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── 🪷 ⋆ ࣪ 13 ֶָ֢֪

"Pasaré por ti a las ocho."

Minho relee el mensaje que le envió Christopher en la mañana antes de revisar la hora en su celular. Son las diez de la mañana, tiene aproximadamente diez horas para prepararse para la dichosa fiesta ostentosa anual de los Park pero aun así siente que no le va a dar tiempo.

"¿Hay algo que esté buscando en particular?" La voz amable de una de las trabajadoras llama su atención y Dios, Minho no debería estar en una tienda para bebés si quiere estar listo a tiempo.

Sin embargo Hwang Sohee existe y Bang Minho es débil ante su sobrino postizo. Necesita consentirlo.

"Sí, la verdad es que estaba buscando la sección de peluches." Responde y tras una amable sonrisa y cortas indicaciones, Minho se encuentra en su destino y sus ojos brillan maravillados ante la variedad de juguetes.

¿Debería vender su alma al diablo y comprárselos todos?

"¿Minho?" Una voz lo llama, provocando que dé un pequeño salto en el lugar. Gira su cabeza hasta donde un curioso aroma a fresas y leche es más intenso, y sus ojos de abren amplios en reconocimiento. "Oh, sí eres tú."

"Hola." El castaño murmura con una sonrisa. "Perdón pero no sé tu nombre."

"Lee Felix. No me presenté aquel día en la oficina." Le extiende una mano en saludo, que pronto es correspondida por Minho. "No me diga que el señor Bang va a ser papá pronto." Los ojos del castaño se abrieron amplios.

"No, no, no. Vine a comprarle unas cosas a mi sobrinito." Le dice y Felix le sonríe bonito. "No me percaté el día que fui a verlo, pero tú sí que esperas un bebé. ¿Cuánto tiempo tienes?"

"Hoy hace dos meses." Responde feliz. "Vine con unos amigos, ven con nosotros." Le ofrece y las mejillas de Minho se sonrojan un poco ante la propuesta.

"¡Felix! ¡Mira qué lindo!" Un chillido feliz interrumpe su conversación y pronto dos chicas se acercan a ellos con pequeñas prendas en sus manos y ojos brillantes. "¡Mira Felix! ¡Es un osito! ¡Oh, hola!" Minho recibe un corto abrazo por parte de una de las chicas, mientras que la otra le dedica una sonrisa y un corto saludo con la mano.

"Kyujin, Aeri. Él es Minho." Los presenta y ambas chicas le dedican una reverencia. "Nos va a acompañar." El Omega abre los ojos soprendido y Felix le dedica una sonrisita. "A ver, ¿qué tienen para mí?" Aeri se acerca con rapidez, apartando a Kyujin, quien deja escapar un quejido.

"Observa este pequeño vestido." Le muestra la prenda de un tono rosa fresa, con varios encajes en la parte inferior y varias perlas adornado toda la superficie de la tela. "Es hermoso. Hay que comprarlo, voy a comprarlo. Es más, ¿por dónde está la caja?"

"Aeri, no sabemos si va a ser niña o niño." Felix le dijo con una sonrisa. "Si resulta ser varón, vas a gastar dinero en vano." Ella arrugó sus cejas ante las palabras del Omega.

"Va a ser niña." Aeri dijo segura, inclinándose hacia la altura del vientre de Felix y le apuntó con un dedo, dando toques suaves en el mismo. "¿Escuchaste a tu tía? Voy a comprarte un vestido preciosamente caro, tienes que ser una nena. No me defraudes." Kyujin y Felix rodaron los ojos a la vez mientras que Minho sonreía.

"Porque no sabemos el sexo aún debíamos comprar ropa unisex." Kyujin dijo, acercándose a Felix para dejar un pequeño mono enterizo con textura afelpada y orejas en la capucha. "Es un osito." Dijo con ojos brillosos. "Y lo mejor es que puedes ponérselo ya sea niña o niño, es una excelente inversión. ¿No es así, Minho?" El aludido parpadeó.

"¿Qué? Ah, sí, sí. Es muy bonito." El rostro de la Omega brilló en felicidad ante sus palabras.

"Ves. Vamos a comprarlo." Dice emocionada. "Dios, ya quiero que nazca para vérselo puesto." Murmura feliz y Minho observa la interacción entre los Omegas con una sonrisa. "Minho. ¿Tú también vas a tener un bebé o estás como nosotras, consintiendo sobrinos?" Minho responde que lo segundo y Kyujin asiente satisfecha.

"¿De dónde se conocen?" Aeri le pregunta curiosa y antes de que Minho responda, Felix lo hace por él.

"Nos conocimos en la oficina del Señor Bang." Las mejillas del castaño se tiñen de rojo ante la mención del Alfa mientras espera que alguna de las mujeres pregunte que hacía él en la oficina.

