Los nervios inundaban su mente y mantenian sus manos inquietas, eran nervios felices si, pero también de mucha expectativa y presión. El alfa a su lado le dio un leve apretón en el hombro, mostrando su apoyo.

―Tranquilo, todo saldrá bien, verás que si ―comentó esbozando una cálida sonrisa.

―Ojalá, estoy dejando mis ahorros de toda la vida en esto ―Ríe nervioso.

El par de amigos ingresan a la enorme clínica, primero observan y recorren el lugar con la mirada, sintiéndose perdidos, y es que ellos venían de una ciudad pequeña, allá en Busa, por ello la capital de su país resultaba abrumadora en comparación.

Caminaron por una gran entrada, el pasillo largo aumentaba los nervios del omega rubio. Cuando por fin estuvieron frente a la recepcionista todo se volvió rápido y calmado.

―Buenos días, vengo para la inseminación ―dijo apoyando las manos en el mostrador.

―Buenos días ―sonrió la beta de cabello corto que se ocupaba de recibir a los pacientes. ―Dígame su nombre y apellido por favor.

―Park Jimin ―contestó.

―Perfecto señor Park, el doctor lo espera en el consultorio número trece ―indicó y le entregó una carpeta delgada con papeles.

―Muchas gracias ―Sonrió cortez.

Tras el intercambio de palabras, el par de amigos subió al primer piso donde se ubicaban los consultorios. Fuera, en el pasillo que efectuaba como sala de espera, se encontraban dos muchachos también esperando. Al principio creyeron que se trataba de una pareja, pero mayor fue su sorpresa al escuchar levemente su conversación.

―Gracias por acompañarme señor Jung, no debió molestarse ―decía el más bajito con una tierna sonrisa.

―No hay de que, el agradecido soy yo por prestarme tu vientre ―le devolvió el halago con una sonrisa radiante.

―Buenos días ―dijeron los recién llegados al unísono.

La otra dupla respondió con la misma frase, el silencio y las miradas curiosas se apoderaron del momento. El joven de cabello castaño claro y piel pálida lucia sencillo, vestido con pantalones de mezclilla y una sudadera blanca un tanto holgada, mientras el hombre a su lado vestía de forma elegante, un traje negro a medida con la camisa apenas abierta.

Nadie dijo nada por un largo rato, hasta que la puerta se abrió y un hombre de bata blanca apareció.

―¡Min! ―llamó el hombre.

Jimin observó el otro omega levantarse, dando por hecho que ese era su apellido, soltó un suspiro nervioso y miró a la puerta. Allí salía otro doctor, este sí era el que lo atendió la primera vez.

―¡Park!

Esta vez se levantó contento, respondiendo al llamado del especialista, antes de entrar le dio una última mirada a Jungkook, su amigo, quien lo despidió levantando ambos pulgares como muestra de ánimo y haciendo corazones con sus dedos.

―¿Son novios? ―preguntó el hombre de traje cuando estuvieron solos.

Jeon lo miró entre desconcertado y divertido por la confusión.

―Es mi mejor amigo, como un hermanito menor ―sonrió rascando su nuca.

―Ah, entiendo, imagino que viniste a acompañarlo ―Jung tomó asiento cerca del otro alfa.

―Si, yo...soy el donante ―habló nervioso.

Dentro del consultorio los dos omegas se ubicaron en sus respectivas camillas, separadas por una cortina delgada.

―¿Es tu primera vez? ―una voz suave y apenas rasposa interrumpió el silencio.

La cortina fue movida por una mano delgada y blanca, Jimin lo observó pensando en como responder.

―Si, llevo deseando esto desde hace años ―sonrió, ―¿Tu tienes experiencia?

―Así es, pero es mi último bebé, no se puede subrogar más de tres veces ―confesó un poco ansioso.

―¿No te da miedo afectar tu fertilidad? ¿Qué pasa si algo sale mal y no puedes tener hijos propios? ―preguntó sintiendo curiosidad.

―Nunca tuve miedo, la verdad es que no tengo los ingresos suficientes para mantener a un cachorro, así que no pienso mucho en eso ―ladeo el rostro, observándolo.

―Ya veo, estoy muy nervioso, ¿Cómo es la inseminación? ―saber que el castaño tenía experiencia le daba la confianza como para hacer ese tipo de preguntas.

―No te asustes, no vas a sentir nada de lo que hagan ―el omega estiró su brazo, tendiendo su mano a su compañero de subgénero ―toma mi mano, prometo no soltarte hasta que termine.

Jimin asintió e hizo lo indicado, pudiendo respirar una vez que se sintió acompañado.

―¿Cómo te llamas? ―lo miró a través del espacio abierto en la cortina.

―Min Yoongi, ¿y tú?

―Park Jimin.

Los omegas se dedicaron sonrisas amistosas, cada uno maquinando sus pensamientos y sintiéndose cómodos con la presencia del otro.

