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❝ capitulo siete² ❞

🕰️🎧 ࣪˖ 𓄴 SECRETS presents to you
▬ ▬▬ act two: chapter seven

second attack

23 DE MARZO DE 86'

El sonido de la puerta retumbaba por todo el tráiler, pero las tres figuras desparramadas por todo la sala seguían dormidas a pesar de los insistentes golpes en esta.

Las secuelas de la noche anterior seguían frescas en sus cuerpos, sobre todo para ambas chicas que roncaban profundamente sobre el sofá doble de la sola. El único que logró despertar, tras un par de golpes por parte de quien fuera que estuviera en la puerta, fue DJ; el chico se levantó del suelo alfombrado con somnolencia y abrió la puerta.

—¡Por fin! —exclamó Dustin al recibir respuesta. Sin embargo al darse cuenta de que se trataba de él y no de su amiga, se quedó mudo—. Oh.

DJ arqueo una ceja en dirección.

—¿Oh?

—No esperábamos que estuvieras aquí —le dijo Dustin.

Entonces DJ reparo en la presencia de los demás; Max, Robin y Steve estaban apoyados en el auto del último. Las primeras dos levantaron una mano para saludarlo, algo tímidas, mientras que Steve solo frunció el ceño y desvío la mirada hacia otro lado.

DJ se aguanto las ganas de reírse ahí mismo al ver su gesto de molestía. Sin duda alguna a Steve no le había hecho nada de gracia verlo ahí tan temprano en la mañana. Chasqueó la lengua con gracia.

—Supongo que vienen a buscar a Tessa —dedujó el moreno mirando a Dustin.

El rizado asintió y entró en el tráiler sin siquiera pedir permiso, a lo que DJ abrió los ojos, sorprendido, más no le comento nada al respecto. Sino que lo siguió al interior del remolque y se rió al ver la cara incrédula del menor al ver el desastre que había dentro.

—¿Qué diablos...? —musitó Dustin, perplejo.

DJ se río levemente.

—Tuvimos una noche bastante divertida —aseguró él tomando asiento en el sofá individual de la casa tráiler. Recargo la cabeza en el respaldo y cerró los ojos—. Buena suerte despertandola.

Dustin bufó. Decir que estaba molesto era mentira, más bien se encontraba decepcionado. El olor a marihuana era tremendo en aquel lugar y ni hablar de todas las botellas de cerveza regadas en la mesa.

¿Desde cuando Tessa tomaba y fumaba de esa forma?

—Tessa... Tessa, despierta —la sacudió del hombro. No obstante la chica seguía roncando como piedra—. ¡Tessa! ¡Despierta, tenemos una problema! ¿Recuerdas?

Pero ella no reaccionó.

Dustin resopló.

—No tengo tiempo para esto —masculló el menor y se dirigió a la cocina.

DJ, escuchando sus movimientos, entre abrió los ojos y vio sus intenciones. Sonrió ladinamente.

—Te va a matar cuando despierte —le dijo.

Dustin regreso al sofá con una vaso lleno de agua.

—Correré el riesgo —y tiro todo el contenido del vaso sobre el rostro de ella.

—¡Ah, mierda! ¡DJ! —exclamó la castaña oscura incorporándose de golpe.

El moreno abrió los ojos y miró totalmente ofendido a la chica.

—¡Eh, que yo no he sido! —protestó el moreno.

Entonces Tessa giro el rostro hacia el otro lado y vio a Dustin con el vaso vacío en su mano.

—¿Dustin? —inquirió ella con el ceño fruncido—. ¿Qué mierda haces aquí? Debíamos vernos mañana en la mañana en casa de Steve.

—Ya es de mañana y te estuvimos esperando en casa de Steve pero no llegabas.

—¿Qué? —musitó Tessa y volteo hacia la ventana de atrás, donde las cortinas tenían un ligero brillo amarillento por la luz del sol al otro lado. Masculló por lo bajo y se levantó para dirigirse al pasillo de forma tambaleante—. Mierda, no tardó, denme diez minutos.

Y entró a su cuarto para coger ropa limpia. Se apresuró a ir al baño y se ducho lo más rápido que pudo. Una vez seca, y cambiada, salió del baño y regreso a su cuarto para buscar sus tenis blancos y su rompevientos roja. Iba tomar el bote de pastillas de su buro, cuando se detuvo de golpe al reparar en la tarjeta que reposaban junto a su medicamento; Su cuerpo se tenso al ver el número escrito en ella. Los recuerdos de la noche anterior volvieron como un puñetazo y la hicieron sentir terrible.

