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𝘊𝘢𝘱𝘪́𝘵𝘶𝘭𝘰 𝟣

One Direction | AM ⨟
¿No quieres quedarte hasta la madrugada?
Todas mis conversaciones favoritas son hechas
en la madrugada, porque no sabemos lo que estamos
diciendo, nadamos sobre nuestras copas y hablamos
sobre nuestros traseros; cómo si todos pudieran hacerlo

La cena casi empieza a las ocho cuando May recibe un mensaje de su vecino diciendo que estaba listo, pero simplemente esperando a que sus preciosos 'dedos de queso' terminaran de dorarse.

Era una de las 'comidas chatarra' favorita de sus niños desde que conocieron a Eddward, o Edd para abreviar. Constaba de rectángulos de queso, que envolvía con panceta, o jamón, o más queso (cheddar, por ejemplo); luego los enharinaba, para después darles un pequeño baño en huevos revueltos, y pasarlos por pan molido antes de echarlos en la pequeña freidora.

Sin dudas era un snack delicioso, más no hizo muchos para que los niños comieran lo que sus padres habían cocinado. El tiempo pasó y a los minutos se oyó el timbre, anunciando la llegada del invitado.

ㅡOh, Edd, qué agradable sorpresa ㅡdijo May, envolviéndolo con sus brazos al entrar a la casaㅡ. No debiste haber hecho nada, aquí hay suficiente comida.

ㅡJamás vendría con las manos vacías ㅡse sonrió, pasándole la pequeña fuenteㅡ, hice unos snacks para antes de la cena... o, bueno, también podemos comerlos en la cena.

ㅡHuelen deliciosos ㅡhalagó, mientras Edd se quitaba aquel saco grisㅡ. Ahora entiendo por qué a los niños les gusta.

ㅡEstoy completamente seguro que su comida debe ser más deliciosa que lo que sea que yo cocine, señorita May ㅡrió bajito, recibiendo un pequeño apretón en su mejilla.

ㅡLos llevaré a la mesa, por favor, siéntete cómodo.

Luego de un leve asentimiento, Eddward dejó su saco colgado y se limpió los pies en la alfombra. Sacó el celular de su saco y lo metió en su bolsillo, arreglándose los cabellos y la ropa antes de dar unos pasos más.

ㅡ¡Doble D! ㅡla suave voz de Jimmy llegó a sus oídos.

ㅡ¡Pequeñín! ㅡrió, tomándole entre sus brazos cuando el niño corrió hacia élㅡ. Oh~ te ves muy guapo, ¿quién te regaló esto tan bonito, mh?

ㅡ¡Mi tío Kev! ㅡdijo, mostrándole una de sus más grandes sonrisas.

ㅡSe ve que tiene buen ojo ㅡbesó las mejillas del niño, haciéndole reír.

¿Jimmy? ㅡmurmuró una voz, y el rostro algo sonrosado y feliz del de ojos azules se guió hacia ella.

ㅡ¡Tío Kev! ㅡchilló el niño, aún aferrándose al cuello del recién llegadoㅡ. Este es mi nuevo amigo, ¡Doble D!

El niño se las ingenió para bajarse de los brazos de su vecino y salir corriendo al encontrarse descubierto de su escondite. Eddward miró al niño escabullirse y rió bajito, hasta que recordó que ya no se encontraba solo en el porche de la casa de sus vecinos.

ㅡHola ㅡsaludó, algo nerviosoㅡ, me llamo Eddward.

ㅡUn gusto ㅡel pelirrojo dió un paso adelante, estirando su mano hacia élㅡ, mi nombre es Kevin.

ㅡOh, el hermano del señor Barr, ¿no es así? ㅡsonrió, tomando su manoㅡ. Es un placer al fin conocerte.

ㅡVeo que has oído hablar de mi.

ㅡMuchas veces, por supuesto ㅡsoltó su mano, dejándola junto a la otra detrás de su espaldaㅡ. Los niños siempre me cuentan historias interesantes de los sitios a los que ha viajado.

ㅡDejemos las formalidades a un lado, ¿cuántos años tienes? ㅡpreguntó, con media sonrisa.

ㅡVeinticinco ㅡsonrió, mirándole de forma atenta.

ㅡ¿Sucede... algo?

