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Yoongi miraba el lujoso lugar sin poder creer que se quedarán aquí. Bueno en realidad, se sentía extraño porque esto estaba pasando demasiado rápido.
Para que lo entiendan mejor. Desde que miro al alfa en aquella tienda, su lobo lo traicionó, pues hizo lo que todo omega hace cuando encuentra a su alfa destinado. Si, lo que piensan, desde el momento en que miró a Jung Hoseok, supo que encontró a su otra mitad.
Fue extraño para él, es decir, su vida pasada con un solo alfa fue bastante como para que no quisiera saber nada más de ellos. Tiene miedo de lo que está pasando, no era coincidencia que se encontrará al alfa más de una ocasión. Quiso evitarlo, pero el destino siempre termina ganando y él está demasiado interesado en el alfa como para negar sus sentimientos. No lo conoce aún, sin embargo no presiente nada malo en él.
Pero también su parte humana tiene miedo. Seguro que el alfa le hará muchas preguntas sobre porqué tiene un hijo o su vida, y al menos quería decirle, contarle sobre él después de todo por lo mucho que ha hecho por él sin conocerlo.
Su hermana estaba peor, no le dijo toda la historia sobre ellos, ¿pero como contarle algo que aún no pasaba?. Por el momento solo quiere recuperarse y poder seguir con su vida, aunque cierto alfa no lo dejaría.
—Bienvenidos a mi hogar. Espero que les guste. —les dice el alfa. El lugar estaba medio vacío, solo tenía los muebles suficientes.
—¿Enserio nos dejará quedarnos aquí en lo que mi hermano se recupera? —preguntó Sakura, la hermana de Yoongi. Su tono de voz era gélida.
—Si, pueden quedarse aquí, nadie ocupa este lugar desde hace un tiempo. Faltan cosas,pero pero nada que no ocupen.
Hoseok ayuda a Yoongi a sentarse, ya que aún no puede estar mucho de pie o hacer fuerza.
—¿Era de alguien este lugar? —pregunta Yoongi.
—Era un apartamento que ocupé antes de que me dieran el mío.
—¿O sea que el penthouse que está enfrente es suyo? —dice Sakura sorprendida.
—Así es. Quería más espacio, pero luego me di cuenta que me incomodaba estar solo. Un... amigo vivía conmigo, pero creo que ya se mudo. —susurro bajo pensado en Taehyung.
Había notado que ya sus cosas no estaban, era claro que se fue con ese alfa. No lo culpa, él dejó que se marchara aún sin arreglar las cosas.
El pequeño cachorro sonrió al ver el enorme apartamento, Yoongi lo llamó.
—Ijun, ven aquí.
—Papá, esto es muy grande. Como veíamos en la televisión.
Dice sentándose al lado de su padre.
—Lo sé, es muy bonito. —le acaricia el cabello.
—¿Enserio vamos a vivir aquí papá?
—Si, eso supongo.
Sakura miraba todo desde un rincón, estaba muy curiosa por lo que pasaba aquí, pero a pesar que quiere tomar a su hermano y sobrino e irse lejos, no puede, no ahora que le paso esto a su hermano.
—Ijun, porqué no vamos al piso de arriba a ver la ciudad. —le propone Sakura al pequeño cachorro— Tiene vista al parque.
—¡Si! Ya vuelvo papi y amigo.
—Anda cachorro, ve a explorar.
Le anima Hoseok y lo ve correr con su tía. Yoongi aprovecha esto para poder hablar con Hoseok. Aunque sabía que recordar le mataría de la vergüenza por como fue humillado.
—No tienen de que preocuparse por los gastos, esto es mío. Hoy traerán algo de comida pero mañana vendrán a dejar mucha despensa y cosas que puedan necesitar y... ¿Pasa algo? —pregunta el alfa al verlo serio y con los ojos rojos.
Yoongi asintió.
—¿Es algo malo?
—No es eso. Es solo que... tú me estás dando demasiada confianza y ni siquiera me conoces, no sabes nada de mí. Me siento fuera de lugar, aunque también me siento protegido contigo y tengo demasiado miedo por lo que estoy sintiendo.
Le confiesa. Hoseok tomó sus manos entre las suyas, su lobo estaba pidiéndole que lo escuche, ya que siente demasiada atracción por el omega. Pero era verdad, no sabe absolutamente nada del omega, y él quiere saber todo.
¿Era así cómo se sentía? ¿Estar enamorado por un lazo de destino?
