Her Name
، ⌕ ' su nombre.
"Oh cupido, ¿como puedes ser tan cruel?"
La semana había comenzado de nuevo, Avery se aseguró de levantarse temprano esta vez para que su padre no tuviera la oportunidad ahogarla con un vaso de agua de nuevo, Avery juro que pronto cobraría venganza.
— Y también compré un pañuelo para él en un puesto de la calle — Avery le había estado contando por partes su aventura del viernes con Griffin a su padre, claro que, omitiendo la parte donde sentía que alguien la estaba vigilando antes de llegar a casa, pensó que no era importante.
Mason sonrió escuchando la historia de su hija, Avery no lo sabía pero él estaba tan feliz de que por fin ella le estuviera dando una oportunidad al pueblo de Denver.
— Lamento interrumpirte corazón, pero deberías ir a lavarte los dientes, se te hace tarde — Avery miró el reloj colgado en la pared y al ver que le faltaban quince minutos para que empezaran las clases, corrió como nunca hasta el baño, si algo odiaba ella, era ser impuntual.
"Recuerda amor, por nada del mundo hables con desconocidos" le había dicho su padre mientras ella tomaba sus llaves para salir de la casa y subirse a su bicicleta. Al igual que el lunes pasado, Avery se encontró con Griffin en el camino.
— Buenos días enano — Avery se bajó de su bicicleta empezando a caminar al lado de Griffin.
— Hola Ryry — Ryry, Griffin se había propuesto el fin de semana ponerle un apodo a Avery así como ella le tenía uno a él. Avery no respondió a lo de Ryry, ni siquiera se quejó, le pareció tan tierno que una especie de calidez se extendió por toda ella sacándole una sonrisa, tener a Griffin con ella le hacía feliz.
Cuando llegaron a la escuela, Avery dejó su bicicleta atada a un poste con una especie de cadena, Griffin no parecía tener ganas de entrar a la escuela, sin embargo, Avery sonrió y tomó la mano del niño para llevarlo a su salón de clases, no iba a dejarlo solo. En el pasillo varios niños de la clase de Griffin se le quedaban viendo, desde la última vez eso era lo único que hacían, mirar.
— Recuerda, si alguien te molesta me dices y yo vendré a poner todo en orden ¿Si? — Avery dejó un beso en la frente de Griffin, Avery no era la mayor fanática del contacto físico, pero se había de dado de cuentas que Griffin necesitaba mucho afecto.
Ella estaba dispuesta a dárselo.
Avery fue a su salón de clases, al entrar pudo notar que las mesas en ese salón eran compartidas, ella solo esperaba que fuera quien fuera la persona que tuviera que sentarse con ella, no fuera un idiota más al cual tendría que soportar.
La castaña notó una de las mesas del fondo vacías, de inmediato se abrió espacio entre sus compañeros y se sentó ahí del lado que estaba junto a la ventana. Conforme pasaban los minutos el salón de clases se iba llenando, todos los puestos fueron ocupados, menos el que estaba al lado de Avery.
La castaña ni siquiera se molestó en pensar en eso, disfrutaba de estar sola, el profesor estaba cerrando la puerta del aula cuando alguien del otro lado se lo impidió.
— ¡Profesor! No cierre por favor — la voz de aquel joven sonaba cansada, como si hubiera estado corriendo un maratón, el profesor simplemente negó con la cabeza y se hizo a un lado para que el chico entrara.
— Tome asiento junto a... — el adulto empezó a ver por toda el aula un asiento libre, y se dio cuenta que cierta alumna aun no tenia compañero — junto a la señorita Beckmann, serán compañeros de clase.
Avery, la cual estaba en un trance viendo por la ventana, no se había dado cuenta que ya el asiento su lado no estaba vacío, ahora lo ocupaba un joven de cabello castaño, Avery simplemente lo miró de arriba abajo, y volvió a dirigir su mirada a la ventana, aislándose completamente del mundo que la rodeaba.
Por su parte, el chico, pensó que sería buena idea detallar a su compañera de clase, de todas formas no tenía nada mejor que hacer, el cabello de Avery caía de forma desordenada por sus hombros y espalda, su rostro estaba apoyado en una de sus manos mientras toda su atención estaba dirigida a la ventana.
Ojala ser esa ventana. Pensó el joven, pero de inmediato sacudió su cabeza para alejar esas ideas de su mente.
Volvió su mirada al frente para prestar atención a la clase, pero simplemente no podía, de vez en cuando sentía la necesidad de ver a Avery de reojo, la castaña seguía igual, aislada en su mundo mientras veía por la venta, tan tranquila y serena que parecía que nadie pudiera molestarla en esos momentos.
El timbre de las clases sonó, Avery salió de su pequeño espacio mental y miró a los lados, le dio una mirada rápida su compañero de banco y tomo su bolso para salir de ahí.
— Hey, oye, ¿cuál es tú...? — la pregunta se quedó en el aire cuando la joven salió del aula, el chico suspiro — yo soy Blake.
El chico tomó su mochila y al igual que el resto de la clase salió al pasillo, inconscientemente sus ojos se pasearon por el lugar buscando a la joven de cabello castaño, pero nada, ni un rastro de ella, ¿cómo alguien podía desaparecer así de la nada?
— ¿A quién buscas? — la voz de Bruce había sacado a Blake de sus pensamientos.
— A nadie — Blake negó con la cabeza sonriéndole un poco a Bruce.
Pero Bruce no se tragó su mentira, más aun así no dijo nada, ya luego tendría tiempo de investigar.
— Claro... — dijo no muy convencido el chico de ojos rasgados pasando uno de sus brazos por sobre los hombros de Blake — ¿Vamos a comer? — preguntó mientras empezaban a caminar por los pasillos pasando entre el mar de gente.
Blake solo se limitó a asentir con la cabeza, mientras iban hacía la cafetería muchas chicas se les quedaron viendo a ambos chicos, varias intentaban coquetearles pero siempre de la manera más amable posible, ambos declinaban sus ofertas de citas y ese tipo de cosas.
Durante todo el almuerzo, Blake no podía pensar en otra cosa que no fuera la linda chica con la que había tenido la suerte de sentarse, pese a que no había dicho ni una palabra, y a penas lo miro por unos segundos, algo había que lo tenía pensando sobre ella todo el rato.
¿Qué le pasaba? No encontraba la respuesta a su pregunta.
Por otro lado Avery había llegado un poco tarde a comer, había estado buscando a Griffin en su salón de clases, no importaba cuantas veces el menor le dijera que podía llegar solo hasta el comedor, Avery siempre iba a tener el miedo de que se perdiera en los pasillos entre tanta gente.
— ¿Trajiste tu almuerzo? — Avery revolvió un poco el cabello de Griffin como se le hacía costumbre, el rubio asintió sujetando las correas de su mochila — bien, yo iré a comprar el mío, ve y búscanos una mesa enano.
El niño hizo caso a las órdenes que le había dado Avery, la castaña se dio media vuelta y se fue a hacer la fila para comprar su almuerzo, Avery no solía comer mucho fuera de casa, pero hoy haría una excepción. Después de unos largos minutos de espera, por fin pudo tomar una bandeja con su almuerzo y empezó a dirigirse hasta donde estaba Griffin.
Avery no lo había notado, pero Bruce, Bruce si se había dado cuenta que la mirada de Blake estaba puesta en Avery, Bruce trato de ocultar una sonrisa, ya sabía lo que tenía a su amigo en las nubes.
— La chica es linda eh — comentó el chico de ojos rasgados sacando a Blake de sus pensamientos.
— ¿Qué? ¿Cuál chica? ¿De qué hablas? — Blake había estado pensando tanto en Avery que no sabía de que estaba hablando su amigo ahora.
— Dije, que la comida esta rica — Bruce soltó una pequeña risita llevándose una pequeña papa frita a la boca.
— Ah sí, la comida — Blake asintió dándole toda la razón al joven Yamada, paso sus manos por su rostro, pero aun así, sus ojos volvieron a desviarse hasta la mesa donde Avery estaba sentada, riéndose junto con Griffin.
¿Cómo alguien que no conocías podía interesarte tanto? Ni siquiera sabía su nombre.
Luego de un largo día de clases, Avery fue libre por fin, Blake había tratado de ir detrás de ella para alcanzarla y preguntarle su nombre, pero Avery y Griffin fueron más rápidos y antes de poder darse cuenta, ambos ya se habían ido.
Blake suspiró rendido y se dio la media vuelta para ir con Bruce y el resto de sus amigos a caminar por ahí, pero no importaba que hiciera, en esos momentos solo quería saber el nombre de esa misteriosa castaña.
Como ya era rutina, la castaña acompaño a Griffin hasta su casa, Maylea los había recibido con una cálida sonrisa y le dio a Avery unas cuantas galletas para que llevara a casa y compartiera con su padre.
El sol inclemente comenzaba a bajar, eso le alegraba a Avery, ahora solo se instalaba una suave corriente de viento que le refrescaba mientras iba en bicicleta. Por la calle por la cual andaba Avery, unas chicas pasaron y la saludaron, a Avery se les hacían familiares, quizás compartía algunas clases con ellas, Avery para no ser grosera simplemente movió su cabeza en forma de saludo esperando que eso funcionara de alguna forma.
Al final de la calle Avery se percató de que estaba todo muy solo, igual que aquella noche de viernes, ella sabía que entre las casas de ese pueblo algo raro andaba esos días, y pensaba en eso aún más cuando sentía que la vigilaban en cada momento.
© URGFRONNIE
Aparezco de debajo de las piedras para actualizar, vengo haciendo esto muy seguido, vamos a ver cuanto me dura.
Cuando él empieza a sentir cosas primero >>> de mis clichés favoritos.
Y aquí vemos a Avery enamorando a alguien más de nuevo con sus encantos, las primeras fuimos Amy y yo.
La amistad de Bruce y Blake >>> de mis favoritas en este fanfic si si.
Gracias por leer mis amores, recuerden que pueden ir si gustan a seguirme en mi cuenta de tiktok ( @ iovemme ) suelo subir adelantos, edits y otras cositas.
xoxo, Alex.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro