
❝ capitulo diecisiete² ❞
🕰️🎧 ࣪˖ 𓄴 SECRETS presents to you
▬ ▬▬ act two: chapter seventeen
❝ plans and dreams ❞
A pesar de que Tessa decía estar bien tras haber vuelto de su segundo trance, Steve sabía que estaba mintiendo; su cuerpo tembloroso y mirada inquieta se lo dejaba muy en claro. Y aún cuando el grupo entero ya se encontraba a salvo en el tráiler de ella y Leila, Tessa seguía con la mirada perdida en un punto del suelo alfombrado y no dejaba de jugar nerviosamente con sus manos.
—Ten, toma esto Tess —le dijo Steve entregándole una taza de té de manzanilla; el único que le gustaba a la chica.
Tessa, quien oía las voces de sus amigos como si estuvieran en un segundo plano, regreso a la realidad en cuanto vio la taza humeante frente a su rostro. Alzo su mirada avellana hacia Steve y le sonrió levemente antes de tomar la taza con cuidado.
—Gracias —musitó en voz queda antes de llevársela a los labios y sorber un poco—. ¿Le pusiste miel?
—Asi te gusta, ¿No?
—Si, asi es —afirmó ella y volvió a tomar de su té mientras Steve tomaba asiento en el sofá grande junto a Eddie y Leila, quien al igual que los demás, le lanzaban miradas intrigantes a la chica.
Tras un par de minutos donde Tessa bebió de su té e intento tranquilizarse, finalmente habló:
—Sé que quieren saber lo que vi...
—No tienes que hacerlo si no quieres —se apresuró a decir Nancy—. No estás obligada a...
—Quiero hacerlo —irrumpió ella a la rizada y volteo a verla apenas un segundo—. Necesito hacerlo.
Y entonces prosiguió a contarles todo lo que había visto sobre la verdadera identidad de Vecna; sobre lo que le había hecho a su familia.
Y claramente omitió su parentesco con él; Todavía no estaba lista para hablar de eso.
—Pero eso no fue... Todo —confesó con la mirada perdida entre sus manos—. Él me mostró cosas que aún no han pasado. Cosas espantosas; Vi...una nube oscura expandiéndose sobre todo Hawkins. El centro del pueblo en llamas. Soldados muertos. Y una... criatura gigante con la boca abierta. Pero está no estaba sola, había muchos otros monstruos con él. Un ejército completo; Entraban a Hawkins... A nuestros vecindarios. Nuestras casas. Y luego él... Me mostró a Jules, a Steve... A Max... A Dustin, todos ustedes... Y estaban... Estaban...—pero para ese punto su voz se quebró al recordar sus cuerpos alrededor de ella y las lágrimas no tardaron en descender por su sucio rostro.
—Está bien —la interrumpió Steve, sintiendo una punzada en su pecho al verla en aquel estado—. Pero solo intentaba asustarte, Tess. Es decir, no es real.
—Esa es la cosa Steve, todavía no lo es —insistió ella rápidamente agregó—. Pero hay algo más... Él, me mostró portales. Cuatro portales que se extendían por todo Hawkins. Se parecían al del tráiler de Eddie, pero éstos no dejaban de crecer. Y definitivamente no era el Hawkins del Upside Down, sino el nuestro. Nuestro hogar.
—Cuatro campanadas —susurró Max rompiendo el silencio que se había formado tras escuchar aquello; la pelirroja se encontraba de brazos cruzados y estaba recargada sobre el marco de la entrada a la sala—. El reloj de Vecna... siempre suena cuatro veces. Exactamente.
—Tienes razón, también lo he escuchado —afirmó Tessa.
—Asi que... Nos estuvo contando su plan desde el principio —concluyó Max.
—Cuatro muertes y cuatro portales —dedujo Lucas con gesto pensativo—. El fin del mundo.
—Si eso es cierto... —comentó Dustin preocupado—. Está a solo una muerte de conseguirlo.
Y nada más decir aquello, el ambiente en el tráiler cambio bruscamente; mientras la mayoría lucía preocupado y aterrado por lo que eso significaba, Eddie escondió el rostro entre sus manos y comenzó a mascullar maldiciones una tras otra. Leila, sentada junto a él, comenzó a darle suaves masajes en la espalda para intentar calmarlo, más Tessa sabía perfectamente bien que la azabache estaba igual, o peor que el chico.
