003
❛ELLA ES MÍA❜
°❀⋆.ೃ࿔*:🥀・ ➣ La carretera estaba completamente desolada. Habían pasado unos pocos minutos de que Nicholas había dejado sola a Ruby, ¿lo peor de todo? sus datos se habían acabado en la casa cuando olvido pedir la clave del wifi y desgraciadamente no tenía WhatsApp gratis.
Esta estaba sentada en el suelo hasta que de repente el sonido de un motor de auto comenzó a escucharse a lo lejos.
Ruby se puso de pie, peino su cabello y abrió un poco la chaqueta. Todos caerían por mucho que en realidad su ansiedad por la situación la esté haciendo tener frío.
Estiró su mano e intentó frenar el auto, pero este la paso de largo sin importar que se encontrase abandonada en medio de la nada.
-¡Hijo de puta! -Exclamó.
Aquel vehículo se detuvo en secó. Comenzando con la marcha atrás para quedar a su lado, al ver al conductor no le pareció nada del otro mundo ni le genero desconfianza, pero si no era lo que se imaginaba.
-Oye, ¿estas bien?
-Si. Un imbécil que me dejó tirada.
-¿Aquí sola?, ¿en medio de la nada? -Preguntó esté y Ruby no dudó en retroceder. -Lo siento, ha sonado pésimo.
-Está bien. Me dejo acá, sin datos móviles ni una forma de comunicarme con mi madre. -La chica suspiro. -¿Lo peor? Acabo de mudarme y nose ni donde estoy parada. Pero bueno, nos vemos.
Esta comenzó a caminar pero el chico la comenzó a seguir, se había sentido pésimo por lo que dijo y se notó.
-Espera, no puedo dejarte acá.
-Está bien, tranquilo. -Ruby ladeó la cabeza, intentando mantenerse calmada. -Sabes, ¿puedes dejarme en mi casa o mínimamente en el centro?
El castaño sonrió. -Sube.
Una vez dentro la plática comenzó, la verdad el parecía bastante carismático y por poco se le había olvidado que no lo conocía de nada.
La desconfianza se había esfumado y todo mejoró aún más cuando la charla llevó nada más y nada menos que Nicholas Leister.
-¿Vives con Nicholas? -Preguntó con sorpresa. A lo que está carcajeó.
-Peor, soy su hermanastra. Aunque no tengo idea de que sea un buen término, en realidad no compartimos sangre y nose si podría llamarse así. Agregando que es quien me dejó tirada acá.
-¿Nick? -Mario alzó una ceja. -Ya veo, no tenia ni tiempo de llevarte a casa. Debería estar apurado por llegar a la fiesta.
-¿La fiesta?
-La que te acabo de hablar.
-¿Está ahí?
-Linda. -El castaño sonrió. -No hay fiesta sin Nick.
La rubia observó a aquel chico con una sonrisa cómplice y este no tardo mucho en comprender lo que quería. Así que eso hizo.
Se adentró a la fiesta y trajo nuevos invitados. Tal vez Nicholas no estaría feliz por aquella decisión pero era difícil resistirse a una cara bonita.
Una vez que el auto estacionó Ruby se apresuró a bajar pero fue Mario quien se posicionó a su lado en forma de protección.
-Se trata de una quedada de bandas. Ten cuidado, ¿esta bien? -El chico señaló al primer grupo. -Esa de ahí es la más peligrosa de todas. Ese, el de blanco, se llama Ronnie. Salió de la cárcel ayer, es para que te des una idea de cómo está el patio.
Ronnie elogió a la rubia de cabeza a pies. Esta mantuvo su mirada en sus ojos, no le parecía atractivo pero le gustaba seducir cada que podía.
-Escucha. No te acerques a él, ¿entiendes? -Estos comenzaron a alejarse y la de ojos verdes asintió. -Allá están los morados, los verdes, los azules y la nuestra, rojo. Y ahí está nuestro líder.
La rubia dio unos pasos enfocando su mirada en Nicholas, pero no solo en él, sino en todo su torso desnudo.
