𝘊𝘢𝘱𝘪́𝘵𝘶𝘭𝘰 𝟣𝟢
Matt Maltese | As the World caves In ⨟
❝Y aquí está... nuestra última noche vivos,
mientras que la Tierra se destruye en pedazos.
Oh, cariño; eres tú... con quién me recuesto
mientras la bomba atómica se conecta.
Oh, cariño; eres tú... con quién veo televisión
mientras el mundo se derrumba❞
「🎐🎐🎐」
Jack Stauber | Oh, Klahoma ⨟
❝Las lágrimas caen en la fiesta,
son al bebé más triste en la habitación.
Miedos, dime tus miedos;
mejor no me hagas empezar.
Me crece un nuevo cabello blanco
con cada miedo que me compartes❞
Eran las nueve y media, luego de un rápido baño de diez minutos, Kevin tomó su mochila y metió dos pantalones, dos camisetas y una camisa, un par de medias y ropa interior. En una bolsa se hizo de sus zapatos de vestir y sus pantuflas, también tomó su corbata y un poco de su colonia.
En su pequeño maletín metió su computadora portátil, con su cargador y sus pendrives, sus audífonos y discos de música favoritos que robó de la habitación de su hermano, un par de carpetas llenas de papeles y puso todo sobre su cuerpo.
Con su pijama, un paraguas y todas sus cosas ya listas, se encontró con May en el pórtico del patio trasero y ésta salió a mirarlo mientras él corría con sus zapatillas negras hasta el pórtico del vecino, quién lo recibió entre risas.
Les hicieron señas a la rubia y luego ésta volvió a meterse a su cocina.
ㅡ¿Listo?
ㅡCompletamente.
ㅡNo puedo creer que me haya abandonado por un chico...
ㅡEd, cielo, no te preocupes. No creo que vaya a cambiarte, eres su hermano mayor, después de todo ㅡla rubia hizo puntitas y besó su mejillaㅡ. Ahora sólo déjalos solos a los dos.
ㅡ¿Estás bien? ㅡpreguntó, recibiendo un corto asentimiento y una leve sonrisa cuando se volteóㅡ. Te ves un poco... distraído. ¿Quieres que te traiga más café?
ㅡNo, gracias ㅡel pelirrojo se acomodó nuevamente en el suelo, con la espalda en el sofáㅡ, ¿harás más café?
ㅡDejaré un poco listo por si se va la luz.
ㅡ¿Quieres que te ayude con algo?
ㅡNo, gracias, está bien.
Kevin asintió suavememte, volteándose nuevamente para ver los créditos de la película en la televisión. Pronto serían las dos de la madrugada y la lluvia estaba muy fuerte afuera. Doble D se habló con su hermano antes de que la llamada se cortara de imprevisto, por lo que creían que pronto la luz también se cortaría en su hogar.
Se habían estado enviando mensajes hasta casi la una de la madrugada, dónde Doble D le preguntaba si él y los cachorros estaban bien, y si Rolf se sentía cómodo con su presencia imprevista en la casa.
Kevin, en cambio, daba leves aportes (qué Eddward también daba) a su hermano para que los niños no le tuvieran tanto miedo a los truenos. Al poco tiempo recibía mensajes cómo "están jugando tranquilos ahora" o "ya se durmieron otra vez"; y éso tranquilizaba a Barr y a su acompañante.
La computadora estaba apagada con su batería al cien y lo único conectado en la casa eran los electrodomésticos, cómo la nevera. Edd volvió con una charola llena de botanas y dos botellas pequeñas de gaseosa.
ㅡEddy dijo que podía comerlas, sabe que tengo un poco de ansiedad con ésto de las lluvias fuertes y me dan ganas de comer algo salado ㅡcomentó, restándole importancia a sus palabras cada vez que suspiraba.
ㅡ¿Te dan miedo las lluvias fuertes?
ㅡLos ruidos fuertes, en realidad. Puedo soportar la lluvia y sus truenos, pero es un poco defícil. ¿No hay nada a lo que le tengas miedo?
ㅡLe tengo miedo a lo profundo del mar ㅡse acomodó en su lugar, sonriéndole de ladoㅡ. Si quieres, puedes decir que le tengo miedo al agua, es casi lo mismo.
ㅡ¿Te da miedo ir a piscinas con una parte muy honda?
ㅡSí... temo que, si voy hasta allá, me ahogaré y moriré.
ㅡOh ㅡel azabache se deslizó por el sofá, quedando a su lado sobre el sueloㅡ, oh.
Kevin rió; ㅡ¿No tienes miedo de algo que me deje en 'oh' igual que tú?
ㅡMmmh ㅡpensó, y luego le miró con una sonrisilla avergonzadaㅡ, ¿me prometes no reírte?
ㅡClaro, lo prometo.
ㅡMe da miedo la oscuridad ㅡel silencio que se hizo luego de aquella confesión fue interrumpido (varios segundos más tarde) por un relámpago que hizo a ambos voltear a la ventana.
ㅡ¿Tendrás miedo si se corta la luz? ㅡel pelirrojo volteó a verlo, Eddward estaba con la vista fija en la ventana.
