، ⌕ ' griffin no está en casa.

Esa noche Avery no durmió, no fue capaz de cerrar los ojos por más de un par de segundos, la única imagen que se le venía a la cabeza era Griffin abrazándola por última vez. ¿Por qué le dijo que si? ¿De no haberlo hecho, Griffin hubiera llegado a casa? De lo único que estaba segura era de que prefería mil veces ser ella a la que pase algo malo antes que a Griffin.

Durante toda la noche, Avery bajo más de una vez a la sala y se paro junto al teléfono, esperando una llamada, una sola llamada de Griffin donde él le dijera que había llegado a casa, que se había perdido pero que estaba bien, lo que fuera, solo quería escuchar su voz otra vez.

Y nada, ni una sola llamada. Avery subió sin ganas hasta su habitación y se sentó en el alfeizar de su ventana, sus pies colgaban al aire y el frío viento de la noche envolvió el cuerpo de la castaña, sus ojos almendrados pusieron total atención a la luna, se veía tan linda, tan serena, tan lejos de la tierra que nada podía molestarla.

¿Griffin podría ver la luna desde donde estaba?

Avery estuvo un rato más así, sin decir nada pero pensando en todo, la culpa de nuevo se hacía espacio en su pecho, su corazón parecía encogerse y ahí estaban de nuevo las lagrimas, corriendo por sus mejillas sin que ella pudiera hacer nada al respecto, después de todo era lo único para lo que se veía capaz, llorar hasta que sus ojos le pidieran parar.

Al día siguiente Avery ni siquiera se molestó en bajar a comer, no se levanto de su cama tampoco, simplemente miraba hacia la ventana aislándose del mundo. Mason subió a la habitación de su hija, abrió la puerta lentamente y asomo su cabeza, al ver a su hija hundida en las sabanas de la cama un sentimiento de tristeza le invadió, sin embargo se mantendría fuerte por ella.

—Hija, el desayuno está servido —Avery ni siquiera se inmutó, Mason mordió un poco el interior de su mejilla y camino hasta la cama sentándose al lado de su hija —no es necesario que vayas a la escuela hoy pero tienes que hablar con los policías —su hija solo movió su cabeza para decir que si, Mason se levanto de donde estaba sentado dejando un beso en la frente de Avery para luego salir de la habitación dejándola sola de nuevo.

En la secundaria de Avery, todos los pasillos estaban llenos de personas murmurando lo ocurrido el día anterior, Griffin había pasado de ser el niño que nadie conocía a excepción de Avery, a ser la primera plana en todos los periódicos. Bruce al llegar a la escuela no entendía nada, así que lo primero que paso por su mente fue buscar a Blake para que le explicara lo que estaba sucediendo.

—Aquí estas, te estuve buscando por todos lados —Bruce alcanzó a Blake en medio de los pasillos de la escuela, ambos iban camino a su primera clase del día — ¿Tienes idea de lo que está sucediendo? —ambos tomaron asiento juntos en una de las mesas del fondo para poder hablar sin problemas.

—Es sobre Griffin —Blake sacó su libreta de su mochila y pronto Bruce lo imito —ayer no llegó a su casa —Bruce hizo una pequeña mueca, no conocía mucho al niño, pero de igual forma esperaba que estuviera bien.

En la casa de los Beckmann, Avery fue obligada a bajar las escaleras para hablar con los policías, todas las preguntas eran las típicas de un interrogatorio, ¿qué estaban haciendo? ¿A dónde iban? ¿Había alguien más con ustedes? ¿El niño sabia llegar a su casa? Preguntas que para Avery no resolvían absolutamente nada. Antes de irse los policías le dijeron a James que Avery era la principal sospechosa por la desaparición de Griffin, después de todo, había sido la última en estar con él.

James ni siquiera respondió, solamente los miro molesto y una vez que estuvieron fuera de la casa cerró la puerta detrás de ellos, no entendía cómo podían pensar así de ella, si en sus ojos se podía ver lo mal que lo estaba pasando. Avery subió de nuevo a su habitación y se encerró en ella sin llevarse algo para comer, James paso sus manos por su cabello, no le molestaba cuidar a su sobrina pero le dolía verla de esa forma.

Avery tomó su guitarra, la cual estaba arrumbada en una de las esquinas de su habitación, sus dedos se pasearon por el mástil de esta, trato de tocar alguna melodía sencilla, que fuera automática y no tuviera que pensar mucho en ella, pero su cabeza tenía otro planes, empezó probando distintos acordes hasta que por fin encontró la melodía perfecta para transmitir lo que sentía.

James fue con un plato de comida para Avery, al estar frente a la puerta se detuvo de tocar cuando escucho a su ahijada cantar desde adentro.