No logro terminar el recorrido de su mirada hacia su cuerpo cuando apenas una chica estampó sus labios con los de aquel pelo-negro, luego otra chica, luego otra y otra más. Ruby quedo batánate sorprendida, pero no llegó a darle la importancia qué tal vez necesitaba. Lo único que podría molestarle fue el apretón de trasero que le dio a la última chica de vestido azul, la cual era batánate bonita. Cuando volteó finalmente Mario ya no estaba a su lado, ahora estaba sola. Sin tener idea de lo que podría hacer acá. ¿Sentía celos? No, claro que no, no estaba en posición.
En cuanto Nicholas se alejó esta no dudó en correr tras él, encontrándolo junto a un jeep y dándole la golpiza que se merece. A decir verdad Ruby tenía un buen gancho derecho.
-¿Que haces aquí?
-¿Que? -La rubia volteó a empujarlo. -¿Te sorprende que haya llegado a pie?
-¿Quien te ha traído?
-¡Eres una mierda!
Este carcajeó. -Mira rubia, vete por donde has venido.
-Ni loca. Me voy a quedar hasta que yo quiera. Voy a embriagarme y follarme a cada uno de la fiesta si es lo que deseo. -Soltó disgustada.
-Quiérete un poco más. -Nicholas tomo a la adolescente de las caderas, apoyando su espalda en la furgoneta mientras este se pegaba a ella hasta sentir el roce de sus cuerpos. -No dejaré que nadie te toque.
-No estas en posiciones de decirme que hacer y que no hacer.
-¿A no? No voy a repetirlo dos veces.
-No. -Ruby trago saliva. -No estas en condiciones de darme órdenes. ¿Que pasa si tu padre se entera de esto?
-No serías capaz.
-El chico perfecto. -La rubia todavía lograba sentir el apretón de manos que Nick le estaba dando en su cintura. Así que solo se le ocurrió tomar la costura de la camiseta y jugar con el borde mientras daba leves choques eléctricos en el contacto de pieles. -¿Quieres ponerme a prueba?
-Soy perfecto en muchos aspectos, Amor. -Sonrió él en cuento las manos de la chica entraron en la tela negra. -¿Estas con ganas? ¿Queres que te muestre?
Ruby hizo una mueca y sacó sus manos de aquel lugar, dejándolas al costado de su cuerpo con molestia. -Ni drogada dejaría que me toques. Con tan solo ver tu modestia logro notar tu perfección.
-Eres la única chica que se preocupa por mi.
-Y la única que se te resiste, ¿verdad?
Nicholas negó. -Unos labios normales que esperan ser besados como se merecen. Una mirada perdida, fría y solitaria. Un cuello...
Nicholas corrió un mechón de pelo y se acercó a su oído. En cuento estaba por continuar con su narrativa esta cambio rápidamente al ver el lunar que Ruby tenía en su cuello.
-¿Que traes ahi?
-¿Necesitas gafas? Es un lunar. -Soltó Ruby corriendo una de sus manos.
-Sabes, puedes resistirte todo lo que quieras. Pero con solo besar su lunar, las tías se deshacen. -Susurró el chico expulsando todo el suspiro caliente de sus labios y separándose luego de un delicado beso en el lóbulo de su oreja.
-¿Cómo puedes estar seguro de que le gustas a todas? Tal vez solo te quieren para un rato, digo, les das a todas las que te tiran. Yo no quisiera estar con alguien así.
Nicholas sonrío. -Lo notó por pequeños detalles.
-¿Cuales?
-Aún no me has pedido que te suelte. Ni me has alejado cuando intente besarte. -Este sonrió. -¿Quieres que siga?
Ruby no tardo en empujar a Nicholas lejos de ella, en lo más profundo de su interior quería que continuase pero esto estaba mal y lo sabía.
-Claramente quiero que me sueltes. Ya te lo había dicho, pero tú egocentrismo cree que solo estaba siendo difícil.
-Da igual, amor. Me van las mujeres, no las niñas con coleta.
-No suelo llevar coleta.