ㅡNo, lo siento... es que, y lamento entrometerme, pero no te pareces mucho al señor Barr...

ㅡBueno, nos llevamos unos buenos años ㅡse encogió de hombrosㅡ. Pero me alegro de no parecerme a él, ¿te imaginas si tuvieras a uno igual a Ed todo el tiempo? ㅡrió bajito, haciéndole reír tambiénㅡ. Por favor, acompáñame, vamos a la cocina.

ㅡTú guías ㅡse hizo a un lado, y le siguió cuando empezó a caminar.

La cena trascurrió tranquila, luego de los 'dedos de queso' y las tartas especiales de Ed, hubo un momento en el que solo quedaban los vasos con agua o vino sobre la mesa. Luego de un par de tragos a su vaso, Doble D fue arrastrado por los niños al porche del patio trasero, pero se negó a llevarlos a su casa aquella noche.

Edd y Jimmy jugaron a que eran soldados guerreros que protegían a la princesa Sarah en su reino de sofás, luego ella decidió que se casaría con el 'guerrero de las dos d', y a Kevin le dió ternura el pequeño puchero que Jimmy formaba sobre sus labios.

ㅡTú eres mi hermanito, ¡eres aún más especial que un tonto marido! ㅡle dijo, abrazándole con fuerza del cuello, e invitándole a reinar con ella sobre su reino de sofás.

ㅡOye ㅡllamó Kevin, mirando a Doble Dㅡ, May está haciendo café, ¿quieres una taza grande o pequeña?

ㅡMh... ¿qué tomarás tú? ¿Una grande, o una pequeña?

ㅡGrande.

ㅡGrande, entonces ㅡsonrió, devolviendo la vista a los niños.

Pero Kevin se quedó ahí unos segundos más. Dirigió su vista a los niños antes de irse y luego se movió para marcharse. Podía entender bastante bien cómo los niños gustaban tanto de Eddward (especialmente Sarah) y se lanzaban a sus brazos cada vez que lo veían (especialmente Jimmy). Sabía que eran niños, y que posiblemente se enamoraron de él porque les da todas las cosas que pudiesen pedir, pero entendía perfectamente bien si querían estar con él por el resto de su vida.

Eddward era atractivo. Bastante atractivo. Sus ojos celestes resaltan en su bello rostro de tez blanca, su enorme sonrisa enamoraría a cualquiera en un segundo, y la forma en la que su negro cabello cae en pequeñas ondas por su nuca (que trata de ocultar bajo aquel gorro negro) es, incluso, encantadora. No, no estaba enamorado. Estaba encantado, y eso era ligeramente diferente al amor.

Tal vez treinta minutos más tarde, el de cabellos negros se adentró a la casa con una media coleta y el gorro que portaba ahora se encontraba sobre la cabeza del pequeño Jimmy, su suéter amarillo cubriendo el cuerpo de la pequeña Sarah.

ㅡDisculpen la demora, tuve un par de... pequeños problemillas.

ㅡOh, cielo, lo lamento tanto ㅡla mujer rubia se levantó de su asiento tan rápido cómo pudo y extendió los brazos para sostener a su pequeño bebé entre sus brazosㅡ. Denme un segundo, llevaré a los niños arriba.

ㅡEspera, te acompaño...

ㅡNo, déjame a mi ㅡel mayor de los adultos Barr se levantó de su asiento y tomó a su pequeña bebé en brazosㅡ; por favor, siéntate. Kevin, sírvele algo de café al invitado.

ㅡOh, no, yo...

ㅡCon mucho gusto ㅡsonrió el pelirrojo, levantándose de su asiento.

Cuando los dos mayores se marcharon con los niños, Eddward fue tras el joven de orbes verdes; ㅡHey, ¿no sabes que es de mala educación interrumpir a alguien cuando está hablando?

ㅡ¿Y no te dije yo que el café estaría listo en unos minutos? ㅡse volteó, con el frasco con granos de café molidos en una mano, y una cuchara grande en la otraㅡ. Mi hermano dijo que le sirva café a las visitas, y hasta dónde sé ㅡle miró con media sonrisa, agitando el frasco y la cucharaㅡ... nosotros somos las visitas.

Edd le miró confundido, pero la pequeña risita que dió antes de voltearse le hizo mirar a su alrededor y sonreír también.

