9- ¿Nuevo Poder?
—Em... No entiendo —susurró Samara confundida— ¿Qué rubia? ¿Se habrán equivocado? —Axel negó y sonrió satisfecho.
—Agenda el número como Harry, es quien tiene la misión de proteger a Lizeth, te enviará informes cada día para que no tengas preocupaciones —explicó el—. No tienes que contestarle si no quieres simplemente puedes leer los reportes y ya.
—Bien, gracias —Sonrió Samara mientras tecleaba una respuesta a Harry, posteriormente guardó su teléfono.
—Bueno, ahora, ¿gustas ir a hablar con ella? —insistió Axel— Puedes preguntarle a Harry dónde está y así podemos llegar con ella para que hablen.
—Te lo agradezco mucho y me encantaría pero ella huyó de mí sin escucharme— habló Samara triste— ¿Por qué querría escucharme esta vez?
—Bueno, tienes razón, al menos sabes que está bien —susurró Axel y Samara asintió.
—¿Los trabajos serán de noche siempre? La verdad prefiero trabajar de día, así duermo mis horas completas y descanso bien.
—No serán de noche siempre —Suspiró Axel mientras se dirigían al auto— pero tampoco de día siempre —Samara subió al auto y Axel hizo lo mismo—, estos locos trabajan a cualquier hora con tal de satisfacer su necesidad por torturar a personas.
—Entiendo... ¿Cómo te das cuenta cuando hay alguien?
—Digamos que... no son muy discretos ya que son los mismos que gobiernan. Richard y los demás trabajan a toda hora, cada uno en un punto de la ciudad y así me informan cuándo requieren de ayuda por exceso de trabajo.
—Entiendo...
— ¿No leíste el contrato de empleados verdad? —rio Axel.
—No, apenas me tiraste mi contrato a la cara lo firme y me habló mi amiga —respondió ella— de igual forma no me interesaba leerlo, simplemente estaba preguntando si yo era empleada o porque firmabamos ambos.
—Bueno, pues deberías leerlo, para que te des una idea de cómo trabajan todos —propuso él— si todo sale bien mañana te sigo enseñando a defenderte y a disparar.
—Bien... Gracias.
Después de esa plática ambos estuvieron en silencio hasta llegar a la casa, Axel se detuvo frente a esta y bajaron del auto dirigiéndose cada uno a sus habitaciones. Los dos estaban cansados ya que a pesar de no haber trabajado ese día hicieron varias cosas y solo querían descansar.
—Buenas noches —dijo ella antes de que ambos entrarán a sus habitaciones.
—Buenas noches Samara —contestó Axel y posteriormente ambos entraron a su habitación tumbándose en la cama para finalmente concluir el día.
—Ven acá niña —gritaban los hombres persiguiendo a la pequeña niña, esta corría intentando huir de ellos, tenía tan solo 14 años, no quería ser torturada.
—No pueden capturarme —susurraba mientras corría— no quiero, no lo harán.
Sin darse cuenta corrió a un patio frontal de una casa, ¿por qué había hecho eso? La familia la entregaría inmediatamente para no ser asesinada también, estaba totalmente perdida, pero sus impulsos la hicieron tocar sin parar la puerta, abrió una niña rubia de aproximadamente 15 años con una sonrisa en su rostro.
— ¿Se te ofrece algo? —dijo la rubia.
—Por favor ayúdame, me quieren capturar no quiero ser torturada tengo 14 —suplicaba la niña, la rubia inmediatamente jaló a la niña que respiraba agitada y lucía asustada.
—Ya, tranquila —dijo cerrando la puerta de su casa— no hagas ruido, todo está bien, no te harán daño —La niña, aun asustada abrazó a su salvadora—. Soy Lizeth— se presentó la rubia.
—Samara —dijo tímida ella— ¿tus padres no me entregarán? ¿Lo prometes?
—Tranquila, vivo sola —Samara parecía confundida, ¿cómo una chica de 15 años vivía sola?—. Mi mamá también tenía poderes, mi padre no sé qué fue de él, se fue y no volvió...