Sin embargo, ambas solo asienten conformes con la respuesta que se les dio y no indagan más en ello. Minho mira a Felix preguntándose por qué no mencionó que estaba casado con Christopher. El Omega solo le dedica una sonrisa de complicidad y pronto ve la razón por la que Felix mantuvo su identidad en secreto.

"Hablando del jefe." Aeri inicia con un tono cargado de complicidad y Minho se gira hacia ella, mirándola fijamente. "¿Vieron los pantalones que traía hoy? ¡Por Dios! Se le marcaba todo ese trasero rico que tiene. Está buenísimo el muy cabrón" Los ojos de Minho se abren amplios ante sus palabras y Felix se ríe sin vacilaciones de su expresión. "Por favor, no me mires así, Minho. No soy ninguna depravada. Si tú pudieras verlo, es más ¡Claro que puedes verlo! Esos placeres no se niegan a la vista. ¡Kyujin, trae la foto que le hiciste al trasero del jefe!" Los ojos de Kyujin se abren amplios.

"¿De qué foto estás hablando?" Murmura, fingiendo desconcierto y Felix y Aeri la miran con cejas alzadas. "Está bien, está bien. Sí le hice una foto, ¿contentos?" Sus amigos asienten y ella suspira, desbloqueando su teléfono y rebuscando en la galería. "Munho, antes de mostrártelo. ¿No padeces de ninguna enfermedad del corazón, verdad?" Kyujin le dice con seriedad y él niega con una sonrisa. "Está bien, entonces. Nuestro jefe es un pecado para la vista, así que peca con nosotros, por favor."

Minho toma el celular que le ofrecen y ante él se muestra la imagen de su Alfa. Christopher está de espaldas y lleva ese pantalón negro que el Omega adora que se ponga porque le favorece demasiado. Está inclinado sobre el escritorio, mirando con cejas fruncidas a alguien y tiene esa mueca de molestia en el rostro que expone las venas de su cuello.

"Por Dios." Es todo lo que murmura cuando desliza su dedo en la pantalla del celular y hay otra foto más de cerca del trasero del pelinegro.

"Sabía que nos entenderías." Aeri le dice y Minho le entrega el celular con una sonrisa a Kyujin. "¿A que está buenísimo?" Felix lo mira, esperando su respuesta con una sonrisa. Obviamente complacido por cómo se han dado las cosas al tener a sus dos mejores amigas comiéndose al Alfa con los ojos frente a su propio esposo.

Dios, Aeri y Kyujin no iban a perdonárselo nunca cuando se enteraran pero él disfrutaría cada segundo.

"Más que bueno." Responde y ellas chillan emocionadas. "¿Es soltero?" Les pregunta y ambas sueltan un suspiro de resignación que se mezcla con una carcajada de Felix.

Minho no sabe qué dice de él, el hecho de que no le moleste que un par de Omegas digan maravillas del cuerpo de su Alfa frente a él y que ello no provoque celos en su persona. Al contrario, Minho siente su ego en las nubes puesto que el hombre que ellas ven como un imposible, él lo tiene cada noche en la cama.

"Está casado." Kyujin responde con un puchero. "E igual no estamos a su altura. Es que, ¿lo has visto? Es un jodido Dios griego y nosotras somos ánimas en pena del inframundo." Ella dice y Felix y Aeri la miran con cejas alzadas, luciendo obviamente en desacuerdo. "En algo estoy de acuerdo con Yo-han, su Omega debe ser precioso." Minho se sonroja.

"No creo que sea para tanto." Él dice con un tono avergonzado.

"Yo creo que sí lo es." Felix le contradice, mirándolo a los ojos. "Está muy a la altura de Christopher Bang." Minho le dedica una sonrisa de agradecimiento por sus palabras.

"Espera, ¿has visto al esposo del jefe y no nos has dicho nada?" Aeri se quejó ofendida mientras Kyujin llevaba una de sus manos al corazón, fingiendo una mueca de dolor. "¡Traición!" Ella casi grita y Felix abrió la boca, buscando defenderse más la voz de un chico lo interrumpió.

"¡Felix hyung! ¡Chicas! ¡Encontré un lugar que les va a encantar! ¡Es simplemente...Dios y siempre Dios." Yo-han murmuró, sus ojos observando sin disimular a Minho. "¿Te conozco? Porque luces exactamente como el amor de mi vida."

El Alfa murmuró, mirando embelesado a Minho, quien le sonrió avergonzado. Aeri y Kyujin rodaron sus ojos, mientras que Felix apretó los labios para contener la carcajada. Dios, esto no podía ser más divertido.