ㅡHey, cariño ㅡmurmuró Ed, llamando la atención de su esposaㅡ. Cariño, cariño... ven, acércate a la ventana. Rápido, rápido ㅡhacía señas y saltaba levemente en su lugar.

ㅡCállate, ¿no ves que los niños estás durmien...? ㅡse acalló a sí misma cuando, al ver por la ventana, vió a su vecino volver junto al hermano de su esposo por la puerta de la cocina, dejando (sobre una bella mesa previamente preparada) un par de galletas y dos tazas de café.

ㅡ¿Deberíamos bajar?

Otras dos tazas de café fueron puestas sobre la pequeña mesa redonda; ㅡSí, creo que deberíamos hacerlo.

Una vez abajo, las risas de los dos muchachos se oían (bajitas, pero se oían) y algunas palabras que poco a poco cobraban sentido.

ㅡNo me gusta sentirme solo, y hablo mucho conmigo mismo. Es por éso que tengo tantos animales en casa ㅡconfesó Edd, sentándose en un pequeño sofá.

ㅡ¿También hablas con las plantas? ㅡcuestionó Kevin.

ㅡClaro que sí, ¿cómo crees que crecen tan lindas y sobreviven el invierno? ㅡambos rieron.

ㅡLamentamos la tardanza, jóvenes ㅡsonrió Ed, acercándose a ellosㅡ. Demonios, ¿qué son todas éstas cosas dulces? Huelen exquisitas.

ㅡSon unas de mis viejas costumbres familiares ㅡse sonrió Eddward, haciéndole un ademán para que tomen asientoㅡ, con mi prima Maricarmen solíamos preparar unos bizcochos o comprábamos algunos chocolates para compartir después de una gran cena en la casa de su madre ㅡcomentó, mirando la mesa.

ㅡÉsto es increíble, Edd, gracias por traerlo y compartirlo con nosotros ㅡsonrió May, tomando asiento junto a élㅡ, ¿qué es lo que preparaste ésta noche?

ㅡEstos son bizcochos. Los del plato blanco están rociados con azúcar; los del plato negro, con sal ㅡseñalóㅡ. Las del bowl verde pastel son galletas con chispas de chocolate amargo; y las del bowl azul pastel, chispas de chocolate blanco.

Woah.

ㅡEs lo mismo que yo dije ㅡrió Kevin, sonriéndole a su hermano.

Estaban a punto de ser las doce de la noche cuando May se retiró a su habitación, después de dos copas de vino, su esposo le siguió (a eso de la una y unos minutos más). Luego de dos horas, a las tres de la mañana, Eddward se despidió de Kevin cuando ambos terminaron de secar y guardar los platos.

ㅡPor favor, cárgalos con cuidado. Sé que son tuyos, pero no quisiera que se rompan ㅡse excusó el pelirrojoㅡ. Son realmente lindos, ¿dónde los compraste?

ㅡYo los hice ㅡsonrió, haciéndose de la pequeña bolsa de paja con sus dos platos y sus dos bowlsㅡ. Mis padres me habían enviado a una escuela secundaria que daba dos turnos y horas extras todos los días para los que querían hacer otras tareas.

ㅡ¿Cómo la robótica y todo eso?

ㅡSí. Escogí artes, que teníamos los martes a las tres de la tarde. Carpintería, que eran los miércoles casi a las dos. Y me inscribí un año a matemáticas (sábados, diez de la mañana) y otro a ciencias (lunes, cinco de la tarde) sólo para irme a las olimpiadas o a las ferias y tener más recursos para asistir a la universidad ㅡle sonrió, bajando las escaleras del porche trasero, dirigiéndose a la puerta de madera puesta en una esquina de la valla de madera que separaba los patios traseros de las dos casas.

ㅡDiablos... y yo sólo tuve que ser bueno en fútbol americano en mi adolescencia, para obtener una beca universitaria ㅡrió, y el rostro medio confundido de Eddward le insitó a comentar másㅡ. Cuando entré a la secundaria teníamos tres opciones; unirnos a los grupos de ciencias, matemáticas o robótica (en lo que no soy bueno); unirnos a la banda escolar, a alguna clase de lenguas extranjeras, o a las clases de artes extracurriculares (que no me encantaban tanto); o elegir entre beísbol y fútbol americano.