—Lo siento mucho —Abrazó Samara a Lizeth, quien mostraba tristeza en su rostro.
—Gracias, y no te preocupes, puedes quedarte aquí para que no sospechen, igual la compañía no me cae mal —Ambas sonrieron viéndose fijamente. Dos niñas completamente solas en ese mundo, que con el tiempo se volvieron familia.
Un timbre despertó a Samara de su largo y dulce sueño, era su teléfono, una llamada de Harry estaba entrando.
«Lizeth» pensó
— ¿Qué pasa Harry? —habló Samara al responder la llamada.
—Patrona, la señorita salió y entró a un restaurante, pero lleva horas ahí y no ha salido. ¿Entro?
—Sí, obvio, mándame la ubicación, voy para allá.
—Entendido —Samara colgó la llamada y a como pudo se levantó, se puso un conjunto que había en uno de los cajones rápidamente y salió hacia el cuarto de Axel.
—Axel, responde, abre.
No tardó ni un minuto cuando Axel abrió la puerta, lucía despeinado y adormitado.
—¿Qué pasa? ¿Estás bien?
—Sí, ayúdame, Harry me enviará una ubicación, ¿cómo la abro?
—¿Qué pasó? —cuestionó Axel mostrándole a Samara como abrir la ubicación.
—Entró a un restaurante pero lleva horas y no ha salido, le dije que entrara pero quiero ir también.
—Pues vamos —dijo él tronando los dedos.
— ¿Por qué truenas los dedos? —preguntó Samara confundida.
—Necesito cambiarme y tú necesitas tiempo, así que permíteme ya salgo —Se teletransportó al baño y comenzó a cambiarse, mientras Samara trataba de entender la ubicación, lo cual no le tomó mucho tiempo.
No pasaron ni 5 minutos —literalmente— cuando Axel salió de nuevo, tomando la mano de Samara y viendo el teléfono para ver a donde ir. Inmediatamente se teletransportaron a aquel restaurante donde comieron el día que Samara llegó. Axel nuevamente tronó los dedos y el mundo siguió su curso, dejando a Samara un tanto irritada.
—¿Por qué ahorita? Espera a que entremos y Lizeth esté a salvo —se quejó.
—Tú confía en mí. Ahí está el auto de Harry, así que debe ser aquí —Samara no dijo nada y corrió hacia la entrada—. El restaurante está vacío, al parecer evacuaron todos, estate atenta —dijo mientras entraban.
Y lo que dijo Axel era verdad, el restaurante estaba vacío pero al fondo pudo ver a Harry peleando, quería decir que Lizeth estaba ahí. Inmediatamente se dirigió hacia él pero Axel se puso frente a ella de manera defensiva.
—Vaya vaya, llamaste a tus amigos —dijo el tipo que estaba peleando con Harry.
—Eso a ti no te importa —dijo Axel antes de comenzar a pelear junto con ellos.
Samara por otro lado, buscaba desesperada a su amiga, pero no había rastro de ella.
—¿Dónde está la chica rubia? —cuestionó Axel apuntando con un arma, haciendo que el hombre dejara de moverse.
Harry mientras tanto juntaba su arma del suelo para apuntar por detrás, pero una mala distracción de un choque hizo que una bala se dirigiera hacia la espalda de Axel.
Samara sin pensarlo lo empujó recibiendo dos balas en su pierna derecha, pero haciendo que Axel quedase intacto. Y en ese momento otros disparos se escucharon por parte de Harry, quién había disparado igual al abdomen de ambos hombres dejándolos al borde de la muerte.
—Hablen, ¿dónde está? —preguntaba Harry, mientras Axel se reincorporaba para brindar ayuda y atención a Samara.
—¿Por qué hiciste eso? —preguntó molesto Axel a Samara, quien solo se quejaba del dolor en el suelo— No Samara no debiste. No —seguía diciendo él presionando la herida para que la sangre dejara de salir, o al menos para que no saliese tanta—. Respira, no cierres los ojos y si quieres expulsar algo ponte boca abajo.
Samara solo asentía adolorida, mientras que Harry seguía cuestionando a los hombres, quienes dejaron de dar señales de vida segundos después.