—Llámalos de nuevo —le pidio Steve a Max de repente y la chica corrió hacia el teléfono sin vacilar y marco el número de los Byers.
Y es que nada más llegaron al tráiler de ambas chicas, la pelirroja había intentado comunicarse con sus amigos en Lenora Hills para pedirle ayuda a Eleven, pero, al igual que días atrás, nadie respondía en California.
—¿Y?
—Nada —bufó ella colgando el teléfono con decepción—. Sonó un par de veces y dio ocupado.
—Quizá marcaste mal —opinó Dustin.
—No marqué mal.
—Bueno, no lo sé.
—Max es muy capaz de usar un teléfono, Dustin —refutó Tessa.
—Solo digo que pudo haber marcado mal.
La pelirroja, exasperada, volvió a dirigirse al teléfono y llamó una vez más. Sin embargo no tuvo un resultado diferente.
—Lo mismo, ¿ves?
—¿No será que tienen el teléfono roto? —sugirió DJ, pero Dustin negó.
—Joyce es televendedora —explicó el menor—, siempre está al teléfono. Mike se vive quejando de eso todo el tiempo.
—Sí, pero da ocupado ¿Hace cuánto? ¿Tres días? —les recordó Max—. No es por Joyce. Imposible. Algo anda mal.
—Max tiene razón —intervino Tessa llamando la atención de todos al ponerse de pie de forma repentina para acercarse a la ventana del remolque con gesto serio—. Lo que sea que esté pasando en Lenora tiene que estar conectado a esto, estoy segura. Puedo sentirlo... —y murmuró esto último para si.
—Pienso igual —concordó Nancy con ella—. No es normal que de ocupado tantos días.
—¿Y si están en peligro? —preguntó DJ, pero Tessa negó.
—No, él no puede lastimarlos —señaló ella—. A ninguno de ellos. No si está muerto —espetó de forma amenazante, a lo que los demás le lanzaron una mirada inquisitiva—. Tenemos que volver al Upside Down.
Y como si hubiera dicho que debían ir al mismísimo infierno, lo cual no era del todo erróneo, todo el mundo comenzó a quejarse en torno a la sala; sobretodo dos chicos que habían salido recién de aquel lugar.
—No, no, no.
—Pensémoslo bien —pidió Steve poniéndose de pie para cruzar la sala en su dirección e intentarla hacer cambiar de opinión.
—¿Qué quieres pensar, Steve? —refutó Tessa ceñuda.
—Que casi no salimos vivos, Tess—le recordó él.
—Pero porque no estábamos preparados —repuso ella—. Esta vez será diferente. Iremos con armas y protección. Cruzamos el portal, lo encontramos y lo matamos.
—O terminamos muertos —objetó Steve exasperado—. Solo sobreviviste porque él así lo quiso, Tessa, pero podría volver hacerlo y está vez podrías no volver.
—No lo hará Steve —aseguró ella con un nudo en el pecho debido a que ella sabía la verdad; Vecna la necesitaba.
Steve, por otro lado, la miró incrédulo.
—No puedes estar seguro de eso. Él no nos tiene miedo, Tessa.
—Y por una buena razón —intervinó Robin, quien se había mantenido en silencio hasta entonces. La castaña rubia se levantó de un salto y se dirigió a ambos—. Nos equivocamos con Vecna... O Henry... Uno. Lo siento, ¿cómo le decimos ahora?
—Uno.
—Vecna.
—¡Uno!
—Henry.
—¡Cómo sea! —protestó Tessa perdiendo la paciencia.
Lo que menos le importaba ahorita era como lo llamarían a partir de ahora. Porque si algo tenía muy en claro en mente, era que jamás, JAMÁS, lo llamaría padre.
—Cierto. Bueno, lo que digo es que aprendimos algo sobre Vecna/Henry/Uno —continuó Robin de forma atropellada—. Es un número, como Eleven, solo que la versión masculina, malvada y con piel fea; El punto es, que es superpoderoso. Nos pulverizaría en un segundo. No es una pelea justa.
—¿Por qué sería justa? —inquirió Dustin—. Tienes razón, es como Eleven. Pero eso nos da una ventaja: conocemos los puntos fuertes de Eleven, y también sus debilidades.
—¿Debilidades?
—Cuando El se transporta —explicó Dustin—, entra en un estado como de trance. Vecna debe ser igual.
Y como era usual, Lucas fue el primero en comprender a dónde quería llegar Dustin.