—¡Venga Tessa!

Con indecisión, tomó la tarjeta y la guardo en su bolsillo junto con su medicamento.

Dustin suspiró impaciente al verla salir de su cuarto lista y con el cabello húmedo sobre los hombros.

—Venga tómate esto —indicó él acercándose a Tessa con un bote de aspirinas en una mano y un vaso de agua en la otra.

Tessa no protestó y se lo tomo de golpe.

—¿Ya está lista?—protestó de repente Max, entrando al tráiler, pero se detuvo de golpe en el umbral y arrugó la nariz por el olor.

—Ya estoy, solo me sirvo un poco de café y...

—Steve te comprará un café en el camino, vámonos o se hará más tarde —masculló la pelirroja. Tessa bufó y siguió a ambos chicos a la salida cuando DJ los detuvo.

—¿Tarde para que? —preguntó él mirándolos desde el sofá.

Dustin y Max se quedaron helados y voltearon a verse con reprendo; anoche habían hablado seriamente sobre las precauciones que debían tener para que no se descubriera la ubicación de Eddie y lo primero que ambos hacían era hablar de más. Genial.

—Nosotros estamos... —balbuceo Dustin.

—Vamos a...

—Estamos organizando una fiesta sorpresa para Mike —Mintió Tessa por ellos.

Máx chasqueó los dedos y asintió.

—Si, una fiesta sorpresa para cuando regrese de California —afirmo ella.

DJ pasó su mirada de uno al otro y frunció el ceño. Tessa, nerviosa de que no le hubiera creído, se mordió el labio inferior. No obstante DJ se encogió de hombros y volvió a recostarse en el sofá.

—De acuerdo. ¿te esperamos para comer?

Tessa meneó la cabeza y terminó negando.

—No sé a qué hora llegué, pidan algo para ustedes. Ah, y si pueden, ventilen y limpien todo.

—Si mamá —protestó DJ aún con los ojos cerrados.

Tessa resopló con gracia, tomó sus lentes de sol y siguió a ambos chicos al exterior, donde Robin y Steve los esperaban impacientes.

—Al fin, vamos tarde —protesto Steve.

—Lo siento, aquí la señorita fumó y tomo cuando se me da la gana no quería despertar —repusó Dustin abriendo la puerta del auto.

Tessa rodó los ojos y se dispuso a seguirlo al asiento trasero pero Max le ganó en el acto.

—Lo siento —musitó Robin al otro lado del auto y subió.

Tessa inspiró profundamente, maldiciendo a los tres por lo bajo, y rodeo el coche para subir al asiento del copiloto.

—Por cierto Steve, debemos pasar a una cafetería en el camino —le dijo Max cuando iban saliendo de la zona de tráileres.

Steve frunció el ceño, extrañado.

—¿Por?

—Le dije a Tessa que le comprarías un café.

—Ah.

—No tienes que hacerlo —negó Tessa volteandolo a ver—, Max no debería....

—No, no. Está bien —aseguró él y le sonrió levemente—, yo también quiero uno.

Tessa asintió lentamente y regresó la vista al frente. Su corazón latía aceleradamente y esperaba que no se notará.
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—Bueno, tenemos buenas y malas noticias. ¿Cómo las quieres? —le preguntó Dustin a Eddie tras haberle entregado un caja de cereal que le habían llevado.

Y es que, si bien habían llegado algo tarde por culpa de ella, lo habían hecho con bastante comida como compensación; Tessa tomó un sorbo del café que le había comprado Steve en el camino, y se sentó en el borde del bote donde Eddie estaba.

—Primero las malas, siempre —respondió Eddie.

—Bien, las malas: accedimos a la policía con nuestro cerebro y, sin duda, te están buscando. Además, están convencidos de que mataste a Chrissy —añadio Dustin al final con cierta pena.

—Es decir, un 100% convencidos —comentó Max.

—¿La buena noticia? —preguntó Eddie, quien comenzaba a ponerse nervioso y sin duda veía sus esperanzas caer.

—Tu nombre no ha sido publicado —le dijo Tessa—. Siguen sin dar a conocer al "culpable".

—Pero, si nosotros nos enteramos, otros lo harán —habló Robin—. Y, cuando se sepa, absolutamente todo el mundo vendrá por ti.

—La cacería del rarito, ¿No? —inquirió él.

—Exacto —afirmó Robin.

—Mierda —masculló.

