𝗖𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝗙𝗶𝗳𝘁𝗲𝗲𝗻 🦌
𝑽𝒐𝒕𝒆𝒏 𝒚 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆𝒏. 𝑷𝒐𝒓 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓, 𝒆𝒗𝒊𝒕𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒔𝒆𝒓 𝒍𝒆𝒄𝒕𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒇𝒂𝒏𝒕𝒂𝒔𝒎𝒂𝒔
⚝──⭒─⭑─⭒──⚝
—Severus.
—¡Esto no es contigo Snivellus! ¡Lárgate de aquí!
El pelinegro recién llegado estudió con la mirada la escena. Black sangrando por la boca, Pettigrew por la nariz. Rose Mary en los brazos de Lupin con la mejilla algo inflamada.
Por un instante sus ojos se abrieron de sobre manera con terror al ver el rostro de la joven y quién la sostenía.
Rápidamente se acercó a Lupin con su varita desvainada, apuntando directamente a su cuello. Su cuerpo irradiaba rabia hacía el castaño. Pero sabía que inconscientemente tenía miedo.
Aún no superaba el trauma de la casa de los gritos.
Ver a la pelirroja en los brazos del ya reconocido hombre lobo lo aterrorizaba. Más con los otros dos bastardos sangrando por alguna estúpida razón.
—¡Rose Mary! Ven. ¡Aleja tus sucias y malditas manos de ella, Lupin! —Exclamó el Slytherin.
Remus con cuidado soltó a la joven, dejando que fuera con el pelinegro. Sus ojos ámbar estaban fijos a la varita que amenazaba su cuello.
Peter y Sirius también apuntaban a Snape con sus varitas, pidiendo que retrocediera. Pero el amante de las pociones solo tenía su atención puesta en el castaño; con una mano hacía atrás, manteniendo a la chica a sus espaldas.
En su consciencia los gritos en la maldita casa de los gritos de repetían; frente a él no tenía a un estudiante. Frente a él estaba el monstruo que gracias a Black, pudo haberlo matado.
—Severus, por favor. La estaba ayudando. —Habló Remus. Volviendo a ser apuntado por el Slytherin.
—¡Aléjate de ella, dije! ¡No te atrevas a tocarla! ¡Tú...Ustedes..! —Rose Mary jaló a Severus del brazo llamando su atención y negó.
—No pasa nada. Iba a las mazmorras y me resbalé. Black y Pettigrew venían subiendo y resbalaron conmigo cuando caí sobre ellos. Por eso los tres estamos así. —El de los ojos negros no le creía a la chica, pero miraba de reojo al otro merodeador.— Él me ayudó a levantarme. Lo juro. No me hicieron nada.
Sus ojos azules se encontraron con los grises de Black. Antes de desviar la mirada y seguir buscando la atención del Slytherin, haciendo que bajara la guardia contra el castaño.
Lupin mantenía sus manos en alto. Suspirando bajo al entender por qué estaba Severus a la defensiva. El sentimiento de la rabia creció levemente y miró de reojo a Sirius. Acusándolo por la situación en la que se encontraban. El ojigris bufó. Bajando su varita.
—Severus. Vamos. Ya vendrán los demás. —La voz de la joven era la única que se escuchaba, tratando de que el pelinegro se moviera. —Vamos.
Dándose la vuelta, la chica se detuvo en seco. Frente a ella, a espaldas de Severus. Observando a los tres merodeadores. Estaban Regulus Black y Barty. La chica rubia de Ravenclaw. Pandora los acompañaba.
Regulus tenía las manos apretadas en puños, con la vista fija en su hermano. Barty le había quitado la varita, y Pandora sostenía sus brazos por detrás.
Severus se dió la vuelta. Aún con varita en mano, y señaló a los merodeadores.
—Esos tres, estaban solos con Yaxley. La sostenía Lupin, Pettigrew y el hijo de puta de tu hermano. Regulus; están sangrando. Yaxley tiene la cara inflamada.
Pandora se acercó a ambos y tiró suave de la chica, mirando su rostro.
Rose Mary suspiró, se estaba armando un revuelo más grande del que debería. Eso no le gustaba para nada. Aún le dolía un poco el rostro, pero no era nada de gravedad.
—Que bajo haz caído Sirius.
—Regulus. Cierra la maldita boca. Moony, Wormtail. Vámonos.
Los Slytherins les cerraron el paso a los tres leones, apuntando sus varitas hacía ellos, logrando que retrocedieran.
Los dos hermanos Black se veían fijamente. Cada uno con más rabia que el otro.
—Dos perros y su mascota. Hermoso encuentro. Díganme. ¿Qué le hicieron a nuestra Rosa? —Habló con burla Crouch.
—Eso no es asunto de ustedes.
—Sirius...¡Cierra ya la boca! —Lupin dió un paso al frente, sosteniendo con su mano la varita del Black más joven. — Nos vamos. No le hicimos nada. Ella ya se lo dijo a Snape. La ayudamos.
Los dos Slytherin vieron a la pelirroja que asintió rápidamente. Pandora no lo creía y Snape mucho menos. Aún así, los dos bajaron sus varitas.
Los dejaron ir.
Lupin tirando fuertemente de la túnica de Black, y Pettigrew dándole una mirada a los de túnica verde. Sobre todo a Rose Mary. Quién negó moviendo su mano, pidiendo que se marchara.
