𝑽𝒐𝒕𝒆𝒏 𝒚 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆𝒏. 𝑷𝒐𝒓 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓, 𝒆𝒗𝒊𝒕𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒔𝒆𝒓 𝒍𝒆𝒄𝒕𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒇𝒂𝒏𝒕𝒂𝒔𝒎𝒂𝒔

⚝──⭒─⭑─⭒──⚝

James y Rose observaron la carta con curiosidad; y el pequeño búho de plumas revueltas, ahora sobre el cabello de su dueño, los veía interactuar curioso. El Potter le dio la vuelta al sobre y lo abrió por el costado; no queriendo dañar el sello de cera de sus padres. Pero aún así sacando su contenido.

─¿Y bien?─ Preguntó Rose Mary.

─Déjame ver.─ Abrió el pergamino y comenzaron a leer juntos lo que decía.

Querido Hijo

James, tu padre y yo nos arriesgamos a enviar a Comet sabiendo que una tormenta se avecinaba; pero a pesar de todo. Quedan pocos días para tu cumpleaños, y para cuando la tormenta menguara; enviar esto sería muy tarde y no tendría sentido.

Queríamos anunciarte; que hablamos con Dumbledore hace una semana; específicamente cuando nos encontramos con tu linda novia. Que por cierto; es una chica muy dulce y la aprobamos para salir contigo en su totalidad.

Rose Mary se sonrojó y desvió la mirada hacía sus zapatos, encontrándolos más interesantes que la sonrisa traviesa del joven a su lado. James se aclaró la garganta y prosiguió con su lectura.

Tu padre dice; que y cito. "El mundo es tan pequeño, como para haber tenido la casualidad de encontrarnos con ella; no solo en un almuerzo improvisado, sino también en una carismática charla entre rompedores de reglas" Ya sabes como es él.

Volviendo a nuestra charla con el director; se te ha concedido el permiso a ti; a Siri, Remus; Peter. El equipo de quidditch y a Rose para que pasen la tarde en Hogsmeade con nosotros por tu cumpleaños. Sabemos que acostumbras a celebrarlo en la sala común. Pero Rose no tiene permitido entrar a la sala de los leones y mucho menos a la torre de Premios Anuales.

Entonces, para evitar ese problema. Rosmerta accedió a darnos el servicio de Las Tres Escobas; para un almuerzo con tus amigos; y una cena en familia, es decir, que pasada la hora de la fiesta. Los demás regresaran a Hogwarts y tu, te quedaras con Rose aquí para cenar con nosotros.

Queremos verlos a ambos y saber más de como ha comenzado esta historia de amor entre ustedes. Nuevamente, cito a tu padre. "Si James no trae a la florecita; tendremos un problema ¡No todos los días tienes la oportunidad de molestar a tu hijo con un romance!". Cabe destacar que estoy en completo de acuerdo con él. A tu tío Charlus le hubiera encantado.

Sin más que agregar. Cuidate mucho; saludos a los chicos y dile a Sirius que duerma sus horas; se graduará este año y necesita descansar para los exámenes o se lanzará al lago negro en el proceso. Saludos también a Rosie y que se cuide muchísimo.

Con Amor.

Mamá.

─Tu madre es muy dulce.─ James asintió; guardando la carta y repitiendo en su mente las últimas palabras.

─Si, ella tiene esa habilidad. Ama a todos y todos la aman por igual. 

"Con amor. Mamá". A James siempre se le derretía el corazón cuando sus padres dejaban atrás sus títulos importantes y lo trataban con tanto aprecio; al igual que a Sirius, siempre al pendiente de él y sus tonterías. De la salud de ambos y que fueran bien en sus estudios. James no sabía que haría si los perdiese tan pronto. Quizás se convertiría en un hombre digno de su apellido, con una familia; un trabajo ejemplar como auror y llevaría las riendas tal y como su padre hacía. Pero a James le encantaba arrodillarse frente a su madre y recostar la cabeza de su regazo, dejando que ella lo peinara y le cantara suavemente como a un bebé.

Rose, al leerlas palabras y escucharlas al mismo tiempo de la boca de su novio; se sintió nostálgica. ¿Cómo era posible, que aquella mujer que conoció en Diagon, ya la aceptara dentro de su circulo familiar y la tratase como si fuera su propia madre? Pudo sentir la magia fuerte y cálida dela mujer, reflejada en el pergamino; haciéndola sentir triste y en calma al mismo tiempo.