—Asi que antes de eso, debemos hallar a Vecna, matarlo y probar tu inocencia —indicó Dustin como quien no quiera cosa.

—¿Eso es todo, Dustin? ¿Es todo? —soltó Eddie de forma irónica.

—Si, no, es todo —afirmó él sin percatarse de la mirada ironíca del azabache.

—Escucha Eddie, sé que todo esto suena totalmente delirante, pero nosotros ya pasamos por esto —le aseguró Tessa.

—Ellos lo vivieron un par de veces, nosotras una vez —señaló Robin a Tessa y a si misma—. Lo nuestro fue más sobre carne humana. Lo de ellos, sobre humo, pero, en conclusión, creo que podemos hacerlo.

—Generalmente nos ayuda una chica con poderes —declaró Steve—. Pero los perdió.

—Y Tessa intentó contactarse con el gobierno para pedir ayuda, pero no respondieron —comentó Dustin, a lo que Eddie volteo a verla con incrédulo.

—¿Tienes contacto con el gobierno?

Tessa ladeó la cabeza e hizo una mueca.

—Pues...

—Era una superagente de la CIA —hablo Dustin antes que ella pudiera explicarse—. Pero desde que nos lo reveló se metió en problemas.

—Cometio algunos errores en su última misión el verano pasado y la agencia la dió de baja —agregó Max.

Tessa resopló y negó.

—No fue asi... bueno, más o menos. Estoy fuera de servicio hasta tiempo indefinido —terminó admitiendo ella.

— Así que...

—Estamos en la fase... —pero ni Robin ni Steve estaban muy seguros de como terminar su explicación.

—De lluvia de ideas —concluyó Max, a lo que Steve chasqueó los dedos y afirmó en su dirección.

—No hay de qué preocuparse —aseguró Dustin, aunque no sonaba muy convencido; Steve, por otro lado, asintió con la cabeza a la vez que soltaba una ligera rosita nerviosa, y sin bien intentaba tranquilizar a Eddie, no lo estaba logrando.

El chico los miró de hito a hito a todos, no sabiendo que pensar sobre ellos y sobre la situación en si, pero antes de que pudiera comentar o hacer algo, el sonido de una patrulla se escuchó a lo lejos y terminó alertando a todos.

—Carajo —musitó Steve.

—La lona —le señaló Robin a Eddie, quien no tardó nada en seguir sus indicaciones.

Ellos, por otro lado, se acercaron apresuradamente a la ventana que daba vista a la calle y vieron pasar tres patrullas de policía junto con una ambulancia.

—Algo sucedió —dedujó Tessa y giro el rostro hacia la derecha, encontrandose a Steve muy cerca de ella. Trago saliva y se esforzó para que su voz no temblará por su cercanía—. ¿Creen que Vecna volvió a atacar?

—Puede ser —respondió Dustin y se apartó de la ventana—. Venga, vamos a investigar; Eddie... —el chico salió de debajo de la lona y volteo a verlos—. volveremos mañana con más comida, mientras tanto, no te muevas de aquí.

El chico bufó con desdén.

—No tenía pensando hacerlo.

—Encontraremos una forma de demostrar tu inocencia —le dijo Tessa deteniendose en la puerta—. Lo prometo.

Y siguió a los demás al exterior para dirigirse rápidamente al coche de Steve. Donde, sin darse cuenta, subió en el asiento delantero junto con el dueño y partieron siguiendo el trayecto de donde vieron a la policía irse.

Momentos más tarde, llegaron al punto donde la calle estaba bloqueado por una barricada y Steve estacionó el auto detrás de una patrulla. Los cinco bajaron y vieron, estupefactos, la escena del crimen a tan solo unos metros delante de ellos, donde una sábana blanca, en medio de la autopista, cubría lo que sin duda era un cuerpo.

El segundo ataque de Vecna.

Pero lo que realmente llamo la atención de los cinco fue que, más adelante de la escena, al otro lado de la barricada, estaba Nancy Wheeler hablando con la policía; cuando la castaña rizada reparó en la presencia de ellos, suspiró de alivio al ver rostros conocidos en un momento tan duro como ese. Levantó levemente la mano en señal de saludo, a lo que Steve hizo lo mismo.

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No se movieron de ahí hasta que Nancy terminó de hablar con el padre de DJ y se acercó a ellos con paso apresurado. No obstante tampoco tuvieron tiempo de preguntarle nada al respecto sobre el porque estaba ella ahi ya que Nancy paso junto a Max y subió al auto con prisa.

