Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Día 5: Bebé ✝️

<<────≪•◦𝐁𝐞𝐛é◦•≫────>>

En mi cielo,
eres la estrella que más brilla.

♡ Omegaverse

Los ojos de Manjiro apenas podían creer lo que se plasmaba en esa hoja de papel, simplemente parecía irreal, no había posibilidad.

Sus lágrimas rodaron por sus mejillas hasta dejar caer en la misma hoja; entre gotas de todas las emociones que experimentaba en ese instante que leyó el resultado, el mundo a su alrededor quedó en segundo plano y solo hubo un momento donde él explotó.

Takemichi lo miraba desde su lado, él también seguía en shock por el resultado, es decir, luego de lo que paso hace unos años cuando fue adolescente había una gran posibilidad de que concebir sea una mala idea ya que podría ser que el producto en formación sea rechazado por su cuerpo y no pueda madurar. Pero ahora justamente luego de unos exámenes de sangre y orina comprobó que toda lógica del pasado fue tachada, había una posibilidad.

Ahora veía como su esposo lloraba en silencio al tener esos exámenes en sus manos, y sabía la razón por la que se puso en ese estado. Mikey de una forma u otra quería ser padre pero cuando supo de su accidente dejó eso de lado para enfocarse en su relación y de su reciente casamiento.

Estaba feliz pero temía por el bienestar de su cachorro, su vientre no tenía las condiciones adecuadas para albergar vida y se dio esta vez fue quizás por que su pareja en sí es muy fuerte y eso le dio posibilidad a la creación, siempre había el miedo del "después".

─¿Cómo?─ dijo por primera vez Manjiro, sus ojos aún mantenían lágrimas y su voz fue en susurro, Takemichi relamio sus labios resecos ya que la ansiedad que empezó a sentir fue tomándolo presa de sus miedos.

─Tuvimos suerte, fue eso.─ dijo sin apuros, sonrió pero por dentro quería romper a llorar, no imaginó en ningún momento que se pudiera dar esa posibilidad tan hermosa en su vida, y ahora sentía frustración por la vida de su bebé. Pero no dependía de él que todo salga bien si no de que su cuerpo no rechace lo que con amor se formó.

─Takemicchi... y-yo...─ el azabache se abalanzó en un abrazo hasta su esposo que lo recibió sin más, muchos sentimientos y nuevas cosas se venían encima suya. Tenían una responsabilidad que atender y sobre todo mantener con muchos cuidados al cachorro en formación, Mikey luego de haber leído en esos papeles un peligro inminente por la posible perdida se puso tenso y sintió pavor en imaginar que eso suceda.

No porque le importe solo el cachorro si no que una pérdida así dañaría emocionalmente a su amado Takemichi, sabía eso porque su hermana pasó por una situación así, la pérdida la afecto tanto que se encerró en su habitación por meses y que el consuelo de su esposo no fue suficiente para superar la pérdida tan repentina. Tuvo que ir a terapia para que salga adelante, aún sigue en proceso su recuperación, no quería que Take sufra. No más.

─Tranquilo, todo estará bien. Lo sé, porque te tengo a mi lado y eso me da fuerza.─ enredó sus dedos en la cabellera negra de su esposo, que se apegó más a él. Lo entendía, y sonreía con felicidad al saber que Mikey estaba preocupado por él.

También sentía miedo, su cuerpo y animal interno no le aseguraba del todo que el embarazo no sea complicado, le daba miedo imaginar en perder al cachorro de su vientre, lo último que deseara sería perder a ese pedacito de esperanza que aún quedaba en su corazón.

Su hijo debía vivir. Así como él vivió luego de haber muerto...

💙

En un vistazo a su pasado se recordó a si mismo en aquel tacho de basura golpeado, sin ropa que cubra su desnudez, y ni la ayuda de nadie en plena madrugada, sus ojos azules apreciaban el cielo. Tan inmenso y tan lejano, alzando su mano buscaba llegar hasta el cielo que parecía un lugar tranquilo lejos del maldito mundo que lo condeno a estar en la miseria, el cielo que en el día tenía el tono de sus ojos y eso le hacía sentirse más cercano a la inmensidad que lo cobijaba.