Extrañaba a su madre y ahora; la madre de James la hacía sentir como si nunca la hubiera perdido.

Ambos mantuvieron el silencio, reflexionando tranquilamente del calor y el cariño que la carta desprendía. Comet variaba su vista entre su dueño y la pelirroja. Ululando disconforme ante la falta de atención. Salieron de sus pensamientos cuando un pequeño ratón pasó frente a ellos y terminó por subir por el pantalón del chico; mostrando su cabeza en un espacio suelto entre la cadera y el cinturón; haciendo que James lo tomara con cuidado y ocultara de la vista de su búho.

─¡Wormtail! ¡Comet está aquí, no deberías estar corriendo de esa forma y menos eligiendo me como refugio en estos instantes!─ El pequeño ratón alzó la mirada y se refugió entre la manos del chico, evitando la vista del esponjoso depredador en la cabeza de su amigo.

Rose viendo esto; tomó al búho y lo alejó con cuidado.─ ¿Ese es Peter? ─James asintió dando unos pasos lejos de ella para poder bajar a su amigo y dejar que regresase a su forma humana.─ ¡Es adorable!

Peter se giró de repente, mareándose al instante y siendo sostenido por el mismo James; observó a la pelirroja sonreirle y sus orejas se pusieron lo más rojas y calientes posibles, abochornado de haber sido llamado en su forma de merodeador. 

─¡Rosie! ─ James tosió indiscretamente y señaló al búho. Peter hizo una mueca y suspiró─ No, estoy en guerra con tu bola de plumas.

─¡Por favor! ¡Comet intentó comerte una sola vez!

─¡Eso es más que suficiente! ¿No crees? Esa maldita bestia es igual de rara que tu, Potter. 

─¡Yo no soy raro! ¡Rose dile a Peter que no soy raro!

Rose rió a carcajadas mientras se acercaba a ambos chicos; dejando que el ave volase de nuevo a su anterior nido (conocido como el cabello de James) y así poder juntarse sin problema junto a los dos merodeadores. Remus hizo aparición minutos después; llevaba una soga en sus manos y tiraba de ella con cuidado. Los tres lo observaron y los chicos no pudieron evitar reír ante la graciosa escena del Gryffindor de un extremo; mientras que el otro tenía amarrado a un gran perro negro que se dejaba arrastrar sin levantarse del suelo.

─¿Me ayudan por favor? ─Pidió el castaño.

James y Peter negaron.

Rose observó al perro y luego miró a James.

─¿No es el mismo perro que nos interrumpió en nuestra primera cita y trató de morderme?

Padfoot; levantó la cabeza del suelo al escuchar a la pelirroja y rápidamente se cubrió el hocico con sus patas; ya que era observado por los cuatro humanos a su alrededor. James asintió a la pregunta de la pelirroja y se cruzó de brazos.

─Si; el mismo. Cómo puedes ver; Remus es su dueño, y aquella vez se le perdió de vista. 

Remus, confundido, miró desde su amigo al perro y suspiro, soltando la soga. ─Sirius; ya. Rose sabe que eres tú.

Sirius, o en su caso actual Padfoot observó a Remus soltar la soga que lo amarraba y se puso de pie; observándolos a todos fijamente; siendo correspondido. Con las orejas bajas; acercó su hocico a la mano del castaño y este le acarició la cabeza. Con ello se sacudió fuertemente dejando a todos mojados gracias a que regresaba de la lluvia; antes de ladrar y lanzarse por otro pasillo lejos de ellos.

─¡SIRIUS BLACK! ─Gritaron los restantes al unisono. Comenzando a correr detrás del perro. 

James tomó la mano de Rose Mary y tiró de ella, comenzando a correr detrás de Remus y Peter, Comet volando detrás de ellos mientras los observaba reír.

