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ᰍ . ° 𝗍𝗁𝖾𝗒 𝖺𝗋𝖾 𝖺𝗅𝗂𝗏𝖾 .ᐟ ˎˊ˗
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Los rayos del sol entraban por la ventana del Chateau, donde Mia dormía plácidamente abrazada por JJ. Mia, aún medio dormida, cuando sintió los brazos de JJ rodeando su cuerpo, se giró, encontrándose con la típica sonrisa despreocupada del rubio.
—¿Has dormido bien? —le preguntó JJ mientras observaba a Mia aún con los ojos entrecerrados del sueño.
—Sí, aunque este colchón no sea el mejor —dijo soltando una pequeña risa mientras se acurrucaba un poco más, apoyando su cabeza en el pecho de JJ—. Ahora sé por qué John B siempre dormía en el sofá.
JJ soltó una pequeña risa mientras envolvía a Mia en un abrazo con sus brazos.
—Oye, no te quejes, MJ —le dijo JJ—. Este colchón es casi un lujo en comparación con no tener un sitio donde dormir.
—Hmm, tienes razón —suspiró Mia, que aún luchaba por alejar el sueño de ella—. Supongo que ahora, sin casa, podemos considerar el Chateau como nuestro hogar.
—Sinceramente, pensaba que cuando me marchara de casa de mi padre viviría en un lugar peor que este —bromeó JJ.
—Pero sigue siendo extraño —murmuró Mia—. Siempre me emocionó la idea de tener una casa propia, pero con todo lo que ha pasado... estamos en medio de la nada y con casi nada.
JJ la miró por unos segundos en silencio mientras acariciaba levemente el brazo de Mia.
—Puede que no sea la casa ideal con la que soñamos mudarnos, pero estamos juntos —le dijo JJ en un susurro—. Aquí tenemos todo lo que necesitamos, lo que importa.
Mia levantó su mirada hacia el Pogue por lo serio que habían sonado esas palabras viniendo de él. Mia, sonriendo, le dio un pequeño empujón en el pecho de manera juguetona.
—Mira quién se ha puesto poético de repente —empezó a burlarse Mia—. ¡JJ el filósofo!
JJ hizo una mueca mientras revolvía el cabello de Mia de manera juguetona, recibiendo una mirada fulminante por su parte.
—A veces haces que te odie —le dijo JJ, fingiendo estar enfadado con Mia.
—¡Oye! —exclamó ella—. En el fondo sabes que me quieres.
JJ no pudo evitar sonreír al ver a Mia frente a él con ese brillito en los ojos que tanto le gustaba. A pesar de que estuviera despeinada y con ropa que le venía tres tallas más grandes puesta, JJ sentía que cada vez se estaba enamorando más de la Kook.
Entonces, JJ rodeó los hombros de Mia con su brazo para acercarla más a él, y sin decir nada, se inclinó y la besó. Ella simplemente sonrió levemente cuando sus labios se unieron con los de él, dejando que el suave beso la despertara del todo.
El beso cada vez se hizo más intenso. JJ tenía a Mia agarrada del cuello con delicadeza pero con la suficiente fuerza para atraerla más a él e intensificar el beso. Ella, por otra parte, acariciaba el cabello de JJ mientras se colocaba encima de él para avivar el beso que un principio había empezado de manera despacio y suave.
Sin embargo, justo en el momento en el que JJ dirigía sus manos hacia la cintura de Mia, ella lo detuvo, apartándose de él con una sonrisa divertida mientras él lo miraba indignado.
—Tenemos que ir a clase, JJ —le dijo ella mientras se levantaba de la cama.
JJ frunció el ceño y se dejó caer de nuevo sobre el colchón con un suspiro.
—Siempre tan responsable...
—Vamos, levántate —le dijo Mia divertida mientras se acercaba a él para darle un pequeño beso.
—¿Pero quién necesita ir a clase con todo esto? —pero Mia rodó sus ojos y le dio un golpecito en el pecho para que se levantara de una vez.
—Vamos, no seas irresponsable —le dijo Mia—. Si no vamos a clase nos meteremos en problemas, y ahora mismo ya tenemos suficientes.
—¿Problemas? Nah, ese es mi segundo nombre —se rio JJ mientras agarraba a Mia de la cintura y tiraba de ella para lanzarla de nuevo en la cama sobre él—. No me dirás que tienes ganas de ir a clase de historia en vez de pasar un rato conmigo.
—Suena tentador —empezó a decirle Mia con una sonrisa divertida—, pero, ¿quién sabe? Quizás hoy en historia nos enseñen algo importante sobre... hmm... no sé, la caída del Imperio romano.
—Vale, veo que no te voy a convencer —suspiró JJ, liberando a Mia de su agarre y dejándola levantarse.
—Exacto, así que levántate —le dijo Mia—. Ya tendremos tiempo para esto luego.
JJ puso los ojos en blanco pero acabó levantándose de la cama, tentado por lo que le dijo Mia.
—Trato hecho —aceptó—. Pero que sepas que luego no vas a poder escapar.
Mia soltó una risa mientras ambos salían del Chateau y se subían en la moto de JJ para ir en dirección al instituto.
Al llegar a la entrada divisaron a Kiara y a Pope esperándolos en la puerta. Pope les lanzó una sonrisa al verlos a la vez que señalaba su reloj indicándoles que llegaban tarde mientras Kiara les miraba con burla.
—Parece que las sabanas se os han pegado —bromeó Kiara alzando una ceja.
—No hace falta que digas nada, Kie —le cortó Mia colocando su brazo sobre los hombros de la Kook mientras reía.
Siguiendo a JJ y a Pope hacia el aula, Mia y Kiara se quedaron un poco más atrás hablando de sus cosas.
—No tengo ánimos de ir a clase, especialmente si toca historia —dijo Mia poniendo una cara de fastidio mientras Kiara asentía.
—Te entiendo —respondió—. Pero podríamos salirnos temprano, ¿no?
—No me dees esas ideas que me tientan —se unió a la conversación JJ mientras Pope lo empujaba suavemente dentro del aula antes de que el rubio pudiera escapar del instituto.
Ya dentro, cada uno tomó asiento. Mia sacó el libro de historia junto a su libreta y su estuche para tomar apuntes. El profesor empezó a escribir en la pizarra mientras empezaba su lección sobre el ascenso de Diocleciano.
—Y el esclavo se convierte en emperador —empezó a relatar el profesor con su voz monótona—. Entonces, Diocleciano decide dividir el Imperio romano en cuatro reinos diferenciados.
Pero entonces, un teléfono sonó en la clase. La sala quedó en completo silencio mientras el profesor miraba a su alrededor con una expresión de impaciencia.
—Esto entra en el examen —les advirtió mientras soltaba un suspiro cansado—. Recapitulemos. ¿Quién fue Diocleciano?
El profesor apuntó a Mia, quien se enderezó en su asiento y respondió con rapidez.
—Fue un antiguo esclavo que se convirtió en emperador de Roma.
—Muy bien —dijo el profesor asintiendo con aprobación y continuó escribiendo en la pizarra—. Su reinado comenzó...
De pronto, el teléfono de Mia vibró sobre su mesa. Disimuladamente lo tomó y miró de reojo la pantalla, viendo en su bandeja de entrada un mensaje de un número desconocido. Rápidamente se giró hacia JJ, que estaba sentado frente a ella, y notó que él también revisaba su teléfono.
—¿También te ha llegado? —susurró Mia, inclinándose hacia él.
—Sí —respondió JJ, mostrándole la pantalla de su teléfono.
Ambos miraron a Kiara y a Pope, que también revisaban sus teléfonos con la misma expresión de desconcierto. Aprovechando que el profesor estaba de espaldas, Mia y JJ se deslizaron hacia ellos de cuclillas.
Los cuatro abrieron el mensaje al mismo tiempo revelando una imagen de John B y Sarah sonriendo. Mia sintió un vuelco en el corazón cuando vio a su hermana sonriendo. No podía creerlo. Los cuatro se miraron entre ellos con los ojos llenos de sorpresa, compartiendo las mismas expresiones de incredulidad y emoción.
Sin pensarlo dos veces, JJ y Mia se levantaron tras compartir una mirada y salieron corriendo del aula, seguidos por Kiara. Pope levantó la mano antes de unirse.
—¿Puedo acompañarlos al baño? —preguntó Pope, que sin esperar una respuesta por parte del profesor guardó sus libros en su mochila y salió corriendo tras ellos.
Corriendo por los pasillos a toda velocidad, JJ tropezó con una papelera al girar una esquina, cayendo al suelo y llevándose a Mia con él, pues aún la tenía agarrada de la mano. Ambos rieron nerviosos mientras Kiara y Pope se detenían.
—Vamos, vamos, al patio —insistió Kiara haciendo que JJ y Mia se levantaran rápidamente del suelo.
Pero justo cuando estaban por salir al exterior, el vigilante de los pasillos los interceptó.
—¡Eh! ¿Qué hacéis pululando? —gritó, tratando de detenerlos.
—Mierda —susurró Mia.
Sin embargo, los cuatro lograron esquivarlo y salir corriendo hacia la salida.
Ya en el patio, se sentaron en una de las mesas excepto JJ, que no podía dejar de caminar de lado a lado con nerviosismo. Entre jadeos, abrieron sus teléfonos para entrar de nuevo en el mensaje. Mia miraba a los demás con emoción y escepticismo, aún sin ser capaz de asimilar lo que acababa de ver.
—¿Pero cómo es posible? —preguntó Mia—. Si Shoupe dijo que se ahogaron en la tormenta.
—Vale, pero no nos dejemos llevar —intervino Pope, tratando de mantener la calma—. No podemos descartar la posibilidad de que se trate de alguna broma de mal gusto.
Kiara, sin dudarlo, abrió el mensaje y escribió: "No jodas, ¿sois vosotros?"
—¿Ha respondido? —preguntó Mia impaciente, que jugaba con el borde de su sudadera para calmar su ansiedad.
—Está escribiendo —murmuró Kiara.
En ese momento, apareció una respuesta en la pantalla: "¿Está JJ?" JJ rápidamente tomó su teléfono y escribió: "Estoy aquí, colega." Pocos segundos después, la respuesta llegó: "¿Me has tuneado la tabla?"
La sonrisa de JJ se amplió, indicando con un susurro que se trataba de John B. Los ojos de Mia se llenaron de lágrimas nada más procesó aquellas palabras mientras una mezcla de risa y alivio se escapaba de sus labios. Sarah y John B estaban vivos. Lo habían logrado.
Kiara y Mia se levantaron de donde estaban sentadas para abrazarse mientras daban pequeños saltos de alegría, mientras Pope y JJ chocaban las manos gritando.
—Son como unas cucarachas —rio Pope.
—¡Sí! —festejó JJ que, sin pensarlo dos veces, se acercó a Mia, levantándola en el aire en un abrazo que la hizo reír cuando sus pies se despegaron de suelo.
Pero un nuevo mensaje apareció en sus pantallas y Kiara se apresuró a leerlo en voz alta.
—Pasando súper desapercibidos en Nasáu —leyó Kiara.
—¿Cómo coño han llegado a las Bahamas? —preguntó Mia entre lágrimas mientras reía, sin dar crédito a lo que estaba leyendo.
—No se puede matar a un Pogue —dijo JJ, acercándose a los tres chicos para abrazarlos.
—Y menos a John B —añadió Pope.
Pero el sonido de otro mensaje sonó, y los cuatro se separaron del abrazo para leerlo.
—¿Me ayudáis a limpiar mi nombre? —leyó Mia—. Quiero volver a casa.
—Claro que limpiaremos tu nombre —asintió JJ mientras miraba a los Pogues con convicción.
Entonces, Mia agarró su teléfono de nuevo y escribió: "Estamos en contacto. Pogues para siempre"
—Pogues para siempre, así me gusta —JJ se acercó a ella para revolverle el cabello mientras ella se limpiaba con su manga las lágrimas que caían por sus mejillas—. ¡Pogues para siempre!
ᯓ★ 𝗺𝗮𝗱𝗱𝘀𝗰𝗹𝗶𝗻𝗲
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