𝗪𝗲𝘀𝘁𝗲𝗿𝗺𝗮𝗿𝗰𝗸 𝗘𝗳𝗳𝗲𝗰𝘁 - 07
⚠️-Aviso de incesto entre hermanas gemelas biológicas, temas relacionados al suicidio, autolesión, depresión y bullying, tener precaución al leer-⚠️
Pasado
El sonido del cristal rompiéndose no había sido nada más y nada menos que T/n. Rosé había bajado las escalas con el temor de encontrar algo que la haría asustar, como algún espanto o algo así, pero en su lugar está se encontró a su hermana menor tirada en el suelo, con media botella rota en la mano, un charco amarillento que olía horriblemente a alcohol y la foto de las gemelas en el suelo, también rota.
Rosé se acercó hasta su hermana rápidamente, tras darle una rápida revisión y no encontrar heridas superficiales por el vidrio en el suelo está se acercó más, pisando el charco con sus pies descalzos y levantando a T/n por la espalda.
Tras hacer un pequeño esfuerzo Rosé pudo llevar a T/n hasta el sofá, al dejarla ahí y ver su deplorable estado la mayor regreso hasya la entrada, al recoger el cuadro y retirar los pedazos de vidrio que aún quedaban observó la fotografía nuevamente, el papel estaba comenzando a absorber el alcohol en una de sus esquinas, pero está aún se encontraba intacta. La rubia simplemente suspiró con fuerza, dejó el marco a un lado y se encaminó de regreso hasta la ebria T/n.
—Agradece que papá y mamá no estarán aquí hoy -susurró, T/n entre abrió sus ojos- ¿Quién rayos te dejó así?
T/n solo sonrió ladinamente, negando.
—¿Fue Taehyung? -nuevamente otra negación, Rosé volvió a suspirar- Bueno, eso no es de mi interés -musitó- Anda, vamos arriba.
T/n soltó una risilla al sentir los brazos de su hermana rodeando su cuerpo, el olor que esta emanaba comenzaba a marear a Rosé.
—Rossie~ hermanita~ -susurró, el aroma a alcohol también estana presente de una manera muy fuerte en su aliento- ¿Poor queee me llevas aaarriibaaa~?
La azabache se había agarrado con fuerza en su torso al haber cruzado sus piernas por su cintura, Rosé no tuvo más opción que sostener a T/n de su cintura, y de su trasero también, y de sentir como sus pechos se presionaban con lo suyos. Los impulsos de la mayor estaban descontrolados, por primera vez en mucho tiempo volvió a sentir un abrazo por parte de su hermana, pero en esta ocasión las cosas eran un poco diferentes. El camino hacia el segundo piso resultó tortuosamente largo, los escalones parecían multiplicarse cada vez más, y en su situación actual eso era el maldito infierno.
¿Realmente era tan malo?
¡Por supuesto que sí!
Por fin y tras haber subido lo que parecían las escaleras eternas al cielo ambas hermanas llegaron hasta el segundo piso. Rosé caminó con su hermana en dirección al baño.
—Vas a tomar una ducha T/n, hueles asqueroso -musitó Rosé, sintiendo el aire caliente de T/n en su cuello, enviando pulsos eléctricos a todo su cuerpo, la mayor abrió la puerta del baño, la azabache en su estado de ebriedad preguntó el "por qué"- Aún si nuestros padres no están en casa no puedo dejarte en este estado.
T/n entendió lo que la mayor le decía y sin oponer resistencia está se dejó caer suavemente en la taza del sanitario. Rosé suspiró al estar libre de peso, y calmando sus nervios abrió la llave de la bañera, dejando la temperatura lo soportablemente fría para que se le bajara la borrachera. Tras corroborar que la temperatura del agua fuera buena está se puso de pie, encarando a T/n que la miraba, fijamente.
¿Por qué la estaba mirando así?
—Una ducha de agua fría, luego te acuestas y dejas de lamentarte. Aún estás lo suficientemente consciente como para que tú misma evites que te ahogues -dijo, estando lista y dispuesta para irse.
Hasta que...
—¿Y me vas a dejar así vestida~? -preguntó la azabache, estirando el cuello de su camisa blanca, Rosé se detuvo quedando de espaldas- Aún estoy cuerda, más o menos, peeeeeero... ¿Cómo podré quitarme la ropa si ni siquiera puedo quedarme de pie? -dijo, señalando sus extremidades inferiores casi inútiles- Incluso me puedo ahogar~
Por supuesto. Pensó Rosé. La había encontrado en el suelo en medio de un charco de alcohol. La rubia suspiró profundamente por milésima vez en una hora, y después de pensar sobre las decisiones que había tomado en su vida se dió la vuelta, encontrándose con T/n desabrochando los primeros botones de su camisa mientras sostenía una sonrisa bastante socarrona en su rostro.