ㅡY escogiste fútbol americano ㅡasintió Eddward, mirando sus pies.

ㅡClaro. Entre golpear una bola con un bate, y golpear personas reales con mis hombros... escogí la segunda ㅡse sonrió victoriosamente, escuchando la suave risa del de orbes azules.

ㅡBueno, jamás fui bueno en los deportes. Si quería destacar, tendría que ser con las matemáticas o la ciencia. Nadie obtiene un premio que logre clasificarlo para una beca si no es en un torneo o una feria escolar.

ㅡVaya... me hubiese gustado ir a la secundaria contigo ㅡgolpeó un poco su hombro al intentar aproximarse a la puerta, por lo que se disculpó rápidamenteㅡ. Llama si necesitas algo, tienes el número de la casa, ¿cierto?

ㅡPor supuesto.

Ambos se despidieron, y en cuánto Eddward se volteó para cerrar la puerta de madera, sus ojos chocaron con una bella sonrisa pequeña, puesta en el atractivo rostro del hermano de su vecino, quién tenía las manos dentro de los bolsillos delanteros de su pantalón de vestir negro.

Antes de que pudiera decir nada, los pies del pelirrojo se movieron y en su rostro aparecía la duda.

ㅡNo quiero arruinar éste momento... pero me caíste bien, y me preguntaba su podía tener tu número de teléfono.

ㅡOh... sí, por supuesto ㅡsaliendo de su transe, dejó la bolsa de paja sobre el suelo y se aproximó tomando su teléfono entre sus manosㅡ. ¿Puedo decirte el mío primero? Es que lo cambié hace poco y no recurdo realmente cuál es ahora.

ㅡClaro, no te preocupes ㅡabrió sus contactos y pulsó para escribir uno nuevoㅡ; cuándo estés listo ㅡle sonrió, y al recibir un corto asentimiento, volvió a mirar su celularㅡ. Acabo de enviarte un mensaje. Tu nombre es Eddward, con dos des, ¿cierto?

ㅡSí. Pero, puedes agendarme cómo 'Doble D'. Mis amigos y familiares usualmente así me lleman.

ㅡBien, en todo caso, agéndame cómo 'Kev'.

ㅡCon mucho gusto ㅡse sonrió, antes de volver a tomar su bolsa de pajaㅡ. Nos vemos, Kev.

ㅡBuenas noches, Doble D.

Luego de cerrar la puerta se dirigió escaleras arriba del porche de su cocina, y al mirar a un lado, se encontró con la silueta de Kevin reordenando las sillas y la mesa redonda de madera en una esquina del porche.

Cuando entró a la casa se encontró con su mejor amigo sirviéndose un vaso con agua. Platicaron muy brevemente de cómo había estado su noche y Doble D le brindó una pastilla para el dolor de cabeza antes de ir y encerrarse en su habitación.

Hizo aquel pequeño camino para dejar todas sus pertenencias y, al recostarse en la cama con su pijama ya puesta y poner su celular a cargar, recibió un corto mensaje.

×××××××××××:
Lamento enviar un mensaje
tan tarde, me preguntaba, sí
es que no tienes nada que
hacer mañana, quisieras salir
a dar un paseo conmigo y tal
vez los niños.

Contestó afirmativamente y de una forma que tomaba por encantadora, para luego agendar a aquel número desconocido cómo 'Kev' e irse a dormir con una sonrisilla en el rostro.





『📍』;; tal vez parezca que la "historia de
amor" entre Kevin y Doble D esté yendo un
poco (muy) rápido, pero les prometo que no
es así- i mean... sé que ellos se sintieron un
poco atraídos por el otro, pero no de una
forma ¿amorosa?- anyways- hay una amistad
que puede resultar muy bella y algunos
pequeños celos que harán que los personajes
se den cuenta que se aman el uno al otro, así
que no deben preocuparse porque sus
""atracciones"" hacia el otro están siendo algo
rápidas... además, hay secretos que aún no se
saben y algunas canciones por cantar 👀✨

los amo, gracias por su paciencia y buenas noches 💕

also... pwrdonen la mala calidad de la foto xd
recemos porque no todas las próximas fotos
sean cómo ésa djaksks *cries in Argentina campeón*

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