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Han Hye y Park Se Gi nunca pensaron que la vida les cambiara tanto con la llegada de su primer cachorro, para ser padres primerizos lo hicieron bien, sin darse cuenta de que llegaría un integrante más al año siguiente siendo demasiado alboroto al inicio pero se prometieron hacer lo posible para ver felices a sus dos cachorros.

Aunque Se Gi asumió el puesto de presidente en la empresa de su padre un año después del nacimiento de su segundo hijo decidió pasar toda su estadía en casa no quería perderse nada del primer año de vida de su segundo cachorro trabajo desde casa, fue difícil claro que lo fue pero lo logro solo esperaba que su esfuerzo diera frutos.

Mientras tanto Hye hizo lo posible por ayudar en casa pero en lo económico sería hasta que su segundo hijo fuese a la primaria, ella decidió enseñar a sus hijos a ser humildes, sencillos, amables, respetuosos y saber perdonar errores que se puedan resolver si se hablan sino había esa posibilidad entonces tomarían una decisión que constaría en cortar lazos definitivamente con esa persona.

Aunque no hace falta decir que ella solo esperaba que crecieran un poco más para enseñarles uno que otro truco para defenderse, claro que solo con el fin de utilizarlo en momentos de peligro aunque no se molestaría si... No no lo quiere ni imaginar.

7 años después✿

–Y vivieron felices para siempre.–termina de narrar aquella dulce voz.

–¡Mami! yo tende a una pincesa cuando sea gande.–habló el pequeño que acaba de oir la historia emocionado y con sus ojitos brillando de ilusión.

–¡No!.–se escuchó una segunda voz.

–¿Po qué no Channie?–miró curioso a su hermano mayor que tenía un puchero junto con un ceño fruncido. El cual solo se limito a alzar sus hombros.

–Etoces tendé a un pincipe.–volvió hablar con ilusión el cachorro de mejillas regordetas. Aunque se volvió a oír la exclamación de su hermano.

–¡No, no y no!. Yo seré tu príncipe no dejaré que los dragones, las brujas o los ogros se acerquen a ti Minnie. –respondió con confianza inflando su pechito.

–A dormir ya que es tarde.–los dos pequeños exclamaron ante aquello.

–¡Mami! ¡Mamá!.–se escuchó en la habitación a la par–todavía no.– dijeron está vez al unísonido.

–Saben que no se pueden quedar hasta tarde mañana será el primer día de escuela de Minie junto a ti Chan, tendrán que levantarse temprano mis príncipes.–los dos pequeños con un puchero en boca asintieron sin refutar más, eso siempre sorprendía a su madre ya que está siempre esperaba un berrinche o algún grito pero siempre obedecían sin rechinar.
Al parecer su alfa y ella estaban haciendo un gran trabajo al educarlos. Salió de sus pensamientos cuando escucho dos voces hablarle.

–Buenas noches mami.–sonrió al verlos bostezar para empezar a caer dormidos.

–Dulces sueños mis príncipes.–habló mientras se acerca a besar sus frentes y apagar la luz para así salir de la habitación compartida.

La mañana llegó tan rápido que pareció no ser cierto pero a dos pequeños parecía no importarles salieron de su habitación compartida sin hacer mucho ruido, dirigiéndose con cuidado a la habitación de sus padres que estaba al fondo del pasillo al llegar a la puerta abrieron para asomar sus cabecitas cuando dieron con su objetivo se miraron y sonrieron tomándose de las manos corriendo lanzándose a las dos personas que dormían plácidamente.

–¡Mama!.–exclamó Chan.

–¡Papi!.–exclamó está vez Minnie.

Los dos adultos todavía adormilados y sobresaltados por el recién ataque los atraparon entre sus brazos comenzando a reírse.

–Vaya cuánto ánimo.–habló su padre con un bostezo.

–¡Papi! ¡Papi! hoy haré mushos amigos ¿vedad?.–habló Minnie tocando su nariz, soltando una risita cuando su papá fingió morder su dedito.

