⨳caramelos
Aquel día es sábado media tarde cuando se encuentra terminando de acomodar su departamento, Christopher le había pedido de favor que cuidara de Jungwon durante un par de horas puesto que él y Eunha tenían una cena demasiado importante que no podían posponer ni llevar al niño, Minho por supuesto no se había quejado, por el contrario esperaba de manera paciente, aprovechando para tomarse un tiempo para él mismo y su espacio, cosa que no hacía hace bastante tiempo.
Su tranquilidad duro realmente poco puesto que su teléfono vibró justo cuando dieron las 7:30, leyó rápidamente el mensaje y bajo corriendo justo cuando el conocido coche negro que Christopher manejaba se detuvo en la calle y la pareja bajó del auto, Lee se tomó unos segundos para analizarlos.
Eunha llevaba un vestido largo y justo color rojo vivo que se aferraba a sus curvas de forma exquisita, seguramente llevaba zapatillas y llevaba un blazer negro que parecía afelpado sobre los hombros, lucía el cabello rubio ondulado y suelto sobre sus hombros enmarcando su fino rostro, lucía preciosa, tal como una modelo, pensó Minho.
Christopher por su parte llevaba un traje negro que le lucía fantástico porque se amoldaba a sus hombros y le abrazaba el torso con ganas dejando a la vista los músculos fornidos del alfa, la camisa blanca y una corbata roja, Lee analizo si lo hacían a propósito, intuyo que sí. Iba perfectamente peinado en un moño alto y utilizaba todos sus anillos, hasta el de matrimonio.
Durante unos segundos Minho la odio. La odio demasiado cuando observo las joyas caras sobre ella y como el brazo del alfa se aferraba a su diminuta cintura. La odio cuando vio su rostro superficial y la mueca tensa en el rostro del mayor. La odio por como lo saludo murmurando algo como que sus dos alfas hablaban maravillas de él y después como había besado la mejilla del rizado dejando su asqueroso labial ahí. La detesto más cuando descubrió que ella era todo lo que él no podría ser para Christopher porque no era lo correcto, porque había llegado tarde a la vida de Bang, la detesto por tener al alfa con ella y no saber aprovecharlo.
"¡Min, Min!" La voz aguda del niño fue lo que lo hizo despertar de su trance incómodo, lo vio pelear con la puerta antes de tenerlo a un lado.
"Hola, cielo." Le sonrió inclinandose para tomarlo en brazos, el niño inmediatamente se le colgó del cuello tal cual un monito.
"Esperamos regresar pronto, muchas gracias, Minho." Eunha miro unos segundos al niño antes de mirar al castaño.
"No sé preocupen, lo pasaremos bien, ¿A qué sí dulzura?" Le hizo cosquillas al niño haciéndolo reír.
"¡Sí! Seré bueno." Frotó con cariño su pequeña nariz con la mejilla del omega.
"Si te da problemas no dudes en hablarnos, Minho. Vendremos en seguida por él." Esta vez fue Christopher quien intervino sin alejar su mirada del chico.
"Estoy seguro que no será el caso, es un niño obediente y nos vamos a divertir mucho." Apenas el niño escondió el rostro en el cuello del castaño este comenzó a mecerlo.
"Tengan buena noche, nos vemos más tarde. Despídete de mamá, mi amor." La mujer se acercó a Jungwon para darle un beso pero el menor ni siquiera se movió, solamente se limitó a levantar su manita y decir adiós. Minho quiso reír.
"Debe estar cansado" justifico el ojimiel restándole importancia, la incomodidad en el rostro de la mujer fue notoria.
"Sí, tal vez. Vámonos ya, Christopher." Se despidió de Minho antes de dar media vuelta y subir al auto.
"Muchas gracias, Minho, te recompensaré más adelante." Ambos sonrieron al mismo tiempo sin prestar mucha atención a la omega que los miraba desde el coche.
"Espero que el pago valga la pena." Guiñó antes de caminar dentro del departamento al mismo tiempo que Christopher se marchaba.
〔🥢〕
"¿Puedo vivir aquí?" Jungwon pregunto mientras coloreaba sobre la barra de la cocina mientras Minho cocinaba algunos hot cakes.
"Me encantaría, bebé, pero dudo mucho que papá esté de acuerdo con eso." Se rió mirando al niño de reojo asegurandose de que se encontrará bien.
"Puede venir también." Se encogió de hombros haciendo reír otra vez al mayor.
"Bueno sí, ¿Y tu madre?" Indagó con gracia volviendo su atención al calentador.
"Puede visitarnos" concluyó el menor como si fuera lo más obvio, esta vez Minho se carcajeo.
"No creo que le guste mucho la idea."
"A mí sí." El niño se volvió a encoger de hombros sentándose en la orilla de la barra dejando de lado su dibujo. "Seremos buenos, porfi." Pidió dulcemente con un pequeño pucherito en los labios.
"Mejor podrías venir a visitarme siempre que quieras, mi niño hermoso." Apagó el fuego antes de acercarse al menor y dejar un beso en su frente. "Estoy seguro de que papá estará encantado de traerte."
"Está bien, ¿me bajas?" Estiro sus bracitos hacia Minho quién inmediatamente lo bajo de la barra.
"Voy a poner la mesa para que cenemos." Tarareo sacando todo lo necesario de la alacena.
"¡Yo ayudo!" El menor inmediatamente tomó con cuidado los platos que le entregaron y también los vasos.
Cenaron tranquilamente antes de ir hacia la sala y ver un par de películas infantiles, Minho se encontraba recostado sobre el sofá con el niño sobre su regazo recostado en su pecho mientras el omega trazaba pequeñas figuras sobre la espalda del menor, ambos estaban cubiertos por cobertores gruesos y ropa gigante puesto que Jungwon había insistido en ponerse una pijama de Lee, las cuales usualmente eran enormes.
Si era honesto, el cansancio estaba cargándose en su cuerpo pero sabía que no podía dejar al pobre niño despierto sin compañía así que realmente se esforzó por poner atención hasta que el niño se enderezó y lo miro fijamente.
"¿Qué pasa, mi niño? ¿Quieres ir al baño?" Dejó de ver la película para centrar su atención en el rubio.
"No, estoy bien." Minho frunció el ceño sin entender entonces que sucedía.
"¿Ya quieres dormir entonces?" Jungwon negó con la cabeza. "¿Entonces qué pasa, nene? ¿Extrañas a mamá?"
"¡No! Ella es igual." Lo vio encogerse de hombros.
"¿Es igual?" Esta vez levanto ambas cejas con curiosidad.
"No juega conmigo, está ocupada." Ambos suspiraron con la mirada un poco decaída, Jungwon resintiendo la falta de una madre y Minho sin poder creer todos los momentos que Eunha se estaba perdiendo de su hijo.
"Bueno, pero estoy yo, cuando quieras podemos jugar y hacer muchas cosas juntos, no sé, ir al parque, puedo recogerte del colegio, comer dulces...." En un intento de alejar la tristeza del niño le hizo cosquillas hasta hacerlo reír.
"¡Sí!" Festejo el menor entre risas abrazándose al cuerpo de Minho. "Papá dice que decimos los sentimientos, así que yo digo que te quiero, Min" aunque fue una pobre y un poco mal hecha explicación, el final de la frase lo hizo derretirse completamente.
"¿Me quieres?" Inquirió envolviendo nuevamente los brazos alrededor del menor presionando ambos cuerpos demasiado cerca.
"Sí, te quiero mucho mucho, al infinito." El calor que se extendió dentro del pecho del omega lo hizo sonreír amplio hasta generar algunas pequeñas lágrimas en las esquinas de sus ojos.
"Mi amorcito precioso, yo también te quiero mucho mucho." Frotó su nariz con la de Jungwon en un beso esquimal que los hizo reír a los dos.
〔🥢〕
Después de aquel día se volvió usual que Minho y Jungwon pasaran más tiempo juntos, iban al parque, a casa de Lee, al súper, los fines de semana los pasaban juntos en su mayoría hasta que llegó el punto en el que era Minho quién pasaba por el niño al colegio al menos dos veces a la semana.
No le molestaba en realidad porque se sentía menos solo y de alguna forma era un buen pretexto para tener a Christopher más cerca, era él quien se ofrecía a llevarlo hasta su domicilio para luego conversar con él durante al menos una hora fuera del edificio, los sábados se quedaba hasta más tarde y no había excusa porque estaban cuidado del niño así que Eunha no podía pelear esa cuestión, paseaban juntos, veían películas los tres y tenían ratos en familia, incluso si Minho era solo un intruso.
