sentir celos? 

Asentí, dándole un nombre al fin a lo que sentía. Era cierto, estaba muy celoso pero no de la misma forma en la que lo había experimentado antes. La sensación era muy distinta. Miré a TaeHyung esperando que él me dijera algo y me hiciera sentir un poco mejor. 

—¿Por qué no le has dicho que te gusta? 

Sonreí con desgana. 

—¿Él es gay? 

Me miró detenidamente y sonrió de lado. Él se alzó de hombros y negó, apenado, pues tampoco tenía idea. 

—Para serte sincero siempre creí que me devolvió el beso por amabilidad —rió—. Es decir, yo solo era un niño de quince años pidiéndole un primer beso a su Hyung. 

Ahí estaba, nada que me fuera útil. 

—Pero sé que hay algo ahí —dijo—. No se como describirlo pero te trata diferente que a los demás y no hay día que él no te mencioné, tu nombre siempre está presente para él, creo que eso es algo, una señal. 

—O no es nada. —murmure. 

—Bueno. —TaeHyung se acercó y me dio un par de palmadas sobre el hombro—. Deberías preguntárselo entonces. 


TaeHyung debía volver con JiMin así que me dejó sin que habláramos más. Vagué un rato por el campus hasta que fue la hora cercana de ir por YoonGi. Tome mi auto llegando un poco antes así que espere en el estacionamiento. Escuchando música y perdiendo el tiempo en mi celular. 

Después de un rato alce el rostro y fue que lo vi salir. ¿Qué cosa tenía YoonGi que sólo mirarlo me dibujaba la alegría en el rostro? Esperaba por él pero ni dos segundos pasaron cuando esos idiotas salieron, justo detrás de él. Se le adelantaron y cruzaron varias veces, como si esquivar su bastón fuese un muy divertido juego.

Ya llevaba meses manteniéndome al margen. Pero ya no lo aguantaba, es que me estaban llevando a mis límites. Así que respire profundo y baje del auto. Me acerqué lo suficiente para llamar por YoonGi.

Todos se detuvieron. YoonGi sonrió alzando la mano. Caminé hasta él y me detuve. Entonces ese tipo y yo cruzamos miradas. De verdad no entendía cómo era posible que la universidad admitiera tal clase de personas y no solo una, sino tres idiotas. 

Camine con YoonGi de vuelta a mi auto. Los dos listos para ir a casa. 

—Sé lo que hiciste. —dijo YoonGi apenas arrancar el auto. 

Por un momento me sentí culpable, pues había dicho que no me entrometería. 

—Yo… 

—Gracias. 

Su bonita sonrisa era lo máximo. 


Sucedió el año nuevo chino y con eso las clases en el taller se reanudarían en el lunes inmediato. Era sábado y yo estaba en mi cama sin ningún animo. Más abatido que ningún otro día. Mamá hacía pocas preguntas, siempre intentando darme mi espacio pero ya bien sabía ella que algo me pasaba, entonces yo me sentía peor por preocuparla tanto. 

Estaba mirando al techo y escuchando el murmullo de la vida de nuestros vecinos. Autos, personas caminando, niños jugando y el viento fresco de mitad de invierno. El mundo avanzando sin impedimento alguno y yo estancado en la misma pregunta silenciosa. 

No me molesté en levantarme cuando Dawon se metió sin aviso a mi habitación y tampoco le dije nada cuando me lanzó su bolso en el estómago. 

—Vaya que estás grave. —me dijo al sentarse en el bordillo de la cama. 

La miré sin expresión. Intento sacarme lo que sucedía y fue ahí la primera vez que sentí el verdadero temor de hablar sinceramente con mi hermana. Nunca le había ocultado nada pero si omitía cosas de mi vida, cosas que ya no estaba seguro de si ella o alguien de mi familia estaban preparados para saber. No esperaba ser rechazado pero descartar tal posibilidad no era demasiado sensato de mi parte. 

Así que no le di muchos detalles, solo un par de oraciones que al final no tenían sentido ni siquiera para mi. Ambos quedamos igual de confundidos al grado de empezar a reír. 

—Pues no se que sea —dijo al tomar su bolso y volver al pasillo—. Pero si es algo que de verdad quieres deberías actuar, si no lo intentas te quedarás estancado pensando. 

Ella se fue mientras yo me volvía a recostar. Las cosas no eran así de fáciles. Pero pensé que en realidad nada era fácil y mucho menos en cuestiones del amor. Entonces el impulso sacudió mi cuerpo haciendo que me levantara y me vistiera. No me detuve, solo seguí caminando hasta subir al auto y encender el motor. Tenía que hacer las cosas muy rápido antes que la razón le ganara a mi emoción. 

Me arrepentí un poco cuando golpeé la puerta de los Min pero como ya estaba ahí no me decidí a retroceder. La madre de YoonGi se estaba colocando un pendiente cuando me abrió, sonrió sorprendida. Di un vistazo a su atuendo y no tardé en adivinar que iba a una especie de reunión formal. 

—¿A qué se debe tu visita SeokJin? —dijo mientras me hacía pasar. 