El cumpleaños de James llegó en un abrir y cerrar de ojos. El Potter había decidido hablar con su jefa de casa para regresar a la torre de Gryffindor, ya que la torre de los premios anuales le parecía demasiado solitaria, y antes de pedir permiso para que se mudaran sus amigos con él; prefería regresar de nuevo a la torre que lo había visto crecer durante siete años. Cabe destacar que la profesora accedió, alegando que le era más sencillo controlarlo estando en la sala común de la casa, que en un ala distinta. Claro que los merodeadores se desentendieron de ese punto y se encerraron en conjunto en su habitación.

Como habían predicho sus padres, el 27 de marzo había caído un sábado, y Dumbledore no había tenido problema en organizar una salida normal a Hogsmeade gracias a que había amanecido bastante despejado y no parecía haber señal de tormenta alguna. Los fanáticos del quidditch estaban felices pues significaba que al día siguiente; si el tiempo no empeoraba para la tarde o la noche. Reanudarían la final de quidditch. Aunque James había amanecido más emocionado por la salida que por el posible partido del día siguiente.

─¡FELIZ CUMPLEAÑOS PRONGS! ─Fue lo que lo recibió esa mañana al bajar a la sala común. 

James sonrió en grande; saltando los últimos tramos de la escalera y corriendo a abrazar a sus amigos; cayendo los cuatro en un montón de cuerpos desparramados al suelo; entre risas y gritos de felicitaciones. Al mismo tiempo, los gemelos Prewett asintieron al resto del equipo de quidditch y se lanzaron sobre los merodeadores; siendo ahora al menos diez u once cuerpos amontonados causando la risa de todos en la sala común.

─¡FELIZ CUMPLEAÑOS CAPITÁN! ─Sirius fue el primero en levantarse y alejarse de todo el montón de cuerpos, siendo ayudado por Alice y Mary.

─Oigan; ya James es mayor de edad...Cómo diría mi linda abuela. Ya estás lo suficientemente grande como para obligar a casarte, ¿no crees? ─James se levantó junto al resto y acomodó sus gafas con una mueca.

─Por favor Sirius; eso se lo dijeron a tu tío. Y nunca se casó. ─Todos asintieron gracias a que conocían la historia del tío soltero de Sirius.─ Y por esa misma razón, no te dijo nada en tu cumpleaños diecisiete. 

Sirius asintió sonriendo.─ Pues por eso mismo lo dije, ¿No crees?

James le lanzó un cojín que su mano encontró de primera instancia.─ Yo si me quiero casar estúpido. 

Peter los observó riendo y negó. ─¿Y si Rose te dice que no? ─Toda la sala común miró al Potter y este se lanzó sobre el merodeador más pequeño. ─¡Auxilio, novio abandonado en el altar salvaje!

─¡PETER VEN ACÁ! ─Todos los Gryffindor volvieron a reír apoyando al más pequeño a huir de las garras de la furia del Potter. Minerva quien había estado en la sala común para cuando todos saludaron al chico, sonrió nostálgica. Amaba definitivamente a sus chicos. 

Bajaron en grupo junto a la profesora, para ir a comer. Riendo y gritando; armando bullicio para dejar en claro que era el cumpleaños del chico Potter. Haciéndolo reír mientras que Remus le colocaba una corona de cartón pintada de amarillo y los gemelos lo alzaban en el aire gracias a un leviosa; Causando que el chico riese a carcajadas durante el trayecto de la torre al Gran Comedor. Al bajarlo en medio de la mesa; el chico agradeció a todos sus compañeros por empezar de aquella forma el día. 

─¡Oigan! Se me olvidó decir algo. ¡FIESTA EN LAS TRES ESCOBAS POR MI CUMPLEAÑOS! ─Sirius levantó la mano mientras lo observaba; haciendo reír a Remus y a Peter. ─Si Sirius; papá y mamá pagaran por eso.

─Gracias; la última vez que dijiste eso, nos obligaste a pagar por todo. ─Media mitad de la casa roja y dorada asintió; mirando de mala manera al de lentes que se había encogido de hombros.

─Pues perdón; había perdido el dinero en una apuesta... Pasado pisado. Ush. ─Dirigió la vista hacía la casa de las serpientes y la enfocó en aquellos ojos azules que tanto le gustaban. Saludando a su novia con un asentimiento y ella le lanzó un beso; modulando con sus labios un bajo "Feliz Cumpleaños". James pasó todo el desayuno con una sonrisa tonta; incluso dejando que Peter y Remus le robaran parte de su desayuno y Sirius le hubiera quitado la corona para usarla él.

