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❝ Capitulo diecinueve² ❞

🕰️🎧 ࣪˖ 𓄴 SECRETS presents to you
▬ ▬▬ act two: chapter nineteen

❝ you lost


Llegaron al bosque detrás de Forest Hills al anochecer, unos minutos después de que el sol se ocultara por completo y la luz de la luna le diera la bienvenida a la noche; Steve, quien había permanecido callado todo el viaje al igual que el resto, estacionó la caravana en un pequeño claro entre los árboles. Un lugar perfecto para ocultarse y a la vez estar cerca de la zona de tráileres, lugar al cual debían de ir una vez que estuvieran listos.

—Bien, quiero repasarlo una vez más —indicó Nancy rompiendo el silencio que se había formado mientras todos se aseguraban de llevar lo necesario; la castaña rizada giro en su lugar y recorrió al grupo con la mirada—. ¿Fase uno?

—Erica estará en los juegos —respondió Leila—. Dará la señal por Max, Lucas y DJ.

Nancy asintió con la cabeza.

—Fase dos

—Max atraerá a Vecna ―respondió Tessa apoyada contra el asiento del copiloto mientras hacia girar una daga entre sus manos. Al solo decir eso, su estómago se retorció; la idea de usar a Max como carnada seguía angustiadola y no le gustaba para nada.

—Él irá tras ella y entrará en trance —agregó Steve.

Nancy volvió asentir.

—¿Fase tres?

—Distraemos a los Demobats —respondió Dustin señalando a Eddie y Leila, quienes estaban parados detrás de él; Eddie colocó una mano sobre su cabeza tapada por una capucha y la sacudió juguetonamente mientras Leila los miraba con una sonrisa enternecida.

—Fase cuatro.

—Vamos a la guarida desprotegida de Vecna y lo flameamos —acotó Robin alzando una de las bombas Molotov preparadas.

—Nadie pasa a la siguiente fase hasta que todos copiemos —ordenó Nancy con el semblante serio—. Nadie se desvía del plan, ni intenta cambiarlo por su cuenta, sin importar lo que pase. ¿Entendido?

—Entendido— corearon todos en voz alta y al unísono.

Y dicho eso, todos se dispusieron por fin a tomar sus respectivas armas y bajaron de la caravana para comenzar a caminar entre los árboles con dirección a la zona de traileres. Todo indicaba que sería una noche tranquila; el único sonido que llegaba a sus oídos era el de sus propias pisadas entre las hojas y la hierba, y el leve silbido del viento entre los árboles. Sin embargo, la realidad era muy diferente.

Aquella no sería una noche tranquila para el grupo, sino al contrario. Aquélla sería la noche en la que se enfrentarían al responsable de todo lo malo que había sucumbido a Hawkins en los últimos 4 años. Y ninguno estaba seguro de lo que pasaría tras esa noche.

Y por ese detalle es que se podía sentir una enorme tensión entre todos. La incertidumbre era tan pesada, que ninguno aguantaba la mirada del otro sin sentir miedo de que, tal vez, esa fuera la última vez que se vieran. La inquietud a lo desconocido era tan gran grande, que sus corazones latían velozmente y temían que alguien fuera a oírlos.

Tenían un plan, si, pero no era seguro de que todo fuera a salir bien. Sería muy estúpido de su parte creer que todo saldría al pie de la letra y sin error alguno; No estaban hablando de enfrentar a un ser humano común y corriente, sino a una criatura que antes habia sido humana y que ahora poseía las mentes de las personas con sus poderes; Y eso sin contar a todas esas criaturas que tenia bajo su control en el Upside Down.

La noche era fría, por lo que la chaqueta de cuero negra más el chaleco protector y los guantes negros que vestía Tessa apenas y lograban abrigarla algo. Más aquel no era el tiempo para quejarse del clima, por lo que mantuvo su mirada enfrente y siguió a Nancy por entre los arboles y arbustos a paso firme.

Finalmente, tras un buen rato de caminata en silencio, llegaron a la parte del parque de caravanas que conectaba con el bosque. A simple vista parecía que no había nadie fuera de su tráiler, más no podían confiarse. La tenue luz amarillenta de las farolas alumbraba la mayor parte del parque, por lo que tuvieron que caminar sigilosamente, y de forma desapercibida, hasta al abandonado tráiler de los Munson.

En cuanto Steve abrió la puerta y encendió la luces del interior, todos dejaron salir el aire que estaban reteniendo en el camino por temor a ser atrapados; La mirada de Tessa viajo en automático al pequeño portal sobre sus cabezas y se estremeció de pies a cabeza. La última vez que estuvo ahí y cruzó aquel hueco, entro en trance y supo la verdad sobre su familia.

Y ahora estaba a punto de cruzar de nuevo y realmente esperaba, con todas sus esperanzas, que está vez fuera diferente.

Steve, quien se había descolgado su mochila y se había acercado a la sabana que aún colgaba del portal, volteo a verla como si hubiera presentido su angustia.

—Hey, todo estará bien —le aseguró él en tono calmado—. Estaré al otro lado esperándolos.

Tessa, un tanto nerviosa, asintió en su dirección.

—Ten cuidado —le pidió en cambio.

Steve le mostró una sonrisa tranquilizadora para luego comenzar a trepar forzosamente la sabana. Tanto ella como los demás lo observaron desde abajo en silencio y con los nervios brotando de cada poro de su piel; A través de la abertura del techo vieron como Steve cruzaba de cabeza a causa del cambio de gravedad al otro lado e impulsaba su peso de forma que su cuerpo diera una vuelta completa sobre si mismo y cayera de pie al otro lado, intacto.

El chico volteo a verlos y Tessa atisbo una pequeña sonrisa orgullosa en su rostro antes de que se alejará del hueco en el otro lado.

—Eso fue sexy —soltó Leila repentinamente en un murmullo que todos alcanzaron a oír claramente. Todos voltearon a verla con una ceja arqueada—. Vamos, ¿acaso lo van a negar? —inquirió mirándolas a ellas y evitando la dura mirada de Eddie y la burlona de Dustin—. ¿Tessa? —y volteo a verla esperando ayuda.

—Yo... Este...

Pero en ese momento Steve regresó al portal cargando el otro colchón del otro cuarto de Eddie y lo acomodó hasta quedar a la misma altura que el que estaba bajo los pies del grupo. Alzó la vista hacia ellos una vez hecho eso e hizo un gesto con la cabeza.

—Muy bien —anunció él—. Vamos

Tras intercambiar una mirada entre todos, Tessa se descolgó su mochila de la espalda junto con el cinturón donde la funda de su daga reposaba, para luego tomar la sabana entre sus manos y con ayuda de la rodilla de Robin, comenzar a trepar la sabana blanca con esfuerzo. Tessa sintió el vértigo en su estomago en el momento exacto en el que su cuerpo cayo al otro lado y aterrizo sin inconveniente alguno sobre el colchón y bajo la atenta mirada de todos.

—¿Estas bien? —escucho preguntar a Steve. Y Tessa, aun acostada, asintió y tomo la mano que el chico le ofrecía para ayudarla a incorporarse. No obstante, la fuerza que Steve había ejercido en la acción fue demasiada, y ambos terminaron muy juntos del uno al otro. Tan juntos que podían sentir la respiración del otro sobre su rostro—. ¿Segura que estas bien?

Nuevamente Tessa asintió y dio un paso a un costado para despejar el colchón bajo sus pies. Se aclaro la garganta y alzo la mirada hacia los demás, que los observaban atentamente y con un gesto burlón en el rostro. Ambos se sonrojaron.

—Arrojen las mochilas —les indicó Tessa y momentos después la mochila de Steve y la de ella cayeron al otro lado junto con el cinturón y su daga.