Bang Eunha por su parte cada vez estaba más desconfiada de la relación que su hijo y el secretario de su esposo estaban teniendo, comenzaba a entender que era ella quién debía de recibir tantos besos y abrazos por parte del menor y no el castaño, entendió que era ella quién debía ganarse los bonitos dibujos que su niño hacia en el colegio, no Minho, descubrió que tan solo Jungwon debería de hablar de ella más de lo que hablaba de Lee, le molestó entenderlo tarde y le causó demasiados celos comprender que su hijo estaba prefiriendo a un omega extraño que a ella quién era la madre, sin embargo, lo que más le dolió hasta el momento era saber que de pronto la familia de cuatro que su hijo dibujaba se volvió de tres y no porque fuera ella, Christopher y Jungwon, no, si no que era Minho, Christopher y Jungwon, eso sí que le dolió.
¿Qué iba a hacer? Todavía no lo sabía, no podía hacer nada todavía porque no había una excusa ni una huella de que algo anduviera mal, no existía alguna razón para pedirle a Christopher que dejara de frecuentar a Minho y eso fue lo que más le molestó.
Fue cuestión de tiempo para que Minho se metiera en su familia y en la mayoría de las cosas, sin embargo, se sentía protegida de alguna forma sabiendo que él jamás le quitaría a Christopher porque los dos se amaban y era imposible que se separaban, además, siempre que se sentía demasiado invadida podía recurrir a su casa, el único lugar en el que Lee no había estado y dónde su familia todavía era importante, donde ella era el centro de atención.
O por lo menos lo fue hasta ese día.
Llegó el cumpleaños de Jungwon y el niño había insistido en tener una pequeña fiesta en dónde Minho estuviera invitado, lloró tanto que Eunha no tuvo otra opción que tener que ceder. Así que ahí se encuentra sentada en el sofá blanco de su sala con las mamás de otros niños sin saber exactamente de qué hablan porque no entiende lo que se siente amantar o lo mucho que sus niños han aprendido, ella ni siquiera está segura de qué grado está cruzando su hijo, ¿tan siquiera ya llegó a la primaria? Cree que sí. Cómo sea ahí se encuentra sentada con una sonrisa tensa mientras su marido habla con algunos padres y compañeros de trabajo mientras los niños corren de un lado a otro por toda la casa y el jardín.
Si es honesta desea con todo su ser que Minho no llegue, incluso si su hijo ha preguntado por él al menos cinco veces desde que la fiesta inició hace dos horas. Apenas está a punto de rejalarse cuando considera que es muy tarde cuando el timbre suena y en automático sus sentidos se ponen alerta.
"¡Es Min, es Min!" El niño salió corriendo desde el patio hasta la puerta principal, Eunha inmediatamente se puso de pie para ir tras él.
"¿Cómo sabes que es Minho?" Lo miró durante unos segundos antes de abrir la puerta.
"Lo siento aquí." Señalo su pequeño pecho con una sonrisa tierna en el rostro. "Abre, mamá, abre por favor." Se impaciento apurado porque abrieran la puerta, la mujer pinto la sonrisa más tranquila y honesta que pudo en su rostro antes de abrir la puerta.
"Hola, Minho." Saludó tratando de ser amable, su hijo inmediatamente la hizo a un lado para abrazar el cuerpo del Omega castaño.
"Hola, señora Bang." No quiere alardear, pero el nombre la hizo sentir mucho mejor. "Hola, mi niño." Se inclino para recibir al menor.
"¡Hola, Min!" Jungwon beso suavemente la mejilla del omega.
"Perdón por tardar tanto, pero me perdí para llegar." Se rió bajito separandose del menor para volver a ponerse de pie.
"Me imagino que en una colonia en la que nunca has estado debe ser difícil." El tono despectivo que utilizo hizo que Minho quisiera pegarle.
"Un poco." Le restó importancia volviendo su atención al niño. "Te tengo un regalo, mira esto." Le entrego una caja bien envuelta con un moño azul.
"¡Gracias!" Le rodeó las piernas con sus cortos brazos. "Arriba, por favor."
"Ven aquí." Cómo le fue posible levantó al niño del suelo con un brazo mientras que con el otro sostenía el regalo.
Tranquilos entraron a la casa riéndose de cualquier tontería que Minho decía, Eunha estaba molesta pues no conforme con llevarse la atención de su hijo robó también la de los invitados, tanto niños como adultos, no podía creer que Lee de verdad se robaba la atención del lugar a donde fuera incluso si no era su ambiente.
Para terminar su pésima tarde cuando partieron el pastel era Minho quién abrazaba a su niño cantando cumpleaños feliz, fue él y Christopher quién abrieron los regalos y quienes jugaron. Fueron ellos tres el centro de atención y el foco de las fotografías porque no había nada más adorable que ver una familia feliz, solamente que el castaño no debería pertenecer ahí.
¿Sentía envidia? Sí.
¿Odiaba a Minho? Sí.
¿Iba a separar a su hijo y a Minho? Sí.
¿Por qué? Porque simplemente no podía creerse que un ajeno se llevara tan bien con su familia. En ese momento deseo demasiado que su madre estuviera con ella o tal vez Miyoung, la que fuera, pero que estuvieran ahí ayudándola, prestándole un poco de atención porque ni siquiera Christopher le hacía caso, lucía tan cómodo con la presencia de Minho cerca de él que ni siquiera necesitaba de ella.
〔🥢〕
"Pensé que no ibas a venir." La voz grave del alfa lo hizo sonreír aun si se encontraban de espaldas.
"No podía faltar, ya sabes que adoro a Jungwon." Se giró hacia él dejando que el niño se fuera corriendo.
"Lo sé, ya hasta comienzo a sentir celos." Los dos se rieron.
"No seas tonto, ¿Mi alfa también está necesitado de atención?" El tono mimoso que utilizo lo hizo flaquear.
"Ven aquí." Miro a su alrededor asegurandose de que nadie lo veía antes de tomarlo del brazo y caminar dentro de la casa con él, recorrieron tan solo un par de pasillos hasta adentrarse en una habitación que Minho no alcanzo a reconocer por la oscuridad.
"¿Qué estamos haciendo?" Se rió bajito cuando Christopher lo tomo de la cadera aprisionandolo contra la puerta.
"No había tenido tiempo de saludarte como era necesario." El alfa se encogió de hombros inclinandose para dejar cortos besos sobre los labios ajenos, Minho sonrió en cada toque.
"¿No es esto incorrecto, Bang? Estamos en tu propia casa..." Se burló aunque no se opuso a los besos que recibió en los labios y todo el rostro.
"Mmm... No." Christopher enterró el rostro en la curvatura del cuello de Minho llenándose por completo de su olor.
"No le agrado a tu esposa." Murmuró Lee rodeando el cuello del mayor sin separarse de él.
"No me sorprende, no le agrada nadie." Los dos se rieron otra vez totalmente perdidos en su ambiente.
"Bueno pero yo de verdad lo percibo, es incómodo." Tiró suave de los rizos del alfa cuando mordió la piel sensible.
"¿Te quieres retirar ya? Puedo llevarte a casa..." Se separó apenas un poco para verle el rostro.
"No, sé volver solo, gracias. Quédate aquí con Jungwon y tu esposa, es una locura que este aquí, ya es suficiente." Nuevamente se besaron apasionado y despacio, sin prisa, pero con el constante pánico de ser descubiertos cuando a unos metros se encontraba Eunha.
"Venga, te llevaré yo y me quedaré un rato, ¿qué dices?" Las manos toscas de Christopher se colaron debajo de la playera fina de Minho para acariciar su suave piel.
"Mmm... ¿Te quedarás hasta tarde?" Le sonrió coqueto mientras jugaba con el avión que colgaba del cuello del alfa.
"Tu siempre haces que me quede." Se rieron otra vez entre dientes, se sentía un aire demasiado íntimo, demasiado personal. Estaban en una burbuja de romanticismo dónde todo parecía color de rosa.
"No me disculparé por eso." Gruñó con el ceño fruncido.
"No te pido que lo hagas, no me molesta en realidad." Se miraron unos segundos en silencio hasta que la voz de Eunha a lo largo del pasillo los hizo despertar.
"¡Christopher, Christopher!" Rápidamente se separaron y encendieron las luces del espacio para hacer disimular un poco.
"¿Qué pasa, Eunha?" Abrió la puerta un poco tan solo unos segundos después de que se controlaron e hicieron parecer todo normal.
"Es solo que no sabía dónde estabas." Empujó la puerta para ver totalmente hacia adentro del cuarto, específicamente viendo a Minho quién cómodamente estaba sentado en un sillón mirándola fijo con una sonrisa casi burlesca en el rostro. "Ah, estás aquí... ¿Están solos?" Levantó ligeramente una de sus cejas, Christopher tartamudeo un poco.
"Sí, estábamos arreglando cosas de la empresa." Rápidamente justificó mirando al omega castaño.
"¿En sábado a las 8 de la noche y en la fiesta de Jungwon? ¿No es algo tarde?" Inquirió con sarcasmo.
"Lo es, pero es importante." Intervino Minho. "Le decía a Christopher que hay una empresa muy importante en este momento que nos hizo una oferta y le conviene aceptarla ya, solo quería su autorización para proceder con la compra porque de verdad le ayudaría demasiado." Improviso sin titubear, el rizado se sorprendió de la facilidad con la que mintió.
"¿Y no podía esperar?"
"No. Es una gran oferta y solo tenía hasta hoy para definir, me enteré hace unos minutos, como utilizo un teléfono en especial para recibir estás ofertas por eso fue urgente." Se levantó de su lugar para caminar hasta la pareja. "En fin, ahora que tengo la aprobación debo de retirarme y hacer todo el proceso; señora Bang muchas gracias por recibirme y ser tan amable conmigo, usted y su esposo sin duda me hacen sentir muy cómodo, casi como si fuera parte de la familia." Eunha también le sonrió tensa y para nada contenta con el tono sarcástico que Minho utilizo al final de su frase.
"Para nada, ha sido un gusto tenerte aquí." Se despidieron con un beso de mejilla antes de que Minho se perdiera entre los pasillos.
"Yo... Voy a llevarlo a su casa y terminar ese proceso que necesita." Ante la mirada cuestionadora de la omega Christopher frunció el ceño. "¿Qué?"
"¿En serio, Christopher? ¿Hoy?" Se cruzó de brazos claramente molesta.
"Sí, Eunha, hoy. Trataré de volver temprano, adiós." Dejó un corto beso sobre los labios delgados y rojizos de la mujer antes de salir corriendo detrás de Minho.
Aquel día Christopher no regreso a casa hasta bien entrada la noche.
〔🥢〕
Cuando llegó Halloween Minho se encargo de ser quien pidiera dulces con Jungwon, los dos disfrazados de vampiros pálidos y con grandes colmillos, se divirtieron, comieron demasiados caramelos hasta que el estómago les dolió y vieron muchas películas de terror infantiles.
En realidad fue una buena noche pues el niño se quedó a dormir con el omega e hicieron una pijamada en la sala con muchos cojines y cobijas que en realidad tomaron forma de un nido.
Minho se sorprendió a si mismo más que nunca antes pues jamás pensó que él fabricaría uno, los omegas no hacían nidos más que para su familia cuando se estaban preparando para la maternidad y Minho... Bueno, Minho había perdido esa esperanza hace demasiado tiempo así que aquello le resultó sorprendente, aunque pareciera que no tanto como a Jungwon quien jamás había visto uno ni entendía el concepto pero estaba muy a gusto brincando de un lado a otro.
"Oye Min" el niño subió al regazo del mayor para acomodarse sobre él e impedirle ver la televisión. "¿Tu tienes familia?" La pregunta sí que lo tomó desprevenido.
"Eh sí, claro que tengo, mi amor, ¿por qué?" Frunció el ceño más que confundido.
"Siempre estás solo." Se encogió de hombros mientras jugaba con sus deditos, Minho sintió demasiada ternura. "¿Te sientes solo?"
"A veces sí, solo un poco." Admitió haciendo una mueca. "Pero luego estás tú y se me pasa, eres mi compañía perfecta." Le hizo cosquillas al niño haciéndolo reír.
"¡No, Min! Espera..." Se separó un poco de él aún riendo. "¿Tienes papá?"
"Por supuesto que tengo papá, querido." Se rió de la pregunta boba. "Es el mejor papá, me quiere mucho y me trata bien, es súper genial."
"Wow" la cara de sorpresa del niño lo hizo reír más. "¿Lo extrañas?"
"Uy sí, demasiado. Todos los días a todas horas."
"¿Te daba besitos?" Ladeó su cabecita haciendo sus cabellos rebotar.
"Muchos, cuando iba a dormir y cuando iba al colegio." Recordó con nostalgia, claramente extrañaba a su padre y se sentía mal por no visitarlo, pero si tan solo se enterara que estaba saliendo con un hombre casado, probablemente dejaría de hablarle de por vida. "Me abrazaba mucho y era muy amoroso, así como tu papá contigo, mi niño." Le despeinó los rizos.
"¿Y tú mamá?" Jungwon le acarició las mejillas con cariño.