—Llama a Nicolás, dile que vamos para allá —ordenó Axel a Harry, pero Samara interrumpió.
—Yo no... me voy... sin... Lizeth— decía entre quejidos mientras intentaba ponerse de pie.
—Yo iré a buscarla, Harry te llevará con Nicolás para que te curen Samara —ordenó él, pero Samara negó.
—No, Lizeth está en peligro, no voy a dejarla sola —dijo poniéndose se pie aún con el dolor incrementando— esto no es nada comparado a perderla si algo le pasa.
—Samara, haz caso —ordenó Axel.
—No eres mi jefe —Sonrió de lado ella tras hacer una mueca de dolor.
Axel estaba asombrado por la manera de pensar de Samara, ¿acaso no sentía que estaba herida y que necesitaba un doctor? Pero igualmente estaba asombrado por la fuerza que tenía, deduciendo que uno de sus demás poderes era la fuerza.
—Samara, ven acá, deben curarte la herida —insistía Axel detrás de Samara.
—Que no —dijo ella abriendo su brazalete, rastreando a Lizeth—. Me necesita —Samara usó su poder y se teletransportó, pero antes Axel tomó su mano para ir con ella.
Se encontraban en una camioneta totalmente cerrada, estaban en la parte de atrás, donde había varios costales. Uno de ellos comenzó a moverse, y Samara se dirigió hasta allá; al abrirlo miró a su amiga atada y amordazada.
—Lizeth, tranquila está bien, no vengo a hacerte daño —decía Samara.
No sabía qué hacer ni que decir, no sabía si su amiga quería su ayuda, pero tampoco pensó en dejarla ahí, así que comenzó a desatarla y liberarla.
—Por favor no grites, por más que me odies no grites, saldremos de aquí —susurraba Samara. Lizeth asentía aún con miedo.
Una ventana que estaba frente a ellos se abrió dejando ver a un hombre que se asomaba desde la parte frontal de la camioneta, donde estaban el piloto y él. Axel no dudó y se teletransportó hacia enfrente intentando arrebatarle el volante.
—Sosténganse —dijo y Samara se agarró de un tubo de metal incrustado entre las paredes de la camioneta, Lizeth con el movimiento brusco de esta voló por todo el espacio y antes de golpearse con una de las paredes comenzó a flotar.
—Tranquila, estoy aquí, no te va a pasar nada —decía Samara llorando, mientras Axel desviaba la camioneta de la carretera, haciendo que se voltearan y dieran aproximadamente dos vueltas.
El ruido paró y se escuchaban golpes en la parte de enfrente, el pulso de Samara se debilitaba cada vez más y el dolor de la pierna se hacía cada vez más fuerte, dejó caer con cuidado a Lizeth en el suelo, quien no dudó en acercarse.
—¿Estás bien? —preguntó Samara y ella asintió.
—Mil gracias, ¿Tú estás bien? —preguntó esta vez Lizeth, pero Samara quedó inconsciente antes de poder responder algo— ¡Samara, no! Escúchame despierta —gritaba Lizeth, y los golpes por la parte frontal de la camioneta pararon.
Axel volvió a la parte de atrás de la camioneta y observó, inmediatamente se agachó para tomar a Samara en brazos.
—Toma mi mano si quieres salir de aquí —dijo él en un tono serio hacia Lizeth, esta hizo lo que él pidió y segundos después llegaron a un cuarto con muchas camillas y con elevador, Lizeth se soltó de Axel y este caminó hacia una camilla.
—Nicolás, rápido —gritó Axel recostando a Samara en la camilla, mientras Lizeth solo observaba con atención.
Un chico güero de ojos negros entró al cuarto y rápidamente se colocó los guantes, mientras Axel se teletransportaba constantemente pasándole cosas.
—Siéntate en ese sofá —ordenó Axel a Lizeth, esta no dudó en hacer caso aún que no le pareciese seguir sus órdenes. Entendía que su amiga necesitaba ayuda y ellos espacio para ayudarla.