—Eso debía estar haciendo en el ático —dedujó él.
—¡Exacto! —confirmó el rizado—. Cuando ataque a su próxima víctima, estará en ese ático y su cuerpo quedará indefenso.
—Indefenso si , ¿Pero y el ejército de murciélagos qué? —le recordó Steve señalando las marcas rojas en su cuello.
—Cierto. Pues, tendremos que pasarlos o distraerlos de algún modo.
—¿Y cómo hacemos eso, exactamente? —inquirió Eddie, levantándose apenas del sofá.
—Ni idea —admitió Dustin, a lo que Eddie bufó y volvió a sentarse indignado—. Pero una vez que se vayan, será pan comido. Como matar a Drácula mientras duerme en su ataúd.
Tessa no creía que fuera pan comida. Pero lo que decía Dustin no sonaba tan descabellado. Y si bien la idea de volver allá abajo la hacía estremecerse, no tenían opción.
Debían matarlo.
—Suena bien —aceptó Robin—, pero no hay un patrón en los asesinatos de Vecna. No sabemos cuándo o ni siquiera a quién atacará.
—Sí sabemos —intervino Max, y todas las miradas se posaron en ella. Tessa frunció el ceño a la vez que un amargo sabor en la boca aparecía—. Aún puedo sentirlo. Sigo marcada, maldita. Si dejo de escuchar a Kate Bush, estoy segura de que volverá a enfocarse en mí.
—No —repuso Tessa de inmediato— De ninguna manera.
—Max —añadió Lucas con un tono más suave que Tessa—. Te matará.
—Sobreviví una vez —insistió ella—. Puedo sobrevivir de nuevo.
Pero Tessa seguía negando con la cabeza de un lado a lado y miraba a Max como si estuviese loca.
—No voy a dejar que lo hagas —decretó ella—. Olvídalo, no pasará.
—Pero...
—Nada de peros, no está a discusión, Max.
—Puedo hacerlo.
—No, no vas arriesgar tu vida asi; Si alguien tiene que estar maldito para distraerlo entonces lo haré yo. Seré la carnada.
—Tessa...
—No, Steve —cortó ella al chico antes de que pudiera replicar—. No dejaré que Max lo haga; Vecna me quiere a mi.
—Nos quiere a ambas —repusó Max.
—No. Me quiere a mi.
—Solo necesita a una de las dos, no importa quie...
—No lo entiendes —objetó Tessa con el corazón oprimido—. Me quiere a mi. Me necesita a mi. Yo puedo distraerlo el tiempo suficiente para que ustedes vayan y lo maten.
Pero Max bufó y puso los ojos en blanco antes de decir:
—Lo estás haciendo de nuevo.
—¿Haciendo qué?
—Poniendo tu vida en riesgo por nosotros.
—Soy mayor, Max; Steve y yo somos prácticamente los adultos en este grupo.
—Vaya, gracias Tessa —repusó Eddie irónicamente a lo que la chica lo volteó a ver con ceja arqueada.
—Leila, DJ, Robin, Nancy y tú siguen en la secundaria. Nosotros ya nos graduamos así que somos los mayores y, los responsables de todos ustedes; Steve no está marcado. No puede distraer a Vecna, en cambio yo puedo llamar su atención porque... porque él es....—e inspiró profundo antes de soltar la bomba que cambiaría todo para ella—. Porque él es mi padre.
Sin embargo, el silencio que le siguió a aquella declaración fue algo que no esperaba. Dustin, sin poder evitarlo, soltó una risita.
—De acuerdo, no más Star Wars para ti Tessa —señaló él pero nadie se rió o hizo gesto alguno de seguirle el chiste, pues todos miraban directamente a Tessa conmocionados. Dustin, al ver que su amiga no bromeaba y a nada estaba de echarse a llorar, empalidecio—. Mierda, hablas en serio.
—Pero... ¿Cómo es que...? ¿Cómo es posible que él....?... Yo conocía a tus padres, ¿Cómo....? —inquirió Steve sin poder terminar si quiera una pregunta.
Tessa, entretanto, volvió a sentarse en el sofá individual y restregó ambas manos por su rostro antes de comenzar a contarles lo que había omitido de su trance; Les contó como Henry llego al laboratorio de Hawkins y conoció a Emily; les contó sobre ella y que relación tenía con su madre, o su ahora tía; les contó como ambos se volvieron amigos y descubrieron que sus poderes se complementaban al nivel de que se volvían más fuertes juntos; Les contó sobre los entrenamientos con el Dr. Brenner; les contó todo sin omitir detalle alguno está vez.
En ningún momento sus amigos la interrumpieron. Sino que escucharon todo en silencio y sin inmutarse; y una vez que Tessa terminó de contarles absolutamente todo, el tráiler se quedó en silencio por lo que pareció una eternidad.
—Asi que... Es cierto. Eres hija de Henry Creel —afirmó Lucas.
Tessa, quien lo único que quería era negar su parentesco con aquel psicópata, asintió ligeramente con una mueca.
—Lo soy.
—Eso quiere decir, ¿qué tienes poderes? —preguntó Leila.
Pero Tessa se encogió de hombros con gesto dudoso.
—Por lo que Vecna dijo, parece ser que si —respondio—. Durante el trance me quitó un dispositivo que anulaba los poderes, pero dudo que haya funcionado en la reali... —pero entonces un quejido brotó de sus labios cuando, al tocar su nuca, sintió una punzada y la punta de sus dedos húmedos y calientes—. Mierda —masculló por lo bajo al ver que se trataba de sangre.
Al ver aquello Steve salió disparado hacia el pasillo y volvió un par de minutos después con un botiquín que guardaban ambas chicas en el baño; ninguno de los presentes se sorprendió por el hecho de que él supiera dónde estaba. Estaban más ocupados procesando la información que Tessa acababa de revelarles para notar aquello.
Mientras el chico se encargaba de limpiar la pequeña herida de Tessa, Dustin hablo.
—Si eres como Vecna, Emily y El, entonces puedes combatirlo.
—No creo que sea tan fácil, Dustin —objetó Nancy—. Todos ellos tuvieron entrenamiento previo. Tessa nunca ha usado sus poderes; No sabemos cómo funcionen.
—En realidad, si que lo ha hecho —señaló Steve tras terminar de ponerle una gasa en la herida. El chico se puso de pie y volteo a ver la rizada de cabello corto—. Cuando la enredadera me hundió en el lago y Tessa me siguió, hizo que está se detuviera por un momento. No lo recordaba porque, bueno, nos atacaron y luego tuvimos que huir por todo el Upside Down, pero ahora, con esto, tiene sentido el como pudo hacerlo. Eres como Eleven, Tess.
—Tienes poderes —concluyó Dustin, emocionado.
Pero Tessa no sentía emoción alguna.
—Esperen... Dijiste que Vecna comentó que su objetivo nunca fue matarte, ¿no? —preguntó Lucas con gesto preocupado, como si hubiera reparado en algo importante que ellos no. Tessa, confundida, asintió levemente—. Eso quiere decir que.... —y se volteo a ver a Max, quien meneaba la cabeza de arriba abajo, entendiendo lo que el moreno quería decir.
—Yo soy la cuarta víctima. No ella.
De no ser porque estaba sentada, Tessa hubiera tropezado con sus propios pies y se hubiera caído de culo ante la cruda realidad.
—No, no voy a dejar que eso pase; Vecna quiere que me una a él, puedo hacerle creer que lo haré y de este modo lo mantendré distraído.
—No creo que sea tan fácil, Tessa —repusó Leila—. Puede meterse en tu mente y ver que mientes.
—Además, si queremos matarlo, debes ir con ellos. Tu y Nancy son las únicas que saben disparar un armar —recordó Max.
Pero Tessa negó.
—Nancy puede hacerlo sola.
—Y no dudo que no pueda —repusó Max—. Pero necesitaran toda la ayuda posible. Yo puedo distraerlo el tiempo suficiente para que ustedes...
—No Max, para... Porfavor—pidió ella con la voz afligida de solo imaginar a Max en trance, de nuevo.
—Sé que prometiste cuidarme —objetó Max y se acercó a ella—. Sé que no quieres que nada malo me pase, y te agradezco eso, enserio lo hago pero... Ya no soy una niña, Tess. Puedo hacer esto; además, tu misma lo dijiste, tu ma.... Emily podía debilitar a Henry cuando estaban juntos. Tal vez puedas hacer lo mismo desde el Upside down.
—No podemos estar seguros de eso Max —repusó Tessa. Pero Max no desistió.
—Tampoco lo estaremos sin intentarlo.
Pero por más que Tessa le rogaba con la mirada a Max para que cambiará de opinión, la pelirroja se mantuvo firme con su decisión.