—Nada especial —le respondí haciendo una reverencia—. Ya he terminado mi semestre así que tengo tiempo libre y pensé que podría pasar el rato con YoonGi, antes de volver a las clases de pintura. 

—Oh. —ella miró hacia las escaleras—. Estábamos a punto de salir, una comida de mi empresa. 

Pensó un rato con una mueca a medio disimular, paseando su mirada entre mi persona y la planta alta. Después sonrió. 

—Pero a YoonGi no le gusta mucho, tal vez podría quedarse contigo. 

Quería exclamar de la emoción pero al mismo tiempo salir corriendo, comenzando a acobardarme. La señora Min me hizo seguirla hasta la habitación de YoonGi. El estaba ahí callado pero apenas acercarnos se giró, entre cerrando los ojos como si hubiese notado algo fuera de lugar, muy seguramente mi presencia. 

—SeokJin está aquí. —dijo su madre y él de inmediato cambió su expresión, sonriente por la sorpresa. 

Él me saludó en tanto su madre acomodaba un moño negro de encaje en el cuello de su camisa blanca. No pude evitar embelesarme por su apariencia. Su cabello se había quedado sin color por el constante deslave y la falta de retoque, entonces todo él era una hermosa pieza blanca. Tan bonito como una estatuilla de porcelana. 

—¿Qué te parece que en vez de acompañarme pases tu tarde con SeokJin? —dijo la mujer muy sonriente, mirándonos a ambos. 

—¿De verdad? 

—Sí —respondí antes que su madre—. Podríamos ir al cine o tomar una bebida caliente en el parque, hoy no hay nieve.

De inmediato aceptó lo segundo. Sinceramente entre en pánico. No sabía qué demonios estaba haciendo pero había puesto en marcha algo que ya no podía detener. 

La señora Min tomó su auto y se fue al mismo tiempo que yo arrancaba el mió. Durante el camino YoonGi me hizo poner música, obviamente no me negué. Caravan Palace, los gustos de YoonGi eran lo máximo. Esos detalles me hacían feliz. 

El parque estaba cerca de nuestra universidad y se me hizo un buen lugar. Tenía caminos largos y un lago, además de un par de cafeterías con postres sabrosos. Yo bebí como siempre un café con doble crema y doble azúcar, delicioso, humeante, y también como siempre YoonGi ordenó un nada delicioso café negro, sin azúcar ni crema ni nada. Horrible. Igual después de leer el menú en voz alta pedí un postre de frutos rojos con glaseado y chispas, YoonGi un pastel de chocolate… chocolate amargo. 

—¿No comes nada dulce? —pregunté imaginando con asco el sabor de ese chocolate. 

—Pero si está dulce —puchero, deslizando el plato hacia mí—. Prueba. 

Él se quedó esperando con su mirada en mi. Suspire y tome un bocado para no ser grosero. Pues si estaba rico, más de lo que hubiese esperado. 

—No está mal. —dije intentando no sonar muy animado. 

Pero no podía engañarlo al parecer, él se rió y tomó su rebanada otra vez. Comiendo alegre y con gusto. 

Luego de eso empezamos a caminar por la vereda, entre los árboles. Nos salimos del camino para ir por el césped, acercándonos al lago. YoonGi se estremeció con la ventisca fresca de la tarde pero no se quejó y en vez de eso se quedó escuchando el mecer del agua. 

Fue entonces cuando el revolotear de una mariposa atrajo nuestra atención. Era enorme, algo inusual tomando en cuenta la estación del año pero eso la hizo aún más hermosa. Hice que YoonGi se quedara muy quieto y él obedeció. La mariposa iba acercándose a su rostro, me abstuve de decirle que se alejara pues YoonGi ya estaba ciego entonces nada más podía pasarle*. 

Lo miré con ahínco, tanto que mi corazón dolió. Sus ojos grises abiertos, brillando mientras la mariposa acariciaba su nariz. Puse toda mi atención en ellos. Y al mirarlos entendí que estaba perdidamente enamorado de él. 

Mi cuerpo se movió por sí solo sin que yo me opusiera o intentara frenarlo. Mi rostro ahuyentó a la mariposa, lo tomé de la cintura y me incliné hacia él. Su rostro no se movió ni un centímetro, mucho menos cuando mis labios tomaron suavemente los suyos. La esencia del café me llenó los sentidos, el gusto y el olfato. Mis ojos estaban cerrados mientras tiraba de su boca. YoonGi suspiró suavemente contra mi aliento y lo tomé como una señal para detenerme. 

Me separé y aclaré mi mente. Lo había hecho, yo había besado a YoonGi. Sus ojos tan sorprendidos como toda la expresión de su cuerpo. Mi garganta se tensó y temblé de miedo, esperando una reacción que no llegó. Él no dijo nada. 


*En Corea tienen la superstición de que si tocas una mariposa con la mano y luego tocas tus ojos te quedas ciego, igual cuando una mariposa se pone en tu cara. 

Link de la obra original:
https://www.wattpad.com/story/199887251
Cr. a MinMin YoonJi.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro