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9.

Decidi añadir unos gifs bonitos a multimedia. ¿Ya los vieron? 🤍 Muchas gracias a todos los que leen, sus comentarios tienen un lugar muy especial en mi corazoncito.

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Harry esta cansado.

Aunque sabe que apenas va comenzando. Aplicar las inyecciones es difícil.

Debe de llevar un riguroso conteo de cuando y a qué hora lo ha aplicado, y registrar que efectos ha sentido.

Trabajar en su carrera musical, su carrera actoral, la exhaustiva rutina de entrenamiento a la cual tiene que someterse, la emergente incursión en el mundo de la moda para llegar tarde a casa, cansado y con el cuerpo funcionando a pedazos solo para prolongar su descanso al intentar recordar toda la fatiga que ha sentido para escribirlo, no es lo más ideal que ha vivido.

Su cuerpo parece ebullir a cada paso que da. Las piernas duelen como si de agujas clavadas se tratasen, extendiéndose hasta su espalda. Hay momentos del día en que simplemente debe de detenerse y doblarse de dolor hasta que termine.

Sus oídos retumban en punzadas de dolor que taladran su cabeza, pero debe morder sus labios y seguir trabajando. Solo sonreír y prometer mejorar porque de no hacerlo Jeffrey le mandara a revisar y esos anhelos cada vez un poco más reales de formar una familia son una idea que quiere mantener segura lejos de el.

De los medios, y de todo lo malo que puede pasar.

Así que la rutina se repite.
Gimnasio por la madrugada, set de grabación todo el día, intermedio para sesión fotográfica y otro más para una entrevista donde -que sorpresa- le han preguntado por una chica que apenas y ha visto en una ocasión. Continuar con la película hasta tarde y discutir con Jeff para que le deje ir, prometiendo que no es necesario llegar al estudio de grabación cuando el sol ya ha caído y que pronto llegará con más propuestas de canciones para trabajar con su banda.

Y ese percance le ha retrasado lo suficiente como para que al momento de salir un grupo lo suficientemente grande de fans se haya conglomerado a la espera de Harry. Y son tantos, y se ven tan felices que el rizado simplemente no tiene corazón para negarse a convivir un poco.

Ni siquiera cuando sus párpados pesan, amenazando con cerrarse en cualquier momento.

Así su trayecto se alarga más de lo esperado, teniendo que llegar a casa en compañía de su guardaespaldas designado y prolongado solo un poco más la fachada que oculta su malestar. Pero cuando finalmente llega a casa, no siente la seguridad que debería.

Puesto que es tarde, y Louis ha llegado antes que el.

Harry no tuvo tiempo de tomar algo para el dolor, ni darse un baño e hidratar su piel para no verse tan mal en intento de lucir bonito.

El está en la sala de estar, con una camisa blanca holgada y unos joggers negros. Mantiene un cigarrillo en sus labios mientras tacha un par de letras de su nueva composición mientras se equilibra con la guitarra entre sus piernas.

Interrumpe toda aquella aura de concentración que Louis había formado apenas gira el picaporte de su entrada principal. Y Louis le mira con sus hermosos ojos azules brillando por encontrarse de nuevo pese a que despertaron al lado del otro.

Pero apenas pone un pie dentro, su mirada desaparece. Suelta la guitarra y ni siquiera se molesta en apagar su cigarro para dejarlo en el cenicero cuando ya está corriendo hacia el.

- ¿Harry, que tienes? - pregunta, susurrando y acercándose despacio. Casi con temor de tocarlo. Harry ha bajado el rostro y su cuerpo parece temblar. - Amor, ¿Estás bien?

Un nudo se forma en su garganta. Louis estaba ahí, luciendo tan hermoso como siempre. Impecable. Y Harry solo quiere llorar.

Está tan sudoroso, y la piel le arde. Casi seguro de que sus ojeras se pronuncian y sus ojos deben de verse aún más grandes. Teme su tacto, rehuyendo de el. Dando un paso hacia atrás, girando su hombro cuando Louis ha intentado poner la mano sobre el.

Louis mira su mano sin entender.
Harry nunca había escapado de sus caricias.
Ni una sola vez en todos esos años.

Todo dentro de si pide acercarse más y abrazarlo. Besarlo hasta que se sienta bien como para hablar pero... Harry no quiere tocarlo. Y Louis solo mira, consternado.

- ¿Harry?

El no lo mira. Mantiene la cabeza por lo bajo y su voz suena cansada cuando dice. - Yo... Yo me he perdido la hora de la inyección. Lo siento. Iré a ponerla.

Y se aleja hasta llegar a su baño, donde apenas cierra la puerta las lágrimas comienzan a bajar. Sus manos se sienten pesadas al vagar entre aquella caja que habían adecuado a su baño para guardar las dosis a la temperatura correcta. Pero aún cuando puede sostenerla no es capaz de aplicarla. Duele demasiado.

Solloza porque hay una presión en su pecho que no cede, le asfixia dejándolo sin aire y por más bocanadas que da no lo logra apaciguar. Y solloza un poco más porque no sabe de dónde han llegado tantas emociones.

Llora porque está incómodo. Porque quiere a Louis y estando así no se siente suficiente para el. Llora porque quiere un bebé, han hablado de lo mucho que lo quieren, de lo mucho que lo esperan y él ha dejado pasar su dosis, ahora su mano tiembla y no puede aplicarla.

Dios, lo está haciendo tan mal.

Solloza hasta que se pierde en las lágrimas y no es capaz de regresar. No hasta sentir una presión aún más grande en su pecho.

- Harry, dime un número. - murmura, demandante. Lo siente cerca, apretando su cuerpo con firmeza.

- ¿Que? - no puede abrir los ojos. Siente algo frío en su frente.

- Como cuando estamos en la cama bebé ¿Si? Y para cuidarte tengo que saber cómo te sientes. Dime un número, Harry. ¿Puedes hacerlo?

- Uh... - murmura algo que no logra entenderse. Siente manos suaves tocar su torso y luego menos calor. - Sei... no, siete.

- Está bien amor. Te tengo.

Se siente ligero, casi flotando. Y entonces el calor desaparece siendo reemplazado por un suave y fresco golpeteo sobre su cuerpo.
Las lágrimas siguen cayendo.

- Louis, Louis. Lo siento. - llora un poco más. - Lo estoy arruinando todo. - Louis lo abraza por detrás, cargando todo su peso. - Si no podemos tener un bebé será mi culpa, lo siento, lo siento.

- Shh - el dice. Acaricia su cabello y besa su frente. - Primero tenemos que tratar esa fiebre tuya. Esta bien, amor. Esta bien. Te tengo.

Y entonces, se deja caer.

Harry despierta con fina capa de ropa encima y sintiendo los músculos de su cuerpo adormecido. Hay un poco más de claridad pero el nudo en su garganta permanece.

Intenta integrarse sobre la cama pero antes de lograrlo puede ver entrar a Louis a la habitación, un nuevo cambio de ropa y el teléfono en mano.

- Si, va despertando. Gracias Doctora. - cuelga y se acerca para sentarse en la cama frente a el - Hey Hazza

- ¿Louis?

- ¿Como te sientes? Tómalo con cuidado - Louis le ayuda a sentarse, Harry debe quitarse el paño sobre su frente y disimular un leve mareo que siente al integrarse.

- Mejor... Yo. Creo que tengo la garganta un poco seca. - Louis enseguida le pasa un vaso con agua.

- ¿Cuánto tiempo te has sentido tan mal, amor?

- Uh, no lo se. - lo sabe. Lo ha registrado. - No era tan malo al principio, ¿dos meses?

- Harry pero llevamos en el tratamiento solo tres meses. Eso es más de la mitad del tiempo... ¿Porque ... - Louis niega, buscando palabras. Toma un respiro y debe reconsiderar el tono de su voz - porque no me habías dicho, Hazz?