Una sonrisa malvada, poderosa, esa sonrisa con la cual podría dominar el mundo y por supuesto, doblegarla a ella, aquella sonrisa que le hacía creer que T/n sabía cada uno de sus más oscuros, turbios y profundos secretos. Ella no podría... ¿O si?
Dejando de lado su ansiedad y su paranoia Rosé subió las mangas de su pijama hasta más arriba del codo y termino de desabrochar la camisa de la azabache. Mientras lo hacía su mirada viajaba de manera discreta por el torso desnudo de la azabache, aquel sostén blanco que ya había visto en anteriores ocasiones se coló en su vista, que al alzarla se topó con, otra vez, la sonrisa de T/n.
Finalmente y tras unos tortuosos y lentos segundos la dejo semidesnuda, yendo finalmente hasta su falda que salió del cuerpo de la contraria con más facilidad.
Luego se venía lo peor. Quitarle la ropa interior.
Su corazón latió con fuerza en cuanto escuchó el seguro del sostén ser quitado, y con sus mejillas sonrojadas con aquel color carmesí de la vergüenza apartó su mirada cuando los senos de T/n quedaron a la vista, tras ponerla de pie y ver cuántas baldosas había en su rango de visión le bajó aquellas bragas negras por sus delineadas y finas piernas, sintiendo la suavidad de su piel mediante el tacto de sus dedos. Suave, extremadamente suave.
—L-listo, ya métete que yo estaré afuera -dijo cuando la azabache metió ambas piernas en la tina- S-si necesitas algo me dices...
Aquella suave piel se volvió áspera al sentir el frío del agua, Rosé tragó duro y se maldijo internamente por la cantidad de sensaciones que su cuerpo le hacía sufrir.
Repentinamente Rosé sintió como su cuerpo se precipitaba hacía el suelo y en un parpadeo casi instantáneo se sintió húmeda.
Su suave grito fue acompañado por la sonora carcajada de T/n, tras abrir sus ojos se encontró metida en la tina, con el agua empapando la mitad de su cuerpo y con una sonriente y húmeda T/n frente de sí.
—¿¡Qué carajos te pasa T/n!? -gritó, está se arrodilló en la tina, viendo su pijama pegarse a su piel, el frío se apoderó de su cuerpo- ¿Eres estúpida o que mierda?
El enojo de Rosé dejó de lado su vergüenza, los senos de T/n se movieron en el agua.
—¿Yo soy estúpida, Rossie? -preguntó T/n, la nombrada desvío su mirada, T/n rió- La estúpida eres tú al creer que no me daría cuenta.
—¿Darte cuenta de que eres una estúpida? Es más que obvio -bufó- Jodete.
—La marca de labial, Rossie.
Sus movimientos quedaron petrificados. ¿Qué? Su rostro encaró al sonriente de T/n, la azabache señaló la braga en el suelo.
—Creiste que no me daría cuenta... Pero en esta casa la única que usa un labial rosa eres tú, hermana -musitó- ¿Tanto así te gustó como para que estés oliendo mi ropa interior, eh?
El mundo de Rosé se vino abajo. Su estómago pareció haber caído en un pozo profundo.
En ese momento T/n también se arrodilló y comenzó a gatear hacía ella, Rosé retrocedió en la tina por inercia, quedando acorralada entre la pared y su hermana, la cual se detuvo cuando estuvo a pocos centímetros de distancia de su rostro, su cabello mojado se pegó en su rostro.
—Fijate que andar oliendo y dejando marcas en la ropa interior de las chicas es de mala educación Rossie, ¿Sabes por qué? -preguntó, poniendo su mano en la mejilla de Rosé, moviendola por esta hasta llegar a su barbilla, sujetándola, la rubia siguió inmóvil- Es de mala educación por qué ya estaba en la ropa sucia -musitó- Si tanto quieres hacerlo...
—N-no T/n yo no... -el dedo de la menor se poso en sus labios, impidiéndole continuar- T/n...
—Hazlo cuando yo las tenga puestas.
Su respuesta quedó atrapada en su garganta en el momento en el que los suaves labios de T/n tocaron los suyos.
La mayor se sorprendió, el tacto de T/n era suave, delicado, el movimiento era casi insano, y el sabor del alcohol en su aliento le detuvieron su capacidad de razonar, aún más.
Pronto Rosé cerró sus ojos, el embriagante sabor de los labios de T/n le evitaron pensar en lo que estaba pensando, mucho menos el con quién lo estaba haciendo. Pronto el frío dejo de ser un problema, su cuerpo estaba ardiendo de deseo, de placer, y este solo aumentó aún más cuando sintió como las manos de T/n levantaban el borde de su pijama.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro