Capítulo veintitrés
"Te extraño mucho, no te olvido. Espero puedas escucharme" - Slepped Away, AL
—Buenos días, señor.
—Hola, Yujiung—sonrió a penas, empujando con su cuerpo la puerta para cerrarla—. No tengo hambre aún, espero que no hayas hecho el desayuno.
El hombre negó con la cabeza.
—No se preocupe. Cuando tenga hambre, me avisa así preparo algo que le guste—sonrió con amabilidad. El omega asintió y comenzó a caminar en dirección a las escaleras, quería encerrarse en su habitación y simplemente existir ahí. Sin embargo, el cocinero volvió a hablar—. La señora Jisoo no regresó anoche, y me pidió confirmar que usted se encontraba en la casa durmiendo.
YoonGi frenó en seco, antes de pisar el primer escalón.
—¿Y qué le dijiste?
—Lo que debía—el omega tembló del miedo en su lugar—, "El señor YoonGi está en el cuarto mirando una película, no se preocupe"
Mentira.
—Mu-Muchas gracias, hyung.
Ella no se preocupó, pero Yujiung sí. El chico llevaba desapareciendo de manera misteriosa toda la semana con la excusa de salir a dar un paseo nocturno por la ciudad. Y si bien el cocinero terminaba su turno luego de la última comida del día, había comenzado a tener sospechas de por qué YoonGi llegaba tarde para el desayuno en las mañanas, luciendo recién bañado y para nada cansado. Se notaba a leguas que la relación entre la pareja no pasaba por el mejor momento, sin embargo, no era su asunto.
El omega subió las escaleras, no tenía nada más que agregar, y en busca de huir de aquella situación incómoda recurrió a lo de siempre: encerrarse en la habitación del rubio.
Dejó la mochila junto a la cama, abrió las cortinas para dejar al sol de la mañana iluminar el lugar, encendió la televisión y se dejó caer de espaldas en la cama.
Encontrarse tan seguido con Jimin era demasiado riesgoso para ambos, pero estando juntos era el único momento de relajación que el omega podía encontrar. Las cosas con Jisoo estaban más tensas que antes, según sus propias fuentes de información -su amigo chismoso, claro- la alfa había tenido que lidiar con una de sus sobrinas que día por medio iba a visitarla a la empresa, con quien, aparentemente, mantenía una discusión por un puesto de trabajo. Y aquello le afectaba de manera no tan directa, puesto que Jisoo llegaba a la casa malhumorada y ni siquiera que él respirara el mismo oxigeno que ella le parecía bien, e incluso había tenido repetidas discusiones con Chihiro por cosas insignificantes.
Jimin por su parte, en cuanto a su falso viaje y relación con su amiga, se sentía asfixiado. No podía salir tanto como quisiera del departamento por temor de encontrarse con su madre, con las amigas de YoonGi, o con los Kim. El único momento que tenía libre era por las noches cuando se trasladaba a la cabaña, y a la chica parecía no molestarle que tuviera su espacio en ese horario. A medias, ella había comprendido que no podían ser más que amigos, con algún que otro roce de vez en cuando, pero tampoco podía tirar todo por la borda. Su amenaza de revelarle todo a Jisoo aún era latente.
—¿Debería llamarla?—se preguntó a sí mismo en un susurro.
Abrió los ojos, y se quedó observando al techo. Por primera vez en mucho tiempo había pensado en ella, en la casa y en el pueblo, así de la nada. Y tuvo el presentimiento de que ella en ese preciso momento también pensaba en él.
La mujer se miró en el gran espejo en el baño, acomodando su corbata color vino sobre la camisa blanca. Tenía una conferencia de prensa en diez minutos en relación a un proyecto junto a una empresa Japonesa, y a diferencia de otras tantas veces dónde había aparecido frente a las cámaras, estaba nerviosa.
-Jisoo noona-la voz del secretario se escuchó desde el otro lado de la puerta, en su oficina-, la señorita Jihyo de nuevo. ¿Qué hago?
