━Capítulo Tres
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❝ DOS ES MEJOR QUE UNO, ¿RECUERDAS? ❞
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〘 ✰.༄☼︎ 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟎𝟑☼︎༄.✰ 〙
–— viaje —–
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RYLIE VEÍA CON ABURRIMIENTO DESDE SU SILLA COMO CARL UNA Y OTRA VEZ fallaba cada vez que quería dar en el blanco con los dardos. Dios, ya empezaba a enojarse con ese juego.
—Acompañennos.
—Alguien debe quedarse a cuidar a Judith —respondió Rylie con simpleza encogiendose de hombros.
Recientemente se había acordado al menos entre los mayores que saldrían
a una nueva exploración con algunos pocos alexandrinos entre ellos Rick y Aaron en busca de nuevas cosas o comida para la próxima vez que volvieran los salvadores.
Si, era injusto, pero era ahora su realidad. Una realidad que ni Carl ni Rylie podían comprender tan fácil.
Justamente esa mañana saldrían y tenían contemplado llevar a ambos con ellos y a Rowan –quién seguía dormido en la planta de arriba– para no dejarlos solos pues les preocupaba que por obra del destino los invadieran.
No dudaban de sus habilidades, pero aún seguían siendo niños como para sentir lo que era morir.
—Hay gente dispuesta a ayudar —explicó Rick intentando persuadirlos sin mucho éxito —. Solo nos iremos unos días como mucho. Necesitamos provisiones. Van a regresar pronto.
—¿Así seran las cosas ahora?
—Sí, será así —respondió Rick al escuchar el tono de su hijo y notar su poca concentración —. Lo sábes.
—Te veo en unos días —musitó Carl
para después ponerse de pie e ir por los dardos clavados en la pared.
—Estaremos bien, Rick. Sabemos
pelear y defendernos —comentó Rylie intentando calmarlo mientras se ponía de pie para ir a abrazar al hombre —. Jude estará a salvo y Rowan también. Además, estaremos mejor aquí.
—Confío en ti, rubiecita —musitó Rick con una sonrisa débil justo después de separarse unos centímetros —. Trata de no hacer tantas locuras, ¿si? Y vigila a Rowan y Carl, uno nunca sabe de que son capaces esos niños.
—Tranquilo, yo me haré cargo de mantenerlos a salvo.
Rick le dió una última mirada antes
de salir de la habitación junto a Aaron
y Michonne. Pasados unos minutos la morena volvió por sus cosas y para su sorpresa ambos seguían donde mismo.
Rylie parecía sumida en sus pensamientos como para ponerles tanta atención.
—¿Por qué no lo acompañas?
—Tengo cosas en las que pensar —respondió Michonne al castaño al mismo tiempo que se colgaba su mochila.
Carl rápidamente se pusó de pie.
—¿Qué hay que pensar?
—En como hacer esto si se puede.
—No se puede —exclamó Carl en
voz alta a la mujer que consideraba
su madre —. No, así no.
—No es lo que piensa tu papá...
—Y se equivoca —continuó diciendo el chico con un tono más algo mientras ella echaba algunas botellas a la mochila —. Lo sabes.
—Aunque piense que es así no estoy segura —respondió Michonne antes de dirigirse a la puerta —. Cambiate la venda y se bueno con Olivia. Rylie, te lo encargo.
—Cambio y fuera, Mich.
Carl se giró a ver a su novia que sonreía un poco mientras se acercaba a él y al instante fue recibida con un beso.
—Ya la oíste, eres todo mío —musitó Rylie con diversión y picardia a su oido antes de tomarlo de la mano para que la siguiera —. Anda, necesitas cambiarte esa venda y no aceptaré un no.
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Para cuando Rowan despertó notó que
el sol de colaba por una de las ventanas y rápidamente se cambió de ropa pues la que llevaba ya estaba muy sucia. Todo estaba en pleno silencio y eso no era una muy buena señal después de todo.
Por ende bajó las escaleras con cuidado observando el lugar en busca de Rick, Michonne o su hermana y justo cuando creyó que no había nadie escuchó unas risitas conocidas provinientes de la sala.