-Mira hermanita. No tienes ni puta idea de dónde te metes. No te cruces en mi camino y yo no me cruzare en el tuyo.
Ruby acerco su rostro al de Nicholas, logrando ponerlo descaradamente nervioso mientras su respiraciones conectaban. -Eres el único que todavía no puede dejar de meterse en donde no debería, quieres que caiga ante ti. Pero te adelanto que esto jamás pasará.
Ruby se cruzo de brazos molesta viendo cómo el joven Leister se alejaba luego de lo dicho. Dos patadas al jeep sirvieron para llamar la atención de una morena repleta de rizos, bastante linda, de hecho.
-Hey, tranquila.
-No necesito que me controlen. -La de ojos verdes comenzó a caminar. -Creo que es Nicholas quien lo necesita.
-No he venido por él. Me ha mandado Mario, me contó lo que te hizo y quise venir a darte apoyo moral. La verdad es que es un completo idiota.
-¿Es tu novio?
-¿Mario? -La morena río. -Ni de cerca.
-No, de Nick. Si es así, lamento decirte que le ha comido la boca a más de cinco chicas en el poco tiempo que estuve acá.
-No, él y yo somos mejores amigos desde pequeños. Te lo dejó.
-No gracias, no lo quiero. Ya tengo a alguien, el cual no responde mis mensajes.
La chica sonrío. -Necesitas un nuevo alguien y una nueva mejor amiga tal vez, soy Jenna.
-Ruby.
-Escúchame. Pasa de chicos que no te dan atención, quítate el sujetador, emborráchate y enróllate con el que esté más bueno. En ese orden.
-Lo tendré en cuenta.
Jenna le tendió una bandana color rojo a la rubia, amplió la palma de su mano pero esta rápida te la quito. Pero por desgracia la marca de sus uñas lograron verse.
-¿Estas herida?
-Tengo ansiedad.
La morena sonrió y envolvió la bandana en la mano. -Será nuestro secreto.
-Cambiando de tema. ¿Hay algo para que no me moleste Nick?
-Hola. -Sonrió un chico acercándose a ambas. Este no tardo en besar a Jenna, algo que no fue muy agradable para Ruby.
-Este es Lion, mi chico.
-Oh... -La rubia comenzó a retroceder. -Iré a embriagarme.
Una vez que comenzó a alejarse se sintió mucho más libre. La incomodidad de hace segundos había sido bastante extraña.
Al voltear logró ver cómo Nicholas estaba bebiendo tequila de los senos de la anteriormente vestido azul. La cual raramente había repetido dos veces. Al notar eso, el chico le saco el dedo del medio, algo que a Ruby claramente le molestó.
-¿Eres la hermana de Nick?
La rubia volteó, se cruzó de brazos y observó al chico frente a ella. -Mierda, como vuelan las noticias, eh, Ronnie.
-Si.
Junto a Ronnie se encontraba un aproximadamente adolescente, traía una bandana roja, así que Ruby no tardo en suponer que este sería del bando de Nick.
Cuando este quedó frente a ella le tendió dos bebidas.
-¿Que tal? ¿Coca cola o mojito?
-Mojito.
En cuanto tomo el vaso el gusto era bastante extraño así que decidió devolverlo disgustada. Cuando intentaba extender la mano el castaño volvió a poner el vaso en su boca y al obligarla a tragar fue derribado por Nicholas quien apareció con suma molestia.
-Es la última vez que la tocas y es la última vez que te cuelas a una de mis fiestas. -Soltó este. -Coge tu Jeep y lárgate antes de que te mate.
-¿Por que resolves todo con violencia?
-¿Disculpa? Aún me duele tu gancho derecho.
-Dijiste que no me metería en tu camino ni tú en el mío. Solo pasaron cinco minutos y todavía no puedes acceder a lo que tú mismo dijiste.
Nick lanzó el vaso de mojito a otro lado del lugar. Eso enfado a Ruby, pero no era algo que le interesara. -Este hijo de puta va por las fiestas a echarle burundanga a las chicas.
-¿Que?