—¿Quieres contarme?
Yoongi asintió. Hoseok era todo oídos, porque incluso si le cuenta esto, lo que sea, no quiere alejarlo de su lado.
Yoongi toma aire antes de empezar.
—Yo nací en Daegu —comienza—, fui criado por dos padres amorosos que partieron de mi vida cuando tenía solo 6 años. No recuerdo muchas cosas de ellos, pero como mi hermana mayor, Sakura, siempre fue como una madre más para mi. No teníamos mucho dinero, yo estudiaba y no era muy bueno en ello. Me gustaba más trabajar y ayudar a mi hermana en los gastos de la casa. Obviamente ella no me lo permitía, solo que para personas como nosotros, la ayuda era algo más importante que el estudio. Solo me gradué de secundaria y me dediqué a trabajar en la pesca. No nos iba tan mal, estábamos tranquilos hasta que yo metí la pata.
Hoseok lo escuchaba atento, suponía que tenía que ver con su hijo.
—A los 19 años conocí a un alfa de mi edad, llegó nuevo al pueblo pesquero. Al principio lo ignoré porque no quería liarme con un alfa. El entró a trabajar a la pesca y en el viaje que tuvimos, el día se volvió tormentoso, casi caigo por la borda, me golpee la cabeza al resbalar, Vernon; así se llamaba él, me rescato. Cuando desperté me enteré de lo que pasó y me dijeron que resultó herido, sentí culpa por mi descuido y fue ahí donde yo me condene. Yo... empecé a tratar con él, al principio me costó entenderlo, sin embargo empezó a caerme mejor. El no era mi alfa destinado, pero por alguna razón me sentía bien con él, acepté ser su novio poco después. Al principio nada raro estaba pasando, solo éramos un típica pareja, hasta que que comenzó mi tortura.
El alfa sintió como Yoongi apretó sus manos entre las suyas, seguro que venía algo muy malo, su lobo estaba gruñendo por dentro.
Yoongi tomó una profunda respiración antes de comenzar con lo más difícil para él. Las cosas que más le dejaron marcas tanto emocionales como por fuera.
—Mi relación con Vernon... no fue siempre mala. Al principio, era perfecto. Era cariñoso, atento... me hacía sentir como el rey del mundo. Era envidiado porque él era muy guapo y un chico sencillo.
Hoseok escuchaba atentamente, sin interrumpir.
—Pero con el tiempo, cambió. Empezó a controlarme, a decirme qué hacer y qué no hacer. Me manipulaba, me mentía... y luego, los golpes comenzaron. El primero lo dejé pasar como un total idiota, me había apegado tanto a él que dejé que ese primer golpe fueran los muchos que venían. Era la primera persona a la que amaba y me apoyaba en mis más tristes momentos. Sakura me decía que no era un buen alfa y no la escuché, la lastimé también a ella por defenderlo, lo cual fue un grave error cuando huía con él.
Hoseok se estremeció.
—Me fui a meter a la boca del lobo. Los gritos, sus borracheras, la falta de atención que me tenía me volvió loco. Intente dejarlo cuando un dia casi me clava un cuchillo porque no le hice su comida favorita. Me decía que si lo dejaba, me haría algo malo. Me amenazaba con lastimarme a mí y a mi hermana. Me sentía atrapado.
Yoongi hizo una pausa, recordando los momentos dolorosos.
—Y luego, se metió con personas peligrosas. Dejó su trabajo en la pesca para trabajar con ellos. Nuestra vida se convirtió en un infierno. Gritos, golpes, engaños... no podía escapar.
Hoseok sintió una furia que jamás había sentido. Apretó un poco la mano de Yoongi.
—Cuando cumplí 23 años, me obligo a estar con él a fuerza. No pude hacer nada. Después me prometió que sería un mejor alfa, se había arrepentido de hacerme eso, pensé que podría cambiar, que podría ser como antes. Sin embargo, cuando le dije que estaba embarazado, me pidió que abortara.
Yoongi se estremeció.
—Me negué, por supuesto. Y entonces, huí lejos. Pensé que había escapado, pero me encontró. Casi me mata... Intenté alejarlo de mi cuando me dejó la cicatriz que tengo en mi rostro. Si no hubiera sido por una persona que pasaba por ahí y llamó a la policía.
Hoseok se puso pálido.
—Lo encerraron, pero juró vengarse de mí. Me he estado escondiendo desde entonces. Incluso su maldita pandilla me obligó a pagar sus deudas, trabajé tanto hasta pagar el último maldito centavo. Fue cuando fui libre, aunque él siguió mandando amenazas.