Solo que por más que alcé su mano jamás podría alcanzar al cielo, y eso lo desalentaba a caer en picada a la nada, de esta topar el duro suelo que cuando más lejos quería irse más se aferraba a sus pies. Por más que todo pareciera malo una luz se pudo ver en su oscuro cúmulo de desgracias.

Una mano se puso en su rostro, y luego la calidez de una manta en su cuerpo que apesar de los golpes aún se mantenía firme, no dijo nada solo dejó que el desconocido lo cubra bien del frío que acompañaba esa madrugada. No dijo nada al momento de su mano fue tomada y llevada hasta la entrada de un hotel en la zona donde se hallaba.

Lo último que recuerda fue la negrura de los ojos de su salvador que cuando se toparon con sus zafiros fue como si una conexión que jamás existió se forme de la nada para así unirlos.

Cayó desmayado muerto del cansancio y víctima de estar tan a la defensiva que agotó todas sus energías, al final pudo cerrar sus ojos sin sentirse amenazado o en peligro de que alguien le haga daño. La calidez de esa habitación en esa noche fue como lo que necesitaba para poder ser aquel chico que alguna vez fue.

Al despertar lo primero que vio fue la gran vista que le permitía el balcón donde se quedó dormido, no sabía con exactitud la hora pero por el sol en todo su esplendor supo que debía ser medio día, pero lo más importante que llamo su atención no fue la gran vista si no que en el mar, si ese mar que también era inmenso que parecía no tener fin reflejo algo que creyó lejano.

El cielo de ese día se reflejó en esas aguas cálidas y saladas, el cielo parecía cubrir en toda su extensión el mar, así que por consecuencia el cielo, ese lugar que veía como seguro fue más cercano para que con toque de su mano sea la bienvenida a la paz que buscaba sentir.

Lágrimas ya se desplazaban por sus mejillas, jamás pensó que algo tan hermoso fuera capaz de darle ese tipo de emociones que para otro simplemente eran tonterías que un niño soñaba.

─Cuando creas en ti, ni el cielo será tu límite.─ oyó detrás de él, por lo que se giró en sus talones y vio con sorpresa a la persona que le dio su ayuda. Un hombre de unos 20 años a lo menos, de una corta pero lacia cabellera negra, vestía una camisa blanca y unos shorts que le daban hasta las rodillas.

Takemichi solo pudo decir que ese hombre era hermoso y que fue quien le dio una nueva oportunidad de vivir.

No supo como pero fue hasta él y le dio un abrazo que le dio también paz, el cielo y aquel hombre fueron lo que necesitaba en su desastrosa vida. Y no quería dejar de sentir que volaba por los cielos, no quería caer en una realidad de la buscaba huir.

Desde ese momento se quedó con Manjiro quien no solo le ayudó a salir del mundo en que perdió su dignidad si no que ayudó a quienes estuvieron con él en ese mundo a buscar su propia paz.

Fue consiente de la conexión que tenía con Manjiro, no dudo de que aparte de la naturaleza que les unía había sentimientos de por medio, uno al que no estaba dispuesto a soltar sin luchar. Grata fue su sorpresa al saber que Mikey igualmente sentía lo mismo, se unieron poco después. No dejaría que el pasado interfiera en su felicidad, no lo permitía.

Solo que lo bueno quizás no dura para siempre.

Había quedado embarazado y sus miedos habían vuelto para hacerle sentir miserable por todo lo que paso antes, no ayudaba nada pensar en que pasaría si no hubiera estado ahí. Tenia que estar al tanto de su hijo, por más difícil que parezca haría que esa vida esté junto a ellos sin importar qué.

Llevaba ya tres meses de embarazo, bajo el cuido de su amado paso en tranquilidad sin mayores inconvenientes, solo que sus antojos y necesidad de estar al lado de su pareja fueron más fuertes de que quisiera, comía cosas que en el juicio normal serían asquerosas y que el constante apegó con su esposo fue casi empalagoso. Mikey no se quejo, era feliz complaciendo a su lindo omega, pero si llego ser asfixiante tener que hacer que otras personas se alejen de él ya que llevar el olor de otras personas en su cuerpo seria clavar su propia tumba. Vaya suerte la suya.

Los siguientes dos meses fueron lo más duros para el pobre Takemichi, ahora no podía comer nada sin que salga vomitando todo lo que consumió, luego seguía las inseguridades que se le plantearon al momento de verse frente a un espejo, su cuerpo había cambiado para adoptarse a la crianza de su cachorro que a medida que pasaba el tiempo seguía creciendo. Es decir, ya no tenía el abdomen delgado que tanto acostumbra a lucir para su pareja, ahora tenía en su lugar una pancita lo bastante pronunciada para que ocupe más espacio.

Verse diferente ocasionó que todo lo que guardo por esos malos ratos sean lo que le imposibilite a estar bien de estado mental.

─Ya no me veo bonito.─ pronunció con hastío, la camisa grande que cubría su figura acomodaba perfectamente a que no se sienta incómodo con la fricción. Solo que al ser una prenda grande esta lograba dar una imagen totalmente distinta a lo que solía estar acostumbrado.

─Claro que no, eres hermoso.─ llegó por detrás Manjiro sosteniendo en uno de sus hombros una toalla, Takemichi debía tomar un baño para que pueda relajarse.

─Si lo dices tú, me lo creo todo.─ sonrío mientras daba caricias a su vientre con cariño. Olvidaba que apesar de tener esos cambios en su cuerpo todos valían la pena porque su bebé estuviera sano.

Fueron duros esos meses, sin embargo, logró pasar cada uno de ellos. Al momento de ir al médico este le informo sobre su buen estado de salud y que gracias al cuidado que tuvo el bebé no tuvo ningún tipo de percance o hubo la insinuación de que exista un aborto.

El último mes se necesito que quede interno en el hospital, no fue cómodo para Takemichi ya que prefería estar en la comodidad de su hogar en compañía de su pareja, no en una habitación blanca donde iban y venían enfermeras para cambiarle el suero o darles sus comidas en un horario estricto.
No existía peligro pero mejor prevenir que lamentar, y acepto ese cambio solo porque su cachorro llegue al mundo al cuidado de un profesional.

─Te traje tus cosas, y compre mantas para que puedas acomodarlas a tu gusto.─ mostró una sonrisa sincera Mikey, Takemichi asintió y fue directo hasta las bolsas donde las mantas nuevas.

Manjiro dejó en un florero que la habitación tenía unas rosas que compro para darle más viveza a ese cuarto, miró hacia su esposo que ya sacaba las cosas para acomodarlas en la camilla donde dormía. Su lindo y compañero de vida.

Muy pronto tendría en sus manos a su bebé y pensar en ello daba calidez a su corazón que en un tiempo paso a ser un témpano de hielo y oscuridad.

💙

Mikey quizás podría ser el hombre que toda persona quisiera, era un hombre de negocios donde administraba en compañía de unos amigos una empresa de fabricación de autos y repuestos de los mismos, también tenía un estatus en la sociedad por su estado de alfa puro. Generalmente eso le otorgo privilegios que supo aprovechar pero no todo en la vida es oro sobre hojuelas. La desgracia lo alcanzó a muy temprana edad.

Su hermano mayor había sido su inspiración para ser alguien grande y que triunfe, solo que... sin saber como la muerte lo alcanzó siendo demasiado joven. Shinichiro era un alfa de gran reputación en la zona donde vivía, al enamorarse como era normal su corazón fue su peor enemigo.

La persona que hizo su corazón latir fue quien lo destrozó, sea o no sin querer eso acabo con el Sano mayor, esa persona había encontrado a su destinado y dejó de lado a Shinichiro que no pudo aguantar la pérdida de su amor por lo que se encerró en la soledad de su habitación buscando de esa manera que el dolor pase para que pueda seguir solo que fue más difícil de lo que imaginó. Se dejó morir, no podía vivir.

Cuando Manjiro fue a la habitación de su hermano mayor lo que se encontró fue una tristeza profunda, nunca espero que su amado hermano haya tomado la decisión de no vivir más, por lo que dejó un gran vacío en la vida de él y el miedo de que cualquiera a su alrededor pase por lo mismo y él no sea capaz de ayudarlos.

Por eso cuando vio a Takemichi en el bote de la basura llegó imágenes de su hermano cuando entró en depresión, la soledad que los ojos de Hanagaki reflejaban le hizo tomar la decisión de ayudarlo sin pesar, sin imaginarse que aquel pelinegro hecho un desastre se convertiría en su motivo de vida y el motor de su corazón. Ambos se han enseñado que por muy profundo que parezca el abismo existe escapatoria si se toma la cuerda más firme.