—Vamonos de aquí, porfavor —pidió ella con la voz entrecortada.

—¿Está todo bien? —le preguntó Tessa subiendo al auto junto a los demás. Nancy negó.

—¿Podemos ir a Forest hills?

—¿Por qué ahí? —cuestionó Max cerrando la puerta detrás de ella.

—Porque ahí deje mi auto.

No hizo falta que dijera nada más, por su gesto consternado todos supusieron que Nancy se encontraba en shock por la repentina muerte que acababan de ver. Steve encendió el motor y comenzó a alejarse de la escena del crimen con dirección a donde Tessa y Max vivían.

El camino en si fue rápido. Llegaron a la zona de tráileres casi al medio día, donde los seis bajaron del auto y fueron a sentarse en una mesa de picnic al otro lado de la calle donde el tráiler de Tessa estaba. Justo a un costado del tráiler de los Munson, el cual seguía clausurado por cintas amarillas.

Una vez ahí, Nancy les contó lo sucedido: ella junto a un compañero llamado Fred, había ido a Hills el día anterior para obtener una primicia sobre el asesinato de Chrissy. No obstante, cuando Nancy finalmente había conseguido hablar con Wayne Munson, notó que Fred ya no estaba en donde lo había dejado. Pasó horas buscándolos en la zona, pero no obtuvo repuestas de su parte o indicios de a donde pudo ir el chico, por lo que terminó acudiendo a la policía para buscarlo.

Y vaya que lo habían encontrado. Pero el chico había terminado igual que Chrissy.

Una vez que Nancy terminó de contarles eso, ellos prosiguieron a contarle lo que sabían; que Tessa y Max habían visto a Eddie y a Chrissy esa misma noche; Lo que paso después con las luces, cosa que Tessa confesó haber visto también; como la menor había visto a Eddie salir corriendo asustado de su remolque; el como lo encontraron y supieron lo que había visto.

Pero sobretodo, le contaron quién era el posible culpable de los asesinatos: Vecna.

—¿Me están diciendo que lo que mató a Fred y Chrissy viene del Upside down? —preguntó Nancy tras escucharlos y asimilar todo.

—Si —afirmó Tessa.

—Nuestra teoría actual es que ataca con un hechizo o...

—Una maldición —concluyó ella.

—No sabemos si responde al desuellamentes o si solo le gusta matar adolescentes —explicó Dustin.

—Solo sabemos que es algo diferente —aseguró Max—. Nuevo.

Pero Nancy negó ligeramente.

—No tiene sentido —comentó ella.

—Es solo una teoría, Wheeler. No estamos cien porciento seguros —rectificó Tessa frente a ella.

—No, no tiene sentido que sean Fred y Chrissy —puntualizó ella—. Digo, ¿Por qué ellos?

—Tal vez, ¿Estaban en el lugar equivocado? —sugirió Dustin—. Estuvieron en el partido.

—Y los tráileres —indicó Max.

—Eh... Nosotros estamos en los tráileres —señaló Steve mirando alrededor—.  ¿Deberíamos no estar aquí?

Los seis miraron a su alrededor, buscando algún indicio de peligro cerca. Más el lugar estaba tranquilo y silencioso.

—Hay algo en este lugar —Habló Nancy mirando con recelo a su alrededor—. Fred se puso raro apenas llegamos.

—¿Raro cómo? —preguntó Robin.

—Asustado, nervioso...mal.

—Chrissy también estuvo mal —informó Dustin.

—Si, pero no aquí —objetó Max—. Estaba llorando en el baño de la escuela.

—Los asesinos en serie acechan a sus presas antes de atacar, ¿No? —preguntó Robin.

Tessa asintió.

—Normalmente estudian a sus víctimas. Conocen sus rutinas, lo que harán o donde estarán —explicó ella.

—Tal vez Fred y Chrissy vieron a este Vecman —sugirió Robin.

—Vecna —corrigió Dustin.

—No se ustedes pero si viera a un monstruo mago terrorífico, se lo mencionaría a alguien —comentó Steve sentando junto a Tessa.

—¿Aún cuando pueden pensar que estás perdiendo la cabeza? —inquirió ella, a lo que Steve asintió.

—Aun así.

—Quizá lo hicieron —afirmó Max quien se había quedado pensando en eso—. Vi a Chrissy salir de la oficina de la Sra. Kelley; si vieras un monstruo, no irías la policía. No te creerían. Pero podrías acudir a...