Y con pesar, Tessa terminó aceptando.
—Solo debo entretenerlo el tiempo suficiente para que ustedes entren al ático; Ahí pueden cortarle la cabeza, apuñalarlo o hacerlo volar con explosivos caseros de Dustin. No me importa cómo lleven a ese imbécil a la tumba, pero sea lo que sea, hagan lo que hagan, intenten no fallar.
Y tras aquella declaración, un pesado silenció lleno el ambiente alrededor del grupo; A ninguno de los presentes le gustaba la idea de mandar a Max directo a la boca del lobo, pero si eran sinceros, tampoco contaban con mejores opciones.
—En ese caso, debemos armar un buen plan.
Y tras decir aquello, el grupo se puso manos a la obra.
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Una vez que el plan estuvo armado, todo estuvieron de acuerdo en que el siguiente paso era conseguir equipamiento y armas para protegerse.
La opción de ir a casa de Nancy y buscar las armas que tenía guardadas en su habitación quedó descartada casi al instante; al parecer el grupo que se había quedado en Hawkins mientras ellos huían en el Upside Down tuvo que pinchar los neumáticos de las patrullas para poder huir y llegar a la zona de tráileres.
Y solo por eso la policía los estarían buscando al igual que Eddie, quien seguía siendo un fugitivo de la ley.
—Podría llamar a Jules y decirle lo que sucede pero, uno: tardaría en llegar acá con lo que necesitamos, y dos: no estoy lista para verla. No cuando me ha mentido todo este tiempo.
Nadie dijo nada. Todos respetaban la postura que Tessa quería tomar ante la revelación de su procedencia.
—¿No hay algún lugar en las fueras de Hawkins dónde podemos conseguir algo? —preguntó DJ.
Y como si hubiera dicho algo maravilloso, el rostro de Eddie se iluminó de repente y se giró hacia Leila.
—¿Tienen una guía telefónica?
Intrigada, Leila asintió y fue por ella para luego pasársela a Eddie. El chico comenzó a pasar las hojas con rapidez hasta llegar a la sección de anuncios, donde siguió buscando lo que sea que estaba buscando.
Tras un par de minutos, depósito la guía telefónica en el centro de la mesa, con ambos brazos recargados sobre la madera y rodeado por el resto que lo observaba con suma atención.
—Miren esto —y señaló uno de los anuncios de la guía—. The War Zone. Fui una vez y es enorme. Tiene todo lo que necesitamos... para matar cosas, básicamente.
Tessa arqueo una ceja intrigada de como es que el chico sabía de aquel lugar. Más se abstuvo de hacer preguntas y miró a más detalle el anuncio.
—¿El falso Rambo tiene suficientes armas? —preguntó Robin—. ¿Es una granada? ¿Cómo es legal?
—Bueno, por suerte para nosotros, lo es —indicó Eddie antes de proseguir con su explicación—. Este lugar está en las afueras de Hawkins. Si no vamos por calles principales, podremos evitar a la policía y a los brutos enojados.
—Para evitar a los brutos enojados, lo mejor sería no ir a una tienda llamada The War Zone —opinó Erica.
—Es cierto —intervino Nancy—, pero necesitamos las armas. Vale la pena el riesgo.
—Concuerdo —dijo Lucas.
—Pero, ¿y el tiempo? —preguntó Dustin —. Nos llevara todo el día ir en bicis.
—Y no puedo llevarlos en mi auto porque no esta aquí; lo que me recuerda que debo ir por el a Records —comentó Tessa.
Pero tanto Leila como DJ la miraron con una mueca apenada.
—Se nos olvidó decirte pero, una grúa se llevó tu auto. No pudimos traerlo porque tus llaves estaban en tu locker.
—Demonios —masculló Tessa por lo bajo, sin embargo negó con la cabeza, restandole importancia—. No pasa nada, sera problema para otro día. Lo que importa ahora es conseguir un trasporte.
Sin embargo, Eddie chasqueó la lengua para mostrarse en desacuerdo y se incorporó con una ligera sonrisa rozando por sus labios.
—No se preocupen por eso.
—¿Por qué? —inquirió Steve—. ¿Acaso tienes un auto?
Pero Eddie se giró hacia él, al tiempo que una sonrisa burlona aparecía en su rostro.
—No es precisamente un auto, Steve. Y no es precisamente mío, pero servirá.
—Oh no, no me gusta esa sonrisa —indicó Leila mirando a Eddie con una ceja arqueada—. Dime porfavor que no estás sugiriendo lo que estoy pensando.
Sin embargo Eddie solo le guiñó un ojo y desvío su mirada hacia Tessa.
—¿Tienes un pasaramontañas, una bandana o algo así?
Pero Tessa negó con la mueca.
—Esperen, creo que yo tengo algo —comentó Max antes de girar sobre sus talones y dirigirse a la salida.
—Ire con ella —señaló Lucas y siguió a la pelirroja hasta la salida.
Al cabo de unos minutos, el par regreso y Max le entrego a Eddie lo que tenía en mano. Leila sofoco una carcajada al instante.
—Debe ser una broma, Red.
—Es lo que hay —indicó ella.
Eddie bufó y terminó aceptando la máscara de Michael Myers que la pelirroja le tendía.
—Muy bien, terminemos con esto —indicó el de cabello largo para luego dirigirse a la salida.
No obstante, Tessa le detuvo el camino y se volvió hacia el resto con una mirada seria.
—Antes de irnos, el que quiera hacer de baño que hable ahora o orina en medio de la carretera. Y si, esto va para ti, Dustin.
—¡Hey! Yo no tengo que... Bueno si —y el rizado salió corriendo al baño.
Y no fue el único. Tanto DJ como Robin, Steve y Lucas también fueron.
—¿Nadie más? ¿No? Bien, andando.
Y de este modo el grupo numeroso atravesó cuidadosamente el parque de caravanas siendo guiados por Eddie, quien no se detuvo hasta que llegaron a una caravana blanca estacionada frente a una pareja que se hallaba fumando y escuchando la radio. Se encontraban tan distraídos, que ninguno se percató del grupo que invadía su casa.
En cuanto Eddie, Steve y DJ entraron por la ventana, Tessa les siguió con la ayuda de este último. Una vez dentro, se acercó al par de chicos en la parte delantera del vehículo y los vio hablando mientras Eddie cortaba los cables de la caravana como si fuera algo habitual para él.
—Cuando los otros padres les enseñaban a sus hijos a jugar deportes —contó Eddie, respondiendo a la pregunta que le había hecho Steve—, el mío me enseñaba a puentear autos. Me juré a mí mismo que no terminaría como él pero, ahora me buscan por asesinato, secuestro, y pronto, por robo de vehículos. Le estoy haciendo honor al apellido Munson.
Tessa, sin embargo, no pudo evitar mirar con cierta pena a su amigo.
—Limpiaremos tu nombre una vez que ese hijo de puta este muerto, porque tú, Eddie Munson, no eres como tu padre. Que él no defina quien eres.
Eddie volteo a verla sorprendido por sus palabras, sin embargo antes de que pudiera responderle algo Robin apareció por detrás de Tessa y Steve.
—Eh, Eddie... —murmuró—. No me encanta la idea de que tú conduzcas...
Fue entonces que Eddie recuperó su carisma de siempre y observó a la chica con una sonrisa socarrona.
—Yo solo lo estoy arrancando. Harrington va a conducir. —Y para sorpresa de los tres, Eddie acercó su rostro burlonamente hacia Steve—. ¿No es así, grandote?
Y entonces volvió a girarse, tomó los cables que anteriormente había cortado y unió nos extremos provocando que estos soltaran algunas chispas al entrar en contacto. A continuación, el motor se encendió junto con la radio que sonaba a máximo volumen. Y como si aquello no fuera poco, el caño de escape soltó un rugido tan estruendoso, que Tessa estaba segura que no solo habían advertido de su presencia a los dueños, si no a todos en la zona.
—¡Oigan! ¡Abran la puerta!
—¡Está trabada! ¡Oigan!
Tanto Steve como Tessa y Robin intercambiaron una mirada preocupante al ser atrapados. Eddie por otro lado soltó una carcajada.
—¡Mierda! ¡Vamos! —y ante la protesta de Steve, Eddie se puso en pie y le cedió el asiento del piloto con prisa—. ¡Agárrense de algo!
Dentro del tráiler se armó todo un caos. Los gritos de todos con la música a todo volumen solo provocó una mezcla de sonidos que apenas y eran entedibles. Tessa se apresuró a tomar el asiento del copiloto para luego mirar a los dueños de la caravana a través del cristal con gesto apenado.
—¡Lo sentimos, pero es una emergencia!