Hoseok abrazó a Yoongi.
—Lo siento tanto, Yoongi. No sabía.
Yoongi se secó las lágrimas.
—No es tu culpa, Hoseok. Solo quería que supieras la verdad. Quiero dejar el pasado atrás y empezar de nuevo contigo. Me gustas, después de todo el infierno que pasé, cuando te vi en aquella tienda, supe que me gustabas demasiado. Incluso tratando de pasar de ti siempre te encontraba, y mira, aquí estamos.
Hoseok sonrió suavemente.
—Estoy aquí para ti, Yoongi. Si se que es raro que esto esté pasando, también me sentí así por ti. Lamento tanto todo el dolor que pasaste y el que muy hijo de puta te hiciera trabajar para pagar algo que no debías. Eres un omega increíblemente fuerte. —Lo abraza con cuidado de no lastimar su hombro—. El pasado es pasado, no quiero que te atormentes más pensado que no me gustarías por eso, al contrario, creo que me gustas un poco más, porque si Yoongi, también me gustas mucho. Incluyendo a tu pequeño cachorro que es mi amigo, quiero todo el paquete contigo.
Ambos se abrazaron, encontrando consuelo en su amor mutuo. Yoongi, de alguna manera, eso le hizo sentir feliz, porque pensó que lo rechazaría. Se quedaron así, siendo sólo ellos dos hasta que bajó corriendo Ijun. Hoseok lo sentó en su regazo. Sakura que los miraba desde arriba, sonrió, parecían una familia feliz y esperaba que fuera así porque por su hermano, es capaz de todo.
Pero primero quiere advertirle algunas cosas.
Jimin miraba por la ventana el mar, sonrió gustoso pues él ama el amor y que viniera de viaje con su alfa le daba ese toque especial. Moría de ganas de salir, pero tenía que esperar a Jungkook, ya que fue por algunas cosas que necesitaban.
Toca su vientre emocionado. La alegría que le da por ser papá también le tiene muy feliz. Su primer cachorro con el amor de su vida, quién pudiera imaginar que su vida daría este giro tan inesperado. Seguro que Mike estaría feliz por él.
Había pensado en lo que Namjoon le dijo, si es que la jueza le quiere ver a fuerzas, tendrá que ir, pero siente que si pisa Georgia y ve a la familia de sus amigos, todo su mundo se derrumbara.
La puerta se abre dejando pasar a Jungkook quién llegaba con bolsas de compras, Jimin miró algunas con golosinas, pues tenía sus antojos.
—Llegué amor, traje lo que me pediste.
—Que bueno porque moría por mis takis fuego.
Toma la bolsa y comienza a comerlos. Fue lo más delicioso que había probado. Jungkook negó sonriendo.
—No comas mucho, iremos a almorzar con la decana.
—Ayer nos canceló la cena, ¿Pasa algo con ella?
—Solo se sintió un poco mal, seguro fue el viaje.
A Jimin le había parecido que no le agradó su presencia, o tal vez fue su imaginación.
—Iré a bañarme, no tardó amor. Por favor, puedes acordar la comida.
—Ok.
—Gracias amor.
Jimin soltó los takis fuego y sonrió pícaro. No han tenido sexo desde hace ya un rato, bueno el medico les recomendó no hacer eso, pero ya estaba mejor y siente que no sacia ese pensamiento pecaminoso. Tal vez son las hormonas, pero muere por sentir a su alfa.
Jimin se acercó a la puerta del baño, escuchando el sonido del agua corriendo. Sonrió traviesamente al pensar en sorprender a Jungkook.
—¿Kookie? — llamó, abriendo la puerta.
Jungkook, ya dentro de la ducha, se volvió hacia él.
—¿Jimin?
Jimin se desvistió rápidamente, sonriendo.
—Necesito un baño con mi alfa.
Jungkook se rió.
—No es un buen momento, amor. Nos esperan en unos minutos.
Jimin se metió en la ducha, enfrentando a Jungkook.
—No me importa. Ellas nos cancelaron ayer, podríamos hacer lo mismo.
—Eso no es muy propio, amor.
—Al carajo con lo propio.
El agua caía sobre ellos, creando un ambiente íntimo. Jungkook miró a Jimin, su cuerpo desnudo bajo el agua. Ver a su omega así y como ponía esas manos en su pecho, intentándolo a pecar con él, sentía que no podría con ello.
