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── 🪷 ⋆ ࣪ 29 ֶָ֢֪

"Quiero estar contigo,no sólo ahora, ni un rato, ni siquiera varias horas.
Quiero estar contigo. Así de simple. Así de siempre."

[Mario Benedetti]


Cerró sus ojos cuando el agua caliente recorrió su cuerpo, necesitaba estar sobrio. Sus músculos estaban tensos, sus feromonas se habían descontrolado y tuvo que tomar un par de supresores para adormecer a su lobo.

La presencia de Christopher había creado una revolución en todo su cuerpo y Minho no sabía cómo aguantaría las ganas de llorar. Al fin y al cabo, el Alfa solo estaba allí para decirle lo que él ya sabía, ¿no?

Debía estar preparado de antemano para la conversación que en algún punto debían tener. Estaban todavía casados, no había sido capaz de encontrar los papeles de divorcio que Christopher tenía en su estudio. La idea inicial era esa, firmarlos antes de irse para no tener que verse más, pero al parecer el Alfa los había resguardado con llave en uno de los cajones.

"Min, ¿está todo bien allá dentro?" La voz de Christopher detrás de la puerta del baño envió un escalofrío a todo su cuerpo. "Llevas dentro media hora ya, creo que debes estar lo suficientemente sobrio en estos momentos." El Omega se mordió los labios, conteniendo las lágrimas. "Tenemos que hablar, ¿sí?"

"Ya voy." Su voz sonó como un suspiro tembloroso y sus piernas estaban débiles cuando intentó poner un pie fuera de la ducha.

Limpió el espejo empañado de vapor por el agua caliente y observó su reflejo durante unos minutos. El maquillaje que había colocado Yeji ya no estaba y solo quedaba su aspecto demacrado usual. Solo lo ignoraría, hablaría con Christopher y resolvería lo que sea que trajera al Alfa a Daegu.

Al salir del baño, los ojos de Christopher fueron hasta él. Desde su lugar en la cama, Minho vio como el rostro del Alfa se transformaba en una mueca al ver su aspecto. Ya sabía que lucía como la mierda, no hacía falta que se lo recordaran.

El pelinegro se levantó y caminó hasta él, Minho dio un paso atrás cuando Christopher estuvo tan cerca que su aroma envolvió todos sus sentidos.

"¿De qué querías hablar?" Preguntó, con el tono de voz hosco. Christopher no tenía el más mínimo derecho de mirarlo como lo estaba haciendo, como si Minho importara, como si le doliera el aspecto que tenía el Omega. "Es sobre el divorcio, ¿no?" Los ojos del Alfa se abrieron amplios y Minho percibió un solo sentimiento en su aroma: Ansiedad. Pura ansiedad. "Busqué los papeles el día que me fui de casa, pero no los encontré y no pude firmarlos. Supongo que estás aquí para eso, ¿no? ¿Los traes contigo?"

"¿Sabías que iba a pedirte el divorcio?" Minho asintió. "¿Hace cuánto tiempo lo sabes?" El Omega cerró sus puños, clavando sus uñas en la palma de sus manos. El dolor físico te distrae del dolor emocional.

"Lo sé desde que regresaste de Tokio. Los vi en tu escritorio el mismo día que llegaste a Seúl." Contó y observó a Christopher quien lucía pálido frente a él. "Eso no importa ahora. Solo dámelos para firmarlos y vete." Se quedó sin aliento al terminar la oración. "Solo vete, por favor." Pidió, con el corazón apretado en angustia. "Ya me has hecho suficiente daño, ¿no crees?" Los ojos negros del Alfa se volvieron brillantes, su aroma a lluvia apagándose lentamente mientras una mueca de tristeza se instalaba en su rostro.

"Haré lo que me pidas, pero antes escúchame, ¿sí? Llevo las tres últimas semanas buscándote como loco, necesitaba hablar contigo." Admitió, con un tono de voz desesperada. "Sentémonos, ¿de acuerdo? No quiero conversar contigo así."

