Capítulo Trece
—Haerin, creí que éramos amigos... ¿Por qué huyes de mí?
El falso tono triste de Felix hizo que Haerin tuviera ganas de vomitar.
La chica se encontraba corriendo por el bosque con el rubio detrás de ella. Se estaba desesperando ya que no podía encontrar una salida, era como si estuviera dando vueltas en círculos.
—¿Sabes? Igual me da algo de tristeza lo que me ocurrió esa noche...
Si no estuviera tratando de escapar de él, Haerin se habría quedado congelada al oír eso.
—¿No vas a decir nada?
Una idea cruzó por su cabeza, pero no sabía si era buena.
De todas maneras, lo iba a hacer.
—¿De verdad no sientes ni un poquito de pena por mí?
Haerin comenzó a escalar uno de los árboles, la voz de Felix se sentía algo lejana. En un movimiento en falso, su pie resbaló y casi cae, pero logró sujetarse bien y continuó subiendo.
—Yo estaba solo esa noche... Y ellos me perseguían, lo que está pasando no lo elegí yo, es porque tenía que pasar...
"¿De qué diablos está hablando?" Se preguntaba Haerin, pero no era tiempo para distraerse, había una posibilidad de que lo que decía era solo para distraerla.
—Mi cabeza se golpeó con una gran piedra por culpa de ellos y siguen ahí libres como si nada, creo que debería darles una visita después de esto.
Haerin continuó escalando hasta llegar a la copa del árbol, ahí trató de ubicarse, pero lo único que veía eran más y más árboles.
Odiaba escuchar a Felix hablar porque la distraía, pero ahora él no decía nada y le ponía los nervios de punta, ya que no sabía dónde estaba.
Sus ojos captaron un espacio el cual no tenía árboles, pero a penas podía verlo porque se encontraba bastante lejos. Sintió algo de esperanza, aunque no estaba muy segura si era una salida o no.
De pronto, el árbol en el que estaba se empezó a sacudir con fuerza y ella perdió el equilibrio, su cuerpo cayendo de la copa.
—¡¿Crees que puedes escapar de mí?!
Haerin logró sujetarse de una rama, pero ya no estaba tan alto y Felix se encontraba justo abajo.
—¡Déjame en paz! ¡¿Qué te hice?!—La chica exclamó con lágrimas en los ojos y su corazón latiendo con fuerza.
—Creo que no entiendes que esto es necesario.
—¡¿Por qué?! ¡¿Quién diablos eres?! ¡No creo que Felix haría esto!
—¡¿Y tú cómo sabes si nunca le hablaste antes?!
—¡Porque ahora mismo estás hablando como si fuera otra persona!—Felix la miró desconcertado—Ya no sé ni quién eres...
El ambiente se quedó tenso por unos segundos, hasta que el chico volvió a sacudir con mucha fuerza el árbol.
Tanta fuerza que no parecía humana.
Haerin soltó un grito tratando de agarrarse con fuerza a una rama, pero sabía que no iba a soportarlo por mucho tiempo, así que comenzó a pensar en qué podía hacer para escapar de ahí.
—¡No hagas esto más difícil, Haerin!
—¡¿Y qué?! ¡¿Acaso debo dejar que me mates?!
Haerin entró en pánico al ver que Felix empezó a escalar el árbol.
Siguió escalando más alto y luego algo cruzó por su cabeza, bajó un poco y cuando Felix estuvo a punto de agarrarla se lanzó del árbol hacia el suelo.
—¡Agh! ¡Mierda!—Se quejó tocando su pierna.
Pero no era momento para eso.
Prefería sentir ese dolor a que Felix la atrapara y la matara.
Se puso de pie como pudo y salió corriendo, aunque le costaba un poco.
Corrió lo más que pudo, no sentía a Felix seguirla y tampoco se escuchaba su voz. No sabía si eso era bueno o malo.
Soltó un quejido por lo bajo ya que su pierna dolía mucho, pero no podía detenerse.
De pronto, un cuerpo se lanzó sobre ella y la derribó en el suelo, haciéndola gritar.
—¿Creíste que ya habías escapado?—Ese era Felix.
Haerin lo miró con los ojos llenos de lágrimas.
☠︎︎
—¿Quién es usted?
Minju seguía preguntando a aquella misteriosa mujer y ella solo miraba a Minho, quien se encontraba muerto de miedo.
—Lee Sunhee.
—¿Se llama igual que la madre de Minho?—Minju frunció el ceño sin comprender.
—No, tonta...—Minho murmuró por lo bajo.
—Entonces no enti-....—La chica guardó silencio y miró a la mujer con sospecha—¿Cómo sabe el nombre de la madre de Minho?
—¿Cómo no iba a saber el nombre de la mujer que me destruyó la vida?—Soltó una risa que les erizó la piel a ambos.
—¿A qué se refiere con eso?
—Ella me quitó a mi hija.
Minho se paralizó.
—¿Qué?
—Mi hija, ella la arrebató de mis brazos, dijo que yo no era digna de criar a un ángel como ella...
—¿Cómo se llama su hija?
—No alcancé a ponerle un nombre.
—¿Crees que sea verdad?—Minju le susurró a su amigo, pero este se encontraba muy inmerso en lo que la mujer decía.
—¿Por qué...?—Minho trataba de buscar las palabras correctas—¿Por qué mi madre dijo que usted no era digna de criar a su hija? ¿Quién es usted? ¿Por qué está en el bosque?
Sin embargo, el chico ya tenía sus sospechas después de ver aquellas velas con sangre y la túnica que aquella mujer poseía.
Hubo silencio por algunos segundos.
—¿De verdad quieres saber?—Ella sonrió de forma macabra.
—Minho—Minju jaló del brazo de su amigo—Vámonos.
La chica no entendía nada de lo que estaba pasando, pero tenía tanto miedo que sentía que se iba a largar a llorar ahí mismo.
Minho retrocedió unos cuantos pasos, teniendo en mente salir corriendo, pero de forma repentina la mujer se tiró al suelo.
—¡Tengo el alma podrida!—Exclamaba entre llantos—¡No soy digna de nada en esta vida! ¡Por eso me arrebataron a mi hija! ¡Por eso ahora estoy con sed de venganza!
Minju se quedó petrificada, no había manera de que eso de verdad estaba ocurriendo.
—¡Por esa razón le hicimos eso a ese muchacho!
Minho parpadeó confundido.
—¿A qué muchacho?
—A uno que encontramos sin vida...
—¿Sin vida?—El chico la miró aturdido—Y... Ese chico, ¿cómo era?
—Rubio... Cuando lo vimos estaba pálido, pero lo que más resaltaba en él eran sus pecas.
Minho y Minju sintieron náuseas en ese momento.
—¿Pecas...?—La chica murmuró con desconcierto.
¿Estaba hablando de Felix? ¿Era por eso que Ruiqi le había advertido sobre él?
—Felix...
☠︎︎
Haerin trataba de resistirse ante el agarre de Felix.
—¡Déjame en paz! ¡Yo no te hice nada! ¡¿Por qué me quieres justo a mí?!
—¡Nada de esto es casualidad, Haerin! ¡Abre los ojos! ¡Mira a tu alrededor! ¡¿Nunca te has preguntado qué pasó en tu infancia?! Ya que no tienes ningún recuerdo de ella...
—Tengo recuerdos de mi infancia...
—¡Pero son vagos! ¡Y ninguno de ellos son realmente importantes!
—¡Tuve unos recuerdos hace un rato!—Eso hizo que Felix guardara silencio—Pero no comprendí nada, no sé porqué justo fueron esos...
El rubio apretó los labios.
—¿Sobre qué se trataban?
Haerin soltó una risa irónica.
—¿De verdad esperas que te lo diga después de tu traición?
—Yo no he traicionado a nadie—Felix habló con firmeza—Para empezar, nunca estuve de tu lado.
La chica le miró dolida.
—No debiste haber confiado así en un desconocido.
—No eras un desconocido para mí... Yo te consideraba un amigo—La voz de Haerin sonaba rota.
—Porque eres demasiado ingenua, tratas de verle el lado bueno a todos, pero debes entender que no todos lo son.
—Siempre lo supe, no tengo porqué entenderlo ahora. Es solo que tú parecías normal.
—¿Piensas que no soy normal?
—No lo pienso, lo afirmo.
Felix alzó una ceja.
—¿Cómo una persona normal podría hacerme tener alucinaciones?—Haerin tragó saliva—Ruiqi me dijo que las tengo desde pequeña... ¿Todo este tiempo fuiste tú?
—Y ahí es donde te equivocas...
La chica lo miró con ojos muy abiertos.
—Si no eras tú, ¿entonces quién?
—Era tu propia conciencia.
Haerin se quedó atónita.
—¿Qué?
—No lo entenderías.
—¡Entonces explícame!
—No quiero—Felix sonrió—Me divierte verte tan desesperada.
El rubio se esperaba que Haerin llorara o que se enfadara, pero para nada se esperó que una sonrisa apareciera en los labios de ella.
—Y a mí me divierte verte perder el tiempo...
—¿Qué?
—A este punto, ellos ya deberían estar aquí.
Y antes de que Felix pudiera reaccionar, un golpe le llegó al rostro.
—¡Haerin!
Eran Ruiqi, Yeonjun y Seungmin.
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