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𝗖𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝘁𝗵𝗶𝗿𝘁𝗲𝗲𝗻🦌


𝑽𝒐𝒕𝒆𝒏 𝒚 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆𝒏. 𝑷𝒐𝒓 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓, 𝒆𝒗𝒊𝒕𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒔𝒆𝒓 𝒍𝒆𝒄𝒕𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒇𝒂𝒏𝒕𝒂𝒔𝒎𝒂𝒔

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En definitiva, James se encontraba en las cocinas, rodeado de elfos curiosos que sabían del poco talento del heredero de los Potter para la cocina. Seguido de su compañero y amante de los dulces. Peter Pettigrew. Quién decía al de lentes, que lo que llevaba en las bandejas, no parecían nada a los buñuelos de azúcar y crema con canela.

—Peter, amo tus críticas experimentales sobre cocina. Pero si no me estás ayudando. —El merodeador de ojos claros, observó a los elfos y luego al de lentes.

—Yo no he dicho nada James. Pero los elfos creen que eres terrible.

Las pequeñas criaturas chillaron huyendo de la escena, esperando no ser atrapadas por el Potter que los observaba desilusionado. No tenían corazón para detenerlo aunque fuera una catástrofe.

El castaño miró la bandeja con la masa de los buñuelos con desesperación. Como si al menos pudiera intentar arreglarlos.

Eran solo un pegoste blando de color chamuscado y mal olor a canela quemada y azúcar carbonizada.

Quería preparar aquellos dulces que tanto amaba la pelirroja. Para poder presumir un poco sobre su esfuerzo ante su cita. Estaba muy emocionado.

Aunque no le había comentado nada a sus amigos, al menos esperaba llegar hasta el final de la tarde del sábado para poder decirlo.

Después de haber salido con Rose.

Y pasar tiempo con ella.

Quizás coquetear un poco.

«Podría haber un be- ¡CONCÉNTRATE JAMES!»

—¿Estás bien? Nuevamente haces caras de cuánto tú conciencia te regaña. —Los tres merodeadores restantes conocían bien la forma de ser del Potter.

Había sacado de su tío Charlus el hacer caras cuando hablaba internamente consigo mismo. Lo que causaba que todos lo miraran raro en lo que esperaban alguna respuesta de parte del muchacho.

James suspiró y miró a los elfos.

—Por favor…¿Podrían ayudarme? Estoy gastando toda la reserva y sería malo que se queme la cocina. —Los pequeños seres curiosos juzgaban su preparación. — Son para alguien. Unos buñuelos de crema. Esos que ustedes hacen.

Uno de los elfos rápidamente levantó sus orejas y se acercó a él para tomar su mano.

—¡Gotty ayudará al amito Potter! ¡Gotty sabe la receta! —James siguió al pequeño elfo, quién gustoso me enseñó cómo hacerlos con cuidado y cariño.

—¡Peter no te comas las galletas de Remus!

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El sábado por la mañana, bueno. No tan mañana. Los cuatro merodeadores ya estaban listos para marchar a Hogsmeade. Los tres Gryffindor esperaban al de lentes, para irse todos juntos.

Pero este, corriendo por los pasillos, les hizo señas que se fueran.

Peter entendiendo la seña, jalaba a Sirius y a Remus al carruaje. Sabiendo que se quejarian después.

Potter corrió a las cocinas lo más rápido que podía, para poder recibir de Gotty los bueñuelos que estaban envueltos en una cesta de mimbre, acompañados de algunas empanadas calientes y una jarra de jugo de calabaza ya listo y fresco.

Le agradeció al pequeño elfo con una sonrisa y corrió de nuevo a la entrada. Dónde el destello pelirrojo de ojos azules ya lo esperaba.

Al acercarse, notó como debajo de su túnica de invierno; que estaba abierta. Ella  usaba una falda a cuadros y unas medias negras altas que moldeaban sus piernas. Junto con un par de botas decoradas con unos pompones de lana gruesa; en tonos beige. Al igual que su suéter beige que combinaba con su túnica en negro. Sus rizos estaban sueltos, cayendo en cascada por su espalda, enmarcando su rostro.