Sus ojos se encuentran y Louis puede notar como la mirada verde, llena de cansancio, se vuelve acuosa.

- Lo siento, lo siento, lo siento - comienza a murmurar, su labio tiembla intentando contener el llanto. Louis no duda en envolverlo nuevamente en un abrazo, y en un acto de memoria muscular tan cotidiano ya entre ellos, Harry intenta esconderse en el cuello del castaño. Encorvandose, pretendiendo ser más pequeño de lo que realmente es. Sintiéndose seguro. Louis acaricia su cabello asegurando en palabras dulces que no está molesto, simplemente preocupado. - Yo solo realmente quiero poder hacer esto Lou, y creo que te estoy fallando. No decirte era como... cómo ignorar el hecho de que soy terrible en esto. Dios, ni siquiera pude ponerme la inyección del día... Y-yo lo arruine, Louis.

- Harry no has arruinado nada. Mierda no, tu nunca arruinas nada - dice, rompiendo el abrazo solo solo suficiente para poder mirarlo. - Ellie dice que solo te has sobre exigido un poco. Tienes que llevarlo con calma sobre todo cuando tú cuerpo manifiesta los síntomas que las hormonas provocan, la inyección de hoy ha sido un pequeño desfase. No es significativo, no cuando has sido tan puntual con todo lo demás. Pero carajo, en serio me asustaste amor. Solo me preocupa que hablas de esto como si estuvieras solo, Harry.

- Louis, yo...

- Pero no lo estás. - el acaricia su mejilla, Harry inclina su cabeza solo un poco en busca de más caricias. - No estamos solos desde que somos unos niños, amor. No tienes que poder con todo a la vez, eso no es humano.

- Tal vez... Tal vez podría dejar el contrato con Gucci, es reciente. No sería tan desastroso.

- No hablo de eso, amor. - se apresura a decir. - No digo que tengas que dejar algo, solo digo que has sido descuidado contigo. Tu ya estas haciendo demasiado y si puedo quitarte el peso que este ensayo clínico conlleva, entonces lo haré. Te conseguiré tus medicinas y todos los suplementos que Ellie envía, yo haré tus registros y los ordenaré como te gustan. Y si te sientes mal, haré lo que pueda para aliviarte. Solo déjame cuidarte, Harry. No me dejes fuera amor.

- Eres tan bueno, Lou. - Harry vuelve a sollozar, su corazón sintiéndose acelerado.

- Para nada. Harry, te estás preparando para cargar a mi bebé. Esto es solo lo mínimo. - y hay algo en la forma que lo dice, que simplemente se siente correcto.
Entonces ríen dejando esa pequeña fea experiencia detrás con nuevas reglas escritas. Hoyuelos se forman y juguetean entre las sábanas.

- Ahora - Louis continúa - ¿Que tal tu cuerpo? Ellie me dijo de esa crema rara con lidocaína. ¿Ayudo al dolor de tu cuerpo, bebé?

- Oh, ¿me diste un masaje mientras dormía?

- Pero claro, te retorcias de dolor. Eso pareció aliviarte un poco ¿esta bien si lo hago cuando lo necesites?

Harry aprieta sus labios conteniendo una sonrisa y asiente.

- Déjame ponerte la inyección de hoy. ¿Si? - Louis se acerca, recostando a Harry y levantando la camisa de pijama que mantiene. Acaricia su piel intentado ignorar la violacea marca que se ha creado por encima de una de las hojas de laureles. Pasas sus dedos por encima, rodeando el morete e intentado reprimir la idea de que ha permitido que se lastime ha ese punto.

El toma un poco más de pomada, untandola sobre la marca y cambiado hacia la otra hoja de laurel. - Voy a cuidar de ti. - promete.

Y entonces presiona el embolo de la jeringa. Liberando una nueva carga de hormonas y una pequeña mueca en rostro de Harry.

Pero recostado, dejándose cuidar al recibir un besito donde antes estuvo al jeringa, seguida de un poco más de pomada, sonríe. Sabiendo que comenzarían una nueva rutina.

Juntos.

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