Entonces Steve puso en marcha el vehículo con la voz de Dustin clamando a los cuatro vientos desde atrás:
—¡Arranca, Steve, arranca!
La caravana se sacudió con violencia en cuanto Steve se puso en marcha como un loco con dirección a la carretera. Tessa, entretanto, volteo hacia atrás y se reviso que todos estuvieran a bordo y en buen estado, cosa que así fue.
—Mierda —comentó Dustin viendo a los dueños de la caravana desde la ventana de atrás—, se ven enojados.
—¿Y que esperabas? Acabamos de robar su casa —replicó Leila apenada mientras se sujetaba a una de las sillas de la mesa.
—Y su auto —recalcó Robin—. No todos los días pierdes la casa y el auto a la vez —puntualizó.
—Tranquilos, se los devolveremos. Solo lo tomamos prestado por unas horas —comentó Tessa y volteo a ver a Steve junto a ella—. ¿No?
Pero el chico no respondió enseguida, pues finalmente habia salido de la zona de trailer y ahora conducía por la carretera.
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Tessa no se permitió respirar tranquila hasta que no estuvieron lo bastante lejos de Hawkins como para ser atrapados; Una vez que estuvieron seguros de que nadie los había visto, y por ende nadie los había seguido, Tessa libero todo el aire que había tenido retenido de forma inconciente e intento relajarse lo que restaba de camino viendo el paisaje verde por la ventana.
No obstante, por más que intentaba despejar su mente, las visiones de lo que había visto la seguían perturbando. Sin contar la preocupación que sentía arriba desde que había aceptado el plan de Max.
—Hey, ¿Estás bien?
Era increíble como Steve, aún después de todo lo que había pasado entre ambos, percibia cuando ella estaba mal o preocupada; Tessa suspiro profundamente y por primera vez en mucho tiempo fue honesta con él.
—No lo sé —confesó—. Ha sido... Demasiado que procesar en tan poco tiempo.
—Ni que lo digas —respondió Steve intercalando su mirada entre ella y el camino, pero al ver que seguía con la mirada decaida, inspiró profundo y prosiguió a decirle lo que él pensaba sobre el tema—. Escucha, que la verdad no te afecte, Tess; Vecna, Henry... Él no te define como persona, tu misma se lo dijiste a Eddie. Solo tú puedes definir que tipo de persona eres, y te puedo asegurar que no eres como él; Si, es una mierda descubrir que Vecna es tu papá biológico y que toda tu vida se basó en una mentira, pero... Seamos honestos, Harry y Karen no eran malos. Al contrario, te amaban como a una hija auténtica, y no sabes como te envidiaba por eso —confesó para su sorpresa. Tessa volteo a verlo perpleja.
—¿Tu... Me envidiabas?
—Por supuesto —afirmó él—. Tu y tus padres tenían una relación que solo yo podía tener en sueños; mi madre apenas y me prestaba atención de niño y mi padre se la pasaba trabajando todo el rato; la mayor parte de mi vida estaba solo en casa. Y ellos lo recompensaban con objetos materiales. Como si eso los volvieras los padres del año.
—Tus padres son unos idiotas —se atrevió a decir. Y Steve en lugar de ofenderse, se rió.
—Lo son —afirmó él y entonces hizo una mueca—. Tal vez esa fue la razón por la cual yo fui un idiota en la secundaria.
—Pero cambiaste —objetó ella con una sonrisa—. Eres diferente ahora. Más maduro.
—¿Si?
—Si —aseguró ella—. Dejaste de tomarle importancia a las cosas materiales y a la popularidad; abriste los ojos y te diste cuenta del daño que ocasionabas a los demás con tus burlas. Dejaste atrás a todas esas malas influencias en tu vida y seguiste adelante con las personas que realmente te quieren y te apoyan.... Cambiaste para bien.
—Si, supongo que tienes razón —respondió ocultando el hecho de que sus palabras habían significado mucho para él. Tragó saliva y carraspeo nerviosamente—. Nos desviamos del tema, lo siento.
—No lo sientas, la verdad es que... Entendí lo que querías decir. Y te lo agradezco —dijo ella con una sonrisa que demostraba sinceridad pura.
—Siempre estaré para ayudarte, Tess.
—Y yo a ti, Steeve. Para eso están los amigos, ¿No?
Pero tan pronto salieron esas palabras de su boca, se arrepintió; Tessa pudo ver perfectamente bien como la sonrisa de Steve flanqueaba. Como si sus palabras realmente lo hubieran lastimó. Y se sintió tan terrible por eso.