Unos minutos más tarde los médicos pusieron manos a la obra, con los papeles y muestras de cada uno. Si bien estaban en el mismo sitio sus procedimientos eran diferentes, a Jimin le tocaba inseminación con óvulos propios, pues el doctor consideró que no necesitaba congelarlos ni prepararlos. Yoongi en cambio, como parte de su trabajo, recibía dos óvulos ya fertilizados esperando que prendan en su interior.

Los nervios llegaban incluso hasta afuera, el señor Jung se sentía ansioso, manteniendo una amistosa charla con un dubitativo Jungkook. 

―Es su primera vez en todo esto, en cierto modo la mía también porque nunca fui donante, así que estamos muy nerviosos hyung, ya sabe, miedo a hacer algo mal ―confesó inclinado en su silla con los ojos puestos en la puerta del consultorio. 

―Todo saldrá bien, Yoongi, el chico que entró con tu amigo, tiene mucha experiencia y es muy buena persona, seguro que lo debe estar ayudando en este momento ―sonrió amable.

Unos minutos más tarde, Jimin salía del consultorio conversando de forma alegre con el omega apenas más bajo, quien salía acariciando su plano vientre por encima de la ropa.

―¿Porqué lo haces? ―preguntó Jimin observando su accionar.

―Es estimulacion, como mi método de buena suerte para que el óvulo pueda prender correctamente ―contestó repitiendo las caricias una vez más para luego relajar la mano.

Los alfas observaron el momento, dejando que los omegas terminaran su intercambio para acercarse a ellos.

―¿Cómo fue? ―el señor Jung se acercó primero a ellos.

―Ya esta todo listo señor Jung, solo queda esperar ―respondió Min acompañado de una linda sonrisa.

Jungkook, que no había hecho otra cosa que mirar con curiosidad al omega castaño claro, dirigió la mirada a su amigo queriendo hacer la misma pregunta.

―Ya está, tenía nervios pero Yoongi me ayudó hasta el final de proceso ―dijo sonriendo hacia el omega mencionado.

―No fue nada, se lo que es hacer esto solo, así que me alegra ser de ayuda ―sonrió mostrando unas lindas encías rosaceas.

―¿Les parece si vamos a tomar algo los cuatro? Me gustaría conocerlos más ―propuso Jung con entusiasmo.

La cara de Jimin cambió a una de duda, aún tenía muchas preguntas sin responder sobre este proceso, y una de ellas era como cuidarse hasta saber el resultado. De inmediato volteo su rostro en dirección al otro omega, que no tardo en descifrar su inquietud.

―Tranquilo, obviamente hay cosas que no se pueden hacer, como bajar o subir escaleras, cargar cosas pesadas, correr, ejercitarse y eso, pero puedes hacer una vida normal mientras sea despacio y con cuidado ―. Lo tranquilizó.

Park asintió más relajado y miró a Jungkook quien aún no decía nada sobre la propuesta del alfa millonario.

―Kook ¿Tú que dices? ―ante la falta de una respuesta rápida le dio una palmada en el hombro.

―¿Eh? ¿De que hablaban? ―dijo saliendo de su pequeño trance. 

Yoongi lo observó con un semblante simpático, entendía que a lo mejor ambos chicos estaban algo perdidos, ya que esta era una nueva experiencia.

―El señor Jung quiere invitarlos a almorzar con nosotros, para conocerlos mejor ―sonríe.

Jungkook suaviza su gesto nervioso para responder también con una curvatura en sus labios y asentir.

Los cuatro salen del hospital directo al estacionamiento, allí el señor Jung ofrece su automóvil, debido a que Jimin y Jungkook vinieron en transporte público para ahorrar gastos.

Los omegas van detrás, conversando tranquilos, mientras los alfas van delante, Jeon es aún un poco inseguro, allá en Busan, su madre le dijo sientos de veces que no confiara en aquellos que se mostrasen amables tan de repente. Yoongi había llamado su atención de buena forma, más el alfa adinerado despertaba cierta cautela en él.

El auto se detuvo, por las ventanas podían ver una bonita cafetería de tamaño moderado. La misma tenía un estilo vintage muy agradable a la vista.

―Siganme, en el fondo se encuentra un bonito jardín donde podemos disfrutar del día ―indicó abriendo la puerta por la que los omegas debían bajar.

―Gracias, es usted muy amable ―responde Jimin.

Las duplas entran al café, allí recorren el pequeño camino indicado hasta el jardín, donde los omegas toman asiento   mientras los alfas se encargan de sus pedidos. De una forma bastante particular los cuatro entablan amistad en ese mismo día, a Jimin le servía la contención que Yoongi le daba en el tema, a Jungkook le llamaba la atención el omega subrogante de tez pálida, y el señor Jung, quien era de mucho trabajo y ningún amigo, le gustaba conocer gente en general.

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Hola! Perdón por atrazar tanto el primer capítulo, finalmente aquí está. Espero que les guste y disfruten la historia, muchas gracias por leer ♡

Lxs amo♡