Al quedar los Slytherins y la Ravenclaw solos, los tres chicos giraron su vista a la pelirroja.
—Por favor. No pasó nada. Quiero ir a descansar. —Severus resopló.
—Vamos, explícale la hinchazón de tu mejilla a Anthony. —Rose Mary negó levemente.
—Lo va a confundir todo. Dirá que me atacaron.
—¿No lo hicieron? —Cuestionó el Black menor.
Ella negó firmemente. Siguieron sin creerle.
Se vieron los unos a los otros. Snape al final bufó y sacó de su túnica un poco de esencia de dictamo. Colocándolo con cuidado en las manos de la joven.
—Frotalo en tu rostro. —Rose Mary asintió.
Caminaron todos a las mazmorras algo más calmados; la chica iba frotando suavemente el dictamo. Severus se detuvo en la entrada y observó a la rubia de Ravenclaw.
Pandora negó, abrazando a los tres restantes del cuarteto y despidiéndose de ellos.
—“Basilisk” —La puerta de la sala común se abrió con el susurro de la clave.
Todos los demás miembros de la casa de las serpientes, estaban en la sala común. La mayoría solo recogía sus cosas, y el resto de séptimo año seguian estudiando las teorías de las clases.
Snape chasqueó los dedos hacía los dos de quinto y les indico que subieran a sus habitaciones. Regulus estaba renuente, pero terminó jalando a Barty para subir.
En los sillones frente a la gran chimenea. Estaban Emeret Avery; Mulciber. Nott y el mismo Anthony. Quienes no les prestaban atención a los dos recién llegados.
Anthony por un instante levantó la vista del libro que estaba leyendo y observó a su hermana.
—¿Dónde estabas? Cuándo llegue no estabas, fuiste la primera en irte.
Rose Mary negó. Sentándose al lado de Severus.
—Me entretuve en la biblioteca. Estaba con Severus. —Anthony tarareo.
Mulciber comenzó a reírse en bajo. Codeando a Avery.
—Creo que nuestro Severus, pronto será familia de Anthony eh.
Snape rodó los ojos. Le agradaba Rose. Quizás y más que la misma Lily Evans. Con quién abría cruzado no más de cuatro frases a lo largo de los tres meses de clases.
Rose Mary. A diferencia de Lily. Veía a Severus como un amante de las pociones. Con un gran talento. Prefería ayudarle y compartía su pasión por la investigación. Lily en cambio, había sido su mejor amiga. Pero había apoyado más a quien lo juzgaron solo por su apariencia y afinaciones.
Rose Mary no era fan de las artes oscuras; su familia era de magia gris. Neutral. Siendo sangre pura, nunca lo juzgó. Desde el primer día tomó en cuenta su opinión para trabajar con él y se mostraba emocionada de compartir con él.
Ella era demasiado buena para estar en una casa llena de seres malvados y oscuros. Él mismo lo sabía; indirectamente se había prometido cuidar de Rose Mary.
—Dejen de hablar. Me dan jaqueca. —Masculló hacía los dos idiotas. —Ya dije que me enfocaré en mi maestría.
—¡Oh vamos, Snape! —Emeret Avery se levantó del sofá y rió — ¿Qué tanto te cuesta enviarle un contrato de esponsales a Lord Yaxley? Anthony te da el visto bueno.
Anthony levantó la vista de su libro y lo cerró con fuerza.
—¿Cuándo dije yo que permitía aquello? —Emeret guardó silencio.— Eso creí. Vamos. Snape, te vemos arriba.
El pelinegro asintió, abriendo su libro de pociones y concentrándose en su lectura.
Rose Mary le sonrió ligeramente a su hermano al despedirse y abrazó sus piernas en el sofá. Ocultando su rostro entre sus rodillas.
—¿Por qué no vas a descansar?
—Severus. Tengo tantas cosas que pensar. No puedo dormir tranquila.
El ojinegros rodó los ojos, sin despegar la vista de su libro.
—¿Por qué saliste con Potter? Mira a lo que te ha llevado, te han lastimado.
—James no hizo nada; yo acepté salir con él porque quería. Fue amable y lindo. —Suspiró. —¿Te ha hecho algo con sus bromas este año?
—No, no desde lo de Lily. No ha hecho nada. Es lo que me temo. No puedo bajar la guardia contra ellos. —Rose Mary levantó levemente el rostro y asintió.
—Es entendible...
—En la caja frente a ti, hay poción para dormir sin sueños. Toma una; no más de allí. Sé que te enfermas con facilidad. —Ella revisó la caja y tomó la poción que le indicaban. — Ve a descansar Rose.
—Gracias Sev.
El chasqueó la lengua, aferrándose más a su libro. Sin decir nada más.
⚝──⭒─⭑─⭒──⚝
𝑽𝒐𝒕𝒆𝒏 𝒚 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆𝒏. 𝑷𝒐𝒓 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓, 𝒆𝒗𝒊𝒕𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒔𝒆𝒓 𝒍𝒆𝒄𝒕𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒇𝒂𝒏𝒕𝒂𝒔𝒎𝒂𝒔
⚝──⭒─⭑─⭒──⚝
Bueno, tenemos un Severus que adoptó a nuestra flor. ¿Qué significará eso a futuro?
Ya lo veremos.
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