James perdió el aliento; y ni siquiera le había hablado. Estaba preciosa.

Ella al notarlo, le sonrió. Levantando sus manos enguantadas para llamar su atención y hacer que terminara de acercarse con la canasta. Los ojos azules curiosos lo observaban; cuestionando en silencio lo que tenía planificado.

—Yaxley. —Saludó el chico.

—Potter. ¿Por qué la canasta? ¿Hogsmeade no tiene sillas y restaurantes?

El asintió sonriendo, antes de señalar el carruaje que los esperaba.

—Si, pero recuerda que te dije que está era una salida o cita privada. Solo nosotros. Así que me tomé el tiempo de preparar algo que sé que te va a encantar. —Ella se mordió el labio con curiosidad. Subiendo al transporte primero.

Cuándo llegaron, James tomó su mano y rápidamente la guío a la conocida casa de los gritos. Los merodeadores decían que gracias a Remus ese lugar tenía el reconocimiento que debería tener. Una casa embrujada. Genial.

Claramente la cita no era allí. Pero debían pasar por aquel lugar para alcanzar un pasaje secreto en una de las tiendas, que los llevaría a un lugar que ellos habían descubierto no hace tanto.

Justo detrás de Cabeza de Cerdo, Camino a la casa de los gritos. Si dabas vuelta en el primer árbol seco que encontrabas. Verías un seto gigante. Ese seto era un rosal blanco. Ocultaba un lago muy bonito, que ahora estaba congelado. Pero siempre se podían hacer hechizos de calentamiento alrededor.

Cuándo pasaron el rosal, James quitó la manta que cubría la comida en la cesta y la extendió en el suelo, colocando los hechizos de calentamiento para que ella pudiera sentarse.

—Potter, ¿eres consciente de que ahora tendrás que darme un tour por Hogsmeade? —El rió. Sentándose con ella antes de asentir.

—Créeme que lo sé, Yaxley. Pero quería venir a este sitio contigo. Una pequeña sorpresa. El rosal es hermoso. —Comentó tirando de una rama suelta, que hacía que el rosal dejara caer algunos pétalos al suelo, llenando la nieve de ellos. — Que casualidad, combinan con tu nombre.

Ella sonrió, asintiendo, mientras recogía algunos pétalos.

James la observó con una sonrisa, antes de sacar el jugo y los buñuelos. Llamando la atención de la pelirroja. Ella encantada los probó. Sorprendiéndose por el esfuerzo que había hecho el chico.

Era un momento muy bonito entre ambos. Rose Mary nunca había tenido un amigo tan atento como James, ni siquiera. Abiertamente un pretendiente tan adorable. Cómo el mismo James.

Cubría fácilmente esas dos categorías. Era lindo.

—Mi madre tiene rosales en la casa. De todos los colores, mis favoritas son las rojas rojas. —Mencionaba el de lentes, mientras tiraba al aire los pétalos sueltos.

—¿Rosas rojas? Potter. Eres un poco adulador, eh. —El rió suavemente y asintió. Encogiéndose de hombros.

—Ese es mi encanto Yaxley

Ambos rieron; pasando a disfrutar de los bueñuelos y demás cositas que Gotty había colado en la canasta. Disfrutando de la comodidad de charlar entre ambos.

En un momento dado; ninguno sabe cómo. James se hallaba recostado sobre el regazo de la pelirroja. Dejando que ella acariciara su cabello. Él tenía los ojos cerrados y respiraba tranquilamente de forma pausada, como si se fuera a queda dormido.

Rose Mary seguía jugando con los pétalos sueltos de las rosas, hasta que tomó una por el tallo y la sacó con cuidado del rosal. El movimiento hizo que el castaño abriera los ojos y la observara.

Ella acercó la rosa a su rostro para olerla y luego comenzó a acariciar el rostro de muchacho sutilmente con ella. Volviendo a hacer que cerrara los ojos.

James se sentía en el mismo cielo. Ligeramente seducido por las caricias de la flor. Dejándose llevar del momento relajante que vivía.