"Mi papi era lo mejor del mundo." Se volvió a reír pero está vez para evitar las lágrimas que querían salir, no era consiente de lo mucho que extrañaba a su familia. "Enojaba mucho pero también me consentía demasiado, así como papá, me quieren mucho así como yo te quiero a ti."
"Yo a ti te quiero." Rodeó con sus cortitos brazos el cuello del omega escondiendo su rostro en la curvatura.
"¿Cómo tú mamá a ti?" Se separó a penas unos centímetros para verle el rostro.
"Así es, cachorro." Asintió despacio en acuerdo total, Jungwon le besó la mejilla.
"¿Y quieres a papá?" Preguntó después de un par de segundos en silencio.
"Claro que también lo quiero, es muy bueno conmigo." Dudó sin saber exactamente como debería responder la pregunta. No es como si pudiera explicarle al niño todo lo que pasaba.
"¿Así como mi mamá?" Los pequeños deditos comenzaron a trazar figuras imaginarias sobre el hombro del omega.
"Mucho más que mamá, pequeño. Veo que hoy vienes muy preguntón, eh." Le pico suave el costado haciéndolo reír otra vez.
"Es que tú le das besitos a papá y papá dice que solo besamos a quien queremos." Frunció su nariz ligeramente confundido por su propia explicación, las mejillas de Minho se calentaron sin saber que responder. "Pero papá casi no da besitos a mami." Continúo el niño sin prestar atención al cuerpo tenso del castaño.
"Escucha, cariño, tú no puedes decirle esto a mamá, ¿De acuerdo?" Fue lo primero que se le ocurrió pedir. Necesitaba que el niño no repitiera jamás lo mismo. Si Eunha lo escuchaba iba a matarlo.
"Está bien, nunca más." Repitió con convicción soltando un pequeño bostezo.
"Por la garrita" Minho levanto su meñique y Jungwon no tardó en envolver su dedito en él.
"Sí, por la garrita." Sonrió suave mirando los dedos entrelazados. El tacto de Minho era suave y delicados en la mano del niño. "Pero entonces eres mi mami dos." Concluyó como si fuera lo más obvio del mundo.
〔🥢〕
La siguiente vez que Minho cuidó del niño todo fue un poco más bochornoso, Christopher se había visto obligado a dejar que Minho cuidara de su hijo puesto que él y Eunha tenían algo importante que hacer, así que habían preparado una maleta pequeña con ropa y juguetes para una noche, se encontraban de pie en la puerta del departamento
"Se ha portado bien, y hoy también lo hará, ¿verdad?" Bang miro a su hijo fijamente quien solo miraba a Minho.
"Claro que lo hará, es un niño encantador." Minho dió un suave apretón a la pequeña mano.
"Debes ser bueno con Minho así como lo fuiste conmigo, ¿de acuerdo?"
"Síp, lo prometo." Asintió rápidamente haciendo sus rizos rubios brincar.
"Eso es, ven aquí y déjame darte un beso." Christopher se colocó a la altura del niño para darle un beso y abrazarlo. "No seas grosero, haz caso y no comas mucho dulce, ¿Bien?"
"Sí, papá." Jungwon sonrió amplio separandose cuando Christopher se levantó. "También besito para mami." Señalo al omega haciéndolos fruncir el ceño.
"¿Mami? " Bang ladeó la cabeza confundido.
"Minho quiere como mami." Explico el niño como si fuera demasiado obvio. "Minho es mami dos." Los dos adultos se rieron entendiendo la situación a la que el pequeño alfa se refería.
"Primero tienes que preguntarle a Minho si le parece que le digas así, Jungwon no puedes solo decirle así."
"Min, ¿Puedo decirte mami?" El castaño se volvió a reír, pero está vez con las mejillas rojas.
"Puedes hacerlo, cielo." Concedió sin atreverse a mirar al alfa mayor, aquello podía considerarse como una falta de respeto para la madre real del niño así que no sabía cómo lo tomaría Christopher.
"Listo, ahora besito para mami dos." Sin más opción Christopher dejó un beso en la frente de Minho, quien solo se sonrojo más.
"Gracias..." Balbuceo bajito sin despegar la mirada del niño que los miraba muy atento.
"Gracias, papi pero ya, Min es mi mami no tuya." Empujó las piernas de Christopher cuando considero que el toque había durado demasiado.
Los dos adultos volvieron a reírse ante los celos de Jungwon.
"Ya, ya pues. Nos vemos al rato, pequeño. Adiós, Minho." Se despidió antes de ahora sí marcharse.
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