—Tu terapeuta —concluyó Tessa comprendiendo el punto al que quería llegar Max. La menor asintió—. Si alguien sabe que fue lo que vio Chrissy, es ella.

—Sé donde vive —aseguró Max, a lo que todos voltearon a verla con intriga. La pelirroja se encogió de hombros—. Me dijo su dirección por si quería hablar con ella durante el descanso. Puedo hablar con ella y intentar averiguar que sabe.

—Bien, entonces vamos —indicó Robin y todos estuvieron de acuerdo..

Se levantaron de la mesa de picnic y comenzaron a caminar hacia el auto de Steve, cuando en eso Nancy se desvío en otra dirección y él lo notó.

—Espera, Nance. ¿A dónde vas? —le preguntó.

La rizada se giró hacia ellos, un tanto incómoda.

—Solo... Quiero ver una cosa primero —respondió ella.

—¿Algo que quieres compartir con el resto? —le preguntó Dustin.

Pero Nancy no lucía muy convencida de hacerlo.

—No pierdan tiempo. Es una posibilidad remota.

—Si, está bien. ¿Acaso estás demente? —le cuestionó Steve—. ¿Andar sola con Vecna suelto?

—Steve tiene razón, Wheeler —Concordó Tessa acercándose a ellos—. Es muy peligroso. No sabemos por quien irá después.

Pero Nancy los miró con una ceja alzada, a lo que Tessa resopló y se giró hacia ellos.

—Iré con ella.

—¡No! —Todos voltearon a ver a Steve con una ceja alzada—. Quiero decir, sigue siendo peligroso —y le aventó las llaves de su auto a Robin—. Yo iré con ellas, ustedes vayan a ver a la terapeuta.

—No quieres que conduzca —le aseguró Robin señalando su auto.

—¿Por qué?

—No tengo licencia.

—¿Por qué?

—Soy pobre —exclamó ella.

—Yo conduzco —dijo Max, a lo que Steve no tardó en reaccionar.

—¡No, nunca más! Cualquiera menos tú. No.

Entonces Dustin hizo un gesto, como diciendo "¿y yo que?" pero Steve negó.

—Olvidalo.

—Oh vamos —protestó el menor.

—No.

—Muy bien. Esto es estúpido —irrumpió Robin. Se acercó a Dustin y tomó la otra radio que el chico siempre cargaba en su mochila—. Yo iré con Nancy —le entrego las llaves a Steve y se acercó a la rizada—. ¿O creen que necesitamos que nos protegen? 

—Yo no dije eso —protestó Tessa ceñuda—, pero de todos modo iré con ustedes.

—No, lo mejor será que vayas con ellos —le indicó Robin, deteniendola—. Nancy y yo no tardaremos.

—Pero...

—Buena suerte —le dijo Robin y ambas chicas se dieron la vuelta, dejándola con Steve y ambos chicos.

Tessa soltó una pequeña risa irónica y se dio la media vuelta para mirar incrédula a Steve.

—¿Te das cuenta lo que está haciendo, no? —le preguntó.

Él asintió, por supuesto que había captado las intenciones ocultas de Robin al dejarlos solos con los menores.

—¿Te.. —se aclaró la garganta—. Te molesta?

Tessa, nerviosa, negó.

—No, para nada, ¿Y a ti?

—No, no. Tampoco.

Ambos asintieron, mirándose a los ojos con cierta timidez.

—¿Se van a quedar ahí parados viéndose mutuamente o nos vamos de una vez? —inquirió Dustin hacia ambos con cierta burla.

Tessa resopló y caminó hasta la puerta del auto pasando junto a Dustin.

—Callate.

—Podemos esperar a que sigan hablando.

—Cállate y súbete al auto —le pidió Steve—. Límpiate los pies.

Pero Dustin, provocandolo aún más, lo hizo dentro del auto.

—¡Afuera, no adentro! —protesto Steve subiendo al vehículo—. Siempre la niñera... ¡Siempre la maldita niñera!

Tessa rodó los ojos y apoyo su cabeza sobre la palma de su mano, la cual a su vez estaba apoyada en el marco de la ventana abierta.

—No te quejabas de eso el año pasado —puntualizó ella—. Recuerdo perfectamente que me dijiste que jamás recuperaría mi puesto. ¿Te estás retractando, Steve?

—Oh, tu también cállate.

Y arrancó el auto.

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𝐁𝐚𝐫𝐛𝐬 © | 𝟐𝟎𝟐𝟐

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