"Diría que Dios te bendiga, pero ya lo hizo con la semejante belleza que te regaló." Piropeó y escuchó a sus amigos fingir muecas y sonidos de asco por sus palabras. "Kim Yo-han, soltero y dispuesto a todo por ti, bonito." Se presentó, ofreciendo su mano en un saludo que Minho correspondió con una sonrisa.

"Bang Minho, casado desde hace cuatro años." Le dijo y los ojos de Yo-han se volvieron amplios, mirando el anillo en la mano que sostenía del Omega y luego su rostro.

"Y con el jefe." Felix añadió y todos sus amigos lo miraron con ojos grandes y rostros pálidos. "Minho es el Omega del señor Bang."

"¡¿QUÉ?!" Todos gritaron con expresiones asustadas y Felix carcajeó. "¡¿POR QUÉ NO DIJISTE NADA, LEE FELIX?!" Sus amigos gritaron y Minho rió alto, deteniendo su ataque de pánico.

"¿Por qué gritan tanto? Están en un lugar público, los van a sacar por alborotadores." Una figura hizo presencia, llamando la atención de todos los presentes. "Felix, encontramos un lugar donde hacen ropa personalizada para bebés. De esas donde tienen letreritos tiernos y Oh, por todo lo divino. Hola." El Alfa dijo, fijando su vista en Minho. Todos se mantuvieron en silencio, atentos a la interacción de un inocente Jungwoo con el Omega.

Felix y Kyujin apretaron los labios en una sonrisa, Aeri abrazó a Yo-han quien lloriqueaba en su hombro murmurando que iban a despedirlo mientras Jungwoo tomaba la mano de Minho para dejar un beso en el torso de esta como saludo.

"Kim Jungwoo, el amor de tu vida." Se presentó y todos jadearon por sus palabras. Minho le sonrió bonito, provocando un pálpito en el corazón del Alfa.

"Bang Minho, el Omega de tu jefe." Correspondió el saludo, y pronto el sonido en seco del cuerpo del Alfa cayendo al suelo frente a él se escuchó como un eco. "¡Oh Dios mío, él acaba de desmayarse!" Todos los presentes jadearon en sorpresa.

"¡Kim Jungwoo!"

꒰🪷꒱

"Perdón." Felix dejó de sorber su malteada para mirar a Minho, quien cargaba con una expresión apenada y jugaba con el anillo en su dedo. "Arruiné la tarde con tus amigos. Nunca fue mi intención hacer que Jungwoo se desmayara." Felix dejó ir una risita, acomodando su cabello rubio antes de decir.

"No arruinaste nada, tranquilo. Al contrario, lo volviste mucho más divertido. Jamás voy a olvidar este día." Sonrió, provocando que los hombros del contrario perdieran tensión." Y no te preocupes por Woo, él es un poco dramático. Hace unas semanas comenzó a escribir su renuncia y un testamento porque el señor Bang le sonrió en el elevador." Minho alzó las cejas sorprendido.

"Le tienen demasiado miedo a Christopher. ¿Es tan aterrador en el trabajo?" Preguntó curioso y Felix hizo una seña de "más o menos"

"Ellos dicen que mi opinión no importa porque llevo trabajando para él desde hace unos años y que soy inmune a su "aura aterradora"." Él se ríe un poco. "Pero todo su temor se basa en que su trabajo depende del señor Bang, la paga es buena y perder el empleo es algo que nadie quiere. Mas tu Alfa es un poco quisquilloso y perfeccionista, le gusta que las cosas se hagan bien y exige por ello. Por eso dicen que es tan aterrador, al punto de que si ves una faceta agradable de él, es de mal augurio para todos en la oficina. Incluyéndome." Minho carcajea.

"¿Es así?" Felix asiente solemne.

"Pero obviamente solo es un chisme de pasillo, porque si fuera así ya estarías muerto." Confesó tranquilo, sorbiendo su bebida. "Y bien, ya que sólo quedamos tú y yo, ¿quieres hacer algo antes de regresar?" La pregunta hace que Minho abra sus ojos asustado.

"Oh Dios, se supone que tenía que comprar algo de ropa para la fiesta de esta noche." Murmuró, mirando a Felix con ojos grandes. "No voy a estar listo a tiempo." El Omega frente a él negó.

"No te preocupes, estás hablando con Lee Felix, la persona con el sentido de la moda más genial de todo Seúl." Dijo con seguridad, haciendo reír a Minho. "Podemos darte un cambio de imagen, ¿qué me dices? ¿Has pensado en cambiar tu color de cabello? Creo que un gris sería prefecto para ti."

"Eso sería genial. Gracias, Felix." El aludido negó, restándole importancia.

"Hagamos que a Christopher se le caiga la baba cuando te vea."

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