—Yaxley. ¿Te gustan las flores, cierto? —Ella taradeo en respuesta. — Quizás algún día, te de unas. O durante las estaciones.

Rose Mary detuvo el movimiento de la rosa.

—¿Durante las estaciones? — Vió al chico asentir. Levantando sus manos para atrapar un rizo de sus rojos cabellos jugar con él.

—Si. En invierno, te he traído a ver rosas. En verano te daré girasoles, en primavera veremos flores de cerezo y lavanda en el jardín y en otoño. Te daré un ramo de crisantemos, margaritas y todas las flores que aparezcan en otoño. —Ella sonrió. Sonrojada. Dejando escapar una pequeña y risueña risa.

James se comenzó a levantar mientras ella reía. Para poder sentarse y acomodarse mejor. Pero se encontró a sí mismo observando los labios brillantes de la pelirroja.

Se veían atractivos y su boca picaba ligeramente por tener los suyos, contra los de ella.

Rose Mary guardó silencio al notar que él no decía más. Pero al ver su mirada, se sonrojó furiosamente.

Ambos no se dieron cuenta que se habían acercado. Sus rostros casi se tocaban, y sus ojos entrecerrados solo enfocaban los labios del otro.

—Yaxley...Rose; déjame besarte.— Murmuró a pocos centímetros de ella.

—Potter. Yo-

Guardaron silencio y se acercaron un poco más. Sus labios se rozaban y estando a nada de tocarse. Un fuerte ruido los separó.

Rápidamente James fue tacleado por un perro negro. Que ladraba y corría por todo el lugar, haciendo un revuelo con todas las cosas; ocasionando que Rose Mary se levantara sorprendida por la escena.

—¡Padfoot! ¡Ya! ¡Mierda, quieto! —El Potter se levantó y tomó con fuerza al perro, que se dejaba hacer por el chico per gruñía levemente a la pelirroja.

—¿Sabés quién es el perro? —Preguntó ella.

James asintió, pensando en una rápida excusa.

—Es un perro pulgoso, callejero que alimentamos los chicos y yo. A veces viene al pueblo por comida y siempre jugamos juntos. —Mencionó lanzándole una mala mirada al animal. — Pero parece que dueño actual lo dejó suelto de nuevo. Ya le toca baño. No te le acerques, desde aquí me veo las pulgas.

El perro parecía ofendido; tomando con su hocico la túnica del muchacho comenzando a sacudirla buscando romperla.

James comenzó a forcejear con él y a pelear a gritos. Mientras que Rose recogía las cosas y reía levemente.

—Potter, vamos. Hace algo de frío. —El muchacho de lentes le pegó al perro con un palo pequeño en la cabeza y luego observó a la joven. Que sacaba un buñuelo para dárselo al animal. —Seguro tiene hambre. Le dejaré esto.

—El siempre tiene hambre.—Murmuraba Potter. Tomando la mano de la joven y saliendo del lugar. No sin antes mirar mal al perro.

Ya hablaría con Remus sobre dejar suelto a la mascota del grupo. Mucho más cuando casi lograba lo que quería.

Un beso de la rosa que comenzaba a encantarlo. Pero padfoot lo había arruinado.

Cuándo ambos de marcharon, el perro cambió su forma y comenzó a reír. El ojigris limpió una lágrima que se le había escapado por la risa y tiró el buñuelo a otro lado.

No pensaba recibir nada de esa pelirroja; y si podía arruinar los momentos que se consideraban importantes. Para convencer a James, que ella no era compatible un él. Lo haría.


𝑽𝒐𝒕𝒆𝒏 𝒚 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆𝒏. 𝑷𝒐𝒓 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓, 𝒆𝒗𝒊𝒕𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒔𝒆𝒓 𝒍𝒆𝒄𝒕𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒇𝒂𝒏𝒕𝒂𝒔𝒎𝒂𝒔

⚝──⭒─⭑─⭒──⚝

Padfoot me caes mal.

Justo tenías que arruinar un bonito momento.

Pero ya habrán otras oportunidades.

99% suerte Potter, 1% Fé.

[PRÓXIMO CAPÍTULO 5/10/23]

Julliet Hope ☀️

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