Minho aceptó, caminando hasta la cama junto a Christopher para sentarse en una esquina, a una distancia prudencial del Alfa, quien solo suspiró resignado, no atreviéndose a acercarse. El Omega apretó los labios, llevando su mirada hasta sus manos sobre su regazo.

"Supongo que te debo muchas disculpas y unas cuantas explicaciones. La verdad es que yo..."

"No tienes que explicarme nada, tampoco tienes que disculparte." Minhi lo interrumpió, sin mirarlo a la cara. Christopher suspiró, buscando calmar a su lobo que lloriqueaba en su pecho por el estado de su Omega.

"Necesito que me escuches sin interrumpirme, ¿bien? Puedes gritarme, golpearme o hacerme lo que quieras después, pero antes escúchame. ¿Harías eso?" El Omega dio un leve asentimiento y Christopher dejó ir una sonrisa triste. "La verdad es que sí tenía pensado separarme de ti." El cuerpo de Minho se estremeció por sus palabras y al verlo, Christopher se apresuró a decir. "Pero me arrepentí mucho de ello después. No pudiste encontrar los papeles de divorcio en mi estudio porque me deshice de ellos desde hace un tiempo." La mirada sorprendida de Minho se posó en él.

"¿Desde cuándo? ¿Cuándo tú...?"

"Desde que regresamos de Busan." Respondió, un jadeo salió de los labios del Omega. "Aunque supe que en el fondo no quería pedirte el divorcio porque siempre encontraba una excusa para no dártelos. Que si estabas enfermo, o que si tu lobo estaba resentido conmigo, que si después de la fiesta. Nunca tuve el valor de dártelos."

El labio inferior de Minho tembló, anunciando las lágrimas que pronto corrieron por sus mejillas. Christopher se acercó a limpiarlas, mas el Omega alejó el rostro, rechazando el toque.

"Jungwon." Fue todo lo que consiguió murmurar Minho antes de que su garganta se cerrase. Christopher ya sabía a lo que se refería el Omega, una discusión fuerte con su madre le había permitido aclarar las cosas. "En el hotel, yo los..."

"¿Crees que Jungwon y yo seríamos capaces de hacerte eso? De engañarte, ¿crees que podríamos hacerlo?" Minho abrió la boca para decir algo, mas el Alfa se adelantó. "No quiero que pienses en lo que viste o no aquel día en el hotel, no lo hagas. Solo dime si nos crees capaces de herirte de esa forma." El Omega apretó los labios.

"No." Murmuró en un sollozo y Christopher suspiró aliviado. "Pero los vi juntos y tú acariciabas su mejilla y le sonreías. Después subieron hasta las habitaciones y cuando te llamé me respondiste casi sin aire y mentiste diciendo que estabas en tu oficina. ¡Joder, no estabas en tu oficina! ¡Me mentiste a la cara! ¡Eres un imbécil! ¡Después de todo lo que soporté por ti!" Masculló y el Alfa sintió como su compostura era derribada al ver al Omega gritarle entre lágrimas. "Después de tanto tiempo que yo...esperé por ti. ¿Siquiera como pudiste?"

"Mi amor." Christopher lo llamó, dichas palabras provocando que las lágrimas del Omega fueran en aumento. "Te explicaré todo, pero deja de llorar, ¿sí?" Minho sollozó, no pudiendo evitar que el Alfa acunara su rostro y besara sus mejillas húmedas. "Nunca te engañaría con tu hermano, ni con nadie más. Nunca me atrevería a hacer tal cosa."

Minho se sintió el mayor de los masoquistas cuando Christopher lo atrajo a un abrazo y él ni siquiera fue capaz de negarse. Sentados muy cerca el uno del otro en la cama, el Omega se apoyó en el pecho del Alfa, encogiéndose hasta sentirse pequeño entre sus brazos, con las manos del contrario dejando caricias por toda su espalda. ¿Tenía tan poco orgullo? ¿Cómo podía sentirse tan bien en los brazos de alguien que lo había lastimado tanto?