Y de esta forma cruzaron los demás. Una vez que todos estuvieron en el Upside Down, el grupo entero salio al exterior de la caravana, y tanto Robin como Nancy comenzaron alejarse cuando Steve se detuvo y por ende Tessa también, pues iba detrás de él.

—Chicos, escúchen... —pidió Steve volviéndose hacia los tres que se quedarían ahí—. Si el plan empieza a salir aunque sea un poco mal, abortan la misión, ¿de acuerdo? Solo distraigan a los murciélagos, nosotros nos encargamos de Vecna. No se hagan los héroes ni nada parecido. Ustedes solo son...

—La carnada —terminó diciendo Dustin por él—. Tranquilo, Steve. Tú puedes ser el héroe.

—No se trata de quien sea el héroe o no, Dus —señalo Tessa—. Sino de salir vivos de esto. Si ven peligro... corran.

—Descuida, Tessa. Lo haremos —aseguró Leila, quien había dejado de ver a su alrededor con cierta sorpresa y volteo a verla mientras apoyaba ambas manos sobre los hombros de cada chico—. ¿verdad chicos?

—Exacto —coincidió Eddie con una ligera sonrisa rozando sus labios—. Además, míranos. No somos héroes. 

Sin embargo Leila volteo a verlo con el ceño fruncido, claramente disgustada con su comentario, mas no le dijo nada.

Steve y Tessa, por otro lado, voltearon a verse antes de asentir hacia ellos y comenzar a alejarse a donde Nancy y Robin los esperaban.

—Eh, Steve —lo llamó Eddie, a lo que el nombrado se giró hacia él y aguardó a que volviera a hablar—. Háganlo pagar.

Y como si se trata de una autentica película de terror y suspenso, del cielo oscuro y tenebroso retumbo con trueno en el momento exacto en el que Steve asentía hacia Eddie.

—Lo haremos — respondió él para luego dar la media vuelta y comenzar a alejarse del parque de caravana con las tres chicas junto a él.

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En el Upside Down solo se respiraba inquietud; eso y las esporas grises que flotaban en el aire y que les dificultaba respirar con normalidad. No sabían cuanto tiempo llevaban caminando. Podría muy bien haber pasado unos minutos, como bien podrían haber pasado unas horas. Y el hecho de que ninguno sabia con certeza de si aquel era el camino correcto o no, tampoco ayudaba. 

—No quiero asustar a nadie, pero juro que ya vimos este árbol —señaló Robin con tono nervioso mientras seguían avanzando entre los arboles llenos de enredaderas.

—Es imposible —objetó Nancy detrás de ella.

—Seria terrible, ¿No? Que Vecna destruya el mundo porque nos perdimos en el bosque.

—No estamos perdidos —volvió a objetar Nancy, pero Robin se rió con burla y aceleró el paso—. ¡Robin, las enredaderas! Mente colmena, ¿Recuerdas? ¡Robin!

Pero ella ya se había alejado con paso apresurado y Nancy no tuvo más opción que ir detrás de ella.

—¡Oigan, no se separen! —alzo la voz Tessa, pero ambas chicas ya se encontraban lo bastante lejos para oírla.

—No te preocupes —le dijo Steve, quien había estado callado desde que abandonaron el parque de Traileres. Tessa volteo a verlo—. Robin está estresa, bueno asustada, y Nancy teme que vaya hacer una tontería.

—Lo sé, y por eso entiendo a Nancy —respondió Tessa—. Robin es....

—¿Muy torpe?  —concluyó Steve en tono burlón, a lo que Tessa se rió levemente y lo miro antes de intentar distinguir a sus amigas a lo lejos.

—Recuerdo que me comentó una vez que tardo más en caminar que la mayoría de los bebés —contó ella recordando una de sus muchas conversaciones del pasado con Robin.

Y al oir eso Steve no pudo evitar reírse un poco.

—No debería reírme —señalo él—. Cuando yo era bebé gateaba hacia tras.

—¿Gateabas hacia atrás? —inquirió incrédula, a lo que él se rió nuevamente y asintió.

—Si, empujaba con las manos así —y comenzó a mover las manos de forma muy graciosa mientras imitaba sonidos de grúa en reversa. Tessa se rió junto con él—. Siempre marcha atrás. Tiene sentido empujar para moverse, ¿No?

—No, no tiene sentido —admitió ella con una sonrisa.

—Bueno, para mí pequeño cerebro Harrington, si —respondió él—. Pero eso fue hasta que di marcha atrás en unas escaleras y me di un buen golpe en la cabeza. Si, eso paso —afirmó cuando Tessa volteo a verlo escéptica.

—Wow. Eso explica... Tantas cosas —se burló ella, pero en lugar de tomarlo a mal, Steve asintió.

—Si... Creo que explica algunas cosas —concordó él—. Como que, en un principio, soy muy seguro de mi mismo, pero también soy un idiota. Lo cual es un combinación fatal.

—Lo es, si —afirmó ella con una ligera mueca y la mirada abajo, fijándose de no pisar ninguna enredadera en el camino.

—Pero la buena noticia —continuó Steve—, es que si me golpean fuerte la cabeza, puedo cambiar; Puedo aprender y gatear hacia adelante —dijo él, sin embargo notó como Tessa lo miraba sin comprender el motivo por el cual él le comentaba aquello. Por lo que suspiro y prosiguió a explicarse—. Supongo que lo que intento decir, de una manera muy estúpida y rebuscada, es que gracias a Nancy cambie.

—¿A Nancy? —inquirió ella con gesto extrañado, a lo que Steve asintió en su dirección—. ¿Por qué por ella?

—Por que fue ella quien me dio el mayor golpe en la cabeza hace dos años —confesó él—. Y lo necesitaba, me cambio la vida después de eso; ahora gateo hacia adelante. Despacio, pero adelante —admitió Steve. En eso Tessa vio como desviaba su mirada de ella con cierto nerviosismo y tragaba saliva antes de continuar hablando—. Y a veces me preguntó... Si me hubiera golpeado antes de que te fueras, antes del accidente y todo eso, que tal vez... Lo nuestro....¿Hubiera sido diferente? Quiero decir, tal vez habría notado que siempre estuviste ahí. Incluso primero que ella; Tal vez hubiera estado contigo cuando despertaste del accidente y hubiera impedido que te fueras a California por dos años; tal vez las cosas hubiera sido distintas entre los dos —indicó él, a lo que Tessa sintió como todo dentro de ella se removia de una forma alocada y nerviosa—. Incluso pienso.... que tal vez... aún estaríamos juntos.

—Steve... —pero ella apenas fue capaz de pronunciar su nombre cuando el volvió a interrumpirla.

—¿Recuerdas el sueño que te conté? ¿Recorrer el país en camioneta con mis seis polluelos? —preguntó él. Tessa sonrió abiertamente al recordarlo perfectamente y sacudió la cabeza de arriba abajo en gesto afirmativo—. Es verdad. Cada palabra —aseguró él—. Pero omití una parte; la parte más importante de todas... Y es que tú estás ahí. Siempre estuviste ahí.

—Steve...—pero él ya había tomado la iniciativa. Y no iba a retroceder o dejar que ella lo hiciera.

—Porque no hay ninguna otra persona en el mundo, Tessa, con la que quiera forma una familia que no sea contigo —confesó—.  Siempre serás tú. Solo tú.

Y aunque ella lo miro con un claro gesto de estar diciendo: «Oh vamos, ¿Hablas enserio?», Steve no le dio tiempo a Tessa de responder nada cuando acortó la distancia entre ambos y estampó sus labios con los de ella en un inesperado beso.

Un beso que llevaba deseando desde hace tiempo pero que se negaba aceptarlo; Un beso que no solo despertó en Steve miles de sentimientos dentro él, sino también en Tessa.