La hora del parto se dio aproximadamente a las 2 de la madrugada, Takemichi despertó con el dolor intenso en su parte baja del abdomen y del intenso estremecimiento de su cuerpo por las contracciones producidas, al estar en un hospital de paga la atención fue de inmediata. Prepararon la sala donde nacería el cachorro y dejaron que el padre esté presente para que sea él quien ayude a su pareja a que se mantenga tranquilo y consiente.

Manjiro no mentiría al decir que tuvo nervios y miedo, las posibilidades eran muchas apesar del visto bueno del médico, las cosas podrían complicarse en cualquier momento y él no podría soportarlo.

Sujetado fuertemente la mano de su amado y oyendo los ahogados gritos de Takemichi empezó el proceso de parto, si de por sí tener que sacar a un ser desde dentro era incómodo de imaginar para la persona que lo hacía debía ser peor, el dolor no lo compararía con nada. Las personas que tenían esas posibilidades son demasiado fuertes, y estaba orgulloso de su omega.

No sabe con exactitud el tiempo que transcurrió en el proceso, pero fue largo y desesperante.

Hasta que lo escucho. El llanto del bebé, de su bebé.

El corazón en ese instante se le paralizó, nada parecía fluir después de ese llanto, dejó hasta de respirar. Nada de lo que estuvo preparándose funcionó en ese instante, ¿era mentira o una realidad demasiado hermosa?

Takemichi inhalaba y exhalaba tratando de hacer que el oxígeno llegue a sus pulmones y pueda sentirse más aliviado, fue una lucha de largas horas donde en ocasiones sentía que la vida se le iba por el esfuerzo. No tuvo más que pensar que estaba feliz.

Muchos de sus sueños se habían cumplido.

Observó como una enfermedad se le acercaba con su bebé, su pequeño pedacito de vida que por fin podía sostener. Al verlo sus ojos se llenaron de luz y el cansancio pasó a un segundo plano, lo sabía desde ese punto, su reloj de vida volvía a dar una vuelta para iniciar otra vez.

El cielo dejó de ser lejano e imposible de palpar, porque justamente ahora lo podía sentir y ver con más claridad que nunca, y era sumamente hermoso.

Dejo un beso plasmado en la frente del recién nacido, la enfermera dejó al cachorro en brazos de su "madre", ya que lo que sucedería después del parto dependía de la pareja. Interferir más de ahí no eran las políticas del hospital o el régimen en el que se movían.

Hanagaki refregaba su mejilla con la mejilla del bebé que se encontraba tranquilo, el aroma que ahora se percibía era entre dulce y un tanto otoñal. La mezcla de su olor con el de su pareja, un ambiente familiar.

Difícil de explicar en este caso.

Mikey se mantuvo lejos expectante de que su pareja le de la oportunidad de acercarse, ir sin más hasta la escena podría causar que el omega se ponga furioso por invadir su espacio. Takemichi al ver que su esposo no se acercaba le miró desde la camilla y le pidió que venga con un leve movimiento de cabeza.

Cuando lo hizo sonrió con tanta emoción que las lágrimas no tardaron en formarse en sus ojos, Takemichi dejó que tenga al bebé en sus brazos. Él debía de acomodar el área donde descansaría su cachorro mientras le daban el alta.

Manjiro lo único que supo fue ese pequeño ser que ahora sostenía en sus manos era lo más precioso que alguna vez vio, cabello rubio como el suyo. Porque si, su tono natural es rubio y no negro. Un rostro redondeado con unas pequitas en su naricita.

Acurruco en su pecho al bebé, y con un sonido proviniente de su voz entonó una canción de cuna, aquella canción era la que su hermano mayor cantaba para él cuando no podía dormirse o tenía algún mal día.

Desde aquel día, Sora Sano fue sin duda el cielo que ambos buscaban tocar para sentirse libres del pasado y la tristeza.




N.a

Corto pero lindo.

Este fue el día que más me gustó, espero que también les guste como a mi, y gracias por los 1k de lecturas, ni me lo imaginé.

¡Gracias por el apoyo!

Además de que...

¡FELIZ CUMPLEAÑOS MANJIRO! TE AMOOOOO 😭💖💖💖💖💖💖

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro