𝗖𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝗙𝗼𝘂𝗿🌹
𝐌𝐚𝐫𝐚𝐭𝐨𝐧 𝟏/𝟑
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Estar en la enfermería el primer día de clases no era el mejor plan de todos. Mucho menos teniendo a Madame Pomfrey mencionando a regañadientes, que debía ser más cuidadoso y más de los golpes en la cabeza.
Claro, como si hubiera sido él el que apropósito buscara los problemas.
¡Estaba claro que los problemas lo buscaban a él!
El dolor del golpe ya había pasado, y por ende ya se podía retirar de allí. Sirius había bromeado con haber extrañado su cama predilecta en la enfermería. Lo que terminó con Remus golpeando al ojigris con su libro, también en la cabeza para que guardara silencio.
Se habían perdido el desayuno y la primera clase a la que ahora iban tarde, tenía que ser transformaciones. La profesora Mcgonagall debía estar furiosa, más que acostumbrada a que siempre llegaran tarde a sus clases.
La mirada severa de la profesora, cuando les abrió la puerta del salón, era más que obvia, estaban en grandes problemas.
—Potter, Pettigrew, Lupin, Black. Hasta que se dignan a honrarnos con su presencia en el primer día de clases. — Los cuatro desviaron las miradas a cualquier otro sitio mientras entraban al salón. — Señor Potter, creí haber sido clara con usted sobre su nuevo puesto y responsabilidades.
James antes de tomar asiento en su lugar habitual, se tensó. Mirando fijamente a la profesora y jefa de su casa. Quien con una ceja levantada, esperaba una respuesta de su parte. Sus ojos almendrados se desviaron rápidamente por todo el lugar, atrapando a un par de ojos verde brillantes, quien con disgusto le observaban.
Su corazón dolió.
—¿Y bien señor Potter? —Insistió la profesora.
—Si profesora, soy consciente de mis responsabilidades. ¡Pero tengo el permiso de Madame Pomfrey! —Con sus manos buscando en su mochila, sacó el justificante de la enfermería; entregándoselo a la profesora, quien asintió.
Sin mediar alguna otra palabra, la clase siguió con normalidad. Los Slytherin se reían cada tanto de su persona y murmuraban sobre lo estúpido que se había visto quedando mal frente a todos. Sirius lo observaba cada tanto mientras trataban de realizar el ejercicio de practica de convertir la rata en una copa.
—Pss, ¿Prongs, estás bien?
James asintió, devolviendo la forma de la copa a su estado original, tomando la rata con sus manos para pasarla a la mesa continúa.
—¿Seguro? —.Insistió el ojigris.
—Vean nada más; Black preocupado por su novio.
Todos guardaron silencio, y James giró el rostro para encarar a Anthony Yaxley. Quien estaba de pie aún lado de su hermana, riendo junto a Mulciber y Avery. Snape estaba sentado con la chica; pero no les prestaban atención.
—Yaxley, no empieces. Gracias, que no te hemos hecho nada ahora. —Sirius también se había puesto de pie, Enfrentándose al contrario.
—¿O qué Black? Un traidor como tú no me da miedo. Sigue defendiendo el honor de tu novio anda. Que es lo único que te queda. Desheredado, cualquiera se vende al primer postor. —El grupo de serpientes comenzó a reírse. Apoyando al chico.
Remus rápidamente sostuvo el brazo de Sirius, y James se puso de pie; evitando que el Black se lanzara contra el Slytherin. Soltando un suspiro, observó de reojo como Mcgonagall se acercaba al fondo del salón, para detenerlos.
—Señor Yaxley, señor Black. ¿Algo que compartir con la clase?
Yaxley negó, tomando asiento como si nada, sin quitar de su rostro aquella sonrisa petulante.
—Yo no profesora; ya no sé Black. Ya que ama tanto llamar la atención, quizás y si tenga algo que decir.
James vio como la pelirroja de Slytherin tiraba de la túnica de su hermano. Haciendo una mueca y abriendo los ojos con ímpetu. Pareciendo que le pedía que guardara silencio. Mcgonagall se giró a ver a Sirius, esperando que dijera algo o que terminara de sentarse de nuevo en su sitio. Aunque el ojigris estaba bastante enojado y Lupin aún lo sostenía de los brazos, buscando que volviera a su sitio.
—Pads, ya. —Girándose a verlo, le guiñó un ojo para que guardara la calma. —Solucionaremos después con ellos.
Aquello pareció apaciguar la ira latente del Black; haciendo que se sentara y volviera su atención a lo último que decía McGonagall.
Sintiendo un peso a un costado suyo, Potter observó de reojo como unos ojos azules brillantes lo seguían observando. Correspondiendo a su mirada, había girado su rostro hacía la pelirroja al otro lado del salón. Quién levantó una ceja ante la pequeña guerra de miradas que ambos mantenían.
Al sonar la campana y dar por terminada la clase, Remus lo jaló rápidamente para llamar su atención. Quedándose el cuarteto detrás, justo antes de que los últimos de Gryffindor y Slytherin salieran. Quienes respectivamente eran Marlene McKinnon y Lily Evans; además de Severus Snape y Rose Mary Yaxley.
La rubia y la pelirroja charlaban felizmente, antes de acercarse a ellos y cortar su conversación de momento. Siendo Lily quién se aclaró la garganta, dirigiéndose especialmente al chico de gafas.
—James. ¿Ese permiso de Pomfrey era real? —Marlene soltó un resoplido que hizo que la pelirroja la codeara. —Digo, ya sabes. Con todos los problemas en los que se metían antes.
James suspiró, asintiendo.
—Lo es, me perdí el desayuno incluso. Pregúntale a Remus si no confías en nosotros tres.
El mencionado asintió, explicando la caída y el golpe que había recibido el otro chico y la forma.
Las dos chicas asintieron, despidiéndose de ellos antes de salir del salón. Dejándolos atrás nuevamente.
Peter se giró y observó a los dos Slytherin que conversaban tranquilamente, caminando a la puerta para retirarse. Notando que James, Remus y Sirius también los observaban. Tiró suavemente su cabello y se acercó a ellos.
—¡R-Rose Mary!
La chica movió su cabeza, sonriéndole al pequeño Gryffindor. Causando que Snape resoplara.
—Peter Pettigrew, ¿qué ocurre? ¿Puedo ayudarte en algo?
—Yaxley. Vamos. —Severus habló.
El más pequeño de los merodeadores, abrió su mochila presuroso y sacó un pequeño pañuelo que cubría algo. Rápidamente lo puso en la mano de la joven y corrió por la puerta, dejando atrás a sus amigos y a los dos Slytherins.
James que miraba curioso lo que su amigo había hecho, observó las manos de la joven, que descubrían un pequeño buñuelo cremoso con azúcar espolvoreada. La sonrisa de la chica era curiosa, miraba el buñuelo con ternura antes de tomarlo y llevárselo a la boca.
Snape abrió la boca para replicar, pero la chica negó haciendo que guardara silencio. Ambos retomaron su camino hacía la salida para dirigirse a la otra clase.
Sirius quién había visto la escena montada por los dos Slytherins, bufó cruzándose de brazos.
—Snivellus no esperó nada a romper su acoso a Evans, que ya se buscó otra pelirroja que le haga caso. —Su burla había calado en James. Quién enarcando una ceja pensaba en lo que su amigo había dicho. —Además. ¡¿Qué rayos fue eso de Peter?!
Ignorando lo último, el de cabellos revoltosos le sonrió a su amigo.
—¿Sabes Pads? Creo que tengo la broma perfecta para desquitarnos con esas serpientes.
Remus negó, suspirando fuerte y dejándolos atrás en el momento en que caminaron a la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas.
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La broma, para cualquiera que lo viera (según el cuarteto) era bastante inofensiva. Solo era un gran globo de pintura permanente de color negro como el alquitrán, que había sido mezclada con algo de lodo, agua con algas del lago negro, un poco de comida para abraxans que Hagrid les había dado inocentemente y plumas de las lechuzas.
La broma estaba situada especialmente en el corredor principal del segundo piso, que daba a las primeras escaleras para ir al patio interior. Donde los cuatro bromistas esperaban que todo saliera bien.
James, quién se aseguraba que ningún profesor estuviera cerca, rondaba por la fuente, con la insignia de premio anual entre sus dedos. Algo nervioso. Pues, amaba su reconocimiento por sus notas y no quería que se lo arrebataran, su madre estaría muy decepcionada.