Ruby comenzó a atar cada cabo y tenía razón. Se sentía mareada, el mijito no pegaba tan rápido a no ser que trajera algo más dentro. Agregándole el extraño sabor y el que ahora se encontraba en los brazos de Nicholas, sin poder caminar.
Este comenzó a llevarla al auto, la sentó de copiloto mientras él iba de conductor.
-No me pasa nada, estoy bien, solo hace calor. Déjame tirarme a la piscina en cuanto lleguemos y prometo que todo irá bien, ¿Okey?
Nick negó.
-¡Solo tengo frió, mierda! -se quejó la rubia. -Espera. otra vez no. Conduzco yo, siempre he querido conducir uno de estos.
Ruby se levanto levemente y posicionó una de sus manos en el volante, pero la otra inconscientemente fue cerca de la entrepierna de Nicholas.
-Saca esa mano de ahí. -Habló para ambos sentidos devolviéndola a su asiento. -No vas a conducir, menos drogada y sin carnet.
-Solo tengo calor y estoy mareada. -Reprochó Ruby. -¿Por que no haces nada cuando te digo que tengo frió?
-Solo cállate.
-No aprendes. -La rubia pasó su mano por el cuello de Nicholas. -Tú si haz bebido, eh.
-Un chupito nada más.
-Si, claro. Un chupito las tetas de esa chica.
Todo salado y sudoroso. ¡Que rico, eh! Te apuesto a que las mías no están así. -Nick intento mantenerse tranquilo sin mostrar aquella sonrisa que ella podía sacarle. -¿Que crees que diría Freud de derramar líquidos y chuperretear?
El auto fue estacionado y Ruby no obtuvo respuesta, solo logró sentir las manos de Nicholas contra su cuerpo al ayudarla a bajar del auto.
-Freud no es un cantante de trap. Para que lo sepas, eh. No sé si tú cultura en la música es buena o solo se basa en chupitos. Diría que es como derramar lágrimas, o algo peor, sobre los pechos de tú madre.
Ruby carcajeó tropezando en el suelo con el primer escalón. Pero Nick fue quien la detuvo y luego de un regalo sin envío no la tomo en sus brazos y la subió a su habitación.
-Deja en paz a mi madre.
-¿Tú mami no te enseñó qué hay vasos para contener los líquidos? -Preguntó Ruby. -¡Ey, Darcy, amigo! Este es tu bisnieto. Pero que no te engañe, no es un dandy inglés como tú. Aunque lleve una dama en brazos. -Las manos de la chica comenzaron a recorrer delicadamente los brazos de Nick, subió las mangas de la camiseta y sonrió. -¿Que es esto? Las esteroides son las que te los bebes en vaso de cristal. ¿Aunque será el cristal o las esteroides las que causan eso? ¿Sabías que el cristal es un líquido? No yo, sino el cristal que contiene otro líquido. Es bonito, ¿no crees? Bonito como yo.
Nicholas dejo a la rubia acostada sobre la cama mientras esta seguía tartamudeado alguna que otra tontería. -Si fueras capaz de sentir emociones... el vidrio fluye tan lento que parece sólido. Por eso es tan frágil. Quiero que sepas que yo no soy frágil, al menos no quiero serlo.
En cuanto la luz fue apagada Ruby se alteró. Sus ojos se abrieron y parecía como si la droga en su cuerpo se abría ido. Entonces Nick lo entendió. Esta debería mantenerse encendida.
Entre medio de eso, el peli-negro puso un mechón de su pelo detrás de la oreja, dejando ver aquel lunar el cual tenía un leve corte a su lado.
-No me toques, te odio.
Lo último que se escuchó en la habitación fue aquella expresión de odio hacia Nick. El cual se fue cabizbajo.
Por otro lado las tormentosas pesadillas de Ruby volvieron. Sintió como su padre la lanzó a aquella ventana en un intento de protección a Noah y el enterrar de los vidrios en su cuerpo. Ahora estas heridas estaban tapadas por frágiles mariposas sobre su piel, pero sabía que aquella sensación jamás se iría. Luego del recuerdo todo se volvió negro y el sueño la venció.
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