⨳invitación
"Hola, Minho." La suave y aguda voz de Eunha lo hizo levantar la mirada de la agenda que tenía entre sus manos.
"Hola, Eunha, ¿buscas a Christopher?" Minho sonrió tratando de lucir amable.
"Algo así, decidí venir por él para irnos a comer." La mujer también sonrió, Lee frunció el ceño.
"¿A comer?" Cuestionó incrédulo. "No me menciono que comería fuera..."
"Tal vez se le olvidó. Ya sabes cómo son los alfas de descuidados." Le restó importancia sin notar que el otro omega parecía molesto. "Y también quería venir para invitarte a pasar fin de año con nosotros, ¿te gustaría?"
"¿En su casa?" Levantó ambas cejas con sorpresa.
"Claro que sí." Se rió la omega. "Al igual que en navidad en la familia acostumbramos a juntarnos y pasarla bien."
"Eh pues... Supongo que sí." Se levantó de su lugar sintiéndose ligeramente incómodo. "Voy por él, ahorita regreso." Murmuró antes de perderse por el pasillo.
Eunha sabía que aquello era una jugada sucia porque aquel omega no le caía bien, sin embargo, él tenía algo que le gustaba a sus alfas y tenía que averiguar qué era.
Cuando llegó a la oficina Minho entró sin hacer mucho ruido.
"¿Por qué me invitaste a almorzar si ibas a ir con tu esposa?" Gruñó acercándose hasta el lugar de Christopher.
"No voy a almorzar con ella." El alfa frunció el ceño sin entender a lo que se refería.
"Pues está allá afuera y me dijo eso, no mientas." Se detuvo frente a él con los brazos cruzados.
"Es verdad que no, Min, sabes que no te haría eso." Intento levantarse de la silla, pero Minho rápidamente se acomodó a horcajadas sobre él.
"Si no me estás mintiendo vas a salir y decirle que no puedes ir." Lo tomó de las mejillas al mismo tiempo que las manos de Christopher le acariciaron la cadera.
"Se va a enojar, ¿Lo sabes?" Murmuró él mirando fijamente el rostro del omega, de cerca era mucho más bonito que de lejos.
"No me importa, Christopher; Sales y le dices eso o no te volveré a creer nada." La precisión en la voz de Minho lo hizo saber que no tenía opción. Aunque tampoco era como si él pudiera negarle algo.
Era un siervo a pies de un caprichoso omega.
"Minho..." Balbuceo bajito cuando sus labios se rozaron, de repente le faltó el aire.
"Estás advertido, alfa. Si te vas el próximo celo lo vas a pasar totalmente solo mientras miras como me tocó una y otra vez sin siquiera poder acercarte." Sentenció mirándolo directamente a los ojos en una prueba de que no estaba bromeando.
Lamió los labios rellenos y rosados de Christopher antes de levantarse y marcharse como si nada hubiera pasado ahí dentro, regreso a su lugar con la nueva sonrisa pintada en su rostro, el gesto más amable que pudo obtener.
"Perdón por la tardanza, estaba ocupado, pero en unos segundos viene." Se justifico mientras tomaba asiento para retomar sus tareas.
"Muchas gracias, por favor considera mi invitación." Tarareo Eunha mirando a través del pasillo por dónde segundos después Christopher apareció. "¡Mi amor!". Minho rodó los ojos ante el apodo.
"Eunha, ¿Qué haces aquí?" Se detuvo a unos pasos de la mujer, una distancia considerable que de todos modos molesto al otro omega.
"Pues vine para irnos a comer, tontito." Cuando intento acercarse Christopher retrocedió.
"No me avisaste que teníamos planes." Frunció el ceño como si aquello le molestara. En alguna otra época habría cedido encantado, ahora solo quería estar con cierto chico ojimiel que precisamente lo miraba de reojo.
"Lo hice ayer, Chan, debes de ponerme más atención." La mueca tensa en el rostro de ella lo hizo darse cuenta que le estaba mintiendo. ¡Oh, Eunha! Tenían años de conocerse, era obvio que Bang lo notaría.