Remus estaba sentado bastante apartado de ellos; aún seguía algo sensible de la broma que Sirius le había hecho a Snape, que pudo haber terminado en catástrofe y aunque actuaba con normalidad con sus amigos, aún tenía algo de resentimiento hacía ellos.
Peter, sentado a un lado de Remus, comía algunos pasteles de calderos, bañados en chocolate. Estaba emocionado del espectáculo. Pues se había perdido la formación del plan por haberse ido rápido en esa mañana, pero James se había asegurado de incluirlo, y eso lo hacía sentir bien.
Sirius por su parte, sentado en la misma fuente; veía intensamente al corredor donde estaba el globo gigante. Lo habían desilusionado con un encantamiento para que no se viera. Tenía su varita en mano, para hacerlo explotar en el momento en que las voces de Yaxley, y su grupo se hicieran presentes.
En un momento dado, James pasó por décima vez frente a él. Cansado se aclaró la garganta.
—Prongs, ya. Todo saldrá bien. ¿Porqué estás tan nervioso?
—No estoy nervioso Pads. Solo ansioso; quiero ver sus caras con esto.
El brillo de la insignia en sus dedos, llamó la atención del ojigris, quién puso los ojos en blanco.
—¿Tienes miedo que McGonagall te remueva de tu cargo?
Potter miró la insignia y la guardó en el bolsillo de su pantalón. Suspirando levemente.
—Algo así. —Admitió.
—Vamos, lo peor que puede pasar es que llamen a Monty y a Euphie. —Ironizó al Black.
—¡Eso es a lo que temo! —Revolviendo su cabello tomó asiento al lado de su mejor amigo. —Papá y mamá estarán muy decepcionados.
Sirius abrió la boca para consolar a su amigo, pero antes de poder decir algo, una voz a sus espaldas lo interrumpió. Causando que el hechizo que tenía preparado para reventar el globo saliera disparado y se escuchará un asqueroso "PLAF" de todo el líquido salpicando las paredes.
Varios pares de ojos miraban sorprendidos el pasillo. Que ahora bañado en color negro y un horripilante hedor, emanaba hacía todos lados.
—Vaya, veo que hicimos bien en no tomar esa ruta. —Los merodeadores de giraron como almas que lleva el diablo, para ver de dónde provenía esa voz.
Anthony Yaxley y su grupo estaban detrás de ellos, con los puños apretados a cada lado de su cuerpo y una mirada de odio hacía los perpetradores de la broma.
Snape y Rose Mary también estaban con ellos, siendo el pelinegro, quién tomaba la mano de la pelirroja para alejarla de la atención. Aquella acción de parte del Slytherin, causó que el miope de Gryffindor apretara los puños sin saber por qué. Pensando que quizás era su simple odio hacia la presencia del chico.
—Debería acusarlos con el director directamente. Pero no haría falta, hasta su oficina debería de llegar el hedor. —La mueca burlona en su rostro hizo reír a su grupo. —Aunque me pregunto. Si eso estaba allí. Y nosotros acá. ¿Quién sufrió por su broma ahora?
Remus quién con la cara más pálida de lo normal, observaba al grupo, se giró rápidamente al escuchar sus palabras. Observando como una cara conocida los observaba con los ojos llenos de lágrimas.
Llamando la atención del Potter, lo hizo girar hacía quién había recibido la broma. Causando que el chico se sintiera mareado y con fuertes ganas de vomitar por el horror y la sorpresa de ver a quien le había caído todo aquello.
Los ojos verdes que tanto amaba, ahora. Bañados de tristeza, odio, y demás emociones (y algo de la apestosa mezcla) lo dejaron helado.
—Lily...
𝑽𝒐𝒕𝒆𝒏 𝒚 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆𝒏. 𝑷𝒐𝒓 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓, 𝒆𝒗𝒊𝒕𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒔𝒆𝒓 𝒍𝒆𝒄𝒕𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒇𝒂𝒏𝒕𝒂𝒔𝒎𝒂𝒔
¡Maratón 1/3!
Estoy sorprendida que TRG esté creciendo de esta forma. Por eso. Les traigo este maratón de tres episodios, que posiblemente suba entre hoy. Mañana y el domingo. Por algunos inconvenientes de tiempo y trabajo.
Pero cada vez, se pone un poco más interesante.
Una broma que salió muy mal. ¿Qué pasará ahora?
Sigamos viendo pronto.
Julliet Hope ☀️
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