Cuál no fue su sorpresa al encontrar a
su hermana intentando sin mucho éxito amarrar la venda de Carl. Cuando el de mirada azulada se percató de la llegada de Rowan instantaneamente se cubrió pues la inseguridad de su herida seguía presente y pocas personas tenían la más minima oportunidad de verlo así de inseguro de si mismo.
—¿Qué se supone que intentabas hacer, mujer?
—Pues quería ponerle la venda limpia, pero alguien no deja de moverse —respondió Rylie con un gesto bastante serio enfatizando la palabra alguien a su novio —. ¡Ya calmate, lombriz!
—¡Ey, a mi muchacho me lo respetas!
—Es que realmente parece una lombriz porque nunca se dejó de mover —comentó la rubia mirando de mala manera a Carl, quien solo sonreía.
—Bueno, los dejo —informó Rowan antes de revolver la cabellera suelta de su hermana para dirigirse a la puerta
—. Iré a dar una vuelta.
—Anda, sí, huye con Enid...
—Te amo mucho, tonta —exclamó Rowan lanzole besos al aire al mismo tiempo que salía de la casa.
—Ay, como me cae mal.
—Lo adoras y eso se sabe —
musitó Carl con una sonrisita
traviesa mirandola a los ojos.
—Menos habla y más acción, ahora si prepara esas vendas.
Mientras tanto Rowan caminaba por
las calles de Alexandria. Se sentía bien estar en casa de regreso, pero eso no quitaba el hecho de que Daryl Dixon no estaba con ellos y eso lo hacía sentir triste. Por otro lado aún seguía con el pendiente de que Negan cumpliera su amenzaba y volviera por él para hacerlo una especie de salvador. Jamás estaría de su lado eso era seguro.
Estaba demasiado sumergido en sus pensamientos cuando de la nada se detuvó justo enfrente de los muros traseros dónde encontró a cierta chica intentando escalar.
Ella también parecía sumida en su mundo porque ni siquiera se oyó las pisadas del rubio hasta que él habló.
—¿Otra vez intentando escapar?
La chica se giró un poco solo para verlo mejor mas no desistió de su acción y siguió acomodando unos tubos entre las rejas para mayor soporte a la hora de trepar. Oh, no. Ella no iba a quedarse.
Y ahí estaba él.
Mirandola con diversión y un brillo
en sus ojos que resplandecía su mirada cada vez que la veía. Se mantenía a un par de metros mirandola de brazos cruzados a la espera de su respuesta.
¿Cómo es que sin hacer nada o decir nada luce genial? Pensó Enid dandole una mirada aparentemente molesta.
—No intento escapar, genio.
—Pues parece...
—Quiero ver a Maggie.
—¿Caminaras hasta Hilltop? Es lejos.
—Estaré bien —respondió Enid restandole importancia al asunto mientras empezaba a trepar.
—Tal vez necesitarás ayuda o un ayudante.
—¡Estaré bien! —repitió ella con firmeza logrando que él la mirada duramente —. Se que quieres salvar a todo, Ro, pero es algo que quiero hacer yo sola. Además, no estás en las mejores condiciones para salir o pelear. No quiero cargas.
Rowan bajó la mirada algo entristecido mientras en su mente pensaba que ella no quería tener que lidear con él ni con la débilidad que ahora tenía después de estar días sin comer y sus heridas.
—No quise decir eso, yo...
—No, Enid. Iré contigo y me da igual
si quieres o no —sentenció con un tono que la hizó sentir regañada —. Creo que no entiendes que solo quiero protegerte. Si algo te pasará no podría vivir con eso. Te amo, Enid. Más de lo que creí hacerlo anteriormente y todo lo que hago es solo para cuidarte. Por favor, dejame ir.
—¿No hay manera de hacer que te quedes, verdad?
—Nop.
Enid sin muchas opciones asintió despreocupadamente aunque solo lo hizó para que no notará el sonrojo visible en sus mejillas.
¿En serio la amaba aún con todos sus errores y su miedo a ser amada? ¿Y si ella no podía quererlo de la manera tan intensa que él? ¿Qué pensaría? Esto iba más allá de una amistad y ambos eran concientes de ello, pero, tenía miedo de no ser suficiente para Rowan y dañarlo en cualquier momento.