"No es verdad, lo recordaría. Además, ya te he dicho que no me llames así, no me gusta, también te dije que tienes que avisarme con más tiempo para que Minho lo programe, hoy no puedo salir." Se negó inmediatamente.
"Christopher, por dios, ya tenemos reservación." Eunha hablo entre dientes con notoria molestia.
"Pues no importa porque no puedo, la junta que tengo es muy importante." Excusó con los brazos cruzados, señal de que no iba a ceder.
"¿Podrías por favor dejar tu maldito trabajo de lado? Esto es importante."
"¿Es sobre Jungwon?" Cuestiono con las cejas elevadas, cuando ella negó con la cabeza volvio a hablar. "Entonces ya te dije que hoy no, lo dejamos para después y ya está."
Con coraje la omega se giró hacia Lee, quién fingía ignorarlos.
"Minho, ¿Puedes mover la agenda de mi esposo hoy?" Recurrió a lo primero que se le vino a la mente.
"No lo metas a él, déjalo en paz. Ya te estoy diciendo yo que no y es todo." Casi gruñó claramente molesto.
"En ese caso agenda que mañana él va a comer y almorzar conmigo, para que no le hagas citas porque hasta eso tengo que hacer, joder, es increíble." Espetó con sarcasmo, Christopher no titubeó.
"Ya, él lo agenda, pero es hora de que me dejes trabajar, que tengas buen día." La corrió prácticamente antes de dar media vuelta y regresar a su oficina.
"Estúpido alfa insensible." Aunque fue un tono bajo, los dos hombres en la habitación la escucharon claramente.
"Aún te oigo aquí, Eunha." Reto Christopher antes de encerrarse en su oficina, sin más que hacer con el rostro rojo de coraje y vergüenza por el desplante que su esposo acababa de hacerle se marchó del edificio sin siquiera decir adiós.
〔🥢〕
"Muchas gracias por acompañarme, de verdad necesitaba los supresores. No quería pasar año nuevo en celo." Abrió la puerta de su hogar.
"De nada, ¿Así que este es tu nuevo hogar, niño bonito?" AeRi camino dentro del lujoso departamento.
"Así es, bienvenida a mi encantador departamento de fantasía." Minho se rió dejándose caer en el sillón contrario a su prima.
"Tu culo debe hacer maravillas para tener esto." La mujer todavía parecía sorprendida todavía por lo bonito que era el lugar.
"En algo tenía que ser bueno." Guiñó antes de que los dos estallaran a carcajadas.
"¿Y qué? ¿Si es bueno?" La forma sugestiva en la que levanto las cejas lo hizo sonrojar ligeramente.
"Pues..." Se mordió los labios dubitativo. "Debo de admitirlo, es buenísimo." Termino cediendo dejando que la sonrisa se pintara en su rostro. "Sabe cómo tratarme, con él sí aplica el como reina en la calle y como puta en la cama." Puso los ojos en blanco fingiendo una mueca placentera.
"Tu eres una puta hasta en la calle." Se rió la pelirroja incluso cuando Minho le lanzó un cojín. "¿Sabes cuánto dinero tiene?"
"Millones, AeRi, no hay un número certero." Confesó mientras se quitaba los zapatos para subir los pies al sillón. "Tengo meses que solo me deja usar ropa Gucci, Dior, Channel, Vuitton..." Cuando miro a AeRi, ella lo miraba con la boca totalmente abierta. "Toda mi joyería es Tiffany's, Winston, Piaget, Cartier... Dios, AeRi, es maravilloso, solo tengo que mirar algo y lo tendré." Suspiro totalmente perdido en sus pensamientos.
"Maldita, perra, deberías dejarme algo a mí." Ahora fue ella quién le lanzó el cojín al castaño. "¿Si me lo tiro crees que me compre todo?"
"Vete a la mierda." Le levantó el dedo medio haciéndola reír. "No te haría caso, no eres tan bonita como yo."
"Soy mucho más hermosa que tú, baboso." Le saco la lengua en un gesto infantil antes de recostarse también en el sofá.