—Y todo lo que necesito para estar bien eres tu—la voz de Avery sonaba serena.

» Un último abrazo que no pude dar.

» Por favor solo dime que vas a regresar, regresar a nuestro hogar.

» Solo di que te vas a quedar acá conmigo mi amor.

» Quiero darte todo mi cariño, y entregarte mi valor.

» Pese que ahora eres el autor de mi dolor, mientras lloro en mi habitación.

Avery suspiro dejando de tocar la guitarra, la letra no se acercaba mucho a como se sentía, pero aun así le servía de escape del dolor. James al otro lado de la puerta sintió su corazón achicarse, podía sentir el sufrimiento de Avery en esos versos, respiro hondo y toco la puerta.

—Pase —la voz de Avery sonaba sin ganas, James paso dentro de la recamara de su sobrina y dejo el plato de comida sobre su mesita de noche.

—Deberías anotarlo, quizás luego puedas seguir completándola —James dejo un beso en la frente de su ahijada y se fue a la planta baja de la casa, Avery no sabía a qué se refería su padrino con "anotar" y "completar", mas sin embargo algo dentro de ella le decía que escribiera la letra que recién acaba de inventar.

Avery no era la única que lo estaba pasando mal, a tan solo unas cuadras de su casa, en la casa de los Stagg, Maylea se encontraba en la habitación de su hijo mientras estaba sentada al borde la cama, la pobre mujer no había podido dejar de llorar desde que la policía se fue de su casa la noche anterior. Maylea sujetaba entre sus manos una hoja de papel entre sus manos, era un dibujo que Griffin había hecho para ella en el día de las madres, ambos estaban tomados de la mano bajo la luz brillante del sol.

Ahora que Griffin no estaba en casa Maylea se replanteaba mucho el poco tiempo que pasaba con su hijo, de todas esas veces que el llegaba casa y solo eran cuatros paredes vacías con comida en la mesa y una nota que decía a qué hora volvería casa. Eran contadas con una sola mano las veces que Maylea se había sentado con Griffin a hacer una tarea o las veces que lo había llevado ella misma a la escuela, sin embargo, pese a estar ausente de la vida de su hijo, eso no implicaba que ella no lo amara más que a su propia vida.

Los sollozos de Maylea fueron interrumpidos cuando una hoja de papel cayo del escritorio de su hijo hasta sus pies, la mujer limpio sus mejillas y se agacho para tomar el papel entre sus manos y ver que era, y la imagen sencillamente le rompió el corazón aun más. En esa hoja de papel estaba dibujado Griffin junto a Avery, arriba de cada uno ponía Ryry y enano escrito con su linda letra, por la parte de atrás de la hoja estaba escrito un, "te amo hermanita Ryry, eres la mejor"

Dos semanas después.

Los días cada vez pasaban más rápido, Avery había perdido la noción del tiempo, sus pensamientos le consumían un poco más cada que pensaba en Griffin y cuanto le extrañaba. Mason y James siempre buscaban la forma de animarla, pero todo intento era en vano. Durante esas dos semanas la policía no encontró nada de utilidad, nada más que unos globos negros colgando de un árbol y el pañuelo que Avery le había dado a Griffin tirado en el suelo.

Ya Avery no prestaba atención a las clases, ni siquiera a la de literatura que era su materia preferida, Blake y Bruce la notaban cada día más distante, y aunque Blake intentaba hablar con ella, Avery terminaba pasando de largo y terminaba yéndose a otro lado para quedarse sola. Avery se sentó en uno de los bancos del patio de la escuela, una fuerte ráfaga de viento la azoto haciéndole estornudar, mientras la castaña arrugaba su nariz, noto que a sus pies había un papel arrugado, con curiosidad lo tomo y al abrirlo, ese sentimiento de culpa volvió a invadirle.

Era uno de los carteles de desaparición de Griffin, la foto de su enano sonriendo la hizo sonreír nostálgicamente, nunca se cansaba de ver esa foto, aunque no era precisamente la forma en la que le gustaría ver la sonrisa de Griffin. Avery acaricio con sus dedos la foto del niño y frunció sus labios, ahora más que nunca estaba decidida, si la policía no lograba hacer nada más, ella misma encontraría a Griffin, costara lo que le costara.

© URGFRONNIE

hola mis ampres, ¿que tal? aquí ronnie actualizando dos días porque cuando la inspiración llega hay que aprovechar.

este capítulo no fue tan triste como el de ayer pero fua, la parte de los dibujos y la canción si me hicieron llorar.

no tengo mucho que decir hoy, así que ¿que me cuentan?

gracias por leerme mis amores, nos vemos en la siguiente parte.

xoxo, Alex.