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❝ Capítulo Once ❞

🍨⚓ ࣪˖ 𓄴 SECRETS presents to you
▬ ▬▬ chapter eleven

acid

Narrador omnisciente

—Codigo rojo... ¿Alguien me copia? —repetía Dustin por la radio.

Pero no había respuesta alguna.

—Esto es código rojo, repito, código rojo; ¿Alguien me copia?

Nuevamente un tenso silencio.

—Somos niños inocentes bajo el centro comercial Starcourt —explicaba el menor con desesperación—. El ejército rojo se infiltró en Hawkins, y si nos descubren, nos torturarán y matarán.

—Oye —lo reprendio Steve asomando su cabeza por la rejilla de emergencia del elevador—. Cálmate con eso, agotaras la batería.

—Abrieron las puertas —respondió Dustin ignorando el comentario del mayor.

— ¿Y?

—Alguien podría oirnos —aseguró el menor.

—¿Crees que el guardia Peter bajará en rapel y nos rescatará? —inquirió Steve con ironía

—¿Por qué ese humor negro después de haber besado a Tessa anoche? —cuestionó Dustin pero Steve lo callo con un gesto.

—Santo cielo —replicó él—. Quieres olvidar eso.

—La besaste Steve.

—Para detener su ataque.

—La besaste y luego la abrazaste —señaló Dustin.

—Aun tenía miedo.

—Y se quedaron hablando toda la noche —agregó el rizado.

—Pensábamos en como abrir la puerta mientras los niños dormían —refutó Steve—. Pero en ocho horas no se nos ocurrió nada; tal vez por eso estoy un poco malhumorado —respondió dándose la vuelta en una esquina.

Dustin, al ver que Steve se bajaba la cremallera, reaccionó.

—¿Qué estás haciendo? —cuestionó.

—¿Qué crees que estoy haciendo? Voy a orinar, no mires —respondió con un gesto de mano para que Dustin se volteara—. No mires.

Dustin se volteo con un gesto incrédulo.

—¿Puedes redireccionar tu chorro por favor? —gritó Robin desde abajo. Steve inspiró y se volteo.

—¿Sabes por qué creo que estás así? —le dijo Dustin de repente.

—¿Por qué llevo más de 12 horas sin ir al baño?.

—¿Qué? ¡No! Eso no, me refiero a malhumorado — corrigió Dustin—. Estás así porque te diste cuenta de que te gusta Tessa y no sabes que hacer.

Steve lo mando a callar, se subió la cremallera con rapidez y se dirigió a él.

—Baja la voz, todo se escucha —replicó—. Aparte te equivocas.

— Oh ¿enserio? —cuestionó el menor de forma  sarcástica—. Cuando le dio el primer ataque de pánico literalmente volaste hacia ella para ayudarla;
Tu no te viste la cara, Steve, pero estabas tremendamente preocupado por ella. Eso sin contar que no estuviste tranquilo todo el tiempo que ella no estuvo cuando se marchó a descansar. Hasta que ella no regresó en la noche, no dejaste de mirar la puerta con impaciencia. Ahora agreguemos lo que paso anoche, la besaste en un acto desesperado por ayudarla pero después de eso se quedaron hablando hasta muy entrada la noche, y cuando despierto te veo abrazandola mientras ella dormía.

Steve se quedó estático.

— Y ustedes creen que no nos hemos dado cuenta cuando comparten esas miradas cómplices todo el tiempo —agregó Dustin.

— Eso .... Eso no...

—No lo sigas negando, Steve —pidió Dustin acercándose a él—. Te gusta Tessa y eso no tiene nada de malo.

Pero Steve hizo un gesto de negación con la cabeza.

—Pero eso no significa que ella me quiera a mi.

Dustin resopló.

— Hermano, sé que no quieres volver a sufrir en ese aspecto; Nancy te rompió el corazón y eso te afecto, pero con Tessa no tiene porque pasar lo mismo; dile lo que sientes, dile lo que sientes antes de que algo malo pase.

—¿Qué podría pasar?

—Ah no lo sé, estamos atrapamos en un elevador de rusos malos, ¿Qué crees tú qué podría pasar? —respondió irónicamente.

Steve rodó los ojos pero asintió.

—Está bien, tienes razón. Hablaré con ella.
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Tessa

Durante toda la noche Steve y yo pensamos en un modo de salir.

No conseguimos nada.

Y si soy honesta, tampoco logré concentrarme del todo; aquel beso seguía repitiéndose en mi mente, y la cercanía de Steve no me ayudaba a olvidarlo.

Quiero decir, no es que deseara olvídarlo. Pero aquel no era momento de pensar en eso. No era el momento de pensar en cuanto deseaba volver a repetirlo.