–Si tendrás muchos amigos.– respondido volviendo a bostezar.

–Tabién una pincesa.–ante esa frase su bostezo se vió interrumpido.

–¿Qué... acaso...?.–

–¡Nooo!–se escuchó fuerte a su lado volteó mirando a su hijo mayor que yacía en los brazos de su madre.

–Etoces seda un pincipe.–ante esa nueva frase sus ojos se expandieron en sorpresa.

–¡Por supuesto que no!.–contesto algo exaltado, al darse cuenta de cómo respondió y ver a su hijo algo asustado suavizo su voz para volver hablar–Aún eres muy pequeño para estar pensando en eso.–aunque para su cabeza parecía no ser tan malo atormentarlo un poco, maquinando diferentes imágenes de un futuro lejano pero la pequeña mano acariciando su mejilla sumándole las risitas de su Omega, lo hicieron regresar a la realidad mientras trataba de tranquilizarse–Aún no es tiempo cachorro.–murmuró está vez casi para el mismo.

–Pelo papi yo...–fue interrumpido por el berrinche de su hermano mayor.

–¡No!, papá ya dijo que no Minnie, además yo seré tu príncipe ¿si?.–le dijo sonriendo tiernamente para su hermano menor.

–Etá bien.–respondió un poco desilusionado, que rápidamente olvidó al recordar que iría a la escuela a tener muchos amigos, volviendo a sonreír de tan solo pensarlo.

Mientras tanto su padre suspiraba con algo de alivió.

–De acuerdo, hora de bañarse.–habló por fin la Omega que disfrutaba de ver a sus cachorros y Alfa muy activos para ser de mañana.

–¡¡¡¡Siiiiii!!!!.–gritaron los cachorros saliendo corriendo de la habitación para ir al baño. Eso sí que sorprendió a ambos padres. Bueno agradecían un poco para no decir mucho, que sus pequeños no hicieran berrinche ya que había un Alfa muy sentimental ahora mismo, la omega miro el perfil de su esposo sonriendo tiernamente al verle con un ceño fruncido algo perdido en su mundo.

–¿Qué pasa cariño?, ¿Por qué esa cara?.–pregunto con calma mientras posaba su mano sobre la masculina.

–Nada.–fue la repuesta que recibió, soltando risitas fue como llamó la atención de su esposo que ahora la miraba un poco nervioso.-Si, claro–esta vez río un poco fuerte al ver a su Alfa con las mejillas rojas lo había descubierto–tranquilo aún falta tiempo para que crezcan y lo sabes.–sonrió cuando recibió un gruñido de protesta. Decidió dejar un beso en la sien de su Alfa para levantarse de cama–Ire hacer el desayuno.–recibiendo un asentimiento de cabeza salió de la habitación escuchando un "no compartiré a mis hijos con nadie cuando sean mayores", sonrió aún más si es que se podía camino tranquila hasta que escucho risitas que provenía del cuarto de baño, con curiosidad se acercó para abrir con cuidado la puerta quedando enternecida por lo que veía su hijo menor lavaba el pelo del mayor con cariño, el cual se encontraba sentado, ambos en la tina con patitos de hule y dinosaurios flotando en el agua está por cerrar la puerta hasta que escucho a Chan hablar.

–Yo seré tu príncipe verdad hermanito.–mientras tanto Minnie enguajaba su pelo cuando no hubo más espuma levanto la mirada esperando una respuesta.

–Si tú sedas mi píncipe–le sonrió a su hermano pero después de pensar un poquito volvió a hablar–pelo cuado etes ma gamde tu tabiem tendas una pincesa, ¿no?.–dijo mirando a su hermano con duda.

–Si, pero hasta que crezca yo seré tu príncipe.–respondió tomando la manita de Minnie.

La Omega cerrando la puerta decidió que era mejor apurarse a preparar el desayuno siendo eso lo último que escucho retomó su camino a la cocina teniendo un único pensamiento en mente...


<<Sería un caos cuando ambos crecieran y se presentarán.>>


🎶DP🎶








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