"Jungwon se está divorciando." La noticia tensó los hombros de Minho, mas no se atrevió a salir de su escondite en el cuello del Alfa. "Me pidió ayuda para contratar a Jihyo para el juicio porque ella representa a mi empresa legalmente, el padre de tus sobrinos quiere la custodia completa y piensa llevarse lejos a los niños con él. Según lo que me contó, tu hermano solo podría verlos en fechas festivas o en las vacaciones." Le contó y Minho arrugó las cejas, escapando de los brazos del Alfa para enfrentarlo con la mirada.

"Si eso fuera verdad, Jungwon hubiera contactado antes con nosotros. Mi familia y yo, seríamos capaces de mover cielo y tierra por él y los niños. No tenía que recurrir a ti en ningún momento." Christopher asintió, estando de acuerdo con él.

"Yo le dije lo mismo a él, pero tengo entendido que acordó con su esposo llevar su separación con un bajo perfil. Querían involucrar a los niños lo menos posible y, que sus familias intervinieran, sólo empeoraría las cosas." El Omega observó su expresión con cautela, Christopher sabía que estaba analizando si mentía. "La marca de tu hermano está desapareciendo, su lazo con su pareja se rompe poco a poco. Toqué la mejilla de Jungwon para comprobar su temperatura, porque tenía fiebre. Escuchaste mi voz sin aliento cuando me llamaste porque tuve que acompañarlo y cargarlo hasta su habitación cuando su malestar empeoró y casi colapsa en el elevador." Le contó. "Le sonreí a tu hermano porque, ¿sabes? Él también juega con sus anillos cuando está tenso y nervioso, justo como tú lo haces y en ese almuerzo cada vez que lo veía, sonreía al acordarme de ti."

Minho lo miró con ojos llorosos. Su rostro estaba pálido y lucía más delgado, con los pómulos acentuados y las mejillas levemente hundidas. Juntó sus frentes, inhalando el escaso aroma a chocolate, lo poco que percibía estaba cargado de feromonas bañadas en malestar y tristeza. Christopher quería quitar todo ese dolor del Omega, a pesar de que él fuera la persona más responsable de aquello.

"Una vez me dijiste que yo era muy inocente, ¿lo recuerdas? Pero tú eres mucho más inocente que yo." Musitó con una risita, provocando que Minho se separara de él y golpeara su brazo en reprimenda. "¿No te extrañó que mi mamá te invitara al mismo restaurante al que fui a almorzar con Jungwon? Luego de que pensé las cosas con la cabeza fría, me percaté de lo que había sucedido realmente, del por qué solo te habías ido sin decir nada."

Tras escuchar aquello, todos los cabos sueltos en su cabeza comenzaron a cobrar sentido. Su suegra no era la persona más amable y lo había invitado a almorzar, quizás una parte de él sí quiso mejorar las cosas con la mujer, pero ahora cualquier tipo de relación con ella podía irse a la mierda.

"Perdón." Musitó. Frente a él, Christopher negó, atrayéndolo a un abrazo. "Perdón por pensar que ustedes dos...Lo siento tanto, perdón." Sollozó.

Christopher repartió besos en su frente, el aroma a lluvia se extendió por la habitación, como un incienso que calmó los nervios de Minho.

"No tienes por qué disculparte, ¿bien? Quien tiene que pedir perdón por todo soy yo." Minho sorbió la nariz, mirando al Alfa. "Por tratarte de la forma en la que lo hice todos estos años, por ignorarte y comportarme como un imbécil contigo cuando no tenías la culpa de nada." Admitió, acariciando las mejillas húmedas del Omega. "Siempre creí que solo estabas soportando nuestro matrimonio por el acuerdo entre nuestras familias, pero una persona no aguanta todo lo que tú soportaste sólo por compromiso. Perdón por no ver eso antes." Minho hizo un puchero.

"Discúlpate por no pasar tus celos conmigo, me hacías sentir que me rechazabas como Omega. También discúlpate por ignorarme, por negarme una marca y bebés, yo adoro a los bebés y fuiste un idiota al negarme uno." Christopher asintió. "Discúlpate por las noches que comí solo, por los largos viajes en los que no contestabas mis llamadas y yo me quedaba muriéndome de la preocupación en Seúl, por hacerme sentir menos al preferir a mi hermano. Discúlpate."

"Lo siento, mi amor. Lo siento, lo siento, lo siento tanto por todo." Minho cerró sus ojos cuando el Alfa dejó besos por todo su rostro. "Sé que una disculpa no arreglará las cosas que ya están hechas, pero quiero que sepas al menos que me arrepiento mucho de cómo me comporté todo este tiempo."

Minho sonrió, sintiendo su pecho aliviado por las palabras ajenas. Apoyó su frente en la de Christopher, con sus narices rozándose y el Omega apretó los labios, conteniendo las ganas que tenía de besar al Alfa. Lo había extrañado tanto que tenerlo a unos centímetros de él, con su presencia abrumando todo su cuerpo, se sentía casi como un sueño.

"Gracias por soportar tantas cosas, por esperar todo este tiempo por mí. Nunca podré agradecértelo completamente." Christopher le dijo, sosteniendo su rostro. "Quiero intentarlo todo contigo, ayudarte a superar esas feas inseguridades, quiero mostrarte lo mucho que vales, quiero que veas que eres más que suficiente para mí, para todos. Eres más de lo que realmente merezco, mi amor. Y si no fuera un bastardo egoísta me apartaría si en algún momento quieres irte lejos de mí, pero no estoy dispuesto a dejar ir algo que quiero que sea siempre mío." El Alfa dejó un corto beso en su boca y Minho suspiró tembloroso cuando se alejó. "Haré que valga la pena por todo lo que has pasado en los últimos cuatro años, así que por favor, perdóname y regresa a casa conmigo."

Christopher le pidió, con los ojos brillantes en lágrimas. Se suponía que él era quién peor lo había pasado de los dos, sin embargo, sentía más angustiante el dolor del Alfa que el suyo propio. Verlo así de triste por él, lo hizo sentir terriblemente mal, pero a la vez muy poderoso. Pensar que tenía el poder de convertir a Christopher Bang en un jodido desastre lloroso creaba miles de explosiones en su interior.

El Alfa le estaba mostrando que tenía todo el poder de destruirlo en sus manos, Minho mismo sabía lo aterrador que se sentía amar tanto a alguien de esa forma, más no podía dar un paso atrás, por lo que fue hacia adelante, de frente, inclinándose hasta que sus labios chocaron y todas las piezas desencajadas en su interior parecieron regresar a su lugar.

Se aferró a Christopher, hundiendo sus dedos en los cabellos negros y atrayéndolo más cerca hasta que se sintió doloroso, pero no lo suficiente como para separarse. Sus labios podían sangrar, mas él no se separaría un centímetro del Alfa.

"Joder, te amo tanto. Tanto, tanto, tanto." Christopher le dijo cuando Minho rompió el beso, mirando al Alfa a los ojos.

"¿Cuánto? ¿Cuánto me amas?" Le preguntó ansioso y Christopher sonrió, acariciando su mejilla.

"Te amo todo lo que tú me amas a mí, y mucho más." El Omega hizo pucheros que Christopher se acercó a besar, sonriendo entre beso y beso. "Te amo, Bang Minho, mi Omega, mi amor, mi vida." El Alfa musitó sobre sus labios. "Nunca lo dudes, ¿me escuchaste? Nunca." Le aseguró y por primera vez en cinco años, Minho se sintió suficiente.

Él era más que suficiente para Christopher Bang.



hii It's my birthdayy
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