Mientras todos desayunaban; las lechuzas con la mensajería entraron de repente; causando conmoción en todos los estudiantes. Así mismo en los profesores; que no esperaban aquello. Pues normalmente todo era entregado después de la comida. Dejaron caer de forma masiva y veloz un gran numero de publicaciones del diario el profeta. Los compradores habituales del diario pagaron apresurados por ellos, seguido de sus compañeros quienes curiosos tomaban las planas para averiguar que ocurría.

Un grito en la mesa de Hufflepuff los alertó a todos; rápidamente observaron la primera plana del periódico y quedaron helados. 

─Maldita sea...─ Murmuró Remus mostrando le a sus amigos el diario. 

CALLEJON DIAGON BAJO ATAQUE

La mañana de hoy, 27 de Marzo, se ha registrado ante el ministerio un ataque premeditado dentro del famoso callejón Diagon.

 Causando el desconcierto y temor de todos los magos y brujas que transitaban el mismo; quienes corrieron a esconderse al ver a los aurores atacar a un grupo de magos que portaban sospechosas túnicas oscuras y mascaras.

Tal parece ser; gracias a un testigo que salía del conocido Cladero Chorreante; uno de esos magos oscuros apareció en el mismo lugar. Parecía un simple mago evitando las miradas del resto y paseando a la entrada del callejón Knocturn. 

Dijo no prestar más atención de allí y seguir su camino hacía el emporio de las lechuzas; pero al instante en que giró la cabeza. El mismo mago salia del callejón seguido de otros tantos y comenzaron a atacar la cristalería de las tiendas; causando una fuerte explosión. 

Nuestro testigo anónimo fue quien notificó a los aurores; quienes acudieron al llamado y alzaron frente a quienes causaban el disturbio. En un enfrentamiento frente a las puertas del Banco para magos "Gringott" donde se estipula, era. El lugar al cual se dirigían dichos magos oscuros. 

El ministerio aclara a nuestros lectores; que después de esto, se pondrán en manos de interrogar a los cuatro magos capturados en el combate. Y que todo parece estar bajo control.

Pero nos preguntamos... ¿Es esto cierto?

Redactado por. Arthur Selwyn. 

Ver Pag 3. ¡Magos oscuros más conocidos!

Ver Pag 5. ¿Horrores tras la caída de Grindelwald?

Ver Pag 15. Maleficios y orígenes de las artes oscuras.

Los murmullos se levantaron con rapidez; todos se cuestionaban el origen de este ataque dentro del callejón y otros tantos comentaban su miedo de que sus padres o familiares estuvieran de paseo en ese día en especifico y hubieran sido atacados. Rose Mary observó de reojo a Severus, mientras que este arrugaba el periódico y evitaba que los de primer año observaran aquella noticia. Todos los demás de séptimo en las cuatro casa hacían lo mismo. Los de primer año eran muy jóvenes para vivir el terror de una noticia como esa y creer que algo podría haberle pasado a sus padres. 

─Rose...─Ella desvió su vista hacía su hermano quien pálido señaló un punto en una esquina de la imagen en movimiento de los magos de túnica oscura. El sello de la casa Yaxley puso observarse por unos instantes.

Ella sonrió con cinismo; lanzando le el periódico a Severus para que lo encendiera en fuego; mientras que su expresión se endurecía gradualmente mientras seguía observando a su hermano.

Si su padre había estado en el ataque; no había sido victima. Al contrario; era uno de los agresores. 

Los merodeadores también notaron el detalle; y los cuatro se observaron entre ellos con preocupación. Sobre todo el mismo James; quien sabía y conocía lo que pensaba Rose de su propia familia; más aún al haber abierto los ojos y ponerse en su contra. 

𝑽𝒐𝒕𝒆𝒏 𝒚 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆𝒏. 𝑷𝒐𝒓 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓, 𝒆𝒗𝒊𝒕𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒔𝒆𝒓 𝒍𝒆𝒄𝒕𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒇𝒂𝒏𝒕𝒂𝒔𝒎𝒂𝒔

⚝──⭒─⭑─⭒──⚝

¡TAN TAN TAAAAN!