—Jimin, esto no es una buena idea. — dijo, intentando sonar serio.
Pero Jimin ya estaba cerca, su rostro a centímetros del de Jungkook. Pasa su lengua sobre sus delgados labios, sus manos recorren su torso hasta llegar a su glande. Las manos de Jimin tomando su falo, era la mejor de las jodidas sensaciones.
El omega lo tenía, está por ceder, sabe que no pueden mantenerse en abstinencia siempre.
—Vamos, Alfa. Dame lo que yo quiero.
Su olor provoca que Jungkook torne sus ojos a amarillos, cosa que sabe que todo él ya se rindió.
—¿Por qué no? —susurró.
Jungkook se rindió, atrayendo a Jimin hacia él. Sus labios se encontraron bajo el agua, el calor de su beso contrastando con el frío del agua.
La tensión entre ellos crecía, el baño se convirtió en un lugar de deseo y pasión. Mientras Jimin masturbaba a su alfa, sacándole gemidos que lo excitaban a él. Como sus cuerpos consumían ante el placer. El alfa perdió su cordura, aunque sabe que tiene que ser cuidadoso con su omega.
Lo carga y Jimin enrolla sus piernas sobre su alfa. Los besos apasionados y como jugaba con su omega al no querer meter su falo en él.
—Kookie... —susurró Jimin, su voz apenas audible sobre el sonido del agua.
Jungkook sonrió, su mirada ardiente.
—Jimin, eres un problema.
Jimin se rió, su cuerpo pegado al de Jungkook.
—Eso es lo que te gusta de mí.
La escena se vuelve borrosa, el agua y el vapor ocultando lo que sucede a continuación... Lo penetra, ahogando sus gemidos con los besos que se daban. El chapoteo de sus embistes y sus lobos uniéndose provocando más placer.
El cuerpo le tembló a Jimin, hasta que sintió la esencia de su alfa dentro y escurriendo por sus muslos. Jungkook lo bajó con cuidado, robándole besos a su omega.
—Eres un lindo demonio. Vamos a llegar tarde —le dice a lo que Jimin le abraza.
—Lo siento, pero debes de cumplir mis necesidades. Eres mi alfa.
Jungkook se ríe.
—Es verdad. No podría decirte un no.
—Vez, así que no me eches la culpa por llegar tarde. ¿Crees que es fácil para mí tener un alfa tan sexy y no aprovecharlo?
—Yo también tengo un omega sexy. —le da un apretandon en sus nalgas.
—Amas hacer eso ¿no es así?
—Tus nalgas son mi debilidad. Ahora déjame bañarte, tenemos que irnos.
—Qué aguafiestas eres amor.
Jimin hizo un puchero, él quería estar más tiempo con su alfa y hacer cositas, pero ya se las cobraría en la noche.
—Bien, solo porque ya tengo hambre.
Jungkook no dudó en bañarlo y robarle uno que otro beso, eran un par de calenturientos.
Jimin y Jungkook llegaron jadeando al restaurante de desayuno, la Decana Kang ya estaba sentada en la mesa principal mirando su reloj.
—Lo siento, Decana. Lamento la demora, es que se me presentó algo. —dijo Jungkook, mientras se inclinaba en una reverencia.
Y ese algo era follar a su omega quien venía feliz por el oral que el omega le dio sin previo aviso después de salir de la ducha.
—No te preocupes. Ordene un especial, ya no deben tardar en traerlo. —comentó la Decana Kang con una sonrisa.
Jimin se disculpó también, y ambos tomaron asiento junto a la Decana.
—¿Cómo pasaron su primera noche aquí? Supongo que cayeron agotados. —les pregunta la decana.
—Si, es que Jimin no se sintió muy bien durante el vuelo. —responde Jungkook.
—¿Es por lo que me comentaste de su salud? —Jungkook asintió—. Ay querido, por eso debiste dejarlo en casa y no traerlo aquí. Seguro que allá estaría mejor.
Jimin sonrió forzado ¿qué le pasaba a esa vieja?
—No podría dejar a mi omega, no en el momento que se encuentra.
—Entiendo.
Hubo un silencio que dejó a Jimin con muchas preguntas. Es que esa señora le miraba mal, no había mirado mal, algo estaba pasando aquí porque esa forma no le agrado nada a Jimin.
—¡Oh! Llego el desayuno, muero de hambre. —dice la decana.
—Menos mal. —dice Jimin a quien le rugía la tripa.
Justo cuando comenzaba a servirse el desayuno, la puerta se abrió y Tina, la nieta de la decana entró en la sala caminando como si fuera modelo en pasarela.
Su vestido ajustado y corto llamó la atención de todos, especialmente de Jimin, quien frunció el ceño al ver como miraba a su alfa. ¿En serio estaba pasando esto o estaba imaginando cosas?
Llega con ellos y la muy niñata no despega sus ojos de su alfa.
—Tina, que bueno que llegas cariño. —dijo la Decana Kang, sonriendo—. Íbamos a comer sinti.
—Abuela —respondió Tina, besando la mejilla de la Decana—. Lo siento, es que estaba hablando con el señor Méndez que vendrá para los negocios.
—No les dije nada, pero mi nieta está estudiando Economía y negocios. Por eso la invité a este viaje, quiere aprender de ti Jungkook.
El alfa sonrió. Jungkook se levantó para saludarla, y Tina se acercó a él, abrazándolo íntimamente.
Jimin sintió un pinchazo de celos en su pecho. ¿Por qué Jungkook no se apartaba? Ya era mucho ¿no?
—Kookie —le llama Jimin, intentando sonar casual— ¿no crees que deberías dejar espacio para respirar?
Jungkook se rió y se apartó de Tina, tomando asiento a lado de su omega. Jimin sonrió inocentemente y se acercó a Jungkook, besándolo en la mejilla.
—Solo marcando territorio —susurró Jimin en su oído.
Tina se sorprendió, y la Decana Kang se rió incomoda.
Jungkook se sonrojó, pero sonrió y rodeó a Jimin con su brazo.
—Pues será un placer poder ayudarle. —responde mientras Jimin frunce el ceño.
—He escuchado mucho de usted, ha sido mi tema más grande. Espero que me oriente en esto.
Tina se sentó, mirando a Jimin con curiosidad.
—Él es el mejor, estoy segura que puedes ser su aprendiz ¿verdad Jungkook?
—Bueno, podría presentarte como aprendiz de mi más grande colega, que es hermano de mi pareja. Él es mejor que yo en todo esto. Seguro aprendes más con él que conmigo.
Jimin y su lobo estaban a la defensiva. Pero le agradó la respuesta que dio su alfa.
—Es verdad. Mi hermano es más cerebrito que mi alfa. —le dice Jimin.
Tina hizo una mueca.
—Entiendo —dijo Tina.
Jimin sonrió, manteniendo su brazo alrededor de Jungkook. La tensión en la mesa se disipó, reemplazada por una atmósfera más tranquila, aunque las miradas aún estaban con una tensión entre Tina y Jimin.
—Bueno, parece que hoy vamos a tener un desayuno interesante. —dice la decana— Pero antes de ir con el señor Méndez, hay que ponernos al corriente con lo que hemos venido aquí.
La Decana Kang sacó planos, rodeada de documentos y mapas de terrenos. Jungkook se acercó, dispuesto a ayudarla.
—Jungkook, necesito tu opinión sobre algunos negocios de venta de terrenos —dijo la Decana.
—¿Dígame en que tiene dudas?
Jungkook se sentó junto a ella, estudiando los documentos. Los demás desayunan mirando y hablando sobre los terrenos y lo que ella quiere vender. Todo es aburrido para Jimin.
Mientras tanto, Jimin come en la mesa de al lado. Nada le impidió comer todo lo que habían pedido, tenía tanta hambre.
Jimin mezclaba diferentes alimentos en su plato, lo que llamó la atención de Tina.
—¿Qué está haciendo? —preguntó Tina, horrorizada al ver el mezcladero que tiene Jimin en su plato.
Jimin no se dio cuenta de la mirada de Tina y siguió comiendo. Decidió ignorarla.
Jungkook se concentraba en los documentos, pero de repente miró a Jimin y sonrió.
—Jimin —llamó, acercándose a él.
Jimin miró hacia arriba, con batido de frambuesa en sus labios. El alfa se rió y se inclinó para limpiar el batido con su dedo.
—Kookie... —susurró Jimin, disfrutando del contacto.
La Decana Kang frunció el ceño.
—Ese no debió haber venido. Solo está interrumpiendo todo. —exclama molesta mirando a la pareja.
—Me será más difícil poder llegar a él con su omega aquí, abuela.
—No te preocupes mi niña, tengo un plan para esta noche. Esto no durará.
Ambas estaban furiosas por la llegada de Jimin, pero sus planes serán los mejores. Esos dos hoy se separan a las malas.
—Jungkook, hijo necesito que...
Pero antes de que la Decana dijera algo más, Jimin se puso pálido y se levantó de la silla.
—Disculpen —dijo, corriendo hacia el baño.
Jungkook se preocupó y se levantó.
—¿Qué le pasa? —preguntó la Decana.
Jungkook se detuvo un momento antes de seguir a Jimin.
—Lo que pasa es que está embarazado. Por favor, continúen con su desayuno, ya vuelvo. —dijo, saliendo de la habitación. Sin pensar en lo que ha dicho.
La Decana y Tina se quedaron en shock.
—¿Embarazado? —Repitió la Decana.
Tina se puso de pie.
—¿Cómo? —preguntó.
La Decana se levantó, con una expresión determinada. Tina se sentó enfrente de ella, con una mirada insegura.
—Abuela, ¿estás segura de que esto es correcto? preguntó Tina—. Jimin está embarazado. No quiero lastimar a él ni a su hijo. Esto ya no está bien.
La Decana Kang sonrió fríamente.
—No te preocupes por eso, Tina. Jimin no es adecuado para Jungkook. Él necesita alguien que pueda ayudarlo en sus negocios y vida social.
Tina se removió incómoda.
—Pero, abuela, un omega embarazado... es diferente. No quiero ser la causa de su sufrimiento. Acepté porque era solo un noviazgo, hay una barrera entre eso y un bebé en camino.
La Decana Kang se puso de pie y se acercó a Tina.
—Tina, no te estoy pidiendo que lastimes a Jimin. Solo quiero que Jungkook esté con alguien que pueda ayudarlo a alcanzar su máximo potencial. Y ese alguien eres tú.
Tina se levantó, con una mirada dubitativa.
—Abuela, no sé si puedo hacer esto. Me siento mal por Jimin.
La Decana Kang la tomó del brazo, lastimando un poco a su nieta.
—Tina, no te dejes llevar por tus sentimientos. Esto es negocio. Y en los negocios, no hay lugar para la sentimentalidad. Tenemos que casarte con Jeon Jungkook o nosotras terminaremos en la calle ¿me escuchaste?
Tina asintió, aunque todavía parecía insegura.
—Entiendo, abuela. Pero, ¿qué pasa con el hijo de Jimin? ¿Qué va a pasar con él?
La Decana Kang se encogió de hombros.
—Eso no es nuestro problema. Jimin y su hijo no son relevantes para nuestros planes. Tengo quien me ayude, ese omega no aparecerá más cuando tenga la notificación del abuelo Jeon.
Tina sintió un escalofrío al escuchar las palabras de su abuela. ¿Realmente estaba dispuesta a hacerle daño a Jimin y su hijo por el bien de la familia?
La escena terminó con la Decana Kang y Tina saliendo del restaurante, listas para ejecutar su plan, mientras Tina luchaba con sus dudas y su conciencia.
Mientras tanto, Jungkook entró en el baño, encontrando a Jimin arrodillado frente al inodoro.
—Amor ¿estás bien? —pregunta acercándose a él.
Jimin se sintió aliviado al ver a Jungkook.
—Jungkookie... —susurró, abrazándolo.
Jungkook lo sostuvo, preocupado.
—¿Te duele? —preguntó.
Jimin negó con la cabeza.
—Solo náuseas. Creo que mezcle cosas demás.
Jungkook sonrió y lo ayudó a levantarse.
—Te llevaré a dar un paseo ¿te gustaría? Así te sentirás mejor.
Jimin asintió emocionado.
—Claro que quiero. ¿Pero y la Decana?
—Me mandó un mensaje de que se fueron. Había cosas que hacer, así que tenemos el resto de la tarde para pasear. Solo tú y yo y nuestro cachorro.
—Qué bueno, me aburrí cuando hablaron de negocios. —le roba un beso y entrelaza sus manos con las de su alfa—. Vamos a nadar un poco.
—Lo que tú quieras amor.
Ambos se fueron a la playa, sin saber la tormenta que vendría después.
Otro capítulo más de esta bella historia.
Se pondrá mejor, pero el romance primero.
Para las que me preguntaron cuando le daré final, aun no lo se, eso depende de mi cabeza loca, así que no me insistan tan intensas, yo me tomo mi tiempo y si no pueden con eso, pues lo siento mucho.
Gracias por leer y nos vemos pronto.
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