—Si, amigos —respondió Steve sin apartar la mirada de la carretera.
Poco a poco Tessa sintió como el ambiente cálido y relajante que tenían ambos comenzaba a volverse incómodo, por lo que le preguntó lo primero que le vino a la mente con la esperanza de que volvieran a hablar como antes.
—¿Es difícil de manejar? —preguntó señalando el volante de la caravana, a lo que Steve la miró de reojo y negó.
—No tanto. Considerando que es.... Una casa —indicó él, y una cálida sensación surgió en su pecho en cuanto escuchó a Tessa reírse levemente. Olvidando lo que había dicho ella segundos atrás, Steve esbozo una sonrisa y retomo la conversación confesando algo sobre él—. Si, es... Es una tontería, pero yo siempre soñé con tener una familia enorme. Hablo de una manada de pequeños Harrington completa, como de cinco, seis niños.
—¿Seis? —inquirió Tessa perpleja, pero Steve se rió y asintió.
—Si, seis polluelos; tres chicas y tres chicos —reveló él para su sorpresa—. Y en el verano, todos los Harrington nos iríamos en algo como esto a conocer el país; Las Montañas Rocosas, el Gran Cañón, quizá Yellowstone. Y luego terminaríamos en algún pueblo costero de California. Pasaríamos una semana en la playa. Aprenderíamos a surfear o algo así.
Y sin poder evitarlo, Tessa se imagino aquel sueño en su mente; Steve en una edad más adulta cargando a una hermosa niña de cabellos castaños y rizados. Otras dos niñas, de cabellos más oscuros y más grandes que la primera, abrazaban sus piernas con gesto burlón mientras dos gemelos de cabello aún más claro llegaban corriendo a él para mostrarles una mariposa que habían atrapado. Y finalmente, un bebé que recién aprendía a caminar llegaba con él y Steve lo cargaba con el otro brazo que tenía vacío.
Su mente a veces la sorprendía con las cosas que llegaba a imaginar en un par de segundos; Tessa por inercia sonrío.
—Suena hermoso —le respondió ella. A lo que Steve volteo a verla con una cálida sonrisa.
—¿Si?
—Si —aseguró ella manteniéndo el contacto visual con él.
Y ahí estaba de nuevo la calidez en su pecho y el cosquilleo en la boca de su estómago; sabía perfectamente que esas sensaciones se debían única y exclusivamente por él. Por Steve. Pero tenía tanto miedo de volver arruinar las cosas entre ambos que prefería estar para él como una amiga.
Aunque eso le doliera.
Tessa carraspeo y desvío la mirada al frente con nerviosismo.
— Bueno, excepto la parte de los seis hijos. Eso suena como a toda una pesadilla.
—Vamos, como si no tuviera práctica ya —bromeó él y señaló al grupo de chicos que venían atrás.
Tessa se rió, pues no podia refutar ante eso.
—Buen punto —concedió ella antes de soltar un pequeño bostezo que no paso desapercibido por Steve.
—¿Por qué no duermes un rato? Aún falta un rato para llegar al lugar.
—No creo poder dormirme, los recuerdos de lo que vi siguen ahí y....
—Intentalo —insistió él—. Yo estaré aquí cuidándote. Y Prometo despertarte cuando lleguemos.
Tessa estaba apuntado de rechazar su petición cuando otro bostezo salió de su boca mucho más grande que el anterior. Finalmente acepto.
—Pero me despiertas —advirtió ella acomodándose en el asiento.
—Lo prometo —respondió Steve.
Y nada más cerrar los párpados, todo su cuerpo se relajo y no tardó en caer en brazos de morfeo.
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¿Me creerian si les digo que solo faltan dos capítulos + el Epílogo para terminar este segundo acto? 🥺🥺🥺😭 ¡No lo puedo creer! Este acto fue mi fav y no lo quiero acabar AAAAHHH
Pero eso también significa que el comienzo de ELETRIC LOVE está cerca 🤔 y tengo muchas ganas de escribir la historia de Eddie y Leila gg
En fin, ¿Qué les pareció este capítulo? Este es bastante tranquilo a comparación de los anteriores gg pero ame escribir ese momento Stessa al final 🥰 ya quiero que esos dos vuelvan.
En fin, estaré leyendo sus comentarios, like always. ❤️
BARBS HARRINGTON
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