Rowan simplemente comenzó a subir
los improvisados escalones de Enid sin mirar atrás. No la dejaría ir sola a Hilltop, no cuando los salvadores los tenían vigilados de todos lados. Si se llegaban a topar a Enid sola quien sabe de que serían capaces.
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Lo que se suponía tendría que ser un día completamente normal y extra aburrido en Alexandria se había convertido en una especie de busqueda del tesoro para Rylie.
Su hermano no estaba en ninguna
parte y el miedo de que lo hubieran secuestrado o raptado se hacía presente con tanta intensidad. Aunque Enid támpoco estaba así que supuso que se habían ido juntos, aunque no sabía con exactitud a dónde.
Caminando por el bosque vió pisadas que la llevaban a la carretera así que las siguió.
Si, se dirigen a Hilltop.
Fue así como Rylie iba subida en una bicicleta por una desolada carretera a la comunidad recientemente descubierta en busca de su hermano pues aunque ya tenía edad para cuidarse solo estaba preocupada. ¿Y si algo malo les llegó a suceder o si fueron victimas de los salvadores?
No llevaba más que su espada en su espalda, una mochila con un par de cosas como agua y latas de comida, y un improvisado botiquín de emergencia.
Se había escapado literalmente pues a nadie le había dicho que iría en busca de su hermano mayor ni siquiera a Carl y después de caminar sola y reflexionar sus actos se sintió mal por lo decirselo.
Dios, él va a odiarme.
Después de horas de vagar por la carretera llegó a lo que parecía ser una tienda cercana a una gasolinera y se bajó de la bicicleta para explorar un poco pues había unaa mancha extraña en el concreto que llamó su atención.
Su mente trabajaba para encontrar una razón cuando se escucharon lo que parecían der gruñidos de caminante y así era. De entre los abustos apareció uno de ellos que apenas la vió se acercó como pudó a ella.
Ryle desenfundó su espada y estaba
a punto de partirle el cráneo en dos cuando algo la apartó. Como si fuera un milagro un automóvil arrolló al zombie justo frente a ella y el vehículo terminó chocando contra unos tubos.
Segundos después el caminante se pusó de pie y el loco del automóvil le dió para atrás eatampando al muerto contra una pared del local.
La rubia se acercó lentamente al automóvil mal eatacionado con su espada en mano dispuesta a matar al extraño si era necesario.
Su rostro de sorpresa no pasó por desapercibido al ver que el conductor loco bajaba el vidrio y era nada más y nada menos que Carl Grimes.
—¿Qué rayos haces aquí, vaquero? —cuestionó Rylie con molestia cruzandose de brazos a la espera de una respuesta —. ¿Estás siguiendome acaso? No, aquí la pregunta es: ¿cómo me encontraste?
—Primero que nada, hola lindura —musitó Carl con una sonrisa coqueta apoyandose ligeramente en el marco de la ventana —. Digamos que no eres muy discreta y eres malisíma rastreadora. Solo quería salir a pasear.
Rylie lo miró con los ojos entrecerrados, pero aún así una sonrisa pequeña se hacía notar.
—¿Qué dice, señorita? ¿Damos una vuelta?
—¿Y morir tan jóven? —respondió la rubia sonriendo con diversión ante la mirada coqueta del chico —. No, gracias, Grimes.
—Te divertiras, preciosa.
—No tienes que hacer mucho para convencerme —musitó Rylie arrugando la nariz con molestia antes de dirigirse a la otra puerta —. Más te vale no hacer que me arrepienta de seguirte el juego.
——— ✮✧☾✧✮ ———
Las horas pasaron y cuando menos lo pensaron ya se había echo de noche. Los dos adolescentes no quisieron moverse pues era riesgoso ir de noche así que optaron por quedarse a dormir en el automóvil mal aparcado hasta que la
luz del día iluminará por la mañana.
Ahora ambos contemplaban el cielo nocturno sobre ellos mientras estaban sentados sobre la parte superior del carro con un par de latas de fruta ya vacías a un lado.
—Esto me trae viejos recuerdos.
—¿Qué cosa?
—Tú y yo viendo las estrellas —respondió Carl en voz baja sin apartar
la mirada de las luces en el cielo —. Recuerdo que cuando estabamos en la prisión me dijiste que tu estrella favorita era Sirio porque es la más brillante y algo más que no recuerdo. Me tenías loquito que solo estaba enfocado en la hermosa chica que me hablaba.