En el momento en el que sintió sus cálidos labios sobre los de ella, se quedó estática, todo su cuerpo se congelo en su lugar y los primeros segundos no supo como reaccionar. No obstante, y en el momento en el que Steve la tomó de la cintura y la atrajo hacia su cuerpo de forma que ella no pudiera retroceder, Tessa dejo que la cálida sensación que comenzaba a emerger dentro de su pecho tomara el control y correspondió el beso tomando su rostro en sus manos para acercarlo aún más a ella.

Ya no tenía sentido seguir retrocediendo.

Ya no tenía sentido seguir actuando como que ella ya no lo quería.

Estaban en medio del Upside Down, apunto de enfrentar a un asesino superpoderoso, y Tessa ya no quería seguir huyendo de sus sentimientos.

Estaba cansada.

Estaba exhausta de fingir que su corazón no latía de forma alocada cada vez que Steve estaba cerca suyo o sus miradas se encontraban.

Ya no quería seguir mintiendo.

Ya no más.

En cuanto la falta de oxigeno se hizo presente entre ambos, fue ella quien termino rompiendo aquel deseado beso. Sin embargo, no se separo de Steve, sino que junto su frente con la suya y lo miro directamente a los ojos con una sonrisa abierta.

—Entonces... ¿Quieres volver a estar conmigo? —preguntó el aun rodeando su cintura con sus brazos. Tessa sonrió aun más y se inclino hacia él para darle un pequeño beso en los labios.

—¿Eso responde tu pregunta? —respondió ella, a lo que Steve sonrió mostrando todos sus dientes y volvió acercar su rostro al de ella para darle un beso mas corto que el primero.

—No sabes cuanto deseaba volver a besarte —murmuro él rozando su nariz con la de Tessa.

Y cuando estaba apunto de volver a unir sus labios en un cuarto beso, Robin y Nancy se acercaron a ambos con la respiración agitada.

—¡Chicos! ¡Buenas noticias! No nos equivocamos de camin... Oh, ¿interrumpimos algo?—pregunto Robin en cuanto se percato de la forma en que estaban abrazados.

—Si.

—No —corrigió Tessa a Steve y le dio un leve codazo.

—Esperen un momento —pidio Nancy y entrecerró los ojos—, mientras que Robin y yo buscábamos el camino correcto hacia la Casa Creel para llevar a acabo el plan, matar a Vecna, y salvar al mundo, ¿ustedes dos se quedaron atrás para besarse y reconciliarse? —dicho de esa forma, parecía que el tiempo no había sido el más adecuado para volver a estar juntos; Tanto Tessa como Steve intercambiaron una mirada un tanto avergonzada y abrieron la boca para disculparse con ellas cuando Nancy volvió hablar—. ¡Al fin! ¡Ya era hora! 

—¿Qué? — inquirieron ambos completamente estupefactos por su repentino cambio.

—La atraccion entre ambos era muy notable — señalo Robin como quien no quiera la cosa—. Era obvio que ambos aun sentian algo por el otro. Todos lo notabamos, ¿cierto? —le pregunto a la rizada y Nancy asintio, dandole la razon—. Solo era cuestion de ver cuanto tiempo mas tardarian en aceptarlo.

—Y ahora que lo hicieron, ¿podemos volver a lo importante? —pidio Nancy señalando el camino detrás de ella y Robin—. Enserio me alegro de volver a verlos juntos, no me malentiendan, pero tenemos una misión, ¿Recuerdan?

—Por supuesto que lo hacemos, Nance — respondio Steve— . Todo a nuestro alrededor nos lo recuerda.

— Bien, entonces sigamos adelante. Nancy y yo encontramos la casa.

Y dicho eso, Robin dio la media vuelta y comenzó a alejarse, otra ves, a paso acelerado.

—¡Mas despacio! ¡Robin! — protesto steve siguiendo a la chica mientras evitaba pisar alguna enredadera—. ¡Robin!

Tessa y Nancy, en cambio, negaron con una ligera sonrisa en el rostro y los siguieron hasta llegar a la orilla del bosque que conectaba con el terreno a una cuadra de la casa Creel. El grupo se detuvo en el limite del bosque y escruto la casona al otro lado de la calle; al igual que la versión de Hawkins, esta lucia abandonada y descuidada, más esta versión del Upside Down era mas escalofriante y desolada, sin contar los miles de murciélagos que vigilaban la casa.

—Miren— señalo Tessa un punto enfrente de está, justo donde el parque infantil se encontraba; Ahí donde un tobogán con forma de cohete estaba, las esporas brillaban en tonos dorados.

—Erica — musito Steve y los cuatro se miraron con complicidad antes de comenzar a dirigirse en aquella dirección con suma discreción para no llamar la atención de los monstruos.

Una vez que estuvieron junto al tobogán, y revisaron que los Demobats no se hubieran percatado de su presencia, Nancy se encargo de avisar a la menor de los chicos de su presencia en el punto. No tardaron nada en oir la voz de Erica al otro lado.

Los copio, avisare a los demas — informo Erica. Y  no volvieron a escucharla hasta minutos despues, cuando esta volvio a dirigirse a ellos—. Los tortolitos y su chaperón copian. Max pasara a la fase dos: distraer a Vecna.

—Bueno, hasta ahora, todo bien —intentó animar Robin al grupo.

—Aun no estamos en la parte difícil —respondió Steve mientras él y Nancy examinaban con la mirada la zona de alrededor del parque.

Tessa, por otro lado, no podía apartar la mirada la casa; Vecna estaba ahí, no le cabía la menor duda. Podía sentirlo. Su poder. Su presencia.

Tan solo esperaba que él no pudiera sentirla a ella todavía.

—Muerde en anzuelo, hijo de puta —masculló—. Muerde el anzuelo.

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Bien, está dentro —informó Erica tras un breve silencio donde lo único que percibieron fueron los grotescos sonidos que hacían los demobats al otro lado de la calle—. Iniciemos la fase tres.

Estaba hecho, Max había atraído la atención de Vecna y no había nada que pudiera hacer Tessa para cambiarlo. Solo le quedaba terminar con todo eso cuánto antes; Rápidamente Robin saco la radio de su mochila y contacto al otro grupo.

—Entró. Pasen a la fase tres.

Copiado, inciando la fase tres —respondió Dustin por la radio.

—Vengan, ocultemonos antes de que Eddie comience —indicó Nancy y los cuatro se agazaparon en el hueco debajo del tobogán.

—No puedo creer que me perderé a Eddie tocando la guitarra —protesto Tessa en voz baja—. Siempre quise oirlo tocar —reveló mirando hacia el bosque, y por ende ignorando las miradas inquisitivas de los demás.

—¿Que nunca lo has oído, dices? —inquirió Nancy, a lo que Tessa negó y la castaña la miró ceñuda—. Pero si Eddie tocó una de tus canciones favoritas para salvarte de Vecna.

—¿Qué? —soltó Tessa mirando a los tres perpleja—. ¿Cuando?

—La segunda vez que estuviste en trance —respondió Steve—. Antes de cruzar el portal.

—¿Lo hizo?

—Si —afirmó Robin—. ¿Acaso no lo oíste?

Pero Tessa negó y miró a los tres extrañada.

—No, no lo escuché —aseguró ella—. ¿Que canción tocó?

Fade to Black, de...

—Metallica —terminó Tessa por Steve—. Mi maldita canción favorita de ellos —bufo y negó ligeramente antes de mirar con el ceño fruncido a la casa—. Ahora tengo más ganas de matarlo.

—Bueno, no falta mucho para eso —reparó Robin—. ¿Escuchan eso?

Los cuatro guardaron silencio y agudizaron el oído; el leve eco de una melodía metálica les llegó a lo lejos.

—Eddie —musitó Steve y los cuatro voltearon hacia la casa justo cuando los Demobats soltaban unos escalofriantes chillidos y alzaban el vuelo hacia el parque de Traileres.