La mujer suspiró, dándose media vuelta para abrir la puerta y salir. Observó que Soobin estaba incluso más nervioso que ella, el pobre muchacho era relativamente nuevo en un ámbito laboral tan sobrecargado de problemas. Pero había obtenido el puesto por ser hijo de la persona que puso a Jisoo en su cargo.
-Dile que se vaya, llama a seguridad y ordena que la saquen de aquí.
-E-está bien-susurró, y la mujer caminó en dirección a la salida-. ¿Y qué hago con su esposo? Él llamó para avisar que...
-No lo sé, trata de resolver algo por ti mismo, ¿bien? Deja de ser tan inútil-harta de todo, aunque principalmente de oír sobre esa persona en otro lugar que no fuera su propia mente, se volvió hacia el menor con amenaza-. Justo hoy, yo no puedo ocuparme de todo.
Y sin decir más, se marchó. Pero iba a arrepentirse más tarde por no querer oír las palabras de Soobin
Ésta vez, el viaje en texi era más largo. Sentía nervios, necesitaba mantener una conversación con alguien que no fuera el hombre que conducía por que eso se le hacía incómodo, sin embargo no podía marcarle a la familia Kim porque era horario de la siesta y las chicas no se encontraban en casa.
El único disponible era Jimin, quien había dicho estar tirado en el sofá comiendo snacks mientras miraba un programa de televisión y no le molestaba acompañar al peli-negro en su viaje a través de la línea telefónica.
-¿Estás seguro de que puedes ir solo?
Tampoco era como si el alfa pudiera verdaderamente hacerle compañía, no tenía coartada válida para desaparecer por tanto tiempo como el omega.
-Oh, vamos-suspiró, apoyando la cabeza contra el vidrio de la ventana-, no soy un niño pequeño
¿Él también iba a llamarle así? ¿No bastaba con sus amigas repitiéndolo cada vez que se les daba la oportunidad?
YoonGi escuchó la suave risa del alfa en sus dos oídos gracias a los benditos auriculares.
-No estoy tan seguro de eso.
-Idiota-soltó entre dientes
-Imbecil.
Ambos rieron. Aquellas dos palabras siempre les llevaría a los primeros días de conocerse, cuando se la pasaban peleando por cualquier tontería y solo pensaban en eso.
-Oye, ¿y para cuando la visita sorpresa? Sin la sorpresa, claro.
-No lo sé, intentaré convencer a Dahyun de regresar. Necesito más libertad.
-Apuesto a que pedirá que te acuestes con ella-susurró, mirando el paisaje cambiante por la ventana a su lado.
Jimin del otro lado de la línea puso los ojos en blanco, sin embargo, sabía que en la broma de omega había bastante verdad.
-Omega, creo que no... Yo no podría hacerlo. Dejé de besarla y querer quitarle la ropa cuando me acosté por primera vez contigo.
Y aquello era irónico viniendo del mismo Park Jimin, conocido por ser un casanova de excelencia. Siempre decía que YoonGi para el, era otra de sus conquistas, pero, ¿acaso algo había cambiado?
El omega decidió ignorar la reciente confesión, no obstante, estaba feliz de que nadie veía el sonrojo creciente en su rostro.
-Es eso, que mueras estresado o que tu madre se entere, Jiminie.
-Ya veré que hago-suspiró-, ¿falta mucho para que llegues?
-De hecho, estoy cerca. Me siento muy nervioso, hace bastante que no los veo.
-Solo concéntrate en respirar, todo saldrá bien.
YoonGi esperaba que sí. Ansiaba sentir a su madre entre brazos, y esperaba que ella lo recibiera así también. Que pudiera perdonarlo.
Yoon va a ver a su mamá de sorpresa TT
Dato: las frases del inicio, por lo general son sacadas de canciones. Algunas son originalmente en español pero la mayoría están traducidas de otro idioma. Por ejemplo, la frase de este cap. es de una canción de Avril Lavigne.
©ʏᴏᴏɴɴɪᴇxᴊɪᴍɪɴɪᴇ5
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