—Pues loquito aún estás, mi amor —comentó Rylie divertida recargando su cabeza en su hombro sutilmente —. Y si, es justo lo que te conté. Me alegra que aún recuerdes eso. ¿Tienes alguna estrella favorita, Carl?
—Diría que Polaris, la estrella polar —respondió Carl señalando vagamente el cielo cubierto de estrellas —. Si te llegas a perder solo debes seguirla.
—Creí que no sabías de estrellas.
—Digamos que se un poco.
—Mi madre solía decirme que las personas al morir se convertían en estrellas en el cielo —informó Rylie jugando distraidamente con la mano entrelazada del castaño —. Cuando murieron mis abuelos maternos eso cobró sentido. A ella le gustaba creer que ellos seguían ahí cuidandola de lejos, iluminando su camino.
—Nunca me haz contado sobre tu familia, Ry —comentó el ojiazul en voz baja dandole una fugaz mirada —. No hace falta que me cuentes si eso te pone triste, yo solo...
—No, debó hacerlo. Quisiera que conocieras un poco de mí, de la persona que solía ser —respondió ella con firmeza quitando algunas lágrimas rebeldes de sus mejillas —. Vincent,
mi papá, era profesor de Álgebra y Emmeline, mi mamá, era enfermera. Fueron los mejores padres que tuvé y les agradezcó por todo, pero sin Ro yo no estaría aquí. Apesar del trabajo de mi mamá siempre nos demostraba lo mucho que nos quería a ambos. Llegaba cansada, pero su sonrisa no se iba y papá, era un ángel. Él siempre tenía espacio para sus hijos y solía ser tan estricto con las clases de matemáticas.
—Suenan como unos padres sensacionales.
—Lo eran hasta que la vida se los llevó a la mala...
Carl se quedó en silencio sin saber que decir porque sabía que había tocado un punto sensible para ella. Su familia.
—Estás temblando, Ry —comentó el ojiazul abrazandola contra él al sentirla temblar —. ¿Quieres que vayamos al interior del auto?
—S-Sí, eso estaría genial.
Con cuidado bajaron de dónde estaban subidos y entraron al asiento trasero del vehículo. Rápidamente el castaño buscó en la cajuela algo para taparse y con suerte encontró una vieja manta a nada de romperse y subió un poco los vidrios para que el aire frío no les entrará más.
Después se acomodó como pudó en el asiento atrayendo a Rylie hacía él para estar más cómodos no sin antes quitarse el sombrero y ponerlo en otra parte.
—¿Aún tienes frío?
—No tanto como hace un minuto —respondió Rylie abrazando su torso con suavidad quedandose en silencio por unos segundos —. ¿Por qué viniste, Carl?
—¿Por qué viniste tú?
—Por mi hermano y Enid, no quiero
que nada les pase —susurró la rubia quitando un hilillo suelto de la manta con disimulo —. Ahora respondeme, ¿qué haces aquí?
—Vine por tí, para asegurarme de que estuvieses a salvo —respondió Carl con seguridad de si mismo dejando un beso en una de sus sienes —. Además, jamás dejaría que vagaras sola por el bosque ni por carretera. No me perdonaría nunca si algo malo te pasará. ¿Qué tal si los salvadores te encontraban, eh?
—Pues tendría que pelear por mi vida. No me importaría mancharme un poco las manos de sangre...
—Dos es mejor que uno, ¿recuerdas?
Rylie rodó los ojos, pero asintió sutilmente mientras Carl la tomaba
del mentón con delicadeza para que
lo viera directamente a su único ojo.
—Los encontraremos juntos, ¿sí?
—Tú ganas.
—Esa es mi chica.
El castaño se inclinó un poco hasta el rostro de la chica de espaldas contra su pecho y le dió un beso que rápidamente fue correspondido.
Pero como todo beso siempre querían más. Era imposible saciar esa sed que tenían el uno por el otro.
—Mamá tenía razón contigo, eres la indicada para mi —musitó Carl sobre sus labios luego de separarse por unos segundos a recuperar aire —. No me imagino con alguien más que no seas tú, Rylie Giselle Everson.
—Entonces eres un vaquero con
suerte —soltó ella de repente en medio de una risita mientras se acomodaba en otra posición para tenerlo de frente —. Es que Lori sabía de lo que es bueno.
Y fue ella quien comenzó a repatir
besos por todo el rostro del chico, besos que pronto fueron descendiendo a su cuello haciendolo tragar saliva.
—Rylie...
Ella no se detuvó.
—¿Si, Carl?
—¿En serio vamos a...
—Si quieres sí.
—Digo si quiero, pero, ¿tú lo quieres? —preguntó el ojiazul alejandose un poco de ella temeroso —. No hay problema si no quieres. No te obligare a nada que no quieras, bonita.
—Claro que quiero, tonto —respondió Rylie con una risilla para después bajar un poco la mirada avergonzada —. Aunque no se como hacerlo bien.
—Aprenderemos juntos, amor.
El chico se alejó un poco para buscar
la manera de bajar el asiento del conductor y cuando lo logró pusó unos trapos que encontró sobre este para después pedirle a la rubia que se acomodará en el.
—Voy a besarte, ¿eso está bien para ti?
—Más que bien.
Y comenzó a mover sus labios sobre
los de ella con delicadeza, acción que pronto fue correspondida por ella.
Rylie no podía estar más en su mundo con un solo nombre en mente, Carl.
Conforme fueron pasando los minutos sintió que no bastaba, quería más y sin mucho cuidado enrredó sus dedos sobre los el largo cabello de su chico, quien en este instante disfrutaba de todo.
—Vámos, no muerdo...
El mencionado con manos temblorosas le quitó la chaqueta y después la camiseta de resaque que llevaba debajo deteniendose como pidiendo permiso con la mirada y ella asintió.
Finalmente la rubia quedó en sostén y aún con manos temblorosas Carl hizó lo que pudó por quitarlo sin éxito cosa que terminó sacandole una sonrisa a Rylie.
—Hombres, encima de brutos, desesperados.
El castaño solto una risilla nerviosa sintiendo calor en sus mejillas y tragó saliva cuando la vió a los ojos.
—No es la primera vez que me vez en ropa interior, vaquero —musitó ella, pero él no respondió y temió lo peor así que se cubrió asustada —. Dí algo, por favor. ¿No soy bonita?
—Ry, dios yo... —balbuceó Carl con
las mejillas rosadas apartando las manos de ella de sus pechos —. Tú eres wow... perdón si quedó como un jodido puberto, es que nunca había visto, ya sabes unos...
Rylie soltó una risilla y sintió que
todo estaba bien. No había porque
tener vergüenza por ahora y con una sonrisa pícara se lanzó sobre sus labios comenzando una sección de besos y caricias.
En plena acción la rubia fue quitandole la camisa de cuadros y pronto la camiseta de manga larga para estar en las mismas condiciones.
—¿Qué? —soltó Carl con diversión al ver la mirada atónita de su novia apenas la prenda estuvó fuera —. No es la primera vez que me ves sin camisa, desesperada.
Retomaron un nuevo beso que se
sentía más ansioso, más desesperado. Rylie sentía las manos de Carl recorrer su torso y cintura con desesperación deteniendose varias veces para acariciar sus pechos con sus manos y dandole suaves besos en cada uno de ellos cosa que terminó sacandole varios suspiros a la chica en el proceso.
Ella no se quedó atrás y tocó a su
antojo el torso del chico que si bien no estaba tan ejercitado a la vista de ella era perfectamente lo que buscaba.
No tardó en notar la cadena con el
anillo de Carl atado a ella y sonrió porque sabía que apesar de todo seguía conservando el simbolo de su unión con él tal como lo hacía ella con su anillo.
—Aún lo tienes —comentó Rylie con
una sonrisa deteniendose para apreciar la cadena en su torso desnudo.
—Jamás lo perdería y me parece que tú tampoco, cielo.
De pronto ambos ya estaban sin pantalones para que no hubiera otra cosa que estorbará y continuaron.
Las caricias de Carl pronto descendieron a su abdomen y sintió como el cuerpo de la rubia se estremecía ante el contacto de su palma sobre sus piernas y parte de su abdomen bajo.
En medio de aquella acción la rubia se acercó a él sentandose en su regazo con rápidez removiendose inquieta por la presión en su abdomen ante su toque, pero ella no era la única ansiosa y eso se notaba en Carl.
—Dios, ¿no que no sabías?
—Digamos que de algo sirvió la charla de papá —musitó Carl en voz baja algo avergonzado sin dejar de tocarla por encima de la ropa interior.
—Ninguna tortura se iguala a esta...
Minutos después el deseo era tan fuerte que ambos adolescentes ya no tenían ninguna prenda encima y si llegaron a tener vergüenza en un principio casi al instante se les pasó.
Cuando Rylie creía que ya era el momento con algo de nervios le señaló a Carl su mochila y el botiquín venía un paquetito de condones.
—¿De dónde sacaste esto, Ry?
—Pues venía ahí, de seguro alguien lo echo —respondió la mencionada algo sonrojada apartando la mirada al ver a Carl agitar el paquetito frente a ella —. Checa la caducidad, anda.
—Pues aún funciona —informó el ojiazul después de revisarlo y no tardó en notar el miedo de ella —. Ey, si no quieres seguir está bien.
—No, estoy bien —se apresuró a decirle regalandole una sonrisa sincera antes de acariciar su rostro —. Carl, quitate la venda. Quiero verte sin ese pedazo de tela, por favor.
El mencionado pareció dudarlo un momento. Se sentía algo inseguro de si mismo. Es decir, ella era tan perfecta
y él ahora parecía horroroso con ese hueco en dónde debería ir su ojo.
—¿En serio quieres verme sin ella? No soy muy lindo sin la venda.
—Carl, eres el hombre más atractivo
y perfecto que la vida me pusó en el camino —musitó Rylie incorporandose un poco para dejar un beso tierno en su mejilla —. Tienes el corazón más puro y hermoso que conozco. Con y sin esa herida te he amado y lo sabes. Ahora por favor confía en mi. Eres perfecto, a mis ojos siempre lo serás y eso debe bastar.
Carl sonrió genuinamente y desató el vendaje en su ojo derecho lanzandolo a un lado y dejando a la vista su herida.
Rylie se acercó para besarlo con suavidad preocurando mantener un ambiente para ellos dos mientras el muchacho se encargaba de ponerse el preservativo con cuidado.
El separarse ambos notaban el sonrojo en sus mejillas y la dilatación de sus pupilas.
—¿Segura?
—Muy segura.
Después de un suspiro por parte del castaño la ayudó a recostarse en el asiento extendido mientras se ponía en posición para realizar el acto y siendo cuidadoso procedió a hacer lo debido.
La rubia se sostuvó fuertemente de la espalda descubierta del chico sintiendo un pinchazo en su interior de dolor y sin querer soltó un quejido.
—Dios, ¿estoy siendo muy rudo? —cuestionó Carl bastante preocupado apenas la escuchó —. Si sientes que te duele algo podemos parar.
—No, todo es perfecto —respondió
ella con una sonrisa ante la mirada preocupada de su novio —. Es solo que preocura ser cuidadoso, por favor.
El ojiazul asintió y continuó con el acto tratando de no lastimarla en el proceso. Minutos después empezó a moverse y el dolor se disipó dando pasó a una nueva sensación que más que extraña era una completa alucionación.
Fue así como ambos chicos inexpertos exploraron las distintas sensaciones que les proporcionaban sus cuerpos. Bajo la luz de la luna en un auto tocaron tanto como quisieron y se exploraron uno al otro besandose con pasión hasta que en un momento todo los sobrepasó.
—No puedo creer lo que acabamos de hacer, vaquero —susurró Rylie con una risilla haciendose un ovillo contra el cuerpo semi desnudo de su novio —. Y encima en un auto. Dios, que locura.
Carl soltó una risilla antes de dejar
un beso en la coronilla de la rubia con cariño.
—¿Qué tal tu primera vez?
—Asombrosa, contigo todo se vuelve perfecto.
—Para mi también significo mucho y me alegra que haya sido contigo —comentó el ojiazul dejando suaves caricias sobre la espalda de la rubia —. Fue perfecto.
Rylie sonrió antes de soltar un bostezo y acurrucarse contra él con cansancio al mismo tiempo que sentía la calidez de la manta abrigarla junto a su novio.
——— ✮✧☾✧✮ ———
Por la mañana temprano se pusieron
en marcha a Hilltop dónde se suponía debían estar Enid y Rowan. El auto no quisó funcionar así que tuvieron que seguir a pie por toda la carretera.
—Me and you, and you and me. No matter how they toss the dice, it had to be —canturreaba Rylie mientras veía el paisaje desde la espalda de su novio —. The only one for me is you, and you for me. So happy together...
—I can't see me lovin' nobody but you
for all my life —continuó Carl sin detener su andar con la chica en su espalda —. When you're with me, baby, the skies'll be blue for all my life.
Si, Rylie iba montada sobre su espalda a caballito mirando toda la vegetación a su alrededor. Desde la mañana que los dos andaban de muy buen humor.
—¿No lamentas haberlo visto? —soltó Rylie de repente logrando que el ojiazul se quedará en silencio un momento —. En ocasiones cierró los ojos y lo único que viene a mi cabeza es sangre.
—No, lo ví todo. Las dos veces. No aparte la vista.
—¿Por qué?
—Porque en ese momento supe que debía recordarlo —respondió Carl con la mirada puesta en la desolada carretera mientras pateaba una piedra pequeña —. Así que cuando llegué el día no dudaré en matarlo.
—Se que está mal, pero lo único que pasa por mi mente cada vez que está cerca es matarlo —musitó Rylie en voz baja sosteniendose bien de su espalda para no caer —. Desde que apareció no ha echo más traernos problemas y no le perdono que haya secuestrado a Ro. ¿Lo viste? Está lleno de heridas y moretones.
Otra razón para cortarle la cabeza.
—Perdón por querer encerrarte en la armeria...
—Preferiría haberme quedado ahí,
pero soy demasiado terca. Ahora viviré con eso —musitó Rylie sintiendo sus ojos llorosos mientras recargaba su cabeza en su hombro de Carl —. ¿Crees que los encontremos? ¿Y si algo les sucedió?
—Sí, seguro ya están en Hilltop. No te preocupes.
—Siento pena por Maggie, ojalá ella y su bebé estén bien.
—Esperemos y si.
Continuaron su camino a pie aunque después de un rato Rylie decidió que caminaría por su cuenta y iba un poco más adelante jugando con un diente de león que encontró. Carl iba más atrás viendola con una sonrisa boba digna de un enamorado hasta que algo a un lado de la carretera lo hizó desviarse a ver.
—Ry, espera.
La chica se giró a verlo y él le sonrió señalandole una maleta entre la hierba.
—Dios, no puedo —exclamó Rylie sentada en el suelo negandsose a ponerse de pie —. ¡Voy a caerme!
—Rylie párate, no te vas a caer —comentó Carl acercandose a ella para extenderle su mano y ella lo miró asustada —. Haz echo cosas peores que patinar por una carretera.
—¡Sostenme bien, Carlos!
Carl rodó los ojos y la tomó de ambas manos para ayudarla a ponerse de pie. Onviamente se fue para delante con mucho impulso y terminó agarrandose del torso del castaño muy asustada.
—Dame la mano, no te caeras.
—Jurámelo.
—Yo nunca te dejaría caer, mi amor —respondió Carl con sinceridad y una sonrisa en su rostro cosa que le dió más seguridad a la rubia —. Andando.
Con esfuerzo y muchas palabras de confianza, Carl logró que Rylie avanzará tomada de su mano por supuesto.
Una sonrisa genuina apareció en el rostro de la chica cuando empezaron a moverse sin tambalearse, acción que terminó contagiando a Carl.
Todo era perfecto cuando estaba con él. Siempre se sentía segura con Carl.
——— ✮✧☾✧✮ ———
Después de un rato andando por la carretera se quitaron los patines y continuaron andando esta vez por el bosque hasta que llegaron a Hilltop.
Lo primero que vieron fue un montón de camionetas estacionadas en la entrada de dicha comunidad y había un millón de salvadores cargando quien sabe cosa en las camionetas.
—No creo que Negan este aquí —comentó Carl deteniendose para ver mejor el perímetro preocurando que
no lo fuesen a ver —. Su camioneta es negra.
Rylie observó el lugar cuidadosamente y no tardó en deducir y unir puntos sobre lo que estaba sucediendo.
—No viniste de paseo —murmuró Rylie algo entristecida bajando un poco la cabeza —. Támpoco viniste a buscarme y mucho menos a encontrar a Ro y Enid. Tú... tú me mentiste, Carl.
—No dejaré que se salga con la suya, sabes que no.
—Lo sé.
—Podemos matarlo —propusó Carl de repente girandose para verla directo a los ojos —. Tú también quieres.
—Yo también quiero eso más que nada, pero no quiero perderte en el proceso —respondió Rylie acercandose un poco a él y el chico bajó la mirada por unos segundos —. Si todo sale bien y lo lográs, ¿cómo escaparás?
—No me importa —musitó Carl con desinteres mirandola directamente a los ojos embelesado.
—Pero a mi si —exclamó Rylie en voz baja tomandolo de las manos a la vez que lo miraba con preocupación —. He perdido a muchos y casi a mi hermano. No soportaría perderte a ti también.
Carl soltó un suspiro frustrado antes de pegar su frente con la de ella haciendola cerrar sus ojos por incercia.
Ahí en medio del bosque y con un silencio sepulcral, el ojiazul dejó un casto beso en la frente de la jóven, acción que la hizó abrir sus ojos y encontrarse con la mirada azulada de Carl Grimes en el proceso.
Era como perderse en un mar en calma.
Cualquier pensamiento o preocupación se esfumó pues en unos segundos sintió la respiración agitada de Carl acercarse a ella y su rostro estaba peligrosamente cerca. De pronto sintió los suaves labios del Grimes posarse sobre los suyos y de esta forma creando un apenas delicado roce que fue correspondido de la misma forma por la rubia.
Ella simplemente apretó suavemente sus manos entrelazadas sintiendo aquella sensación de nervios que solía invadirla cuando estaba con él. Cada beso siempre se sentiría especial si era de Carl.
—Te diría que no fueras, pero eres un maldito terco —musitó Rylie sobre sus labios haciendolo soltar una risilla por lo bajo —. Así que iré contigo, vaquero.
—¿Estás seguro? Realmente puede ser peligroso.
—Iré contigo y juntos acabaremos con Negan —informó la rubia segura de sus palabras reafirmando el agarre de sus manos —. Tú lo dijiste, dos es mejor que uno. Así que lo haremos juntos sin importar qué.
—En serio soy un vaquero con suerte al tenerte, cariño —musitó Carl con una sonrisa en el rostro dejando un beso en una de sus mejillas —. Voy a cuidarte. Lo haré con mi vida si es necesario. Vámos a estar bien, lo prometo.
Rylie asintió abrazando el torso del
chico para que después Carl enrollará sus brazos alrededor de ella y dejará
un suave beso en su coronilla. O lo lograrían o morirían, pero lo harían juntos y solo eso importaba ahora.
Ella es demasiado buena para mi...
HOLAAA mi gente bonita, ¿cómo
lxs trata la vida? Ojála y todo bien por allá. ¿Cómo van sus vacaciones de Navidad? Las mías genial <3
Empezemos, ¿qué les pareció esa escena hot entre Ry y Carl? ¿Debí esperar o así está bien? La verdad
ni yo estaba segura de agregarla
aún, pero surgió. Es que siento que
ya hacia falta (dato: Carl se abría esperado a que fuera después en
un lugar más lindo, pero Ry no). Es que siento que era necesario.
Digo son adolescentes en pleno apocalipsis experimentando, NO ME FUNEN PORFIS q lloro 😭 Tampoco quise poner tanto detalle pq luego se alargaba mucho el cap si de por si. (2da nota: tienen 15 añitos de nuevo NO ME FUNEN PLIS q he visto fics q ni se esperan a que crezcan más 😭).
Anyways, mi intensión no es sexualizarlos si saben que todo entre ellos es sano. Esperen prontas actualizaciones y se vinen más cosas chidas. i love so much guys, voten y comenten. Adoro los comentarios (Sofi te amo, nunca dejes de comentar) <3
Mil gracias a lxs nuevxs lectorxs y a todxs lxs que agregan el fic a sus listas de lectura. No saben cuanto me encanta ver su apoyo.
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