—Funciona, andando chicos —indicó Tessa y los cuatro salieron de su escondite y se dirigieron a la casa de los Creel evitando pisar alguna de las enredaderas en medio del camino. No obstante, cuando Steve abrió la puerta principal e iluminó con su linterna el interior de está, su mala suerte comenzó.

—A la mierda —maldijo Steve por lo bajo al ver todas las enredaderas esparcidas tanto en el suelo como en las paredes y techo de la casa—. Esto no es bueno.

Sin embargo, no tenían más opción que atravesar aquella jungla de enredaderas y rezar para que no pisarán ninguna y alertaran a Vecna antes de tiempo; Steve volteo a verlas por encima del hombro y vaciló un poco antes de dar pequeños brincos hacia adelante y aterrizar en los pequeños espacios entre las enredaderas; De este forma, y tratando de mantener el equilibrio, fue avanzado con dirección a las escaleras.

—Tranquila, puedes hacerlo —escuchó Tessa decir a Nancy y volteo a mirar a ambas chicas; Robin observaba pálida el interior de la casa mientras sujetaba la muñeca de Nancy. No le costó nada deducir que su amiga tenía miedo de tropezar ahí dentro.

—Pisa donde yo piso, Ro —le dijo Tessa—. Te guiaré por el camino más seguro.

Y con ese propósito en mente, Tessa avanzo por el vestíbulo buscando los mejores lugares para pisar y poder guiar a Robin; De este modo, los cuatro fueron atravesando el vestíbulo hasta las escaleras, donde subieron de igual forma y vislumbraron la puerta que daba al ático.

—¡Cuidado! —advirtió Steve y sujetó a tiempo a Tessa cuando está trastabillo con un escalón.

Tessa le agradeció y terminó de subir los últimos dos escalones con ayuda de Steve, y a continuación se giró para ayudar a Nancy y Robin a subir los últimos tramos.

Una vez que los cuatro llegaron arriba, vieron con mayor claridad la puerta que los llevaría a Vecna; Tessa hizo el ademán de sacar su escopeta cuando Steve se le adelantó y se la termino pasando mientras Robin hacia lo mismo con Nancy; luego él saco la enorme hacha que llevaba como arma y Robin recoloco las bombas Molotov que llevaba en la mochila y las puso en los bolsillos exteriores de está, de forma que fuera más rápido sacarlas llegado el momento de usarlas.

Tessa soltó un suspiro, preparada para llevar a acabo la siguiente fase del plan, cuando sintió un cambio súbito en el ambiente. Un cambio que solo ella fue capaz de percibir.

—Esperen...

Pero antes de que pudiera advertirles de que algo no andaba bien, la tierra comenzó a temblar de forma Violenta. La inercia del movimiento los sacudió bruscamente, pero tanto Steve como Nancy lograron sujetarse a tiempo del barandal de la escalera, y a la vez alcanzaron a sujetar a Tessa y a Robin para evitar que estás cayeran al suelo.

El temblor duró apenas unos cuantos segundos. Pero esos segundos bastaron para que sus alarmas se activaran e intercambiaran miradas inquietantes entre ellos. No obstante, y una vez que estuvieron seguros de que el temblor había cesado por completo, liberaron el aire que habían retenido y se miraron con alivió.

Más esté no duró nada, porque en cuanto escucharon como algo se deslizaba sobre la madera debajo de ellos, vieron como una enredadera se enroscaba en la pierna izquierda de Robin.

Está solo tuvo tiempo de mirarlos con los ojos abiertos cuando la enredadera tiro de ella y su cuerpo se estrelló súbitamente contra el suelo, de forma que otra enorme enredadera la atrapó de tórax y la lanzó bruscamente contra la pared. Tessa, estupefacta, observó como varias enredaderas la sujetaban de los brazos y cuello.

—¡Steve! ¡Tessa! —chilló Robin presa del pánico—. ¡Nancy!

Está ultima fue la primera en reaccionar; Nancy salió corriendo y comenzó a golpear con la culata de su escopeta las enredaderas, intentando hacer que estás soltaran a Robin. Tessa no tardó nada en imitarla mientras que Steve hacia lo mismo con su hacha. Sin embargo, esté solo alcanzó a dar dos tajos fuertes contra las enredaderas cuando otra atrapó su arma desde atrás y lo jalo a él también.

Tessa se volteo a tiempo de ver como Steve perdía su arma y era atrapado por el cuello.

—¡Steve! —gritó cuando el chico fue alzado y sometido en la parte superior de la pared. Tessa intentó llegar hacia él pero las enredaderas debajo de sus pies la sujetaron con firmeza e impidieron que pudiera moverse. 

Tessa volteo a ver a la rizada, con la esperanza de que está la ayudará, más Nancy había caído de bruces al suelo y ahora era impulsada hacia la pared donde Steve estaba preso. Pronto ella también quedó atrapada.

—¡Nancy! —exclamó Tessa desesperada por no poder moverse y ayudar a sus amigos—. ¡Sueltenme! ¡Robin! ¡Steve! ¡Nancy! ¡Sueltenme!

Pero por más que forzajeaba para liberarse y correr a socorrerlos, estás no la soltaban.

—¿Creíste que no sabría lo que harían, Tessa? —susurró la voz de Vecna en su mente, a lo que Tessa se tensó y dejo de forzajear para mirar a su alrededor con cautela. Sin embargo él no estaba en esa parte de la casa —. ¿Creíste que no vería todo?

De pronto, y sin previo aviso, su vista se volvió difusa y tardo unos cuantos segundos en ver con mayor claridad las imágenes que él le estaba mostrando; un jadeo brotó de sus labios al ver a Lucas alzando las manos, completamente aterrado, debido a que Jason Carver le apuntaba con una pistola.

—No...

—¿Creíste que podrían detenerme?

La imagen cambio y vio a Eddie, Leila y Dustin gritando del miedo debido a que los Demobats rodeaban el tráiler del primero e intentaban entrar.

Los veo —continuó Vecna—. Veo a tus amigos...

—No, detente —jadeó Tessa cuando vio a Max siendo atrapada en su propia mente.

Los veo con la misma claridad con la que te veo a ti, hija.

—No, porfavor... —suplicó ella con lágrimas en los ojos al ver a Erica inconsciente en el pasto y a DJ peleando a puño cerrado con otro chico del equipo de basketball.

Puedo sentirlos... Y tú también.

—¡Basta!

Siento como... Mueren —y entonces los vio fugazmente; Max en brazos de Lucas, con los ojos completamente de color blanco y sangre escurriendo por sus mejillas; a Eddie lleno de sangre, en brazos de Leila y Dustin, quienes lloraban desgarradoramente; A Erica suplicándole a DJ que mantenga los ojos abiertos.

Y ver eso basto para que un profundo dolor mezclado con irá e impotencia explotara dentro de ella.

—¡NOOOO! —vociferó tan fuerte, que al cerrar los ojos llenos de lágrimas, sintió una repentina oleada de poder brotar de su cuerpo. Tessa fue consciente de como Vecna era empujado de su mente, al igual que todas aquellas horripilantes imágenes.

Más no fue consciente del cambio de ambiente a su alrededor hasta que volvió abrir los ojos y notó que ya no estaba en la casa Creel ni estaba presa por las enredaderas del Upside down. Al contrario, estaba en medio del gimnasio de la secundaria, el cual estaba decorando para un baile de invierno.

—¿Pero que...?

Más no hizo falta terminar su interrogativo cuando, al voltear el rostro, vio a Vecna sometiendo a Max con sus poderes. La irá dentro de ella incremento.

—¡Sueltala!

Su grito logró distraer a Vecna, más no hizo que esté soltara a Max. Tessa se dispuso a correr para ayudarla como fuera, cuando súbitamente Vecna fue arrojado con fuerza hacia atrás y su cuerpo se quedó flotando inmóvil en medio del gimnasio. Tessa, perpleja, terminó de cruzar el gimnasio y llegó a donde Max, quien había caído de bruces al suelo y jadeaba con fuerza intentando recuperar el aire que había perdido.