No sabía cómo sentirse. Las personas de las cuales había huido hace días la habían salvado sin chistar nada, sin decirle nada, Axel seguía con su expresión seria, pero Samara tenía un rostro con dolor, preocupación y tristeza, y ella... No sabía que sentir sobre lo sucedido, no quería que su amiga muriese, mucho menos después del pleito que habían tenido y de lo que había hecho por ella sin importar que no se hablaran.
Ella solo quería agradecerle y abrazarla nuevamente, pedirle perdón porque... Aunque fuese una asesina, era su mejor amiga y le había salvado la vida... Otra vez.
Un buen rato después Axel le habló a Lizeth, quien había quedado dormida en aquel sillón.
—Hey, niña —La chica comenzó a despertar y al recapacitar se levantó inmediatamente.
—¿Cómo está Samara? Dime que está bien —dijo con la voz quebrada.
—Samara está bien, está dormida ahorita, no ha despertado pero ya curamos su herida —explicó Axel, quien por primera vez estaba siendo amable y paciente con Lizeth—. Tú estás herida mira tus brazos, estás sangrando de tus manos también, sígueme.
Ella sin dudarlo lo siguió, pensando que verían a Samara, pero se dirigieron al otro lado hacia otra camilla.
—Siéntate, Nicolás es el doctor y te curará tus heridas, en cuanto despierte Samara te aviso —Lizeth asintió levemente.
—Muchas gracias Axel, discúlpame por haberme portado así aquel día —se disculpó ella, Axel negó sonriendo.
—A mí no me debes la disculpa, a mí no me importa, a Samara sí —respondió el, quien después de decir eso se fue a ver a Samara, dejando a Lizeth con más culpa que paz interior.
Al llegar Axel con Samara, esta estaba despertando, así que corrió hacia la camilla donde estaba.
—Samara, ¿me escuchas? ¿Cómo te sientes? —preguntó Axel mientras tomaba su mano.
—A...xel... Lizeth... —decía Samara con un poco de dificultad.
—Tranquila, ella está bien, está allá afuera. No te esfuerces —explicó a la chica— ya curaron tu herida y pronto podrás levantarte.
—Quiero... verla —pidió Samara, Axel negó.
—Están curando sus heridas de los brazos, es mejor que ambas descansen, no te vas a morir, no necesitas despedirte de ella, tranquila.
—Gracias por ayudarme... Por traerme y salvarme de nuevo —sonrió Samara un poco más tranquila y consiente.
—Gracias a ti por cubrir las balas y empujarme —rio Axel— aunque no debiste, gracias.
—Un placer proteger a mi Jefe.
—¿No que no era tu Jefe? —preguntó irónico Axel, ella sonrió descubriéndose el cuerpo para ver la herida, pero fue sorpresa para ambos ver que la herida no estaba.
—Nicolás es buen doctor, no se mira la herida —rio Samara.
—No Samara, ese no fue Nicolás —dijo Axel.
—¿Entonces? —preguntó ella confundida.
—Samara, soportaste mucho dolor y ahorita que curaron tu herida ya cicatrizó —dijo Axel sorprendido— ese es uno de tus poderes.
—No lo creo Axel —dijo ella.
— ¿Entonces qué explicación encuentras?
—No pues... No la hay, pero... ¿Por qué el poder se activó hasta ahora? De pequeña me pelaba mis rodillas —argumentó ella.
—Pues porque ahorita era un momento de vida o muerte quizá —Samara se quedó pensativa un momento.
—Tal vez tienes razón —dijo levantándose de la camilla— bueno, ahora puedo ir a ver a Lizeth —Suspiró.
—Sí, las dejaré para que hablen.
— ¿Te vas a ir?
—No, pensaba quedarme a hablar con Nicolás un rato, tampoco pienso dejarte sola Samara.
—Gracias Axel —agradeció de nuevo Samara mientras él la guiaba hasta donde se encontraba su amiga
Sábado de actualización 🥱 voy despertando desde ayer alas 6 pm🤧 he tenido una semana cansada... Sólo por eso, desliza y ve una sorpresa😁
Nos leemos ❤😜
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