ㅡNo, no me dará miedo ㅡcon una ligera sonrisa volteó a verleㅡ. Por que estarás aquí para protegerme de los monstruos que salgan de la oscuridad.
De repente, y cómo si Dios escuchara sus plegarias, la luz se cortó. Ambos se quedaron estáticos en el suelo luego de dar un pequeño saltito cuando el trueno finalmente se escuchó fuertemente, haciendo que hasta las ventanas tiriten de miedo.
ㅡ¿Tienes miedo ahora? ㅡmurmuró Kevin.
ㅡTengo miedo de ir a la cocina y tengo que desconectar la nevera por si la luz regresa con baja tensión ㅡsusurró, mientras volvía a ver la ventanaㅡ. No soy un niño pequeño, no me da miedo la oscuridad por que sí. Me da miedo lo que hay en ella... todas las cosas malas pasan cuando las luces no están encendidas.
ㅡNo todas ㅡmurmuró, apegándose un poco más a él para tomar su manoㅡ. Cuando la luz se va, tomo la mano de Jimmy y le digo; vamos, tontito, yo te acompañaré.
Aunque casi no pudiera verle, sabía que había volteado su cabeza con una sonrisa. Un suave apretón en su mano le hizo enderezarse nuevamente hasta ponerse de pie. Ambos muchachos buscaron sus teléfonos en la oscuridad, hasta que uno de ellos lo encontró.
ㅡBien, lo sostendré mientras desconectas la nevera ㅡmurmuró Kevin, sientiendo los suaves pellizcos en su piel cada vez que Eddward quería aferrarse a su camiseta.
ㅡS-Sí.
ㅡEstá bien, no hay nada, ¿ves? ㅡalumbró toda la cocina con la linterna de su celular.
El azabache le dió un ligero golpecito en la espalda, mientras escuchaba con atención las ligeras risas del pelirrojo. Se encaminó hasta la nevera y la desconectó, junto al horno eléctrico y el microondas. Luego fueron hacia las habitaciones a desconectar todo lo que pudiese estar conectado a la pared.
Fueron a revisar al resto de los animales y volvieron a la sala al asegurarse que todo estuviera bien. Llevaron un par de velas a la mesa redonda de la sala y bajaron unas mantas de las habitaciones.
El sofá grande podía hacerse cama con un poco de fuerza bruta y paciencia, así que ambos decidieron dormir ahí. Eddward se encargó de preparar toda la cama mientras que Kevin revisaba que no hubiese goteras y todo estuviese bien cerrado.
Se aproximó a la puerta de madera y giró la llave dos veces, asegurándose que estuviera bien cerrada.
ㅡNo puedo creer que hayas dejado la puerta abierta...
ㅡNo puedo creer que me hayas abandonado aquí en la oscuridad ㅡel de ojos azules, que yacía sentado en el medio de la cama, se cruzó de brazos al verloㅡ. Pude haber muerto.
ㅡLo siento, cariño ㅡmurmuró, quitándose los zapatos antes de subirse a la cama, sentándose a su ladoㅡ, ¿estás bien?
ㅡAhá, bien ㅡse estiró y tomó la charola con las velas y las botanasㅡ; nada me impedirá comer mis papitas.
ㅡDoble D ㅡmusitó, y el rostro algo sorprendido del azabache se volteó hacia élㅡ, ¿sólo le temes a la oscuridad?
ㅡSi, ¿por qué? ㅡlevantó una cejaㅡ, ¿tú sólo le temes al agua?
ㅡSi ㅡambos se sonrieronㅡ; pero tengo otros miedos... las armas me dan miedo, puedes decir que los policías me asustan, también.
ㅡA mi me dan miedo las agujas... y también me asustan los doctores.
Y así, poco a poco, ambos hablaban de las cosas que les daban miedo y de lo que no. Varias preguntas se hicieron y pocas respuestas aparecieron, pero ambos se tenían el uno al otro, y hasta que la última botana desapareciera del bowl y la última gota de gaseosa fuese tomada, ninguno de los dos dejó de hablar.
Sus películas favoritas, sus colores favoritos, sus libros favoritos, sus artistas favoritos, la música que oían, la comida que sabían hacer, los momentos que pasaban en la escuela y en la secundaria; hasta que Kevin tomó su teléfono entre risas.
ㅡDios, mira ésta foto. Soy yo, en la secundaria, y éste es mi mejor amigo; Nathan ㅡseñaló, mostrándole la foto en su celular, Doble D se la arrebató de las manos y dejó escapar un sonido de sorpresaㅡ, ¿qué? ¿era más lindo antes?
ㅡ¡Yo te conozco! ㅡgritó, saltando en la cama hasta el suelo y corrió hasta llegar a su librero, tomó un albúm de fotos algo grande y lo llevó a la camaㅡ. Puede que esté equivocado ㅡrevisó cada una de las páginas hasta llegar a una en la que Eddy estaba junto a todos sus compañeros de claseㅡ, ¿éste de aquí no eres tú?