—¡Max! ¿Estás bien? —le preguntó a la menor tomando su rostro entre sus manos para que la mirará.

—Si —jadeó Max y entonces frunció el seño—. ¿Qué haces aquí? Deberías estar con los demás. ¿Cómo es que tú...? ¿Tu.... hiciste eso? —y miró a Vecna, pero Tessa tragó saliva y nego.

—No, no he sido yo.

—¿Entonces quié....?

Pero ante el repentino silencio de Max, Tessa desvío la mirada hacia la dirección que la menor observába y distinguió una figura femenina surgir de la penumbra; Tanto Tessa como Max miraron perplejas como Eleven se acercaba lentamente a Vecna con el brazo extendido al frente. Justo en dirección a él.

—Tu —masculló Vecna cuando su cuerpo giro en el aire y quedó de enfrente a la castaña.

—Hola —saludó ella, y de forma repentina lanzó a Vecna contra las gradas de madera del gimnasio.

El impacto fue tan duro, que el cuerpo de Vecna desapareció a través de la madera, dejando ver únicamente un enorme hueco oscuro en su lugar; Eleven no se detuvo a revisar si había logrado matarlo con aquello, sino que corrió en dirección de ambas con preocupación.

—¿Están bien? —les preguntó.

Pero Tessa no lograba salir de su sorpresa al verla ahí. Así que fue Max quien respondió por ambas.

—Si, pero... ¿Eres...? ¿Eres real? —inquirió la pelirroja tocando el rostro de El—. ¿Yo te imagine?

—Soy real —respondió Eleven tomando la mano de Max entre la suya.

—¿Pero cómo? —habló finalmente Tessa, quien no dejaba de ver a Eleven con inquietud y remordimiento.

—Me mentí aquí desde un congelador de pizza.

¿Acaso habían escuchado bien? ¿Un congelador...de pizza? Tessa y Max la miraron sin comprender.

—¿Qué?

Pero antes de que Eleven pudiera explicarles con más detalles el como había llegado ahí, el sonido de madera crujiendo y removiendose las alertó; las tres apartaron la cortina brillante de la decoración del baile y vieron que Vecna estaba saliendo de entre los escombros con aire enojado.

—Esperen aquí —les pidio Eleven, pero Tessa la detuvo antes de que diera un paso adelante

—¿Estás loca? No puedes enfrentarlo sola —reclamó. Pero ella le sonrió ligeramente y la miró con gesto tranquilo.

—Ya lo he hecho antes —Y dicho eso se soltó de Tessa y se encamino para encarar a Vecna—. Si las tocas de nuevo... A Max o Tessa... Te mataré, de nuevo —amenazo la chica con el semblante tan serio, que Tessa se estremeció.

No obstante Vecna no parecía asustado ni mucho menos impresionado. Más bien miraba a Eleven con gracia.

—¿Eso hiciste? ¿Me mataste? —ironizo él—. Me alegra tanto que estés aquí, Eleven. Esto va a ser... Hermoso. Tan hermoso — Tessa abrió los ojos perpleja cuando la madera rota y astillada de las gradas se alzó detrás de Vecna y en dirección a Eleven—. Y es todo gracias a ti.

—¡No! —vociferó Tessa cuando la madera salió disparada hacia la chica; Su instinto tomó el control antes de que ella pudiera ser consciente de eso. Levantó la mano en frente, en dirección a El, y detuvo la madera con un simple pensamiento. Eleven, sorprendida, volteo a verla y le sonrió levemente antes de volverse y desviar los proyectiles hacia las gradas. Una vez hecho eso, intento atacar a Vecna, pero éste fue más rápido que ella.

—¡El!

Pero Eleven terminó estrellandose contra la mesa donde el reproductor de discos de vinil estaba. Tessa, sin pensarlo, salió corriendo en su dirección con todas las intenciones de ayudarla, pero una fuerza invisible la detuvo de golpe y lo próximo que sintió fue el impacto de su costado derecho al estrellarse contra una pared.

Un quejido brotó de sus labios al intentar levantarse, más al escuchar un fuerte estruendo al otro lado del gimnasio levantó la mirada y observó que se trataba de Eleven, a quien Vecna había vuelto atacar.

Y en un intento inútil por ayudar a sus amigas, Max tomó uno de los trozos rotos de madera y se lanzó al ataque, más Vecna logró detenerla y terminó lanzando a Max contra las gradas.

—¡Max! —gritó Tessa cuando vio que Max no se movía ni abría los ojos.

Furiosa, se puso en pie y vio como Vecna capturaba a Eleven con sus poderes; la chica comenzó a flotar en el aire y forzajeaba para soltarse de su control, pero era inútil.

—¡Sueltala maldito! —vociferó Tessa levantando su mano hacia él para detenerlo, sin embargo Vecna fue más rápido y terminó apresandola con sus poderes.

—Sal de mi mente, Tessa. Vuelve con los demás y observa como fracasan en su plan.

—No... Dejaré... Que las lastimes —masculló ella con la voz entrecortada debido a la presión invisible en su cuello.

—No podrás evitarlo. Regresa a la realidad, hija, y observa como pierden.

—¡No!

Pero Tessa regreso a la realidad de golpe y vio que los demás seguían apresados por las enredaderas. Sus rostros se tornaban cada vez más rojos.

—No... No, no, no, no—repitió en un murmullo; no solo había dejado a Max y a Eleven solas, sino que los demás seguían en peligro—. ¡No, maldito! ¡Sueltalos! ¡Sueltalos a todos!

Pero los jadeos de sus amigos eran cada vez más alarmantes, que lograron activar algo dentro de ella.

—No dejaré que ganes —murmuró para si—. No lo haré.

No sabía si iba a funcionar, pero debía intentarlo; Había logrado detener el ataque de Vecna hacia El momentos atrás. Había logrado detener la enredadera que hundía a Steve en el lago por unos escasos minutos. E incluso había logrado safarse de ellas durante su primer trance.

Debía intentarlo.

Debía hacerlo si quería salvarlos.

Tessa cerró los ojos a la vez que estiraba su brazo a la altura de sus hombros. Se concentro en sentir su poder. En sentir la presencia de las enredaderas a su alrededor; Debía llegar a ellas para que liberarán a sus amigos. Debía hacer que la obedecieran al igual que Vecna lo hacía.

Los buenos recuerdos me ayudaban; me hacían conectar con mis poderes de mejor forma —recordó de pronto las palabras que Eleven le había dicho durante una de sus visitas a Lenora Hills.

Por lo que lo intentó; Inhaló profundamente, recordando todos esos buenos momentos junto a sus amigos y su familia. Exhaló lentamente, dejando ir todo aquel dolor y miedo que había sentido a lo largo de esos últimos meses. Y justo cuando creía que tal vez no lo lograría, que era inútil, lo sintió; Una fuerza invisible que tiraba de la boca de su estómago hacia adelante, queriendo salir. Queriendo ser libre.

¿Y quién era ella para impedírselo?

La sensación que sintió después fue como cuando abres una puerta y un viento azotador te saluda al otro lado. Percibió como conectaba con las enredaderas y estás, un tanto reacias a obedecerla en un principio, poco a poco comenzaron a ceder y terminaron soltando a sus amigos.

El sonido de sus cuerpos al caer le aviso que lo había logrado. Por lo que cuando Tessa volvió abrir los ojos, sintió un repentino cansancio en el cuerpo y algo caliente y espeso bajando por su nariz, más poca importancia le tomo a eso y se apresuró acercarse a las chicas y a Steve.

—¡Oh por dios! ¿Están bien?

Pero Steve le hizo un gesto con la mano, pidiéndole tiempo para respirar, y luego asintió al igual que Nancy y Robin.