No ahora.

—¿Puedes redireccionar tu chorro por favor? —le gritó Robin al chico; ambas vimos como el chorro se movía pero éste escurría por la pared.

Hice una mueca.

—Tu novio es bastante asqueroso —comentó Robin hacia mi.

—No es mi novio —le respondí.

—Todavía —agrego ella. Rodeé los ojos—. oh vamos, ¿acaso no has visto como el tonto te mira?

—¿Con los ojos? —solté sarcástica.

Robin bufo.

—Eres terca; te digo que ustedes dos terminaran juntos.

—No lo creo; Él no me ve de esa forma.

—¿Cómo estas tan segura? —inquirió Robin con una ceja alzada.


Iba a responderle que seguramente Steve seguía colado por Nancy cuando el sonido de golpes nos distrajo; Robin y yo volteamos hacia un costado y vimos a la pequeña alimaña golpeando el cilindro de líquido verde contra unos barriles de metal.

—¡Ey, Cuidado con eso! —exclame corriendo para quitárselo de las manos.

—No sabemos que es —agregó Robin.

—Exacto —dijo ella—. podría ser útil

—¿En qué sentido? —pregunto Robin incrédula.

—Sobreviviremos mucho tiempo sin comer, pero sí el cuerpo humano no recibe agua, se muere —explicó la alimaña como si fuéramos estupidas.

—No quiero decepcionarte, pero esto no es agua —refutó Robin

Yo estaba de acuerdo con ella, preferiría morir de sed a tener que beber esa cosa verde de procedencia desconocida.

—No, pero es un líquido, y si me toca beber esa porqueria o morir de sed, la bebo.

—Esta cosa podría matarte —recalque, entonces me cayó el veinte—. Pensándolo bien, deja que lo beba.

Robin me miro mal.

Iba a decirme que era broma pero en eso escuchamos algo; Érica le quito él cilindro pero a las dos no nos importo. Nos acercamos rápidamente a la puerta y escuchamos con atención; era el sonido de algo acercándose.

Nos miramos alarmadas y corrimos a la escotilla en el techo.

Robin subió primero.

—Tenemos compañía —les dijo a los chicos.

Ayude a la mocosa a subir, pues no quería ser la responsable de decirle a Lucas que su hermana había muerto. Una vez ella estuvo a salvo, subí yo y cerré la escotilla con cuidado de no hacer ruido.

Me coloqué junto a Dustin para ver entre unas pequeñas rejas que había bajo nosotros; no pasaron ni dos minutos cuando la puerta se empezó abrir y dos hombres entraron. Sin embargo uno se quedó en la puerta, olfateando algo.


Estos dijeron algo en ruso, uno de ellos se encogió de hombros y salió cargando una caja, el otro lo siguió.

Apreté los dientes. Steve y su pipí por poco nos delataban.

Ambos hombres empezaron a sacar todas las cajas; los nervios me comían viva, Steve nos hizo una seña de silencio y miró el cilindro que Érica tenía en manos.

—Dámelo —murmuró él y Érica se lo dio.

Cuando los hombres terminaron, activaron la puerta del ascensor para que comenzará a cerrarse. En eso Steve brincó hacia abajo y utilizo el cilindro para detener la puerta a tiempo, dejando un espacio lo suficientemente grande para poder pasar por dejado.

—Vámonos —nos indicó. Érica se apresuró a aventarle su mochila y rápidamente todos bajamos para pasar por debajo de la puerta.

El cilindro estaba cediendo, el cristal comenzaba a quebrarse pero Steve logró pasar antes de que esté explotara en pedazos.

Pegamos un brincó cuando el líquido explotó. Tanto la puerta roja como el suelo empezaron a echar humo y a derretirse ahí donde el líquido verde tocó.

Me quedé atonita.


—Santo cielo —musito Steve.

—¿Sigues con ganas de beberlo? — le preguntó Robin a la mocosa.


Sin duda fue una suerte que Robin y yo no la dejáramos beberlo..

—Por todos los cielos —nos volteamos al escuchar a Dustin.

Nuevamente me quedé atonita.

—Mierda —masculle al ver el enorme y largo pasillo que teníamos frente a nosotros.

—Bueno, espero que estén en forma —nos dijo Steve adelantandose un par de pasos—. Me refiero a ti, comelon —y le palmeó el hombro de Dustin para luego comenzar a caminar—. Vamos, en marcha.- nos indicó.


Tomé a Dustin de los hombros y lo seguimos junto a Robin y la niña demonio.

—¿Por qué a mi? —me preguntó Dustin, a lo que reí levemente y seguimos caminando.





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𝐁𝐚𝐫𝐛𝐬 © | 𝟐𝟎𝟏𝟗


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