El dedo de Doble D apuntaba a un muchacho de cabellos anaranjados escondidos bajo una gorra roja, en su brazo llevaba la copa que había ganado su equipo en el fútbol americano aquel año. Ahora fue el pelirrojo quién había hecho aquel sonido de sorpresa.
ㅡNo puede ser ㅡrió bajito, haciéndose del libro para observar cuidadosamente la fotoㅡ; aquí está Marie Cruel... la hermana mayor de May, parece que aquí no había hecho nada malo.
ㅡEs el albúm de fotos del último año de la escuela secundaria de Eddy. Sabía que te había visto en algún lugar... claro, sin tu gorra, es difícil reconocerte.
Eddward se sentó a su lado, pasando un par de hojas hasta encontrarse con el "salón de la fama de los estudiantes", en el que cada uno de los alumnos elegía a las personas (o alguna cosa) que les hiciera felices. Todos estaban con sus trajes de vestir, hasta que apuntó a una fotografía vieja.
Eddy se aferraba con fuerza a Rolf y éste lo abrazaba a él, en el centro de ambos; Eddward. Sus mejillas abultadas en una sonrisa, sus lentes de pasta gruesa negros estaban torcidos, sus ojos azules cerrados y sus manos aferradas a los brazos de su hermano y su mejor amigo.
ㅡAquella vez ㅡmurmuróㅡ... el niño bonito, de ojos azules y traje blanco, ¿eras tú? ㅡrió bajito, mirándoleㅡ. Llamaste mucho la atención, ¿sabes? Creo que me llamaste mucho más la atención a mi que a todas las demás chicas.
ㅡBueno, es un don ㅡrió bajito, levantando la cabeza para mirarleㅡ. No quiero hacer ésto incómodo, pero yo... bueno, tú...
ㅡEscúpelo ㅡsonrió el pelirrojo, alejando un poco su celular y el albúm de fotos. Se sentó derecho frente a él, mirándoleㅡ. Estoy listo.
Eddward rió a su emoción, sintiendo sus mejillas arder muchísimo cuando dejó de reír y se enfocó en sus ojos verdes.
ㅡMe gustabas, Kevin ㅡmurmuró, un relámpago hizo que pudiera ver la reacción del pelirrojo por un milisegundoㅡ. Cuando Eddy estaba en el equipo de fútbol americano de su secundaria, y tengo que admitirlo, no iba a ver los partidos por él ㅡel trueno finalmente chocó la tierraㅡ... sino por ti.
ㅡWoah... espero que él jamás oiga ésta confesión ㅡsusurró, al mismo tiempo que la lluvia empezaba a caer más fuerte; tomó una de las manos de Doble D e hizo que dejara de rascarse la otra manoㅡ. Te vas a lastimar.
ㅡLo siento, ésto es... algo incómodo. Estoy nervioso sin razón, tú sólo... eras un simple crush de secundaria... para cuando me cambié a la misma escuela, era tu último año y no resistiría tenerte y saber que el próximo año no estarías ahí. Me rendí cuando te vi junto a ésa chica rubia.
ㅡYo no me he rendido aún ㅡmurmuró, acercándose un poco más, sentía que la lluvia acallaba sus palabrasㅡ. Ésa chica rubia jamás significó nada más que una amiga para mi. Eddy lo sabe, a él siempre le gustó ella.
》 Sé que no debo darte explicaciones, no éramos nada antes y no somos nada más que amigos ahora, pero me diste el pie para confesarme. No he perdido la esperanza de volverme a encontrar con ése joven de gorro negro y traje blanco, que siempre andaba limpiándole la baba a su hermano, cada vez que veía a la persona que le gustaba.
》 Arreglaste la ropa de Rolf cuando se cayó e incluso ayudaste a muchas niñas con su maquillaje o zapatos. Ayudaste a los chicos con sus cartas de amor y a mi mejor amigo con su último exámen de matemáticas; por mucho que todos jamás me dijeran tu nombre... sabía que hablaban de ti.
ㅡDel chico del cuál, sin tener noción alguna de quién era, me enamoré ㅡsusurró, detrás de un trueno.
Los ojos de Doble D se pegaron con los suyos, ambos mirándose detenidamente a los ojos, aunque no se pudiera ver mucho.
La luz de la luna había sido tapada por las nubes grises y negras de lluvia, la linterna del celular había quedado medio cubierta con el albúm de fotos y las velas no eran lo suficientemente brillantes... pero ambos podían verse a los ojos sin problema.
Un ligero suspiro salió de los labios de Doble D, intentando alejarse mentalmente de él, pero su cuerpo se negaba a darle paso a aquellas acciones. Cerró los ojos unos segundos y volvió a abrirlos para ver los labios de Kevin levantarse en una ligera sonrisa.
ㅡ¿Puedo saber una cosa? ㅡEddward asintió levementeㅡ Yo... ¿aún te gusto? ㅡun poco de silencio y, luego de ello, otro asentimiento un poco avergonzado y miedosoㅡ. A mi tambien me gustas, Doble D.
Y sin más, pegó sus labios a los suyos.
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