—¿Tu estás bien? —le preguntó él con la voz ronca.

Pero antes de que ella pudiera responderle y decirle lo que había pasado, su cuerpo se sacudió violentamente y dejo de ver a Steve enfrente de ella. En su lugar, comenzó a ver imágenes que terminaron de perturbarla; Jason golpeando a un ensangrentado Lucas en el rostro; Eddie siendo atacado por una manada de demobats; Leila gritando el nombre de Eddie mientras lanzaba una bomba Molotov a los monstruos; Dustin cojeando y gritando el nombre de ambos chicos; Max flotando en el ático de la Casa Creel; DJ tirando sobre la hierba y con la mirada perdida mientras Erica llamaba a gritos a alguien.

Las imágenes se repitieron una y otra vez en su cabeza, que terminaron mareandola. Y cuando finalmente regresó a la realidad, sus piernas flanquearon y terminó cayendo de rodillas.

—¡Tessa! ¿Tessa, estás bien? ¿Tessa? —escuchó que le preguntaban los tres. Y al enfocar mejor la mirada hacia ellos, vio el gesto preocupante en sus ojos.

Ella negó.

—Debemos darnos prisa. Los demás corren peligro —advirtió con la voz temblorosa.

—¿Peligro? ¿A qué te refie....?

—No hay tiempo de explicarles, debemos ir por él, ya —espetó Tessa.

—Entonces andando —indicó Nancy incorporándose con su escopeta en mano y mirando en dirección a la puerta del ático—. Empieza la fase cuatro.

—Vamos a Flamear —agregó Robin.

A continuación los cuatro subieron las escaleras y llegaron al ático, el cual estaba igual de escalofriante que toda la casa. Ahí encontraron el cuerpo de Vecna, el cual era alzado por más de una docena de enredaderas.

—Sigue en trance —murmuró Steve en voz queda al ver que los ojos de Vecna estaban cerrados.

—Y esperemos que continúe así —comentó Tessa mientras Robin se descolgada del hombro la mochila con las bombas. Steve, quien estaba junto a ella, tomó la primera bomba y Robin saco el encendedor de su bolsillo para luego prender el trapo de la bomba con este.

Steve volteo a ver a cada una; Robin había tomado otra bomba, mientras que Tessa y Nancy tenían alzadas sus armas.

—Es hora de hacerlo pagar

Y dicho eso, Steve lanzó la primera bomba contra Vecna; la oleada de calor que se produjo debido a la explosión hizo que los cuatro corrieran el rostro en otra dirección, más lograron verificar que el tiro de Steve fue certero.

Las llamas rápidamente envolvieron el cuerpo putrefacto de Vecna, quien al recibir el impacto directo en el pecho, salió del trance y fue liberado por las enredaderas de forma brusca, cayendo al suelo de madera estrepitosamente entre quejidos y gruñidos.

Al verlo incorporarse, la fugaz imagen de un personaje de cómics vino a la mente de Tessa, más rápidamente se sacudió aquel pensamiento de la mente y sujeto con firmeza su arma cuando los ojos fríos de vecna se posaron en ella.

—Tessa —y dio un paso en su dirección, sin embargo Robin prendió rápidamente la siguiente bomba y se la lanzó sin escrúpulos, logrando que esté retrocediera y soltará un aullido de dolor.

Tessa volteo a ver Nancy, quien con un gesto de cabeza le indicó que estaba lista y juntas avanzaron al unísono y sin bajar la guardia; Nancy fue la primera en disparar, acertandole en el hombro. Vecna soltó un alarido de dolor pero apenas tuvo tiempo de recuperarse cuando Tessa secundo a la rizada y le disparó en el estómago.

Nancy se preparó para disparar por segunda vez, cuando Vecna, furioso, la empujó hacia la pared con un ademán de mano.

—¡Nancy! —grito Tessa bajando el arma y volteando a ver la castaña con temor a que se hubiera lastimado de gravedad por el impacto. Más ella no respondió y se quedó tendida en el suelo.

—¡Tessa cuidado!

Pero fue demasiado tarde. Tessa salió impulsada a un costado de la habitación y terminó golpeándose contra una de las columnas de madera del ático; Steve, con el corazón en la boca al verla tendida en el suelo, voltea a ver Robin con determinación. Y está, con una simple mirada, entendió lo que se proponía; tomó la otra bomba de su mochila mientras Steve avanzaba por un costado hacia Vecna, distrayendolo para que su amiga pudiera atacarlo.

—¡Eh, sin nariz! ¡Aquí!

Vecna gruño y se giró hacia Steve, lo que hizo que Robin aprovechara la oportunidad y lanzará la última bomba que tenía con ella. Está, como las otras dos, explotó en la espalda de Vecna, quien soltó otro grito enfurecido y se volvió a mirar a Robin. Steve, previendo aquel gesto, sujetó su hacha con firmeza y le asestó un tajo en el costado derecho, provocando que Vecna se doblada de dolor y girará bruscamente en su dirección para atacarlo, pero Steve apenas tuvo tiempo de retroceder para no salir quemado por el fuego que aún envolvía a Vecna, más no logró alejarse lo suficiente para que los poderes de éste lo sujetaran y lo hicieran caer de rodillas al suelo. Pronto sintió como una fuerte invisible lo apretaba del cuello. Tessa, quien apenas lograba recuperar la consciencia junto con Nancy, alzo la mirada a tiempo de ver a Robin gritar el nombre de Steve, y en un intento por ayudarlo, terminó flotando en el aire mientras sentía como la ahorcaban.

—¡Robin! —exclamó Nancy, quien apenas se puso en pie, fue impulsada hacia la pared. Su cuerpo se quedó ahí, estático, mientras que la rizada jadeaba para poder respirar.

—¡No! —vociferó Tessa, viendo como Vecna tenía a los tres bajo su poder.

—Te lo advertí, Tessa. Te dije que no podrían vencerme.... Yo gane.

Pero ella no se iba a dar por vencida.

No dejaría que sus amigos murieran si ella podía evitarlo.

Así que, reuniendo las pocas fuerzas que le quedaban debido a su cuerpo magullado por el golpe y el uso de sus poderes, logró incorporarse y mirar a Vecna con un gesto desafiante.

—No —espetó ella sintiendo el sabor salado y metálico de la sangre en su boca —. Tu perdiste.

Y en un rápido movimiento lanzó la daga que había logrado sacar de su funda sin que él se percatara y acertó justo en su estómago, ahí donde la herida de la bala lo había lastimado anteriormente; El impacto hizo que Vecna se doblará del dolor, lo que ocasionó a su vez que esté liberará a sus amigos. Y sin perder un solo segundo de su tiempo, Tessa tomó nuevamente su escopeta y corrió hacia a él, levantando su pierna derecha en una patada que pego directo en donde la daga estaba, terminando de enterrarla aún más profundo en su pecho.

Vecna retrocedió entre alaridos de dolor y gruñidos, y cuando alzo la vista para confrontarla, descubrió que Tessa ya le está apuntando con el arma.

—Muere maldito —masculló ella y disparó.

Debido a que se encontraba cerca de él y que el impacto de la bala tuvo más potencia, el cuerpo de Vecna salió expulsado hacia atrás y terminó atravesando la madera de la ventana que se encontraba justo detrás de él.

Tessa, con la respiración acelerada por la reciente lucha, bajo el arma y volteo a ver a sus amigos; Nancy, Robin y Steve se habían incorporado y observában la ventana por donde Vecna había caído con las respiraciones aceleradas.

—¿Se terminó? ¿Esta muerto? —preguntó Robin.

Sin embargo Tessa miró hacia la ventana y meneo la cabeza.

—Solo hay una manera de averiguarlo —dijo ella—. Vamos —indicó con un gesto de cabeza y señaló la puerta. Los cuatro se apresuraron a bajar por ambas escaleras hasta llegar al vestíbulo, donde salieron al exterior y vieron, atónitos, los restos de madera quemada de la ventana y la tierra bañada en sangre espesa y oscura.

Más no había señales de Vecna.

—¡Es imposible! —exclamó Tessa estupefacta y comenzó a mirar de forma exasperada la zona, buscando algún indicio de él—. Él no pudo... ¡Debía morir! —reclamó mirando a los demás, pero éstos estaban igual de perplejos que ella—. Rápido, debemos encontrarlo. Está herido y no pude ir demasiado lejos.

Pero antes de que ella pudiera dar un paso adelante, el eco de unas campanadas se escuchó en el lugar. Pálidos, los cuatro voltearon hacia el interior de la casa y descubrieron que el reloj de pie al final del pasillo seguía funcionando. Rápidamente los cuatro corrieron al interior de la casa y observaron estupefactos como el reloj daba una última campanada.

—Cuatro campanadas —contó Robin con voz temblorosa.

A Tessa le invadió un sudor frío al comprender lo que aquello significaba. Y pronto sintió como su mundo entero caí a sus pies.

—No... Max —musitó con voz la quebrada y se volteo a ver Steve, quien a su vez la volteo a ver afligido.

Sin embargo ninguno tuvo tiempo de decir o hacer nada, cuando la tierra comenzó a temblar de nuevo.

—¿Qué está sucediendo? —inquirió Robin en voz alta cuando pedazos de madera comenzaron a caer del techo.

Tessa, quien había sido rodeaba por Steve para evitar que saliera lastimada, supo la respuesta hacia la pregunta de Robin en cuanto sintió el poder que se abría paso desde el ático.

Un jadeio brotó de su garganta con pesar y volteo a ver a sus amigos angustiada.

—Lo hizo —informó en voz alta para que ellos la escucharán—. Ganó.

—¿A qué te refieres con eso? —inquirió Nancy ceñuda.

Pero Tessa la miró afligida.

—Los portales se están abriendo.

No hizo falta decir más. Tanto Nancy como Robin y Steve entendieron de lo que Tessa les estaba hablando. Los cuatro se mantuvieron agazapados al pie de la escalera hasta que el temblor cesara.

Y aún cuando la tierra dejo de moverse, ellos tardaron unos cuantos segundos en ponerse en pie.
Sus corazones latían fuertemente dentro de sus pechos, aún con la adrenalina recorriendo por sus venas; Tessa, quien lo único que deseaba en esos momentos era regresar a Hawkins para buscar a Max, escruto el vestíbulo y descubrió que la zona donde anteriormente estaba la puerta, ahora estaba bloqueada por escombros de madera.

—¿Cómo vamos a salir de aquí? —preguntó Robin mirando lo misma que ella.

Sin embargo Tessa tuvo una idea, y sin perder el tiempo comenzó a subir las escaleras de forma rápida. Los demás la siguieron al instante.

—¿A dónde vas? —inquirió Steve cruzando el pasillo hacia las escaleras del ático.

—¡Con Max! —respondio Tessa subiendo dichas escaleras. Más sus pasos disminuyeron cuando, al llegar arriba, observó el inmenso portal que se abría paso más allá de la casa. Los demás llegaron con ella y se detuvieron de golpe al ver lo mismo.

—Oh no —escuchó que Nancy murmuraba detrás de ella.

Sin embargo Tessa no se quedó más tiempo contemplado el caos que había hecho Vecna, sino que sujeto su escopeta y se acercó a la brecha del portal, donde comenzó a golpear la capa traslúcida con la culata de su arma hasta romperla. Poco le importo la sustancia viscosa que está soltó, se puso de rodillas y asomó la cabeza intentando ver al otro lado.

—¿Max?...¿¡Max!? —gritó con desesperación cuando escucho el sonido de sollozos desconsolados al otro lado. Los demás se acercaron a la orilla.

—¿Te... Tessa?

—¿¡Lucas!? —exclamó Tessa al oir al chico, más detectó su voz entrecortada por el llanto y temió lo peor. Sin detenerse a pensarlo, paso los brazos por el portal y sujeto la orilla de éste desde el otro lado. Steve, Nancy y Robin se apresuraron a sujetar sus piernas y la ayudaron a cruzarlo.

El ático en el Hawkins real estaba únicamente iluminado por la luz fluorescente azul de las lámparas que habían comprado horas atrás, y el brillo rojizo que emitía el portal. Sin embargo Tessa no se detuvo a escrutar el lugar a detalle, sino que al atravesarlo distinguió al moreno a un costado de donde ella acababa de salir, sollozando mientras abrazaba el cuerpo roto de Max.

—¡Max! — jadeo horrorizada al verla y se dejo caer de rodillas junto a ellos; un sollozó brotó de lo más profundo de su alma al ver la sangre que escurría de sus ojos cerrados. Igual que en la visión—. ¿Max? —musitó ella con la voz temblorosa y llena de negación—. Vamos, Max, abre los ojos. Estoy aquí. Estoy aquí contigo, Max —pero ella no respondió—. ¿Por qué no abre los ojos Lucas?

Pero Lucas solo podía mirarla con profunda pena. Negó ligeramente con la cabeza a la vez que otro sollozó brotaba de su cuerpo.

—No —negó Tessa con las lágrimas deslizando por sus sucias mejillas—. No es verdad... Ella no...

Pero la cruda realidad estaba ante sus ojos; Max no podía responder porque su corazón no latía más.

—Max —musito con un hilo de voz mientras agachaba la cabeza desconsoladamente, sintiéndose completamente culpable—. No puedes... No puedo perderte a ti también. No puedo. No a ti...

Por tercera vez en su vida, Tessa sintió como le arrancaban un pedazo de su corazón y lo dejaban hecho trizas. Max. La pequeña niña que había conocido en California y que había cuidado en varias ocasiones ya no estaba. Su pequeña hermana de otra madre se había ido y ella lo había permitido.

Debió ser ella.

¡Maldición! Ella debió ser la carnada. Pero la determinación con la que Max la había visto. La mirada que le dio, diciéndole "yo puedo hacerlo"...

Tessa se lamentaba tanto haberla escuchado.

Cuando sintió una mano posarse sobre su hombro, supo quién era al instante. No hizo falta que volteara el rostro para saber que Steve, Nancy y Robin habían cruzado el portal y ahora estaban con ellos.

Steve era quien estaba junto a ella, diciéndole silenciosamente que estaba ahí; El corazón de Tessa latía tan veloz, que hacía que su respiración aumentara a un ritmo tan acelerado que por un momento sintió que el aire no estaba entrando bien en sus pulmones. El pecho le escocia por la agonía, cómo sí ella hubiera sido quien recibiera el impacto de las bombas Molotov en lugar del monstruo que mato a Max. Hiperventilaba, cosa que no le ayudaba para aliviar el dolor de su magullado cuerpo tras la batalla contra Vecna.

—¿Qué... Qué sucedió Lucas? —escuchó que le preguntó Steve.

Pero Lucas se sorbió la nariz y miró a la chica entre sus brazos.

—No pude... Salvarla —gimeteó el menor—. Sus... Sus auriculares... Jason los... los piso —y volteo a verlos—. No pude salvarla, Steve. No pude.

Pero Tessa lo miró desconsoladamente y negó con la cabeza.

—No fue tu culpa.

En eso todos escucharon el sonido de una sirena acercándose, todos menos Tessa, quien de pronto percibió una presencia con ellos.

Por un momento su corazón se detuvo y miró hacia el portal, creyendo que tal vez Vecna había vuelto por ellos. Sin embargo, pronto descubrió que la presencia que sentía no era mala. Sino al contrario.

—¿El? —musitó en voz queda, de modo que nadie pudo escucharla.

Si —escuchó un ligero murmuró en su oído—. No dejaré que muera. No Max.