"Está enamorado de ahí, querida, ya no puedes hacer nada." Se burló de ella.
"¿Y tú? ¿Estás enamorado de él?" Cuestiono con interés. Tenía muchos años que no escuchaba a Minho decir algo sobre amor, así que le parecía rarísimo.
"Es guapo." Le restó importancia.
"No te pregunté eso, Minho." Giró en el sofá para acomodarse de costado y así poder verlo mejor.
"Bueno, sí, me gusta." Rodó los ojos con una mueca en el rostro. "Pero eso no importa, no puedo darle una familia ni encajo en su mundo perfecto ni creemos en el amor, ya lo sabes."
"Podrías darle todo eso, Minho, esta vez podría ser diferente." Argumento la muchacha levantándose para ir hasta donde estaba el castaño.
"¿Diferente? Por dios, AeRi, no tienes cinco años." Se burló Lee. "Seamos honestos, AeRi, yo no puedo tener hijos y en caso de ser así sería súper complicado, tú lo escuchaste del mismo médico. Mi cuerpo no es apto para tener un niño, sabes que tengo la mitad de probabilidades que tú. Incluso en celo." Trato de mantener su voz firme aunque le fue casi imposible. Aquel tema se suponía que ya no le dolía, no entendía ese sentimentalismo.
"Pero si te ama lo sabrá entender." Minho se rió está vez más fuerte.
"Es un alfa, el querrá tener hijos y darle hermanos a su hijo y..." Negó con la cabeza mirando apenas de reojo a la otra omega. "Aparte no encajo en su mundo. Su esposa es jodidamente perfecta, tienen años de casados. No va arruinar su tranquilidad y comodidad por mi."
"Ya lo está haciendo." Minho siseó sin saber qué responder. "¿Has pensado pedirle que se divorcie?"
"Sí, y es una estupidez. Su esposa y yo no tenemos punto de comparación." AeRi sabía que aquello era terreno peligroso, Minho nunca hablaba de sus sentimientos y menos sintiéndose menos, algo tenía que estar mal.
"Tú no sabes eso." Gruñó la pelirroja. "estás solo suponiendo."
"Es sencillo, querida, él es un alfa millonario, podrido en dinero, viviendo una vida perfecta y yo soy un omega que sale de lo que él acostumbra y por eso quiere estar conmigo." Resumió con honestidad y un poco de crueldad. Le picaba el pecho de solo imaginar lo que decía, pero así era mejor. "Él es un millonario común y yo soy alguien que siempre tendrá un nuevo prospecto, ya sabes cómo es esto cuando me aburro." Se encogió de hombros para restarle importancia, justo cuando iba a volver a hablar el timbre sonó. "El amor no es para mí." Concluyó.
"¿Esperas visitas?" Los dos se levantaron del sofá más grande y sacudieron sus ropas.
"No en realidad." Se acercó para abrir la puerta topandose con un Christopher con el ceño ligeramente fruncido y un ramo de flores en las manos. "H-hola..." Balbuceo sin saber cómo reaccionar.
"Hola, omega." El tono grave de voz en el alfa lo hizo temblar. "¿Estás con alguien?"
"Algo así..." Abrió más la puerta para invitarlo a pasar. "Christopher, ella es mi prima AeRi" la tensión era demasiado clara, Minho estaba más que asustado por la expresión sería en el rostro del alfa, ¿Acaso los había escuchado? "AeRi, él es Christopher, mi..." Dudó sin saber cómo presentarlo.
"Jefe." Completó ella también tensa. "Me lo dijiste hace rato." Lee asintió rápidamente. "Mucho gusto, Christopher."
"Mucho gusto." Saludó él sin cambiar su expresión. "Minho, ¿Podemos hablar? Es importante."
"Yo... Me voy, hasta luego." AeRi volvió a colocarse los zapatos antes de salir corriendo del departamento.
"¿Estaban hablando de algo importante?" Cuestiono el alfa, Minho dudo en girarse a mirarlo.
Jamás en su vida se había sentido tan nervioso y tenso de que lo hubieran descubierto.
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