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unique

꒰🍭꒱ › siete años

"Honnie... ya no quiero jugar a los carritos." hizo un adorable puchero el niño pelinegro.

El niño castaño paró su cochecito azul y elevó su mirada hacía Chan.

"¿A qué quieres jugar entonces?" preguntó dejando su auto de juguete en el suelo.

Chan se sonrojó un poco al pensarlo pero le había gustado mucho jugarlo cuando estaba con su prima.

"Juguemos a la familia." propuso.

Aunque él hacía de hijo cuando jugaban, el amigo de su prima era el papá y su prima la mamá, ahora él quería ser la mamá. Pensó que si Minho jugaba con él, él sería el papá.

"¿A la familia? ¿Y cómo se juega eso?" preguntó confundido el niño.

"Jihyo noona y yo lo jugamos, pero está vez yo voy a ser la mamá, tú vas a ser el papá..." hizo una pausa al darse cuenta de la falta de un integrante en su juego "¡Nos falta nuestro hijo!" chilló preocupado el pequeño.

Minho rió por como su amigo corrió a su habitación dejándolo en la sala así que decidió seguirlo.

"Sigo sin entender." se subió a la cama de un salto "¿Cómo se juega a la familia?"

"Vamos a jugar a ser una familia, Honnie." respondió con tono obvio el pelinegro.

"¿Así como a las mamás y a los papás?" preguntó, Chan asintió "¡Channie eso solo lo juegan las niñas!" se quejó.

Chan frunció el ceño indignado ante esa respuesta, dejando de lado el tema de buscar un peluche para que sea su hijo.

"¡No es verdad!" volvió a chillar con una voz más aguda.

"¡Si es verdad!" se cruzó de brazos.

"¡Que no!"

"¡Que sí!"

"¡No!"

"¡Sí!"

"¡No!"

"¡Sí!"

"¡Ya no te quiero, vete!" Chan comenzó a llorar al ver que no ganaba la discusión.

Minho se bajó de la cama y corrió hacia su amigo, abrazándolo para calmarlo.

"Bien, bien, jugaré contigo porque no es un juego de niñas." dijo rendido.

El pelinegro dejó de llorar casi al instante y sacó el peluche que había dejado en su caja de juguetes.

"Esté será nuestro hijo." mostró al oso de peluche con un moño azul adornando su cuello.

Minho asintió sin nada más que decir y acatar las órdenes del pelinegro. Chan tenía una casa de madera en su patio la cual le había construido su padre para que pudiera jugar ahí.

Al entrar a la casita Chan dejó su peluche en la silla de la mesita que tenía ahí, buscó entre los estantes de la alacena que tenía el delantal que había pedido prestado de su prima Jihyo a su mamá el día que jugaron, había prometido dárselo a su mamá pero primero lo usaría el.

La pequeña casa tenía una pequeña cocina funcional, ya que Chan a veces gustaba de hacer postres, un refrigerador que estaba lleno de chucherías y más, una alacena, una mesa con sus cuatro sillas, un sofá de color azul acolchonado.

Minho se sentó junto al peluche y observó como Chan amarraba a su cintura un delantal blanco.

"¿Por qué usas eso?" preguntó Minho curioso.

"Porque soy la mamá." sonrió feliz. "Ahora, tú vas a entrar como si llegarás del trabajo y yo voy a hacer un pastel" mandó el niño "después te voy a recibir como mamá recibe a papá."

Minho asintió y salió.

Entró nuevamente y Chan quién sacaba las cosas para hacer el pastel fue a la puerta.

"Hola Channie." le sonrió.

"Hola Honnie..." y besó la mejilla de Minho.

Minho frunció sus labios por el contacto.

"Ugh...Ahora tengo tus babas en mi mejilla." se quejó Minho.

Chan se cruzó de brazos y rodó los ojos.

"Saluda a tu hijo." señaló al peluche que seguía intacto en la silla.

"¿Cómo se llama?" Chan lo pensó.

"Se va a llamar Jeongin." volvió a su lugar para hacer su pastel de chocolate.

"Hola Jeongin..." canturreó Minho moviendo al osito.


꒰🍭꒱


Chan y Minho jugaban siempre a la familia, se había convertido en el juego favorito de los dos. Porque aunque Minho no lo admitiera le encantan los besos en la mejilla que Chan le daba cada vez que "llegaba del trabajo", el cual consistía en ir a jugar con sus carritos y después volvía a la casa, donde Chan le recibía y le daba galletas o pastel.

Pero ese día Chan había observado detalladamente como su madre recibía a su padre. Ella dejaba un suave y casto beso sobre sus labios. Chan hizo un puchero, se había equivocado, los besos eran en la boca, no en la mejilla. Así que decidió que el día siguiente besaría a Minho.

Le pidió ayuda a su mamá para hacer las compras de cosas que le hacían falta en su alacena y refrigerador.

Cuando Minho llegó para jugar con Chan este lo estaba esperando en su habitación, mientras lo hacía pensó en tocar el piano que tenía, esperaba que las clases a las que estaba yendo dieran sus frutos. Así que se sentó y comenzó a tocar la melodía que practicaba siempre que estaba con su profesora.

Al terminar miró a su lado, Minho le miraba con una sonrisa orgullosa.

"¿Lo hice bien, Honnie?" sonrió tímido a su mejor amigo.

"Sí, me gustó mucho Channie." le tomó de la mano para levantarlo con cuidado de la silla. "¿Vamos a jugar?"

Chan asintió.

Los dos bajaron entre risas por su pequeña carrera a la casa. Chan entró y dejó al peluche en el sillón. Había preparado el día anterior junto a su madre un chocoflan y lo había dejado en el refrigerador, observó que estuviera helado y apretó los labios en una sonrisa cuando vio que estaba perfecto.

"Ya llegué."

Y Minho como siempre espero el beso de Chan. Aunque esta vez, fue en otra dirección, apenas fue un roce pero los dos niños se sintieron bien. Minho dejó salir un suspiro de sorpresa y Chan se sonrojó furiosamente.

"Ya vuelvo." avisó Minho.

Chan le miró nervioso, pensando que había asustado a Minho con su beso.

"¿Po-por qué?" tartamudeo nervioso.

"Quiero que me recibas de nuevo." sonrió abiertamente, abrió la puerta y salió.


꒰🍭꒱ › veintisiete años


"¡Jeongin quédate quieto!" Chan exclamó desesperado.

El niño brincaba de un lado a otro.

"¡El suelo quema! ¡El suelo quema!" gritaba riendo "¡Papá se está quemando!"

Trató de agarrarlo, pero falló.

"¡Jeongin más te vale dejar de brincar en el sofá o te llevaré con el tío Changbin y te quedarás ahí una semana completa!" amenazó el rubio.

El pequeño hizo caso omiso. Aunque en su interior estaba exaltado de solo pensar quedarse con su tío Changbin, aquel chico que se la pasaba obligándolo a decirle que era su bebé y no le dejaba comer galletas por la noche.

Se escuchó como alguien anunciaba su llegada por la puerta principal y Chan dejo al niño quién se había tumbado en el sillón boca abajo fingiendo dormir. Le había prometido a su papá Honnie que dormiría temprano, pero ahí estaba peleando con su papá Chan.

"¡Ya llegué!" la voz de su esposo se hizo escuchar y Chan fue con una sonrisa a recibirle.

"Hola amor." se acercó para besar su mejilla.

Cuando se separó para ver el rostro de Minho este tenía un ceño levemente fruncido.

"Ya vuelvo."

Chan lo miró extrañado.

"¿Por qué? ¿Olvidaste algo?"

"No me recibiste con un beso de verdad." se quejó.

Chan rió y tomó el rostro del pelinegro para besarlo con delicadeza.

La queja de una chillona voz les hizo separarse.

"¡No se besen frente a mí! Iugh..." sacó su lengua asqueado.

Los dos mayores rieron viendo a su pequeño hijo quejarse sobre las muestras de amor, aunque al niño le era muy feliz saber que sus papás se querían mucho mucho.




‹3

› deberían hacer muchos más fics y aus con chan siendo el amante de los bebitos pq el tiene tanta vibra de amante de los bebitos que me destruye el corazón, espero les haya gustado, gracias por leer mis adaptaciones ♡

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