Tessa frunció el ceño, sin poder comprender a lo que Eleven se refería, pero entonces, y para su sorpresa, Max jadeo abruptamente.

—¿¡Max!?—exclamó Tessa mirando como el pecho de la pelirroja comenzaba a moverse en un movimiento lento. Los demás miraron atónitos a la chica—. ¡Max!

Pero ella no abría los ojos.

—¿Esta...

—Respira, si —afirmó Tessa sintiendo como la esperanza dentro de ella crecía. Volteo a verlos a todos—. Debemos llevarla al hospital, rápido.

— Pásamela Lucas, yo cargaré con ella —Tanto Tessa como Lucas se apartaron un poco para que Steve pudiera cargar con el cuerpo de Max—. Vamos, debemos salir de aquí.

Pero cuando el grupo llegó al vestíbulo, se encontró con la puerta bloqueada igual que en el Upside Down.

—Podemos usar una ventana —señaló Robin apuntando con su linterna a la sala continúa. Sin embargo la ventana estaba cubierta por gruesas tablas de madera, y no traían con ellos un martillo.

—Podemos usar el hacha de Ste....

Pero entonces la madera se precipitó al suelo y una capa de polvo se levantó frente a todos, provocando una estampida de toses y estornudos.

—Problema resuelto —jadeó Tessa limpiandose el hilo de sangre de la nariz.

—Andando —indicó Nancy y le hizo una señal a Lucas para que cruzará la ventana primero. En cuanto el moreno salto el marco, Robin y Nancy lo siguieron, sin embargo en cuanto ambas chicos estuvieron en el porche de la casa, unas voces se alzaron desde la banqueta.

—¡Alto ahí!

—¡Detenganse!

—¡Necesitamos ayuda médica! —se apresuró a informar Robin mientras ella y Nancy brincaban ahora la barda de madera —. ¡Tenemos a una menor herida!

—¡Necesitamos una ambulancia! —exclamó Nancy hacia los policías, quienes rápidamente comunicaron la situación a sus compañeros.

Así que cuando Steve y Tessa cruzaron la ventana y brincaron la barda del porche con Max aún inconciente, un grupo de paramédicos se apresuró acercarse a ellos con una camilla, donde le pidieron a Steve ponerla. Tessa estaba tan desesperada por ver a Max bien, que Nancy tuvo que inventar una historia para explicarles a la policía porque estaban ahí y como fue que encontraron a Max.

—Uno de usted puede venir con ella, ¿Quién...

—Yo iré —se apresuró a decir Tessa. El paramédico asintió y le indicó con un gesto que subiera a la ambulancia con ellos, cuando el chirrido de unos neumáticos llamo la atención de todos los presentes.

Dos autos obscuros como la noche se estacionaron a unos pocos metros de donde estaba la policía, y de estos bajaron cuatro hombres uniformados de color negro que se acercaron a ellos.

—¿Pero que hacen? —protesto Steve cuando dos de esos hombros se apresuraron a sujetar a Tessa de los brazos y los colocaron en su espalda, de modo que un tercer hombre le pudiera poner las esposas.

—No, esperen... Porfavor, esperen —pidio Tessa mirando sobre su hombre en dirección a Max. Sin embargo los agentes la ignoraron y comenzaron a llevarsela hacia el lado contrario. Hacia los autos—. ¡No, porfavor! ¡Max me necesita! ¡Max!

—¿¡Pero que hacen!? ¡Sueltenla! —volvió a protestar Steve.

—¡Ella no ha hecho nada! —gritó Nancy, y tanto ella como Robin y Steve intentaron acercarse para ayudar a Tessa, pero los otros dos agente les cortaron el paso.

—¿Por qué se la llevan? —cuestionó Robin.

Pero ninguno respondía nada. Entre suplicas y forzajeos, Tessa intentó liberarse y correr hacia la ambulancia. La cual cerró sus puertas traseras y comenzó alejarse por la calle.

—¡No! ¡Esperen! —gritó Tessa viendo como está se alejaba con la pelirroja dentro—. ¡Max! ¡MAX! ¡DEBO IR CON ELLA! ¡PORFAVOR! ¡MAX!

—¡Tessa!

—¡STEVE!

—¡Dejenla ir!

—¡Ella no ha hecho nada!

Pero las protestas de sus amigos no sirvieron para nada. Los agentes terminaron de meterla en el auto y cerraron la puerta con seguro pasa impedir que pudiera salir. Estos dos ingresaron en los asientos delanteros.

—¡MAX! ¡MAX! —gritaba Tessa desde adentro, viendo como la ambulancia se alejaba más y más—. ¡STEVE!

—¡TESSA! ¡TESSA!

—¡STEVE! —Chillo cuando el auto en donde estaba comenzaba a avanzar por la calle—. ¡Por favor, ustedes no lo entienden! ¡Ella me necesita! —Suplicó ella, pero ambos la ignoraron y comenzaron a alejarse de ahí.

—¡TESSA! ¡TESSA!

En un intento desesperado por alcanzarla, Steve lanzó un golpe directo a la cara uno de los agentes y salió corriendo en dirección al auto que comenzaba alejarse lentamente por el otro lado de la calle. Sin embargo, y para su mala suerte, el mismo agente el cual había golpeado, lo detuvo.

—¡No¡ ¡Tessa! ¡Sueltenme! ¡Tessa!

En eso la puerta del copiloto del segundo auto negro se abrió y una mujer bajo de él.

—Steve, para.

Y el chico lo hizo solo para mirar estupefacto a la mujer.

—¿Jules? —inquirió incrédulo, pero ella se limito a caminar hacia él con gesto neutro mientras su compañero lo tenía sujeto. Steve la miró ceñudo—. ¿Por qué se la llevaron? ¡Ella no ha hecho nada! ¡Es inocente!

—Mi sobrina podrá ser muchas cosas pero no es inocente, Steve —respondió Jules—. Tessa ha incumplido las reglas de la agencia, y ahora debe cumplir con las consecuencias —y aunque quería sonar indiferente al decirlo, Steve percibió el timbre nervioso en su voz.

La miró perplejo.

—¿Reglas? ¿Consecuencias? ¿Pero de que demonios hablas, Jules? —protestó él—. Ella está fuera de servicio. ¡Ustedes la mandaron a la banca por lo del año pasado!

—Y eso no fue impedimento para ella cuando reveló información clasificada al Coronel Sullivan —espetó ella.

Pero Steve la miró sin entender.

—Tessa nunca haría eso —reclamó Nancy detrás de ellos. Miró ceñuda a Jules—. Ella no....

—Tessa reveló la ubicación de Jane, chicos—soltó Jules para sorpresa de todos—. Gracias a ella el ejército la encontró y atacó la casa de los Byers en California. Gracias a ella el gobierno sabe que Eleven está viva.

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𝐁𝐚𝐫𝐛𝐬 © | 𝟐𝟎𝟐𝟐

Y después de mil años finalmente les traigo el último capítulo de este segundo acto 😔😭 TENGO SENTIMIENTOS ENCONTRADOS

Primero que nada... ¡EL BESO STESSA! FINNALY!!!! AAAHHHH

Segundo... Max 😭 Cómo llore escribiendo esa parte

Y por último.... ¿Tessa revelando información clasificada? 😳 ¿En qué momento? Jajaja bueno yo sí lo sé y ustedes lo sabrán en el Epílogo.

Y hablando de eso, no sé cuánto me tarde en traerlo, pero espero que pronto GG

Ahora, se que tienen dudas sobre que paso con Eddie y DJ... Eso lo sabrán tanto en Electric love como en el Epílogo

En fin, creo que no tengo nada más que decir 🤔

Nos vemos en el Epílogo gente hermosa ✨🥰

BARBS HARRINGTON

PS. Estaré subiendo edits de este último capítulo en mi TikTok, para que estén al pendientes de mi perfil, ahí estaré poniendo los links gg

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